8. Un buen día para ser Callum Byrne
Un buen día para ser Callum Byrne.
Callum.
—¿Qué está mal contigo, tío Lorcan? No me gusta para nada tener un arma contra mi frente.
—Pero no te asusta —dice ladeando la cabeza hacia a un lado.
—No mucho —respondo bostezando.
—¿Por qué crees que no lo haría? Porque sería un desperdicio matarte, pero lo haría si me dieras las razones.
—No pongo en duda que me matarías, pero simplemente las armas apuntándome no me dan miedo lo que supongo que es un nuevo descubrimiento.
Pienso en cuando fui atacado en el Campus de la universidad, el tipo armado con el que básicamente luché, el recuerdo no es tan nítido cómo quisiera porque en ese momento estaba lleno de adrenalina y lucha por no dejar que me subieran a la camioneta, pero supongo el arma no me asustó tanto cómo la idea de que me llevaran y torturaran.
No sé si se trata de que estudio casos sumamente violentos, de que nunca me ha asustado ver escenas de crímenes fotografiadas, en televisión o en expedientes que se nos permiten estudiar. O tal vez soy simplemente raro, pero me mantengo viendo a tío Lorcan por largos segundos antes de que una de las comisuras de su boca se estire en una pequeña sonrisa.
—Eres bastante raro, tal vez eres el defectuoso de tu familia.
—Vas a acomplejarme —Le sonrío.
Se guarda el arma y camina hacia la ventana de mi habitación en tanto me incorporo y me siento en el borde de la cama teniendo uno de esos momentos desorientados en dónde bostezo y me pregunto qué tan malo sería simplemente quedarme en la cama.
—Vine a buscarte —Su voz llena el silencio.
—¿Por qué? ¿Me llevaras de paseo?
Pasándome las manos por el cabello, dirijo la mirada hacia él, bostezando una vez más.
—¿Puedes hacer algo más que bostezar?
—Perdóname por trabajar toda la noche, discutir con mi novia y conseguir dormir... —Veo la hora en el despertador en mi mesita de noche— tres horas y medias antes de que mi muy mafioso tío mafioso me despertara con un arma en la frente ¿Tengo sueño? Sí ¿Estoy fingiendo que no estoy cabreado porque me despertaste? Sí ¿Es mi culpa tener sueño? No.
Finalmente consigo levantarme y estirarme. En serio lamento no conseguir más horas de sueño.
Salí muy tarde del bar y luego pase un par de horas tirado en la cama, leyendo los mensajes intercambiados con Clover las últimas semanas y paseándome por las redes sociales, descubriendo que de hecho ya ella no se encontraba etiquetada en muchas cosas y que había pedido en una publicación que dejarán de etiquetarla a ella o a su novio, porque esa había sido una broma de la que no sabía y se había salido de control, que quizá algunos lo encontraron divertido, pero a ella la estaban haciendo sentir incómoda, que por favor se detuvieran y la desligaran de ello.
El vídeo de YouTube seguía ganando reproducciones, pero al menos ahora los comentarios decían "ella dijo que era una broma" "por favor paren con esto, no lo hagan más viral, la chica está incomoda" "amigos, ese no es su novio. Su novio es más guapo JAJAJAJA" a ese último especialmente le di me gusta, lo merecía.
Y luego vi que la publicación había sido hecha horas antes de nuestra atropellada llamada que terminó en discusión, no lo sabía por estar en el trabajo y no es que eso borre las horas anteriores, pero soy consciente de que en ningún momento quiso participar en tal broma, le creo cuando lo dice, eso no desaparece la molestia que inevitablemente he sentido, pero me hace sentir ciertamente mejor.
Es una mierda que hayamos discutido por eso y es una súper mierda que esto haya sucedido, pero ¿Qué vamos a hacer? ¿Terminar? ¡Ja! ¡Doble Ja! Se necesita más que siete duendes malditos y un espejo roto para hacerme terminar la relación en la que mejor me he sentido e incluso si estoy cabreado, no soy estúpido.
—Callum —Llama mi atención tío Lorcan y lo encuentro con las manos dentro de los bolsillos delantero del pantalón.
—¿Qué pasa? ¿Por qué estás aquí?
Claramente hace unas cuatro visitas sociales a lo largo del año, pero mayormente papá se ve con él en lugares alejados de casa y simplemente no consigo entender qué hace aquí, sobre todo en mi habitación.
—Vengo a cobrarme el favorcito que te hice a ti y a tu novia.
Ciertamente esa respuesta no se me pasó por la cabeza, porque ¿Qué querría de mí? Habrá que admitir que estoy más intrigado que asustado, pero ya establecimos que soy una rareza, estoy seguro de que si en este momento me hiciera un estudio profundo psicológico descubrirían que muy tranquilito y legal que se diga no soy, claramente hay ciertas conductas y características medio raritas y peligrosas en mí, pero llamémoslo mi chispa especial.
—¿Qué tienes en mente para este pago? Solo te advierto: no vendo el cuerpo, no asesino, no cato comida para saber si hay veneno, no vendo fotos desnudas, no grabo vídeo sexuales...Bueno, si Clover me lo pide, lo haría, pero no es algo que haría si tú por ejemplo me lo ordenas.
»¿Qué otra cosa no hago? ¡Ah, sí! No participo en tráfico de armas ni de drogas, mi mamá no me deja, aborrezco el tráfico humano ¡Y no me gusta la prostitución! El porno es esclavitud sexual, la gente sufre ¿Sabes? Vi documentales y te sorprendería la cantidad de actrices que mueren a base de ello o cuántas niñas han sido obligadas y raptadas —Hago una pausa—. ¡Ah! Otra cosa, no me gusta prestar mis zapatos así que eso también descártalo, fuera de eso creo que puedo pagarte.
Me ve por largos segundos, tal vez un minuto, y se aprieta el índice y pulgar contra el tabique de la nariz, cerrando los ojos y exhalando lentamente antes de acortar la distancia entre nosotros.
—Escucha bien mis instrucciones, Call-me porque sé que no eres estúpido, que de hecho eres de los chicos más inteligente de tu generación y que hay cosas en ti aterradoras que los demás deberían agradecer que no liberes o hagas uso de ello.
»Vas a tomar una ducha, te vestirás, saldrás cómo cualquier otro día a la sala y conocerás a Vanessa...
—¿Quién es Vanessa?
—Mi prometida.
—Ah, la de mi edad —Sonrío—. Será un gusto conocer a tu prometida.
—Luego saldrás de esta casa, subirás a una camioneta azul y dejará que te lleven a un lugar en donde después te alcanzaré para que tu papá no sospeche.
—¿Por qué se supone que iré a ese lugar?
—Por muerte.
—¿Qué se supone que significa eso?
—Eres el mejor de tu clase tal vez el de muchas universidades, sé que muchas escuelas de postgrados tienen los ojos puestos en ti. Sé que si te doy un cadáver para que me digas cómo rayos murió, me darás todo un informe hasta de sí eructó horas antes de morir.
—¿Quieres que vaya a un lugar que desconozco para estudiar un cadáver y descubrir las causas de su muerte?
—Hay mucho más en esa explicación, pero es una buena premisa.
—¿Las autoridades no saben de este cadáver?
—No.
—¿Es de tu gente?
Ambos sabemos que por su "gente" nos referimos a la mafia, es la manera en la que papá lo llama.
—Sí, ahora date prisa y no hagas más preguntas.
—Lo del cadáver tendrías que haberlo dicho desde un principio ¿Cuándo voy a decir que no a estudiar un cadáver con un crimen real? ¡Nunca!
—Solo date prisa.
Sale de la habitación y estoy sonriendo. Ya lo he dicho muchas veces, pero en verdad amo estudiar al cuerpo humano tras su muerte, el desafío de descubrir las causas y aunque no me especializo en ciencias forenses, tengo que decir que no me quejaría de tener que pasar todo el día haciendo exactamente eso si no supiera que mi vocación es la criminalística.
Sabiendo que necesito tomar una ducha y seguir las indicaciones, si quiero este día de campo de "visita el trabajo de tu tío el mafioso", tomo el teléfono y camino por el pasill. Mi casa es grande y el salón principal se encuentra en el piso de abajo junto a la habitación del servicio (jajaja quiero decir, la habitación de Arlene y Kyra), arriba yo corro el desafortunado destino de compartir baño con una de las criaturas más peligrosas y letales: Moira, pero para mi fortuna, al parecer sigue durmiendo o ya se encuentra abajo, conociéndola bien lo más seguro es que se trate de la primera opción.
Una vez en el baño, me desvisto y tomo el teléfono para leer mis últimos mensajes con Clover luego de leer su publicación.
Callum: No hemos terminado, somos novios
Callum: novios cabreados
Su respuesta llegó hace una hora.
Mi trébol: nunca dudé que seguíamos siendo novios, iluso
Rio por lo bajo y respiro hondo antes de pasarme una mano por el rostro ¡Joder! La extraño y odio toda esta discusión entre nosotros, normalmente lo tomó todo con un humor, pero creo que me importa y asustó tanto toda esta confusión que pese a saber la verdad, me lo tomé todo muy en serio y me enojé, la frustración de saber que no podíamos arreglarlo en persona también influyó, pero si permanezco cabreado ¿No crece más un problema que podemos solucionar? Además, no me fío del despreciable de Frankie, leo libros y el maldito siempre se acerca cuando la protagonista está herida y necesita un amigo, sé de lo que hablo.
Presiono llamar y tarda un poco en responder.
—¡Callum! ¿Tienes que llamar ahora?
—¿Qué hay de malo en el ahora?
—Todo.
Hay un sonido distintivo en su voz, cómo un eco, cómo cuando...
—¿Estás en el baño? —Me rio.
—¡Cállate! Llama después.
—Espera, espera —digo entre risas.
—¿Qué está mal contigo? Ayer eras súper serio y hoy no puedes hablar de la risa.
—Porque te estoy escuchando en el baño y estás mortificada.
—Hablamos después.
—¡No! Escucha, escucha. Sé que hemos discutido y anoche las cosas estuvieron tensas, que tal vez fui duro y tú algo relajada con el asunto. Pero si Frankie quiere ser el hombro en el que llores, ignóralo.
—Callum...
—No quiero que terminemos, quiero que tengamos una conversación decente y llamo para decirte lo siguiente.
Respiro hondo y comienzo:
The space in between us starts to feel like we're worlds apart
Like I'm going crazy
And you say it's raining in your heart
You're telling me nobody's there to dry up the flood
Oh, but that's just crazy
'Cause, baby, I told you I'm here for good
My love's like a star, yeah, you can't always see me
But you know that I'm always there
When you see one shining, take it as mine
And remember I'm always near
If you see a comet, baby, I'm on it
Making my way back home
Just follow the glow, yeah, it won't be long
Just know that you're not alone
Hay unos breves segundos de silencio cuando termino.
—Te fallé, pero esta vez no sé qué canción acabas de cantar aunque sea hermosa y me sientan conmovida.
—Demi Lovato es más que las canciones principales ¿Sabes? Es My love is like a star, ve, búscala, escúchala y piensa en mí. Hablamos más tarde.
»Y Clover...
—¿Si?
—Ven a Irlanda, hagamos que suceda.
—Callum...
—Solo piénsalo.
—Pero es que Callum...
—Hablamos más tarde.
—Bien, hablamos más tarde.
Sonrío y finalizo la llamada, sintiendo que aunque no hablamos de todo el tema, un peso se quitó de nosotros, estaremos bien, esto solo fue un desafortunado malentendido que no volverá a suceder.
Tomo una ducha rápida en donde me lavo el cabello y justo cuando abro la puerta con una toalla alrededor de las caderas y otra envuelta en el cabello, Moira con los ojos hinchados y las marcas de las sabanas en la mejilla se encuentra ahí de pie sin hacer nada más que estorbar.
—Tienes mi toalla en el cabello ¡Imbécil!
—Tonterías estas son mis toallas.
—¡Mentira! —Intenta arrancármela de la cabeza y la empujo—. Aléjate con tu apestoso aliento y locura, Moira.
—Imbécil inmundo.
—Lombriz arrastrada —Le grito comenzando a alejarme.
—Gusano inservible.
—Parásito indeseado —Abro la puerta de mi habitación.
—Larva rechazada.
—Yo gano —sentencio cerrando la puerta de la habitación.
No tardo demasiado vistiéndome, pero cómo soy un muñeco al que le gusta verse bien y dar buena impresión, escojo muy bien mi camisa junto a un suéter por arriba y me peino el cabello húmedo con las manos rápidamente. Me aseguro de tener mi billetera conmigo junto al teléfono y bajo las escaleras siguiendo las voces.
En el salón principal, en efecto, en un sofá se encuentran mamá, papá y Arlene, Kyra es la pretenciosa sentada en un sofá individual y en el de dos plazas está tío Lorcan con una inesperada prometida.
He leído un montón de libros de mafias, Moira más que yo (está obsesionada la pobre) y ésta mujer no cumple con el prototipo de lo que leo. En primer lugar es rellenita con unas curvas para morir (sentada puedo notarlo y se ve bastante bien, no es que sea mi asunto), tiene cabello rubio lacio y grandes ojos marrones que me ven con calidez a través de anteojos. Viste un modesto vestido de flores y cuando se pone de pie es bajita, la más bajita en la casa. Es la protagonista que leo en esos libros de amores instantáneos súper dulces y calientes en donde la chica hornea y el protagonista asegura de una manera un poco cavernícola que le gusta la carne en sus mujeres (no es mi tópico favorito, pero es una lectura rápida que luego se me olvida). Estoy teniendo un choque literario cultural en este momento.
Pero logro reponerme rápido mientras sonrío y me acerco ofreciéndole mi mano, la estrecha haciéndome notar que trae un sinfín de pulseras. Veo de ella a mi tío intentando entender la combinación y de dónde la sacó, pero mantengo la sonrisa.
—Es un placer conocerte, Vanessa, no he hecho más que escuchar cosas buenas de ti.
—Apuesto que no es tan así.
Incluso su voz es dulce en tanto se vuelve a sentar y su mano busca la de mi tío. Tomo asiento en el otro sofá individual calculando que estaré cinco minutos antes de fingir que tengo que irme.
Mamá y mis hermanas conversan en mientras yo, con mi inminente curiosidad por las interacciones humanas y sus relaciones, observo el comportamiento de la pareja.
—Sí, es que desde pequeña he amado a los niños, siempre supe que quería estudiar educación —dice Vanessa y enarco una ceja.
¿Cómo fusionas mafia y educación primaria? Bueno, los niños de los mafiosos también se educan, podría funcionar.
—Eso es encantador —dice mamá, pero ve de mi tío a ella cómo si pensara lo mismo que yo—, te brillan los ojos al hablar de ello.
—Es que amo hacerlo.
—¿Y cómo funciona eso con el tío? —pregunta Arlene y mamá dice su nombre con esa mirada.
—Oh, está bien, lo haremos funcionar —Vanessa sonríe—, pequeños obstáculos.
—Pequeños obstáculos —repite papá viendo del uno al otro—. Pequeñísimo, por supuesto, casi ni se nota, un detalle olvidado ¿A quién le importa?
—Donovan —dice mamá palmeándole la rodilla—, son solo detalles.
—¡Hola! Aparece la estrellita que más brilla en esta casa —Anuncia Moira.
—Ella es a la que menos queremos —Hago saber a nuestra invitada.
—En eso tengo que apoyarlo —Se ríe Kyra.
Moira se sienta en el apoya brazos del sofá en donde se encuentra Kyra y de inmediato mamá voltea a verla, no hace falta que hable para que Moira se ponga de pie antes de dejarse caer sentada en las piernas de Kyra.
—¿Y esta visita milagrosa, tío Lorcan? —pregunta antes de desplazar la mirada a Vanessa—. No te conozco, pero soy Moira.
—Soy Vanessa, la prometida de Lorcan.
—¿La qué? —Mi hermana mayor abre mucho los ojos.
—¿Tienes un choque cultural sobre los libros, verdad? Me pasa —Le hago saber.
—En los libros no es así, o sea estás bellísima y me envías unas vibras geniales, pero no es así en los libros ¿Qué está pasando, Call-me?
—La escritora de la historia de tío Lorcan se salió de control.
—Tendrás que disculpar a mis bebés, puede que de pequeños se fumaran el porro que su padre y yo dejamos al descuido.
—¡Solo fue una vez! —Me exalto—. Pensé que era una barra de chocolate porque Kyra me dijo ¡Era un pobre niño de diez años! La negligencia es de ustedes.
—Te dije estrictamente que no lo tocaras —Me gruñe papá y abro la boca con indignación.
—¿Pero me dijiste que era un porro? ¿Y por qué tenías un porro?
—Para soportarlos, la paternidad es difícil —Se lamenta a papá, pero luego él y mamá están riendo.
—No era nuestro porro, te lo hemos dicho mil veces que fue un amigo que echamos de casa precisamente por eso —dice mamá.
—No les creemos —dice Kyra.
—No recuerdo esa historia y eso siempre me entristece —Arlene hace un puchero— ¿Podemos recrearlo?
—No —respondemos todos los pelirrojos presentes.
Nadie quiere repetir que estaba embobado, lento, riéndome y dormitando. Mamá iba a llevarme a emergencia, pero Kyra siendo una sabelotodo le dijo que posiblemente irían detenidos incluso si la hierba no era de ellos, así que mis padres le hicieron caso a una niña de doce años que vivía leyendo sobre cualquier dato curioso y tras saber la cantidad que me había fumado, supieron que no tendría una sobredosis y me bajaron de mi nube temprana.
Aw, dulce anécdota familiar ¿Qué es la vida sin que tu familia te drogue por equivocación?
—Entonces ¿Cuándo se casan? —pregunto.
—¿Puedo ser dama de honor? —pregunta Arlene.
—¿Cómo funcionará? ¿Invitados armados de un lado y civiles al otro? —Sigue Moira.
—¿Qué dice tu familia al respecto, Vanessa? —concluye Kyra con expresión curiosa.
Tío Lorcan se aprieta una vez más con los dedos el tabique de la nariz y su prometida se mantiene sonrojada y con una pequeña sonrisa, tomando su mano cómo si le diera algún tipo de calma, lo que es muy loco porque nadie calma o controla a esa bestia.
—Te dije muchas veces, Donovan, que no debías tener descendencia, porque el problema no es Erin —Asiente hacia mamá—, nada más miren a los hijos que han traído al mundo.
—Cuatro rostros espectaculares e inteligentes —dice mamá.
—Deberían tener sus dudas con Moira —menciono.
—JA JA JA JA JA mira cómo me rio, Callum.
—No es cómo si te conté un chiste, Moi-Moi —Me encojo de hombros.
—Porque claramente no eres gracioso —señala Kyra sonriéndome.
—Claramente tú tampoco lo eres.
—No pretendía ser graciosa.
—No te pregunté —Le hago saber y alguien suspira.
—Me gusta tener a mis hijos reunidos, pero a veces extraño cuando los extraño ¿Sabes? —Comenta papá de manera casual jugando con un mechón de cabello de mamá—. Creo que a veces me gusta extrañarlos, refuerza nuestro lazo y me recuerda que ya los crié, que solo me queda una y entonces me jubilo de la paternidad.
—Tu paternidad va incluso después de la muerte —Le hace saber Kyra.
—Tu paternidad es eterna. Estos pelirrojos serán tu responsabilidad toda tu vida —confirmo.
—Te perseguiremos para siempre —agrega Moira sonriendo.
—Tus bebés, papá, siempre tus bebés —Sella Arlene.
—Debí leer las letras pequeñas del contrato —suspira papá.
—Mis niños son lindos, cualquieras los querría de hijos —Defiende mamá—. Se adaptan bien a la locura, son algo raros, pero eso los hace especiales.
—Claro —zanja tío Lorcan.
La conversación vuelve de nuevo a temas curiosos sobre la boda, que no son respondidos, y luego me doy cuenta de que he perdido más que cinco minutos. Así que me pongo de pie captando la atención de todos.
—Voy a irme, quedé con alguien.
—¿Con quién? —pregunta Arlene—. ¿Puedo ir contigo?
—No, no puedes. Quedé con...Dilon.
—¿Por qué quedaste con tu ex? —pregunta Kyra—Sospechoso.
—Porque no lo odio.
—Eh, sí lo odias —dice Moira.
—Lo odiamos —acuerda mamá—. Tú, yo, nosotros, es un odio de familia unida. Odiar en familia nos une.
—En mi casa no vuelve a entrar —Me señala papá.
—¡Duendes! Solo quedamos para ver si lo odio un poquito menos —Miento descaradamente.
Siempre lo odiaré.
El rencor es malo, pero no mata, mírame, sigo vivo.
—En esta casa somos equipo Clover —Me hace saber Arlene.
Ruedo los ojos, pero sonrío prometiendo que seguiré odiando más o menos a mi ex, despidiéndome de Vanessa y mi tío antes de salir, caminar y encontrar la camioneta azul de la que se me habló, vagamente me pregunto por qué no es negra.
Al subir el tipo no me identifica solo asiente y me sorprende un poco que no pase cómo los libros en donde te vendan los ojos para que no reconozca el camino, a mí me dan la oportunidad de memorizar y analizar a qué parte de la ciudad me llevan.
Descubro que me llevan a una zona industrial bastante concurrida, esperaba más un bosque o una zona olvidada, pero cada vez nos adentramos más hacia el centro y veo tiendas reconocidas así como a personas vivir su día a día con normalidad.
Cuando el auto se detiene, me encuentro enarcando una ceja porque conozco el edificio, al menos de vista, es uno empresarial o eso creía.
—Desliza la tarjeta en la entrada y escanéala en el ascensor, te llevará al piso correspondiente. Lorcan vendrá pronto, preséntate cómo Call-me.
Le agradezco y hago exactamente lo que me dijo viendo cómo se marca el piso siete en el ascensor y que de hecho en el piso dos sube una mujer que reconozco tras unos segundos.
—¿Edén?
Gira la cabeza con lentitud y me ve con reconocimiento, también con confusión.
—¿Trabajas aquí? —pregunto.
—Sí, diseñadora de interiores, piso ocho ¿Y tú?
—Leí sobre una vacante y pensé en probar, otro trabajo de verano no me viene mal teniendo en cuenta que tu amigo se fue sin pagarme.
Mentir para mí es fácil, hacer mi cuartada o historia creíble también. Venir en búsqueda de trabajo cómo un pobre muchacho interesado en dinero extra no me hace sospechoso si algo llegase a ocurrir, por el contrario me hace ver cómo un ignorante perdido.
Que se ensucien los demás las manos, pero tengo un futuro prometedor que no terminará en algo dramático, ejemplo: la cárcel.
—Oh, tu amigo —dice atrapando mi declaración final sobre Lincoln, quien de hecho sí me dejó el mensaje de que lo llamara para pagarme.
No sé si el tono en la voz de Edén al mencionarlo es de molestia o pasión, tampoco me da tiempo de preguntar porque las puertas del ascensor se abren en el piso siete.
—¿Este es tu destino?
—Sí, eso decía en el correo ¿Por qué? ¿Es malo? —Me hago el tonto.
—Uhm, no lo sé, pero pocos se bajan en este piso, es restringido, pero quién sabe —Se encoge de hombro—. ¡Éxito en tu entrevista!
—Gracias, éxito en tu trabajo.
—No lo necesito, tengo demasiado de ello —dice antes de que las puertas del ascensor se cierren.
También tiene exceso de confianza, pero eso no es malo mientras a unos les falta a otros le sobra.
Apenas doy cuatro pasos en el pasillo cuando el sonido inconfundible de armas siendo cargadas suena.
Aquí vamos de nuevo.
—Soy Call-me, Lorcan me envió —Alzo las manos—. No estoy armado, vengo por el cadáver o a ver qué sucedió con él. Pueden llamarlo y confirmar.
Los segundos pasan hasta que un tipo rubio aparece frente a mí y me arranca la tarjeta magnética de la mano.
—Revísalo —Le ordena a alguien y luego manos invasoras se encuentran palpándome.
—¿No te parece que las manos están demasiado amistosas? —pregunto cuando me tocan los muslos.
—No siempre se revisan a los sexys —Coquetea el extraño—. Está limpio.
—Bien —responde el rubio—. Síguenos, será mejor que sepas lo que haces.
En realidad no tengo ni idea de qué hago aquí, pero a mí ofréceme un cadáver para estudiar y ahí estaré. Una parte de mí desearía que Clover estuviese aquí porque está igual de capacitada que yo y sé que al igual que yo le maravilla el estudio del cuerpo humano, pero la otra parte egoísta se siente eufórica de que por primera vez tendré un estudio para mí solo, sin supervisión, sin tener que recitar lo que hago y sin compartir espacio con compañeros.
Sé que cuando ejerza mi profesión esta no será el área que trabajaré, que aunque me pase por esos lugares, eso corresponderá al médico forense, así que esta es una oportunidad de oro que tomo cuando minutos después entro en una habitación con temperatura bastante baja, guantes de látex y una bata blanca sobre la ropa.
En una camilla, completamente desnudo y ya presentando signos de hinchazón se encuentra un hombre posiblemente a principios de sus treinta. Paseo la mirada desde sus pies a su cabeza, a primera vista noto algo irregular.
—Mi señor difunto, con todo respeto seré su doctor el día de hoy. No importa si dedicó su vida a un trabajo no honesto, seré respetuoso. Espero no tenga tanto calor, porque bueno, parece obvio que estás en el infierno.
—¿Qué haces? —dice una voz por unos parlantes que ni idea de en dónde están, pero alzando la vista descubro que hay cámaras.
Por supuesto que unos mafiosos no me iban a dejar solo con el cuerpo de uno de los suyos.
No le respondo, en lugar de ello tomo el pobre intento de expediente que hay para leer la poca información que se me comparte.
Muy bien, manos a la obra, descubramos qué pasó con este sujeto y terminemos el día con una buena cerveza luego de tal experiencia.
Pero supongo que mi error es no decir Clover tres veces, porque mi suerte se va al carajo.
Qué buen día para ser Callum Byrne.
Tacha eso: es un muy, pero muy mal día para ser yo y a continuación sabrás por qué.
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