Capítulo 4: La noche de la araña

Tras dar mil vueltas en la cama, Rui se despertó con su cuerpo envuelto en sudor. Cuando giró su rostro pudo ver en su reloj que eran solo las dos de la mañana. ¿Había dormido algo? La verdad es que no.

Con cada parte de su cuerpo doliéndole, se levantó a duras penas y caminó hacia la ventana de su habitación. Al llegar se encontró con una telaraña colgando del marco de esta. ¿Desde cuándo había arañas en su habitación? Sin embargo, las repentinas arañas que ahora parecía que se habían mudado con él no eran lo que más le alertaba, otro punto rojo había aparecido en su rostro pero esta vez estaba en su frente y al igual que con el de su mejilla, no desaparecía al frotar.

Asustado, se apoyó contra la ventana, un incontrolable temblor había llegado a su cuerpo. Tenía ganas de vomitar, de llorar y de salir de ahí, no sabía por qué, pero quería salir corriendo.

Rui.

Una voz llegó a su cabeza asustándole, una voz que sin embargo conocía.

Rui.

- ¿Muzan? - preguntó en voz baja.

¿Estás bien?

Rui negó con la cabeza mientras se hacía bolita en el suelo.

- Quiero...

Ya sabes dónde estoy.

Con dificultad, Rui se puso de pie y abrió la ventana para salir por ahí ya que si salía por la puerta sus padres le escucharían. No quería ver a sus padres, no quería hablar con ellos, eran egoístas, egoístas por no pensar en él por encima de ellos. Tener ese pensamiento le sorprendió pero ahora mismo le daba igual, sus pies que ahora estaban en el suelo de la calle solo pedían una cosa, salir corriendo y eso es lo que hizo.

Sin detenerse ni por un momento, acabó llegando delante del edificio de la escuela Sakurajima el cual se veía especialmente lúgubre por la noche.

- ¿Muzan? - preguntó una vez delante de la verja que le separaba de la escuela, obviamente ahí no había nadie. Estaba en la calle, de madrugada y en pijama haciendo el estúpido. Cuando se dio la vuelta para volver a su casa, una voz aterciopelada le detuvo.

- Hola Rui.

Rui volvió a mirar hacia la verja de la escuela, Muzan estaba detrás de ella, dentro del terreno de la escuela.

- Muzan... - se acercó hacia la verja - Estás aquí, pero ¿Por qué...?

- Sentía que me necesitabas – le dedicó una sonrisa – Soy tu aliado Rui. Ahora mismo el único que te entiende soy yo - empezó a caminar para adentrarse en la escuela.

- ¡Muzan, espera! - intentó escalar la verja, para su sorpresa, le resultó una tarea muy sencilla y acabó llegando dentro de la escuela -¡Muzan!

- Rui – se dio la vuelta una vez que el chico llegó detrás de él - ¿No te sientes ahora mismo bien?

Rui miró hacia abajo, la verdad es que sí, curiosamente, se sentía mejor al lado de un desconocido en la escuela por la noche que al lado de sus padres en su casa.

- Tú sabes lo que me está pasando ¿verdad? ¿Lo has causado tú?

- ¿A qué te refieres?

- ¡A todo! ¡Todo esto!

- Yo no he causado eso Rui, me temo que han sido tus propios sentimientos los que han hecho eso.

- ¿Qué...?

- Tienes unos padres egoístas que no miran por tu bien, es normal que surja un mal sentimiento dentro de ti pero ahora está bien, has venido y eso me alegra - acarició la cabeza de Rui lo cual extrañamente lo tranquilizó - Aquí puedes dejar libres tus sentimientos. Ven aquí siempre que te sientas mal, yo siempre estaré aquí.

Muzan alejó su mano y se adentró en uno de los edificios de la escuela. Rui miró detrás de él, era su última oportunidad para alejarse del misterioso chico de ojos rojos pero aunque muy dentro de él algo le decía que huyera, sus pies no hicieron ni el más mínimo caso y se dirigieron detrás de Muzan.

Ahora mismo Rui no podía haberlo visto pero las raíces de sus cabellos habían empezado a volverse blancas.  

- ¿Eh? - Zenitsu pestañeó confuso ante el alumno de tercero delante de él - ¿Pu-puedes repetirlo?

- Claro – Uzui sonrió - ¿Quieres salir conmigo?

Zenitsu miró rápidamente a su alrededor y empujó al mayor dentro de un aula vacía.

- Vaya, ¿tan rápido quieres pasar a segunda base?

- ¡¿Q-qué dices?! ¡Idiota! E-escúchame, no me vuelvas a hablar, ni respires cerca de mí, ni...

- Me prohíbes mucho, ¿hay algún motivo en especial?

El rubio apretó los puños.

- Solo quiero... - suspiró cansado – Hazme caso, no te conviene estar cerca de mí.

- ¿En serio? - cambió su expresión juguetona por una seria - ¿Y quién decide eso?

- Déjame en paz, no me gustas. ¿Tanto te cuesta entender?

- A mí sí me gustas.

Zenitsu abrió los ojos como platos, solo con mirar a los ojos a Uzui podía decir que hablaba en serio.

- No... no sabes lo que...

- Me gustas desde hace mucho, desde que tu pelo era negro.

Enganchando sus dedos en sus dorados cabellos, Zenitsu tiró de ellos hacia abajo.

- ¿De qué hablas? Mi pelo nunca ha sido negro.

- Eres poco extravagante al mentir – Uzui dio un paso hacia delante e intentó tocarle pero Zenitsu se dio la vuelta y abrió la puerta del aula para irse.

- No me vuelvas a hablar, hazme caso, es por tu bien.

Dejando al mayor solo en el aula, Zenitsu volvió a asegurarse de que esa persona no estaba por ningún lado. Se abrazó a si mismo por instinto, si ese chico se llegaba a enterar de lo que le había dicho Uzui, puede que la escuela se volviera un baño de sangre.

Su vida daba asco y por eso a veces le gustaría ser otra persona, alguna persona distinta a Agatsuma Zenitsu pero para su mala suerte, su vida era la que era y ahora mismo Agatsuma Zenitsu tiene que ir a su ruidoso club.

- Hola... - nada más abrir la puerta se pudo encontrar con la escena de Inosuke y Genya estrangulándose entre ellos – Claro, un día como cualquier otro.

- Buenos días - saludó Kanao con una sonrisa.

- ¡Hola Zenitsu! - Tanjiro saludó feliz con su mano, a cada lado tenía a uno de los gemelos Tokito – Les estaba explicando a Muichiro y a Yuichiro sobre los demonios.

- Ya veo – un pequeño dolor de tripa le asaltó cuando escuchó la palabra "demonio", ignorando a Inosuke y Genya, se dirigió a su sitio y le dedicó una mirada fugaz a Giyuu el cual estaba como siempre sentado en una de las esquinas de la sala en vez de con todos – De repente el club está lleno de gente.

- ¡Sí! ¿No es genial?

- Supongo, esto... ¿qué les pasa a esos? - señaló a los chicos estrangulándose.

- Nada, nada, peleas comunes de compañeros - el pelirrojo le quitó importancia al tema.

- Entonces, ¿esta brújula señala demonios? - Yuichiro cogió el objeto mencionado y lo inspeccionó de arriba abajo – Parece una brújula normal.

- Tanjiro, ¿quién es T. Y? - Muichiro señaló la portada del cuaderno que Tanjiro le había dejado.

- El dueño del cuaderno, aunque no sé quién es.

- Podrías averiguarlo con varias combinaciones de nombres y una investigación exhaustiva en Internet y en los registros de la escuela. Puedes ir probando nombres al azar como Tatsumi Yakumo, Takagi Yusuke, Tsugikuni...

- Pero eso es mucho trabajo, no tenemos tiempo para eso. Chicos, chicos, ¿sabéis en qué va a consistir la actividad de hoy?

- Ojalá que en quedarnos quietos - lamentó Giyuu ante la propuesta que sabía que no se iba a cumplir.

- Frío, frío, muy frío - sonrió para después alzar ambos brazos - ¡Vamos a pedir dinero al consejo estudiantil para comprar una mesa más grande!

La propuesta del día era algo que a Giyuu no le apetecía hacer, era verdad que si lo comparamos con las locas actividades comunes del club pues era hasta una actividad pacífica pero la verdad es que no le hacía gracia acercarse al consejo estudiantil. Para empezar, estaba Shinobu, además estaba Shinobu y para rematar estaba Shinobu. ¿Había dicho ya que estaba Shinobu? Y por supuesto, había otra persona a la que no le apetecía ver, era esa persona que estaba plasmada en un enorme poster en una de las paredes del club, el mejor alumno de la escuela, Rengoku Kyojuro.

- Yo no voy – Giyuu mostró su negativa y Tanjiro hizo un puchero.

- ¿Por qué?

- No quiero.

- Que pesado – Inosuke, que había dejado de pegarse con Genya, le miró mal - ¿Cuándo te vas a enterar de que tu opinión nos da igual?

- La verdad es que yo tampoco quiero ir - comentó Zenitsu en voz baja – El consejo estudiantil me da miedo, Kochou Shinobu es aterradora a pesar de que siempre sonríe.

- Pero Rengoku-senpai es amable y energético.

- Pero no vamos a hablar solo con Rengoku.

- Genya, ¿tú que vas a hacer? - se interesó Muichiro.

- Lo contrario a lo que hagáis vosotros.

- Genya, no seas borde – le regañó Tanjiro – Bien, como yo soy el presidente del club iré, Zenitsu es el vicepresidente así que también irá.

- ¡Yo también Gonpachiro! Porque soy el dios del club.

- Bien, Inosuke también y además Genya.

- ¿Por qué yo?

- Puede que les demos pena si ven que llevamos a un adolescente que no puede hablar con chicas.

- Eres un hijo de... - dejó de hablar cuando sintió la mirada de Kanao encima de él - Pitiiiiii.

- Muichiro, Yuichiro y Kanao se quedarán y Tomioka-senpai... ¡Tomioka-senpai viene con nosotros!

- ¿Por qué?

- ¡Porque sí! - fue hacia Giyuu y le empezó a arrastrar por el brazo – Chicos, vámonos.

- ¡Sí! - Inosuke fue feliz detrás de ellos aunque no se podía decir lo mismo de Genya y Zenitsu – Gonpachiro, ¿con qué les amenazamos si no quieren soltar el dinero?

- Inosuke, no somos mafiosos.

- ¿No amenazamos entonces? Que aburridoooooo.

Tanjiro se rio por la actitud de su amigo, cuando llegaron delante de la puerta del consejo estudiantil, intentó llamar mientras uno de sus brazos seguía sujetando a Giyuu pero unas voces provenientes de dentro de la habitación le detuvieron.

- ¡Me tienen que creer! ¡Había un fantasma!

- ¿Fantasma? - Zenitsu, que escuchaba la conversación perfectamente sin estar pegado a la puerta, repitió lo nombrado por la chica.

- ¡Fantasmas! - Inosuke se pegó a la puerta igual que Tanjiro para escuchar de que hablaban las personas de dentro, no fue muy difícil distinguir la potente voz de Rengoku.

- ¡Puede ser un fantasma pero también puede no ser un fantasma!

- Ozaki-san, tranquilízate – ahora fue la voz de Shinobu la que sonó - Ha podido ser cualquier cosa.

- ¡No, es un fantasma! ¡Lo he visto con mis propios ojos, es el fantasma de un niño! ¡¿Por qué no me creen?!

- Ozaki-san.

La puerta en la que estaban apoyados Tanjiro e Inosuke fue abierta por Ozaki, una chica de segundo de preparatoria, haciendo que ambos chicos cayeran de boca al suelo del consejo estudiantil y como Tanjiro tenía agarrado a Giyuu, este cayó con ellos aunque cayó encima de Tanjiro en lugar de cara al suelo.

- Pero vosotros... - Shinobu les miró mal - ¿Estabais espiando?

- ¡Mentira! - se defendió Inosuke – Estábamos sujetando la puerta para que no se cayera.

- Emmm... - Tanjiro miró a Rengoku, el chico no se veía muy feliz mientras miraba a Giyuu encima de él - N-no espiábamos.

- ¿A qué habéis venido entonces? - Rengoku deshizo su rostro serio y le dedicó una sonrisa a Tanjiro.

- Pu-pues...

- A nada – Giyuu se levantó y tiró de Inosuke y Tanjiro – No hemos venido a nada.

Shinobu les iba a regañar pero su vista se desvió hacia Ozaki la cual había salido ya del despacho del consejo estudiantil.

- ¡Ozaki-san!

- Nos... ¡nos vamos! - Tanjiro se despidió con la mano y salió corriendo detrás de la chica seguido de los demás miembros de su club - ¡Ozaki-senpai!

- ¿Mm? - la chica se dio la vuelta y se encontró con el pelirrojo detrás de ella - ¿Qué quieres?

- ¿Has visto un fantasma?

La chica les miró de arriba abajo, ya había sido tomada como una mentirosa por el consejo estudiantil, no le apetecía ahora que unos chicos de un grado inferior se rieran de ella.

- ¿Os importa?

- Por supuesto.

- Si queréis reíros de mí...

- Por favor – Tanjiro la interrumpió - Cuéntanos que ha pasado.

Ozaki miró al chico a los ojos, acabó rindiéndose al ver reflejado la seriedad con la que hablaba.

- Seguidme – Ozaki echó a andar hacia el patio de la escuela con los chicos detrás de ella, Giyuu intentó escabullirse pero Tanjiro se enganchó de su brazo y le arrastró detrás de la chica.

Ozaki les acabó guiando a las pistas de tenis de la escuela, las cuales eran utilizadas solamente por los miembros del club de tenis del cual Ozaki era parte.

- Mirad allí - la chica señaló algo que, a los ojos de los chicos, parecía una especie de red de tenis uniendo varios árboles que rodeaban la pista.

- ¿No es un sitio muy raro para poner una red de tenis? - preguntó Zenitsu.

- No es una red de tenis.

- ¿Y entonces que es?

- Hilos... de un fantasma.

Giyuu suspiró ante la estupidez que había soltado la chica.

- ¿Por qué das por hecho que es un fantasma? - preguntó ahora Giyuu - Puede que cualquier persona os esté gastando una broma pesada.

- ¡Porque lo he visto! Siempre llego de las primeras personas a la escuela, me gusta revisar que todo está bien en el club de tenis para que luego no tardemos en empezar las prácticas pero cuando he llegado hoy... - el rostro de la chica se quedó pálido - ¡Ha-había un fantasma encima de esos hilos! ¡Yo lo he visto! Su... su pelo... ¡su pelo se le echaba en la cara como si fueran las patas de una araña y tenía manchas rojas en la cara!

- ¿Manchas rojas? - Tanjiro ladeo la cabeza.

- ¡Sí y además! - salió corriendo hasta llegar a un pequeño almacén del club de tenis - ¡Mirad! - Ozaki abrió la puerta, los chicos miraron impresionados el interior debido a la cantidad de telarañas que había.

- ¡Que guarros sois! - Inosuke la miró mal – No limpiáis.

- ¡Nosotros mantenemos el almacén siempre limpio y en la mejor de las condiciones!

- Esto puede ser otra broma de cualquier persona – Giyuu seguía convencido de su teoría.

- ¿Y el niño sobre los hilos que unen los árboles? ¿Eso era también una broma?

- Puede que te lo imaginaras.

- ¡¿Cómo me voy a imaginar eso?!

- No lo sé, desayuna mejor – Giyuu le restó importancia al asunto cabreando más a Ozaki.

- Tomioka-senpai – Tanjiro le regañó con la mirada – Ozaki-senpai, yo sí te creo.

- ¿En serio?

- Sí, pero siento decirte que los fantasmas no existen.

- ¿Eh? ¡Pero entonces no me crees!

- Lo que viste no era un fantasma - sonrió convencido de sus palabras - ¡Era un demonio!

- ¿Qué...? - Ozaki le miró raro – No puede ser un fantasma porque no existen ¿pero sí puede ser un demonio?

- Es que los demonios sí existen.

- Pero...

- Tranquila, el Club de Investigación de Demonios se encargará de lidiar con este demonio. Tú sigue con tu vida normal.

Ozaki le miró más confusa todavía mientras Tanjiro se daba la vuelta y se alejaba de ella con el resto de su club siguiéndole.

- ¿Se puede saber que te pasa? - le encaró Genya – Cuando hablas solo sueltas tonterías.

- No son tonterías, Tomioka-senpai, ¿te acuerdas de los tres demonios que te enseñé? El que ha llenado el almacén de telarañas debe haber sido el demonio araña. No tengo ninguna duda.

- Yo sí - le contestó Giyuu – Oye, espero que no estés pensando en...

- ¡Ya está! - se paró de repente – ¡El Club de Investigación de Demonios tiene una nueva tarea!

- Pero si no hemos cumplido ni la primera de pedir dinero al consejo estudiantil – le recriminó Genya.

- Es que esta es más importante, nos vamos a quedar esta noche en la escuela para atrapar al demonio.

- ¿Ah? Yo no quiero quedarme en la escuela, no me gusta la escuela – Inosuke resopló - ¿No podemos esperar al demonio en un restaurante donde se coma bien?

- Inosuke, el demonio no irá ahí.

- ¿Y aparecerá esta noche porque a ti te da la gana? - le preguntó Genya – Si existe un demonio o lo que sea, ya ha hecho su travesura ¿por qué crees que va a volver a aparecer?

- No sé si va a volver a aparecer pero si no nos quedamos no conseguiremos nada.

- Tanjiro – Zenitsu tiró del uniforme de su amigo – No sé si...

- Si de verdad se trata de un demonio, entonces eso quiere decir que se está alimentando de un recipiente. ¡No puedo dejar que eso siga así!

Las manos de Zenitsu se soltaron del uniforme del pelirrojo tras escuchar lo que había dicho.

- ¿Y luego? - Zenitsu preguntó con la mirada baja – Si de verdad hay un demonio, ¿qué vas a hacer entonces?

- ¡Exorcizarle!

- Las cosas siempre suenan fáciles si salen de tu boca - murmuró mientras enrollaba sus dedos en su pelo – A veces me gustaría ser como tú.

- Zenitsu, ¿has dicho algo?

- No - volvió a levantar su rostro – En fin, de cualquier forma y aunque nos neguemos, nos vas a obligar ¿verdad?

- ¡Buena conexión mental! Ah, senpai, tú también vienes ¿vale?

- No.

- Iré a tu casa y te llevaré a rastras si hace falta.

Por desgracia, sabía que Tanjiro no bromeaba, el chico era capaz de cualquier cosa si de demonios se trataba.

- Avisaré a Muichiro y...

- No – Genya le detuvo – No les vas a meter en este plan de locos.

- Genya... te preocupas mucho por tus novios.

- ¡¿Qué?! - los colores se le subieron al rostro - ¡N-no son mis novios! ¡Me gustan las chicas! ¡Soy hete...!

- Gonpachiro, ¿cómo nos colamos en la escuela? Las puertas se cerrarán por la noche - interrumpió las, para él, insignificantes quejas de Genya.

- Pues... - el pelirrojo miró hacia el cielo para pensar - Podríamos escondernos.

- ¿Y si nos pillan? - se cuestionó Zenitsu.

- Pues... - volvió a mirar hacia el cielo – Algo se le ocurrirá a senpai.

- ¿Qué? ¿Por qué a mí?

- Cuento contigo, Tomioka-senpai – Tanjiro se despidió con la mano pero Giyuu fue detrás de él.

- ¿A qué viene eso de dejarme las excusas a mí? ¿Y se puede saber a dónde vas ahora?

- Sé que eres muy listo, me lo dice mi nariz y ahora me voy a hablar con Himejima-senpai.

- ¿Himejima? ¿Por qué?

- Para que me cuente como exorcizar demonios, seguramente lo necesitemos.

- En realidad, seguramente NO lo necesitemos.

- Mejor prevenir que curar, senpai, cuento contigo esta noche.

Giyuu suspiró cansado, envejecería demasiado rápido si seguía metiéndose en las ideas locas de Tanjiro.

- Lo que acabas de decir ha sonado terriblemente mal - metió sus manos en sus bolsillos, nunca estaba mal molestar un poco al chico - ¿Con qué exactamente cuentas conmigo esta noche?

Las mejillas de Tanjiro se tiñeron de rojo al haber entendido el doble significado de sus palabras.

- ¡N-no me refería a eso! ¡Tomioka-senpai, haz el favor de controlar tus fetiches pervertidos! Esta noche no vas a ver ningún muslo – un sonrojado Tanjiro salió corriendo dejando a Giyuu solo.

No lo admitiría en voz alta pero molestar a Tanjiro era a veces muy divertido.

En una de las clases de secundaria, Nezuko terminaba de recoger las cosas en su mochila para después buscar con la mirada a cierto chico, al no encontrarlo, decidió acercarse a una de las chicas de su clase.

- Disculpa, ¿sabes algo de Rui?

- ¿Rui? Ni idea.

- Vale, perdón por molestar – Nezuko la agradeció con una sonrisa y se dirigió al pupitre vacío de su compañero de clase.

No era ningún secreto que Rui se encontraba raro pero el chico era tan cerrado que comunicarse con él era misión imposible. Con cuidado pasó una de sus manos por encima de la madera de la mesa pero la apartó rápidamente al ver como una araña salía a recorrer esta superficie.

- Rui - murmuró en voz baja – Espero que estés bien. 

Las brillantes paredes de la escuela Sakurajima estaban ahora teñidas de negro debido a la noche. Si por el día el edificio era animado y ruidoso, por la noche al no tener a nadie dentro era frío y lúgubre. Un sitio que nadie querría visitar solo, después de todo, aunque la curiosidad te llegue y quieras visitar tu escuela por la noche, al final no lo harías porque las escuelas por la noche, al igual que cualquier otro edificio, son aterradoras.

- Éxito - Tanjiro se asomó por la puerta de su club.

- No hay musulmanes en la playa - confirmó Inosuke.

- Querrás decir que no hay moros en la costa – le corrigió Zenitsu.

- Sí, es otra forma de decirlo.

- Pues démonos prisa, como Muichiro y Yuichiro se den cuenta de que no estoy y por un casual vengan aquí - miró mal a Tanjiro – Te patearé.

- Eres muy bueno con tus novios, Genya.

- ¡Que no son mis novios!

- ¿Ahora qué? - preguntó Giyuu mientras miraba por la ventana el paisaje nocturno de la escuela - ¿Llamamos a gritos al demonio?

- Senpai, no bromees – Tanjiro se quitó la mochila que llevaba colgando en su espalda y sacó de ella la brújula - En principio, esto nos debería indicar dónde está el demonio ahora.

Todos se acercaron a mirar la brújula pero como era de esperar del objeto, a donde apuntaba era al norte.

- Está en el norte - confirmó Tanjiro.

- Y lo deduces porque la brújula señala al norte, exactamente como.... ah, sí, todas las brújulas de este mundo – Giyuu habló con ironía haciendo que Tanjiro hiciese un puchero.

- Pero...

- Tanjiro – Zenitsu le interrumpió - Creo que lo mejor será que esperemos, ¿vale? Si la brújula deja de señalar al norte, entonces nos moveremos. ¿Te parece bien?

Aunque en realidad no estaba de acuerdo, Tanjiro aceptó.

- ¿Qué hacemos mientras? - preguntó Genya mientras se sentaba en el suelo.

- ¡Contemos historias de miedo! - propuso Inosuke animado lo cual parecía no apetecer al rubio.

- Yo no quiero.

- ¿Por qué? ¡Cobarde, cobarde!

- Llámame lo que te dé la gana.

- Yo sé historias de miedo, por supuesto, relacionadas con demonios.

Giyuu puso los ojos en blanco, ¿había algo más en la vida de Tanjiro aparte de demonios?

- Pues cuéntala, así nos entretenemos un poco.

- Mi historia... - apuntó a su cara con una linterna para intentar dar miedo aunque lo que daba era risa – La escuché cuando todavía estaba en secundaria.

- Ah, ¿pero no sigues en secundaria?

- ¡Senpai! ¿Me estás llamando infantil?

- ¿Yo? Que va.

Tanjiro infló los mofletes ante el insulto disfrazado pero volvió a centrarse en contar su historia.

- Bien, como iba diciendo antes de que Tomioka-senpai me interrumpiera, el demonio del que hablo usa su poder los días de tormenta. Con solo levantar su mano hacia el cielo, es capaz de...

- Tanjiro – Zenitsu le interrumpió y le sonrió algo incómodo - Conozco esa historia, es algo aburrida, ¿qué te parece si cuentas otra?

- ¿En serio? Vale, contaré otra.

Tras las palabras de Tanjiro, Zenitsu suspiró más tranquilo lo cual no pasó desapercibido por Giyuu.

- Esta es más increíble, es sobre un demonio de seis ojos que... - miró mal a Genya al verle bostezar - ¿Te aburre mi historia, Genya?

- Me aburres tú.

- Gonpachiro, yo conozco historias de zombies, ¿quieres que cuente alguna?

- Pero Inosuke, los zombies no existen.

- ¿Y los demonios sí? - Giyuu echó su cabeza hacia atrás - No quiero oír historias de miedo, quiero dormir.

- Yo también - Zenitsu se sumó a la propuesta.

- Pero si dormimos todos, nadie estará despierto para cuando aparezca el demonio. Lo mejor será hacer guardias.

- Me pido NO hacer la primera – Inosuke se recostó en el suelo – Buenas noches.

- Pero pedirse no hacer la primera no debería valer, ¿qué os parece si lo echamos a suerte y....?

- Ya que la idea de venir aquí ha sido tuya pues la primera guardia la haces tú - Genya, al igual que Inosuke, se tumbó en el suelo – Ale, buenas noches.

- Emm... - Tanjiro buscó a Zenitsu con la mirada pero este también estaba tumbado en el suelo dándole la espalda – Chicos.

- Me temo que vas a tener que vigilar tú.

- ¿Yo solo?

- ¿Algún problema con estar solo?

- Es que... - miró triste hacia el suelo – No me gusta estar solo.

- Estar solo es parte de crecer, ¿cuánto tiempo crees que vas a poder estar siempre rodeado de gente?

Tanjiro no respondió, simplemente se revolvió algo incómodo. Giyuu debería haberse tumbado y haberle ignorado pero para su mala suerte no pudo. El pelirrojo era molesto, era ruidoso y no respetaba la privacidad, era todo lo que Giyuu odiaría en una persona pero de alguna manera, resultaba extraño verle actuar triste. ¿Podía acaso el energético Kamado Tanjiro ponerse triste? Puede que no mereciera la pena averiguarlo.

- Me quedaré despierto – tras las palabras de Giyuu, la luz volvió al rostro de Tanjiro – Pero nada de hablar, ¿vale?

- Pero quiero hablar contigo, además, será aburrido si nos quedamos en completo silencio y piénsalo, así podremos conocernos mucho más. Puedes hacerme preguntas, las responderé sinceramente.

- Vale, primera pregunta ¿por qué eres siempre tan ruidoso?

- Me gusta hablar, segunda pregunta, ¿te gusta alguien, Tomioka-senpai?

- ¿Qué? ¿A qué viene esa pregunta?

- Es curiosidad, ¿te gusta alguien?

- No.

- Ha sido una respuesta aburrida - criticó mientras hacía un puchero.

- Ha sido una respuesta sincera, tercera pregunta ¿Cuándo vas a dejarme almorzar solo?

- Nunca, cuarta pregunta ¿alguna vez has besado?

- ¡¿Qué?! - se sobresaltó con un ligero rojo en las mejillas que causó una sonrisa traviesa en Tanjiro - ¿Por qué solo preguntas tonterías?

- Senpai, no es tu turno de preguntar.

- Eres... eres un... ¿Qué más te da que...? - giró su rostro para evitar mirar a Tanjiro – No, nunca he besado. ¿Pasa algo con eso?

- Jajaja, tranquilo, yo tampoco he besado, pero no tengo prisa. Tenemos toda la vida para besar a la persona que nos gusta.

- Bien, si quieres sacar estos temas, pues saquemos estos temas. Quinta pregunta, ¿Cuándo vas a decirle a Rengoku que te gusta?

- ¡Ah! - tapó su boca sonrojado – E-esa pregunta no vale.

- Sí que vale. Yo he contestado la del beso, contesta tú esta.

- Pues... - se dejó caer al suelo mientras abrazaba sus piernas – N-no puedo decirle que me gusta, me da vergüenza.

- Creía que tú no te callarías nada, viendo que eres como él, me extraña que no seáis la pareja más popular de la escuela.

- Rengoku-senpai... está en otro nivel. Sexta pregunta, si fuera tu último día en la Tierra ¿Qué te gustaría hacer?

- Veo que has desviado el tema para que no pregunte más de eso, chico listo. Bien, ¿El último día en la Tierra? Creo que no haría nada.

- ¿Qué? ¿En serio?

- ¿Para qué hacer algo? No va a haber un mañana en el que pueda recordar lo que he hecho hoy.

- Es que si lo ves así... ¿sabes? Yo pasaría el día con alguien que quisiera mucho.

- No era mi turno de preguntar.

- Es verdad, bueno ya que he respondido una cosa, pues vuelvo a preguntar yo. Si pudieras ser otra persona, ¿Quién te gustaría ser?

- Santa Claus - respondió sin dudar sorprendiendo a Tanjiro.

- ¿En serio? Eso es inesperado. ¿Por qué?

- Para trabajar solo una vez al año.

Lo siguiente que se pudo oír en la sala fue la suave risa de Tanjiro, el chico tapo su boca para evitar que se volviera más ruidosa y despertara a sus amigos.

- Es una respuesta que no sorprende si viene de ti.

- ¿Y tú? Si pudieras ser otra persona, ¿Quién serías?

- Mmm... - miró al techo para pensar su respuesta – Es difícil responder, Rengoku-senpai es genial así que estaría bien ser él por lo menos por un día pero mi respuesta va a ser... ¡AH, senpai, mira! - Tanjiro se lanzó rápidamente hacia la brújula la cual ya no señalaba hacia el norte - ¡Está señalando al demonio!

- ¿Qué? - Giyuu se acercó para mirar el objeto, efectivamente, no estaba señalando al norte – Debe estar rota.

- No, no lo está. ¡Chicos, chicos! ¡Despertad!

- ¿Por qué gritas? - Genya se levantó algo molesto – Estaba empezando a coger el sueño.

- ¡La brújula señala a un demonio!

- ¡¿En serio?! - Inosuke se levantó rápidamente.

- ¡Zenitsu, mira, hay un demonio de verdad!

- ¿Cómo estás tan seguro? La brújula puede que esté...

- ¡Que no está rota! ¡Vamos, vamos! ¡Si no nos damos prisa el demonio se va a ir! - abrió la puerta y empezó a meter prisa a los demás - ¡¡Venga!!

- Mierda, habernos quedado aquí dentro a perseguir gnomos mágicos.

- ¡Genya, que son demonios!

- Ya, ya, lo que digas.

- ¡Zenitsu! - Taniro se giró para mirar al rubio que había abierto la ventana - ¿Qué haces? Nos tenemos que dar prisa.

- Voy, voy, solo comprobaba... que estaba despejado - suspiró aliviado al ver que no había ningún rastro de tormenta.

- ¡Vamos! - Tanjiro echó a correr y a los demás no les quedó más remedio que seguirle.

Delante de la casa de los Kamado, Nezuko dejó con cuidado el cuenco llenó de atún en el suelo de la calle, en seguida varios gatos callejeros aparecieron. La chica miró con una sonrisa como estos empezaban a comer con hambre.

- Me alegra que os guste - miró hacia el oscuro cielo – Mi onii-chan se quedaba a dormir en casa de Inosuke así que mañana no podremos ir juntos a clase. ¿Queréis acompañarme vosotros a clase? - preguntó con una sonrisa aunque los gatos siguieron comiendo – Me gustaría... caminar a la escuela con Tomioka-senpai – después de soltar un suspiro enamorada al aire, Nezuko se levantó y caminó de vuelta a su casa pero una silueta demasiado familiar caminando por las vacías y oscuras calles llamó su atención - ¿Rui...?

El chico caminando en la oscuridad era sin ninguna duda su compañero de aula, aunque la verdad es que se veía muy raro. A pesar de que predominaba la oscuridad, varias farolas estaba encendidas y cuando el chico pasó por debajo de una, Nezuko pudo ver en primera fila como sus cabellos azabaches eran ahora blancos y como su piel había alcanzado un nuevo nivel de palidez al estar completamente blanca.

- ¿Rui...? ¡Rui! - aunque le llamó, el chico en ningún momento se dio la vuelta - ¡Rui! Eres tú ¿verdad?

El chico siguió ignorándola así que, tomando, tal vez, una decisión de la que se podría arrepentir, decidió seguirle hacia donde quisiera que se dirigiera.  

- Es aquí - Tanjiro confirmó tras llegar a la dirección donde apuntaba la brújula.

- ¿Aquí? - mirando confundido el sitio, Inosuke decidió preguntar - ¿Seguro?

- Al 100%.

- Pero esto es... - Genya miró el cartel pegado a la puerta - ¿El club de periodismo? ¿Qué demonio hay aquí? ¿El demonio de la fotografía? ¿O tal vez el demonio del cotilleo?

- No lo sé pero hay uno, bien, ¿Quién abre la puerta?

Todas las miradas fueron hacia Giyuu, el cual frunció el ceño.

- No, esta locura se te ha ocurrido a ti así que la puerta la abres tú.

- Senpai, Santa Claus no me dejaría abrir la puerta a mí, seguro que se ofrecería él.

- Me da igual.

- Jo – poniendo cara de fastidio, Tanjiro apretó con fuerza la brújula en su mano izquierda y con la derecha apretó el pomo de la puerta – Waa, está muy frío.

- ¡Abre ya, abre ya! - Inosuke le metió prisa.

- Bien, contaré hasta tres. Uno... dos...

La tensión se acumuló en el cuerpo de todos a pesar de que algunos creían estar seguros de que allí no había ningún demonio.

- Y... ¡Tres! - Tanjiro apretó con más fuerza el pomo e intentó abrir la puerta pero nada paso.

- ¿Tan... jiro?

- No se abre.

- Es que eres muy flojo Gonpachiro, deja al dios del club – Inosuke hizo a un lado al chico e intentó abrir él la puerta – Ya veo, efectivamente, no abre.

- Ya lo había dicho yo.

- Pero yo lo confirmo.

- Mmm, en el despacho del consejo estudiantil deben estar las llaves pero – Tanjiro miró de reojo la puerta – El demonio podría escapar. Genya, Inosuke, Zenitsu ¿podéis ir vosotros a buscarlas?

- ¿Eh? - Genya puso cara de fastidio.

- ¡Cuenta conmigo! - Inosuke se golpeó el pecho - ¡Genta, Monitsu, vamos, seguid a vuestro dios!

- ¿Qué dios eres tú? ¿El dios cerdo?

- Tanjiro – Zenitsu miró desconfiado la puerta cerrada - ¿Vas a estar bien aquí solo?

- Pero si no estoy solo – con una sonrisa se enganchó del brazo de Giyuu – Tengo a senpai a mi lado.

- No cuentes conmigo.

- ¿Quieres que me quede?

- No, tranquilo, Tomioka-senpai cuidará de mí.

- Si tú lo dices – Zenitsu le dedicó una mirada de reojo a Giyuu para luego irse junto a los otros dos chicos dejándoles solos en la oscuridad del pasillo.

Tanjiro sonrió mientras agarraba con fuerza la brújula y se giraba para mirar la puerta. Todavía señalaba hacia allí así que el demonio seguía dentro.

- No se va a escapar.

- Si es un demonio de verdad, entonces sí podría escapar.

- No le dejaré.

Giyuu se apoyó en la pared, cansado por el alboroto natural que armaba Tanjiro.

- Senpai, ¿conoces a alguien del club de periodismo?

- No y tampoco quiero.

- El líder del club es un alumno de tercero ¿verdad?

- Ni lo sé, ni me importa.

- Creo que su nombre era... Da... no, ¿De...? Empezaba por "D".

- Oye.

- ¿Sí? ¿Ocurre algo? ¡Ah! N-no me digas... qui-quieres aprovechar la oscuridad para tocarme en algún sitio – el rostro de Tanjiro se puso rojo - Senpai, controla tu lujuria solo esta noche por favor.

- No soy un degenerado, lo que quería preguntar era... sobre ese chico rubio.

- ¿Zenitsu?

- Sí.

- ¿Qué pasa con él?

- El otro día hable con él.

- ¿Senpai...? ¡¿Hablaste?! ¡¿Por propia voluntad?!

- Oye - frunció el ceño - No te sorprendas por eso, no me gusta hablar pero a veces hay que hacerlo.

- ¿De qué hablasteis?

- Le pregunté por qué se unió al club.

- Oh... - la mirada de Tanjiro bajó - ¿A ti... te interesa Zenitsu?

- Hay que admitir que es peculiar dentro de este club, no se parece en nada a ti que eres un loco por los demonios y tampoco a Inosuke que es un loco sin más.

- ¿Eso fue todo? ¿No te interesa... de otra forma?

- ¿De qué forma?

- Pu-pues... - apartó la mirada sonrojado – Para salir y esas cosas.

- Ya te he dicho antes que no me gusta nadie.

- S-sí pero... - Tanjiro se apoyó a su lado en la pared – Zenitsu es mi amigo, le conocí en secundaria, se asusta con mucha facilidad pero siempre es muy confiable en los momentos importantes. No sé por qué pero siempre parece asustado de algo, me gustaría que sonriera más, creo que se merece poder sonreír. Ah, tú también senpai, me gustaría verte sonreír.

- Pues sigue esperando.

- Pero te vi sonreír.

- ¿Yo? ¿Cuándo?

- Cuando comes salmón con daikon, tienes una sonrisa preciosa, deberías mostrarla más seguido.

- No lo voy a hacer.

- Venga, venga, no seas tímido. Una sonrisa, solo una ahora.

Las manos de Tanjiro fueron hacia las mejillas de Giyuu y las estiraron para intentar crear una sonrisa forzada aunque solo consiguió que Giyuu frunciera el ceño y pusiera una cara rara.

- Jajaja, ahora mismo estás muy gracioso, senpai.

- Déjame.

Forcejeando para intentar quitarse al pelirrojo de encima, sus pies tropezaron con los de Tanjiro causando que ambos cayeran al suelo con Giyuu encima del chico. En ese instante, Giyuu se quedó estático, sabía que debería quitarse cuanto antes o si no recibiría los mismos comentarios de siempre tachándole de pervertido pero la mirada que tenía ahora mismo Tanjiro no era vergüenza, su mirada estaba fija en los ojos azules del contrario lo cual incomodó un poco a Giyuu.

- ¿Pasa algo?

- ¿Eh? No, es que... - una de las manos de Tanjiro se posó con delicadeza en una de las mejillas de Giyuu haciendo que se sintiera cálida solamente por su tacto – Ya lo había notado pero tus ojos son muy bonitos, ahora por la noche son incluso más bonitos debido a la luz de la luna. Que envidia senpai, no tendrás ningún problema para encontrar pareja si tienes estos ojos.

- Ya te dije que no quería pareja.

- Lo sé, lo sé.

- Aunque es un alivio que solo comentes eso, pensé que me ibas a decir algo como "senpai, eres un pervertido..."

- ¡AH! - el rostro de Tanjiro se puso rojo al percatarse por fin de la postura en la que estaban - ¡Senpai, no puedes mostrar interés por uno de mis amigos y luego lanzarte hacia mí así!

- No me gusta Zenitsu.

- ¡Kyaaa! - se abrazó a si mismo – ¡Senpai, pervertido! ¡Llevas esperando este momento desde que me intentaste desnudar en la enfermería! ¡Tú de verdad que no vas a parar hasta meter tu cabeza entre mis piernas!

- A este paso voy a meter ahí mi cabeza de verdad pero solamente para que te calles.

- ¡Gonpachiro! ¡Encontramos la...! - Inosuke dejó de hablar al ver la escena que tenía lugar delante de él - ¡Gonpachiro, tienes al Topioka encima!

- ¿Ah? - Genya sonrió de forma maligna al decidir darle a probar un poco de su propia medicina – Tanjiro, no sabía que eras esa clase de ser humano.

- ¡No lo soy!

- ¡¿A qué fastidia?!

- Ejem – Zenitsu carraspeó la garganta - ¿Piensas pasarte más tiempo debajo de Tomioka?

- ¡No, no! ¡Senpai!

Giyuu se apartó en silencio con el rostro un poco rojo, era bochornoso que los hubieran pillado así.

- ¿Conseguisteis la llave?

- ¡Sí! - Inosuke alzó contento la llave del club – Peguemos una patada al demonio.

Tanjiro se levantó del suelo y extendió la mano hacia Inosuke, el chico le dio la llave que había traído.

- Bien, ahora sí es el momento.

Tras comprobar con la brújula que el demonio seguía dentro, Tanjiro dirigió su mano temblorosa a la cerradura de la puerta y encajó la llave.

- Voy a abrirla – todos asintieron ante el aviso, la misma tensión que antes recorrió sus cuerpos.

La llave giró en la cerradura y la puerta se abrió un poco dando de lleno en la cara de Tanjiro un extraño aire frío que no encajaba con la temperatura actual de la escuela. Aunque su intención era empujar más la puerta para ver completamente el interior de la sala, sus acciones fueron interrumpidas por el sonoro grito de una chica que rompió el silencio que reinaba en la escuela.

- ¡IIIIIII! - Zenitsu saltó aferrándose a Tanjiro - ¿Q-qué ha sido eso?

- ¿U-un grito? Has sido tú ¿verdad? Que sepas que no tiene gracia gastarnos ahora una broma.

- ¿Qué? Genya, yo no he hecho nada.

- ¿Quién ha gritado entonces? - preguntó Giyuu.

- No lo sé pero... - el sudor empezó a recorrer el cuerpo de Tanjiro - Parecía... pero no puede ser ella.

- ¡Venía de fuera! - Inosuke señaló el patio de la escuela - ¡Vamos a buscar a la chica del grito!

Los cinco chicos salieron al patio de la escuela dejando abandonada la puerta semiabierta del club de periodismo. Al igual que el interior de la escuela, el exterior estaba completamente vacío. No había nadie, por lo tanto, no había nadie que pudiera haber gritado.

- Puede... que haya sido una imaginación ¿no? - intentó convencerse Zenitsu.

- ¿De los cinco? ¿Qué locura es esa? - Genya criticó su justificación.

Los ojos de Tanjiro miraron hacia los lados, efectivamente no había nadie pero eso no encajaba. Alguien definitivamente había gritado y creía saber quién podía haber sido.

Desde las alturas, una gota de algún líquido se precipitó sobre la frente de Tanjiro. Al dirigir su mano al líquido que le había manchado, pudo sentir como todo a su alrededor se distorsionaba y como de repente costaba más respirar. El líquido presente ahora en sus dedos era rojo y gracias a su desarrollado sentido del olfato pudo identificar el potente olor a hierro. La mancha era de sangre.

Al levantar su mirada terminó de sentir como si el mundo se pusiera patas arriba al ver a su hermana, la cual debería estar en su casa, colgada boca abajo y enredada en hilos que unían dos edificios de la escuela.

- Ne... ¡¡NEZUKO!!

La respiración de Tanjiro se volvió más errática al ver como los hilos enredados en los brazos de su hermana adquirían un color rojo debido a que la estaban cortando la ropa y la piel.

Sobraba decir que los chicos que le acompañaban estaban tan e incluso más sorprendidos que él al ver a la chica ahí arriba.

- ¡¡¡NEZUKO!!! - siguió gritando el nombre de su hermana esperando que esta se despertara pero lamentablemente no daba señales de ello.

- Tanjiro – Zenitsu llamó al chico.

- ¡Ayudadme, podemos bajarla!

- Tanjiro.

- N-no sé qué hace aquí, debería estar en casa.

- ¡¡Tanjiro!! - viendo que no hacía caso al rubio, Genya le llamó en su lugar consiguiendo por fin su atención.

- ¡¿Qué?!

Genya simplemente señaló más hacia delante, parecía que no estaban solos. De pie a unos metros de ellos estaba el cuerpo tembloroso de un chico de piel blanca, del mismo blanco del que ahora era completamente su pelo. Varias líneas de puntos rojos adornaban sus mejillas y su frente. Su esclerótica del ojo, que se presenta siempre blanca en cualquier persona, era de un color rojo que hacía brillar su iris azulado.

No había tenido mucho contacto con el chico y ahora costaba reconocerle pero Tanjiro podía reconocer su olor.

- ¿Rui...?

- Ha... - su boca seca se abrió intentando hablar – Ha sido su culpa. Yo no... yo no quería... n-no sé cómo...

- ¡¡Baja a mi hermana!!

Rui se sobresaltó por el grito del pelirrojo dando un paso hacia atrás.

- N-no sé cómo... - Rui miró sus temblorosas manos, no mentía, él no había atrapado a la chica a propósito. Nezuko simplemente apareció en la escuela detrás de él y cuando se quiso dar cuenta, la chica estaba ahí colgada boca abajo.

Rui.

La voz del chico de ojos rojos volvió a sonar en su mente consiguiendo detener un poco el temblor en sus manos.

- Muzan... no sé qué ha pasado.

Ven.

Sin pensárselo dos veces, Rui salió corriendo dejando atrás a los demás.

- ¡Espera! ¡¿A dónde vas?! - Tanjiro intentó seguirle pero Giyuu le detuvo.

- Ahora mismo hay algo más importante ¿no crees?

La postura de Tanjiro se relajó y miró preocupado hacia arriba, la sangre seguía escurriéndose por los hilos que atrapaban el cuerpo de su hermana.

- ¿Cómo la bajamos? - preguntó Inosuke a Tanjiro aunque este no contestó.

Ante el silencio del pelirrojo, a Giyuu no le quedó de otra que tomar las riendas.

- Está muy alta, no conseguiremos nada con una escalera. Los hilos están unidos a los edificios, podemos cortarlos desde ahí. Genya, sube al segundo piso y córtalos.

- Espera, si los corta, Nezuko-chan caerá al suelo.

- No, no se va a caer, yo la atraparé.

Aunque Zenitsu no estaba muy convencido, no le quedó de otra que aceptar el plan de Giyuu sobre todo teniendo en cuenta que Tanjiro ni hablaba ni se movía.

Siguiendo las indicaciones del mayor del grupo, Genya subió al segundo piso y se asomó a una de las ventanas para intentar cortar desde ahí los hilos con unas tijeras aunque le costó horrores a pesar de que aparentemente eran simples hilos. Una vez que consiguió cortar los hilos, el cuerpo de Nezuko cayó hacia el suelo aunque en vez de chocar contra esta superficie dura, acabó cayendo sobre los brazos de Giyuu el cual consiguió atraparla sana y salva.

El mayor acercó su rostro al de la chica para comprobar que respiraba, gracias a dios lo hacía aunque no sabía si decir eso haría sentir mejor a Tanjiro.

- Está bien.

Tras recibir esa confirmación, Tanjiro dejó que la tensión en sus piernas desapareciera y cayó hacia el suelo.

- ¡Tanjiro! - Zenitsu se acercó preocupado hacia su amigo – Nezuko-chan está bien ¿no te alegra?

- Sí pero... - apretó los puños contra el suelo – Rui se ha ido por mi culpa. Le he gritado y le he asustado.

- No ha sido tu culpa.

- De todas formas – Genya apareció tras bajar del segundo piso - ¿Se puede saber que acaba de pasar?

- Era un demonio ¿verdad, Gonpachiro?

Tanjiro asintió en silencio haciendo que Genya pusiera mala cara mientras Zenitsu se tensaba.

- Debe ser una broma.

- No – Tanjiro miró sus dedos donde todavía había sangre seca perteneciente a su hermana – No es una broma.

- Me gustaría pensar en una explicación lógica pero por desgracia no la hay – Giyuu apretó el cuerpo inconsciente de Nezuko y miró a Tanjiro - No sé qué decirte ahora mismo, desde el primer momento pensé que estabas loco.

- ¿Y ahora qué? - Zenitsu soltó la pregunta al aire mientras enrollaba sus dedos en sus cabellos y tiraba de ellos hacia abajo - ¿Qué podemos hacer contra un demonio?

- ¡Pues nada! Si de verdad todo esto no es un puto sueño, entonces lo que ha hecho a la hermana de Tanjiro es real. Por dios ¡mírala! Si ese niño es un demonio entonces puede matarnos perfectamente, vámonos, aquí solo estamos pidiendo a gritos que nos corte en pedacitos.

- ¡Huir es de cobardes! -Inosuke le echó en cara a Genya - ¡¿A caso eres un gallina?!

- No soy cobarde, soy realista, ¿Qué piensas hacer contra él?

- Genya – la voz de Tanjiro detuvo la discusión de los chicos – Si huimos ahora ¿Qué va a pasar con Rui?

- Pues... no lo sé.

- Si nos vamos, el demonio seguirá alimentándose de él. Su aspecto ha cambiado así que ahora se encuentra en la segunda fase, posesión. Si nos vamos y le abandonamos, llegará a la corrupción sin ningún problema y puede que en ese momento sea muy tarde para recuperarle.

- ¿Y qué sugieres que hagamos?

- Ahora mismo, solo hay cinco personas que pueden salvar a Rui.

- Oye... será una broma.

- Puedo ayudarle.

- Tanjiro – Giyuu iba a protestar pero Tanjiro se giró rápidamente para encararle.

- ¡Puedo ayudarle, es precisamente porque puedo ayudarle que no voy a abandonarle!

- Es un demonio, ¿de verdad eres consciente de lo que puede hacernos? - preguntó Zenitsu con la cabeza agachada.

- ¡Olía a miedo!

- ¿Qué? - Zenitsu le miró confuso.

- ¡Rui tiene miedo! Él no sabe lo que está pasando y yo... - mordió sus labios frustrado – Yo he metido la pata gritándole. No puedo dejar que el demonio siga alimentándose de él. Ahora mismo solo nosotros podemos ayudarle. ¡¿Es que acaso no sabéis quiénes somos?! - golpeó su pecho recuperando su actitud positiva de siempre - ¡Somos el Club de Investigación de Demonios y nuestro objetivo es exorcizar a todos los demonios de la escuela Sakurajima!

- ¿Acaso no tienes miedo? Te recuerdo otra vez que es un demonio.

- Sé que no va a pasar nada malo, después de todo estamos todos juntos. Inosuke es muy fuerte, Tomioka-senpai es muy listo, Genya es audaz cuando quiere y tú tienes muy buen oído. Somos un equipo invencible.

Zenitsu le miraba sorprendido para luego sonreír cansado.

- Siempre quiero llevarte la contraria cuando dices una tontería, pero nunca lo consigo.

- ¡Venga! - Tanjiro alzó uno de sus brazos – Rui nos necesita.

- ¡Sí! - solo Inosuke respondió con su misma energía.

Zenitsu asintió ante la propuesta, ya tenía demasiado comprobado que era imposible hacer retroceder a Tanjiro cuando estaba tan decidido.

- Que fastidio – Genya suspiró cansado – Nos van a matar por tu cabezonería.

- ¿Triste por no haber dado un último beso a tus novios? - preguntó Tanjiro con una sonrisa.

- ¡Que no son mis novios!

- Tanjiro.

- ¿Sí, senpai?

- Esto es una locura pero sé que estás lo suficientemente loco para ir y arrastrar a los demás y a pesar de esto, no me opondré, ya que también pienso que dejar a Rui solo no es una solución.

- ¡Tomioka-senpai! - los ojos de Tanjiro brillaron por la emoción - ¡Por una vez pensamos igual!

- No he acabado de hablar.

- Ah, perdón.

- La brújula que llevabas apuntaba al club de periodismo, pero Rui estaba aquí fuera.

- Es verdad – Tanjiro volvió a sacar la brújula - No sé por qué.

- ¿Esa cosa de verdad sirve?

- Quiero creer que sí, por ahora es lo único que tenemos para encontrar a Rui así que creeré un poco más en ella. ¡Chicos! - se giró para mirar a los demás - Reunión urgente en el club, espero que tengáis suficientes energías porque esta noche va a ser movida.

Otra vez, Inosuke lo afirmaba muy energético mientras Genya pensaba que habría sido una buena idea haberse quedado en su casa.

Los chicos empezaron a entrar dentro del edificio pero antes de entrar, Giyuu se detuvo para mirar hacia una de las ventanas de la escuela. Puede que la oscuridad de la noche le hubiera jugado una mala broma pero podría haber jurado ver una melena rubia moverse por los pasillos. 

Rui terminó de subir a tropezones las escaleras del tercer piso buscando desesperadamente a alguien.

Rui.

Al sentir otra vez la voz en su cabeza, Rui ya supo exactamente donde estaba la persona que buscaba. Girando hacia la derecha y abriendo con fuerza la puerta de una de las aulas, se relajó al ver la silueta del alumno de ojos rojos iluminada por la luna.

- Hola Rui.

- Muzan... ¡Muzan! - el chico se lanzó llorando hacia sus brazos - ¡Yo no quería hacerle eso a Nezuko! ¡No sé cómo pasó!

- No has hecho nada malo, Rui – Muzan acarició con cuidado los cabellos blancos – Ella se lo merecía.

- ¡Pero ella no había hecho nada! - cerró sus ojos con fuerza al ver su nuevo color de piel – N-no sé qué me pasa, quiero volver a casa y...

Muzan obligó al chico a mirarle a los ojos tras escucharle decir eso.

- ¿A dónde quieres volver, Rui? ¿A esa construcción que llamas "casa" con unos padres egoístas? Me temo que es muy tarde para volver.

- Pero... - su cuerpo se tensó al ver como Muzan juntaba sus rostros quedando tan cerca que podía sentir su respiración.

- Aquí estarás bien, solo tienes que quedarte aquí. No olvides nunca cómo te sientes ahora mismo.

Rui cerró los ojos y volvió a ocultar el rostro entre los brazos de Muzan. El mayor continuó acariciando los blancos cabellos del chico mientras por su mente pasaba la imagen del chico de la cicatriz que había aparecido delante de Rui, su aspecto se le hacía horrorosamente familiar, sobre todo por esos pendientes.

- Rui, de los chicos que se han colado en la escuela, ¿Quién es el de pendientes hanafuda?

- Es el hermano de Nezuko.

- ¿Cómo se llama?

- Tanjiro.

- ¿Tanjiro? - preguntó confuso, el dueño de los pendientes no coincidía con el que él recordaba.

Muzan decidió no perturbarse por esa nueva información, siguió pasando su mano por los cabellos de Rui sintiendo cómo el chico empezaba a relajarse.

Ahora mismo no debía existir ningún problema, Rui era un insecto atrapado en una telaraña, sin escapatoria y entre los brazos de en quien debería desconfiar. Los demonios habían sido listos al meterse en cuerpos de adolescentes, no había nadie más manipulable ni más inestable emocionalmente que un adolescente, Rui era la prueba de ello.

Ya solo quedaba una cosa, esperar a que la araña devorara completamente a su ingenua víctima o lo que es lo mismo, que el demonio araña acabara completamente con la existencia conocida como "Ayaki Rui".

Lo único que esperaba esta noche Muzan era no volver a ver como un chico de pendientes hanafuda se metía en su camino.  


Hola!!! Hasta aquí el capítulo. En el siguiente capítulo llega el momento de exorcizar a Rui. ¿Lo conseguirán o fallarán en el intento? ¿Se salvará nuestro bebé araña que me parece achuchable en el anime pero me da mucho miedo en el manga? 

En serio, miradle, en el anime es un bebé hermoso, no tanto como Muichiro pero es muy bonito.

Por cierto, ¿Soy la única persona en el planeta que no sabía que Rui tenía el mismo seiyuu que Shigaraki de Boku no Hero? A lo mejor lo soy. 

Duda dudosa, en esta historia, ¿Cómo creéis que es Douma? ¿Es bueno o es malo? Porque parece que hay algo raro con él. 

Gracias por leer, os quiero y nos vemos en el próximo capítulo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top