Un buen viaje.

Callum.

Moira habla y habla mientras conduzco, en un principio me pareció genial que llenara el silencio mientras Clover y yo estábamos sumidos en nuestros pensamientos, pero ahora desarrollo un serio deseo de arrojarla del auto, dar la vuelta y huir.

Ha sido un viaje considerablemente largo al aeropuerto y durante todo el trayecto mi hermana nos ha hablado de parte de sus aventuras por Alemania, muchas de ellas ya las había escuchado y otras no necesitaba conocerlas, por ejemplo: ese cuento que ella tituló "fiesta de pollas" era algo sin lo que podía vivir, pero de lo que la sucia de Clover pide aún más detalles.

—Qué salvaje, Moira —dice Clover riendo desde el asiento de atrás porque le cedió a mi hermana el de copiloto—. Aunque suena divertido.

—Las fiestas de pollas se volvieron mi cosa favorita aunque solo haya estado en una un par de veces.

—Degenerada —mascullo dándole un rápido vistazo a mi hermana la pecadora.

— ¿Qué? Seguramente te has metido en tríos o cuartetos, nadie puede juzgarme por mis fiestas de pollas.

Ah, ahí me tiene agarrado de las monedas de oro porque sí he participado en tríos, de hecho he sido súper inclusivo: tríos de hombres con hombres, dos hombres y una mujer, dos mujeres y yo...Y sobre los cuartetos, pues también tuve un par de esos.

Siento la mirada de Clover en mí y me remuevo en mi asiento, Moira ríe, esa perra desgraciada que llamo hermana se deleita en este momento.

—Zorra —mascullo.

El jadeo de Clover me hace verla por el espejo retrovisor, de manera teatral se ha llevado una mano al pecho.

—No puedes ir por la vida insultando a mujeres, Callum.

—No estoy insultando a una mujer —señalo—. Estoy insultando a mi hermana.

Ella ríe y Moira también lo hace, eso me tiene sonriendo. Este pequeño momento de trayecto al aeropuerto con Moira e incluso la cena temprana que tuvimos los tres, me permite relajarme lo suficiente para fingir que no me estaban estrangulando en el campus. Clover y yo fingimos que nada pasó para que Moira no se alerte, el cuello me lo cubrí usando un suéter de corte alto que no se ve sospechoso teniendo en cuenta cuán fresco se encuentra el clima, mi nariz solo está algo rojiza, pero no hubo un daño real en ella y el dolor corporal, lo he disimulado bastante bien.

La cosa es que tampoco quiero andar destruido o abatido por la vida, claro que tengo miedo, solo un verdadero estúpido nivel muy alto no lo tendría, pero estoy demasiado decidido a no dejar que la mierdecilla de Bryce dictamine cómo viviré mi vida ni dejarlo estropeármela. No le daré mis horas de sueño ni mis buenos momentos, por supuesto que tengo que protegerme y por ello es que necesito hablar con tío Lorcan, pero no correré a esconderme o a vivir en paranoia. Ese no soy yo.

Y aunque Clover tiene miedo, tiene casi la misma percepción que yo. Nos cuidaremos las espaldas, tendremos cuidado, pero la vida sigue. Por ahora nos resta caminar en lugares concurridos, evitar lugares solitarios y no toparnos con esa basura.

Le hablé sobre mi tío con pocos detalles porque siempre es una opción que por lengua larga amanezcamos con moscas rodeándonos, pero también es que poco sé de ese negocio, todo lo que conozco es que es la mafia y ¡Vamos! Todos sabemos que la Mafia no se dedica a regalar caramelos y repartir abrazos ¿La reacción de Clover? Saltar de mi regazo, abrir mucho la boca y decirme "mira, creo que no podemos seguir saliendo."

Y yo respondí "mira ¿Cómo te explico que no puedo vivir sin tu radiante personalidad, tu bella carita y tu cuerpo fenomenal? " estoy casi seguro de que esas palabras ayudaron a mi causa, porque ella suspiró, me vio y pregunto con una voz calmada "¿Hablas en serio?" y yo asentí respondiendo "tan serio cómo que siempre quiero follarte y besarte".

A eso le siguió aproximadamente quince minutos de silencio que me tuvieron muy angustiado, es decir, no soy el tipo que está en la MI, Lorcan ni siquiera tiene realmente mi sangre y me preguntaba si iba ser tildado de criminal aun así. Para mi fortuna, Clover había suspirado y asentido con lentitud preguntando cosas tan básicas que ni siquiera me atreví a responder "¿Asesina? ¿Extorsiona? ¿Trafica? ¿Tortura? ¿Viola?" a esta última sí que respondí "Tío Lorcan no forzaría jamás a nadie a tener sexo con él...Y dudo que lo necesite"; de nuevo había asentido y me había dicho que estaba confundida así que dedicamos más de una hora a divagar sobre quién es mi tío, sobre cómo no puede ir por ahí hablando de ello y que mi familia no está involucrada en esos rollos.

Otra hora fue dedicada a plantearle por qué quería hablar con mi tío y que los Duendes bendigan su inteligencia y razonamiento porque ella pudo ver con claridad que él parece ser una solución bastante sólida sobre la cual aferrarnos sin cruzar el rio de "tengo maldad" a "soy un tipo muy malo, cuidado que te disparo."

¿Ambos estamos asustados? Cagarnos en la ropa interior es una posibilidad real, pero estamos en una sintonía de "hay que joderlo para no ser jodidos". No quiero meterme en cosas turbias así que no esperes que envíe a un sicario a acabar con Bryce, tampoco quiero deberle algo a la MI, pero usaré la carta de sobrino para que mi tío me haga cierto favorcito y Clover me apoya. Habrá que destacar que ella aún no se cree que conozca o tenga un vínculo sentimental tío-sobrino con un tipo poderoso que dedica su vida al crimen, pero al menos no cree que estoy mintiendo.

—Tal vez deberíamos ir de fiesta la próxima vez que nos veamos, Clover, es una lástima que no pudiéramos hacerlo en esta oportunidad.

—Creo que sería divertido festejar contigo.

—Saquen la fiesta de polla de cualquier plan —comento viendo la señalización que me indica que falta poco para llegar al aeropuerto.

— ¿Qué? ¿Te pone celoso imaginar a Clover en una fiesta de ese tipo? —Me fastidia mi hermana y por el espejo retrovisor noto la diversión en la mirada de mi trébol.

—No me pone celoso, me pone furioso —Frunzo el ceño—. Me pone loco.

— ¿Por qué? —insiste mi hermana.

—Bueno ¿Es que eres estúpida? —Moira jadea ante mis palabras—. Por supuesto que me pone furioso imaginar a mi trébol rodeada de pollas. Es mi trébol, mi chica, mi novia y mientras estemos juntos esas fiestas están descartadas y sepultadas...Al menos que vayamos juntos porque así lo queramos.

— ¿Qué tal un cuarteto? —pregunta Clover.

De inmediato le doy un rápido vistazo, no es que me quiera ilusionar demasiado porque podría estar bromeando, pero ¿Le gustaría ese rollo? Porque a mí sí que me emociona un poco siempre que ella se sienta cómoda y abordo.

—Jugar de a cuatros puede ser divertido —Es mi diplomática respuesta.

Y mientras que Moira ríe señalando que mi sangre se encuentra sucia y navegando en las corrientes del pecado, mi trébol permanece en silencio sopesando mis palabras, pero cuando le doy otro breve vistazo casi creo que está sonriendo.

Entonces ¿Habrá cuarteto?

En este momento prefiero enfocar mi mente en tal pensamiento sexual para no volver al hecho de que hace unas horas estaba siendo atacado, un irlandés necesita un tiempo para manejar que tuvo unos pocos minutos de mala suerte.

No tardamos demasiado en llegar al aeropuerto y tengo que admitir que me pesa un poco despedirme de mi hermana porque aún es raro no ver su cara todo el tiempo y unos pocos días de discusiones tontas no son suficientes. Así que dejo que se despida primero de Clover y estoy más que encantado con el hecho de que genuinamente se agradan.

—Cuida de nuestro trébol, Call-me —Me dice mi hermana antes de soltarla del abrazo exagerado y venir hacia mí.

De los hermanos Byrne, Moira y yo somos los más altos por lo que abrazarla no conlleva a joderme la espalda. Me susurra estupideces sentimentales y odiosas antes de asegurarme que conseguirá lo que le pedí (el numerito del tío Lorcan). Le doy otros abrazos más para que los entregue a mi clan de irlandeses (familia) al verlos y luego de manera teatral agito mi mano mientras ella embarca y finge que somos dos amores eternos separándose.

—Wow...Eso fue llevar el drama y actuación a otro nivel —comenta Clover cuando mi hermana desaparecer finalmente de nuestras vistas.

—Sí, nos gusta armarnos estos show —Me rio tomando su mano y entrelazando nuestros dedos mientras comenzamos a hacer el camino de regreso al auto—. ¿Qué te pareció mi hermana?

—La verdad es que no sabía muy bien que esperar de ella, pero ha sido increíble. Está loca.

—Lo está —Hago una pausa cuando llegamos al auto para girar hacia ella y dejar un beso en la comisura de su boca—. Toda mi familia lo está incluso Kyra que es la más normalita.

—Ninguna persona es normal —Me garantiza acariciando con su pulgar mi barbilla.

—O tal vez la definición de normalidad está mal establecida.

—O la normalidad es una utopía.

—La verdad es que me la pone semidura que nos pongamos a filosofar —bromeo y eso la hace reír, que es lo que quería.

No hay que ser un genio para saber que todo el asunto que está sucediendo la tiene nerviosa y preocupada, ella está haciendo su mayor esfuerzo para llevarlo todo con normalidad y la respeto por eso, pero me estoy proponiendo que en medio de nuestras preocupaciones los buenos momentos no escaseen.

—A ti todo te la pone dura, irlandés.

—No todo, solo cuando se trata de mi trébol.

Abre la boca cómo si fuese a decir algo trascendental, pero luego la cierra con horror, lo que me hace cuestionarme qué pudo estar a instantes de decir, pero se pone de puntillas, me planta un beso en la barbilla y luego me da un suave empujón para que le dé espacio y pueda subir al auto.

En el momento en el que pongo el auto en marcha, todo es silencio y no es incómodo, pero tampoco es muy agradable así que enciendo la radio y tarareo la canción de Bruno Mars mientras conduzco nuestro largo viaje de regreso.

— ¿Así que soy tu novia?

Llevamos tanto rato en silencio que sus palabras me toman por absoluta sorpresa, doy hasta un respingo antes de verme envuelto en la tarea de procesar sus palabras.

No sé cuál es la respuesta correcta aquí, porque al principio de esto ella me dijo que quería su soltería y mucho bla bla bla, pero no sé si ahora espera que mi respuesta sea afirmativa. Para mí Clover es mi chica, mi novia. Le guardo fidelidad, follamos, hablamos de nuestro día a día e incluso sabe de mi tío el tremendo (jajaja traté de evitar decir el mafioso), conoció a mi hermana y habló con la tanda de irlandeses pelirrojos que pocos novios o novias me han conocido.

Siento la tensión de mi silencio comenzar a asfixiarnos, por lo que me aclaro la garganta y prefiero ir con la mejor respuesta que se me ocurre.

— ¿Qué quieres ser tú en mi vida?

—Responder una pregunta con otra pregunta no es la respuesta que esperaba —suspira de una manera tan extensa que me pregunto si se quedará sin aire—. Le dijiste a Moira que era tu novia, tu chica...

— ¿Y cómo te hizo sentir eso?

— ¿Ahora eres mi terapeuta?

Golpeo los dedos del volante y guardo silencio esperando a que vuelva a hablar, estoy un poco confundido de este giro de acontecimientos. Es cómo intuir que está cabreada sin saber por qué ¡Duendes! Le dije que mi tío era un mafioso y eso no la enojó tanto cómo el hecho de que no le dé una respuesta clara de lo que para mí es tan obvio, pero sobre lo que no quiero presionarla.

—No creo que pueda ser tu terapeuta si te estoy follando, eso no es ético —comento de forma casual— y tampoco tengo los estudios para serlo.

—Tan divertido.

—Sí, la verdad es que me lanzo mis buenos chistes —aseguro golpeando los dedos en el volante al ritmo de la canción.

Qué momento tan incómodo y extraño, casi quiero lanzarme del auto en movimiento.

—Clover —comienzo—, me dijiste hace un tiempo que no querías un novio, que estabas en una etapa en donde te gustaba estar soltera a lo que tuve que ingeniármelas para convencerte de que estaríamos solteros estando juntos.

Que para mí se traducía muchísimo a estar en una relación, pero fingiendo ser tontos que no lo saben.

—Y estoy bien si esa es la etiqueta que te gusta o si no quieres que tengamos ninguna etiqueta ¿Quieres que nos llamemos novios? Lo hacemos ¿No lo quieres? No lo hacemos, mientras nos mantengamos juntos, con química, llevándonos tan bien y con todos estos momentos espectaculares, yo me apunto a lo que sea.

Largos segundos de silencio transcurren y no estoy seguro si hice un buen control de daños con una situación que ni siquiera sé cuándo se me fue de las manos.

—Pero ¿Qué quieres tú, Callum?

—Mi respuesta es fácil —Sonrío con la vista puesta en la carretera—. Yo te quiero a ti.

No habla, pero siento el movimiento de su mano en mi cabello, esa es una buena señal.

—Me tienes —murmura en voz baja—. No necesito etiquetas siempre que seamos tú y yo. Callum y Clover.

— ¿Soy todo lo que quieres? —pregunto y demándenme si quieren, pero no hay nada de malo en quererla escuchar decir algo cómo que soy suyo.

Y ella no me decepciona.

—Eres lo que quiero...Eres mío.

Sí, a mí me gusta y me pone un montón ser suyo.

***

— ¿Qué le digo a Maida? —Le pregunto a Stephan.

Mi buen amigo no responde mientras le da una profunda calada al porro que sostiene antes de pasármelo.

— ¿Obligatoriamente hay que darle una explicación? —dice tras expulsar el humo.

—Me salvó —respondo y tomo una calada reteniéndolo lo suficiente antes de expulsar el humo por la nariz— y creo que desconfía de mí por haber mentido en mi declaración al Decano.

—Pero pensémoslo un poco —Me dice arrancándome el porro de la mano una vez le doy otra calada—. Maida no puede saber toda esta mierda loca.

— ¿Por qué?

—Porque es peligroso y no hay razones para ponerla bajo el radar de Bryce. Hay que sacar provecho de que aun cuando te salvó, seguramente las mierdas que te atacaron no vieron su rostro porque huyeron cómo ratas cobardes...

—En realidad agradezco que huyeran porque con eso de la estrangulada ya me encontraba bastante cansado para defenderme —confieso tomando de nuevo el porro.

—Cualquiera estaría cansado luego de casi ser estrangulado, esta es una zona libre de prejuicios.

»Pienso que lo que tienes que decirle a Maida es algo cómo que Bryce te mandó a dar una golpiza por toda la cosa de que casi lo ahogas.

—Prohibido olvidarlo —Lo destaco y él ríe con sus ojos ya bastante rojizos y una actitud relajada consecuencia de este par de horas de fumadas.

—Eso suena creíble y no es una mentira del todo.

—Me gusta eso, se lo haré saber a Clover, debe estar al tanto. La verdad es que se siente mal de estar evitando a Maida porque no sabía qué decirle.

—Qué ovarios tiene Clover ¿Verdad? Debería estar haciéndose en los pantalones, pero no se esconde y está a bordo de cuidarnos las espaldas entre nosotros mientras todo esto adquiere algún orden.

Pasan diez segundos de silencio porque los cuento, cuando vuelvo a hablar:

— ¿Si en el futuro me caso con ella serás el padrino?

—Pero por supuesto —Se ríe y casi cae de la silla, me enorgullece la rapidez con la que me respondió, no lo dudó ni pensó dos veces.

Permanecemos en silencio, pasándonos un porro en la tranquilidad del patio trasero de la casa. Nos hacía falta un momento como este. Han pasado dos días desde el ataque y aunque no bajo la guardia, tengo que admitir que la movida ha estado bastante tranquila, lo que también puede llegar a alarmarnos un poquito.

—Me estaba preguntando —dice Stephan cuando estoy dando otra calada—. ¿Te sientes incompleto por estar follando con una mujer?

— ¿Por qué lo haría?

—Porque también te van los chicos.

—Hombre, hay que establecer que fumarte más de un porro te quita inteligencia —Me rio, lo que ocasiona que me ahogue con el humo y los ojos se me ponga llorosos—. Es cómo decir que al estar con un hombre me siento incompleto de no tener tetas durante el sexo a las que darle mi atención.

»Ser bisexual no quiere decir que necesito mantener una relación con ambos sexos al mismo tiempo para sentirme completo —Ruedo los ojos— ¿Lo dices por el juego de culo?

—Juego de culo —repite riendo—, pero sí.

—Si quiero que me metan algo en el culo estoy seguro de que Clover se apunta —No menciono que ya lo hizo con su dedo— y aunque he sido follado en varias ocasiones, la verdad a mí me gusta más dar a que me den.

— ¿Por qué nunca discutimos si eres pasivo o activo? Aunque sí, siempre te vi cómo activo.

—Me encanta esta conversación —Me rio pasándole el porro—. Puedes estar tranquilo, imbécil, mi vida sexual no está aburrida ni incompleta, me la paso bomba con mi trébol.

—Me tranquiliza, tu felicidad es mi felicidad.

—Ow, qué dulce.

Otros segundos de silencio se extienden entre nosotros y luego se aclara la garganta, volteo a darle la atención que sé que quiere.

— ¿Quién crees que sea el activo entre Oscar y Kevin?

—Pues no sé, déjame le pregunto —respondo riendo.

Me sacó el teléfono del bolsillo y abro mi conversación con Oscar que básicamente se ha limitado a mí fastidiándolo con fraseo insinuante y letras de rap obscenos que hablan sobre culos ardientes; me encanta jugar con la paciencia de Oscar, pero no me juzgues, también le he escrito para las clases que compartimos y tenemos ese chat en donde fui súper genial tras nuestro besuqueo preguntándole si estaba bien y sobre cómo habían salido las cosas con Kevin ¡Un aplauso para mí, mi gente! Aplaudan a este irlandés que se preocupa por los demás.

Callum: Oye, Stephan y yo tenemos una duda

— ¿Por qué tarda en responder? —Pregunta mi amigo acercándose para poder ver a la pantalla.

—Recién acaba de salir el mensaje —Un minuto pasa—. ¡Joder! ¿Por qué tarda tanto en responder?

—Eso mismo te digo, tarda una eternidad —asegura dándole la última calada porro. Este sería el segundo que nos fumamos y la verdad es que estamos relajados y felices—. Ni siquiera es tan tarde, es la medianoche.

—La medianoche de un viernes, tal vez estén follando... ¡Ja! Mira, respondió.

Oscar: No creo que quiera saber sus dudas o darles respuestas a ellas

—Pregúntale, irlandés, pregúntale. No dejes que sea un hijo de puta cortante.

—Pues claro que le voy a preguntar.

Callum: ¿Quién es el activo y quién es el pasivo????

Callum: das o recibes????

Callum: eres el túnel o el camión???

—Esa última estuvo buena.

—Hay muchísimas maneras de preguntarlo —Lo instruyo—. Dame cinco minutos y te educaré sobre ello.

Oscar: jódanse!!! No es su puto asunto

—Es versátil —concluyo.

— ¿Cómo lo sabes?

—Simplemente lo sé, es un don —Alardeo—. A todas estas ¿Qué tanta pregunta? ¿Andas en una etapa curiosa?

—Nah, sé que soy hetero, ya te dije que lo probé en la escuela y aunque no fue horrible la experiencia, no me apetece repetir, no se me pone dura por un tipo. Me encantan las mujeres, son la bendición del universo.

Mi teléfono vibra y pienso que es Oscar mandándome otro poco más a la mierda, pero de hecho es Moira con un saludo ofensivo antes de dejar el número del tío Lorcan.

¡Mierda! Ahora es real, tengo el número de un tipo de rango alto en la MI. Si no estuviese tan fumado estoy seguro de que estaría dando saltos nerviosos, pero ahora solo sonrío mientras dejo un beso en la pantalla de mi teléfono.

De nuevo vibra y esta vez se trata de una llamada de número desconocido.

— ¿Respondo? —Le pregunto a Stephan.

—Hazlo y si es la niñita que sale del pozo para matarte en siete días, cuélgale antes de que te maldiga.

—Buen plan —asiento antes de responder— ¿Hola?

— ¿Nos comunicamos con Callum Byrne?

— ¿Quién habla y que quiere con él?

—Llamamos de parte del señor Michael...

Tres cosas me impactan:

La primera es que llamaran señor a un muchacho a inicios de sus veinte ¡Solo tengo veintiuno! ¿Es en serio? No sean tan desgraciados haciendo esa mierda de llamarnos señores para hacernos sentir incómodos y viejos.

Lo segundo, es que estoy entre los contactos de emergencia de Michael ¡Me impresiona!

Y lo tercero, es que me llaman de un hospital para decirme que lo encontraron golpeado y dejado al lado de una zanja. Está claro que esto último es lo que más me impacta.

Asiento y murmuro un "claro, claro" a lo que la mujer me dice y cuando cuelgo, me quedo ahí sentado intentando procesar las palabras en mi cerebro que se encuentra en algún viaje.

— ¿Y bien? ¿Te mueres en siete días? —Me pregunta Stephan.

—No era la niña de la película —No entiendo muy bien por qué considero que es importante aclarar ese punto.

—Ah, entonces vivirems más de siete días, genial, todavía no me quiero morir y hay que admitir que esa es una muerte fea.

—Y tenebrosa.

—Sí, quedas tan mal que luego no te pueden ni reconocer y no quiero ser un cádaver feo.

—Mejor morir siendo guapos —Estoy de acuerdo.

Asiente y nos quedamos contemplativos del cielo hasta que sacudo la cabeza recordando la razón de la llamada.

— ¡La llamada! —Grito sobresaltándolo—. Fue súper importante.

— ¿Qué ha pasado? ¿Te has ganado un seguro de completa cobertura?

—Eh, no, pero eso hubiese estado genial.

—Una vez me gané un seguro funerario, pero no está tan genial porque para darle uso tengo que morirme.

— ¿No puedes ir reclamando tu ataúd? Ya sabes, en plan que lo uses de cama.

—Creo que no funciona así, pero preguntaré, sería una cama genial.

—Pero un poco incómoda —agrego y de nuevo nos quedamos viendo el cielo—. ¡Joder!1 ¡La puta llamada!

—Ah, sí, sí ¡La llamada! Si no era la niña ni te ganaste un seguro de completa cobertura ¿Qué es? Espera, espera. Puedo adivinar.

»Te ganaste un curso completo en un país hispano para aprender español.

—Eh...No, pero eso también habría estado genial.

—Rusia quiere reclutarte para que espías a Estados Unidos.

— ¿Por qué contratarían a un irlandés residenciado en Inglaterra? —pregunto con confusión.

—Pues no sé, eso sería cosa de ellos no mía.

Sacudo la cabeza aclarándome y rescatando la pizca de seriedad que me queda.

—La llamada era para informarme que encontraron a Michael golpeado en una zanja, está en el hospital.

— ¿A Michael Jackson?

—Stephan, ese está más que muerto desde hace años —Pestañeo un par de veces y ríe.

—Ah, cierto, es que aún me duele su muerte y trato de aferrarme a que vive en mis recuerdos —Suspira—, pero ¡Mierda! ¿Es el Michael de está casa?

—Sí, sí, el Michael que medio nos pertenece —confirmo—. Quieren que vaya por él.

—Hombre, pero vas hasta arriba de marihuana y seguro hay polis patrullando, tampoco puedo conducir.

—Ya, pero sería de muy bastardo no darle una mano de nuestra parte siendo que dije que iría por él.

En condiciones normales entendería que no es algo para lo que estar muy relajado, pero me encuentro en mi viaje.

—Pero no se murió ¿Verdad? —Me pregunta Stephan con curiosidad.

—Si estuviese muerto me llaman de la morgue o algo así, no me dirían que fuese a buscar su cuerpo. Habría que estudiar su cuerpo y habría una investigación...

—Sí, sí, cállate. Entendí que está vivo que es lo que importa.

» ¿Y cómo lo buscamos? No puedo conducir, tú tampoco, entonces...

—Creo que tengo una idea.

Callum: oye...

Un minuto completo pasa y espero me responda o lo llamaré mil veces hasta que lo haga, lo que hará que me odie, pero son sacrificios con los que viviría.

Oscar: no voy a responderte

Callum: ya lo hiciste

Oscar: Estás ebrio o colocado que me molestas a esta hora?

Callum: necesito un paseo

Callum: no creas que un paseo de culos o mamadas

Oscar: no lo pensé -.-

Callum: Ja!!! Totalmente lo hiciste

Callum: en fin llévame al hospital

Oscar: estás bien?

Callum: sip pero mi idiota compañero de casa no

Oscar: le pasó algo a Stephan?

—Aw, se preocupa por mí —dice mi amigo a mi lado que se encuentra leyendo el chat.

—Oscar tiene su corazoncito.

Callum: Stephan es el imbécil, te hablo del idiota

Callum: el idiota es Michael

Oscar: ¿Quién carajos es Michael?

Callum: ya te dije que mi compañero de casa

Callum: sabes conducir?

Oscar: asegúrame que eso último no es un chiste sexual o no respondo

Callum: palabra de irlandés que no era chiste sexual si miento que los duendes me condenen a quince años de mala suerte

—Eso es mucho tiempo para una maldición, irlandés.

—Lo sé, Stephan, pero tranquis que cómo no estoy mintiendo no estaré maldito.

—Eso me da paz.

Oscar: Sé conducir

Oscar: buenas noches

Callum: Ehhh! Nada de buenas noches, por favor sálvame el culo

Oscar: Dijiste que no era chiste sexual!!

Callum: No lo essss

Callum: en serio necesito ir por él y estoy fumado

Oscar: juro que si estás mintiendo te enviaré a Irlanda de una patada en el culo

Oscar: cuenta conmigo

—Es una buena persona —concluye Stephan.

—Sí, deberíamos invitarle un café mañana en agradecimiento.

Acordando que viene hasta la casa en una caminata de quince minutos para conducir mi auto, Stephan y yo nos abrigamos y lo esperamos en el jardín delantero de la casa.

— ¿Qué crees que pasó con Michael? —Me pregunta sonando genuinamente preocupado en medio de su viaje.

—Bryce, eso le pasó —respondo sin ninguna duda.

El tío Lorcan no lo sabe, pero su sobrino favorito piensa hacerle una llamada de saluditos. No quiero nadar en aguas turbias, pero tampoco pienso ahogarme en ellas. Usaré mi salvavidas y cuando llegué a la orilla, tomaré los caminos limpios.

Pero Bryce Rhoder a mí no me va a joder.

— ¿Y si llegamos y ya se murió? —Me corta el pensamiento inspirador.

Parpadeo hacia Stephan sin saber qué responder.

—No me dijeron que se pudiese morir.

—Ah, entonces sí aguanta a que lleguemos —Asiente, hace mucho eso cuando fuma— ¿No hay que donarle sangre, verdad? Porque mi sangre en este momento está sucia.

—No pregunté.

— ¿Debemos llevar flores?

— ¿Por qué llevaríamos flores? —Estoy desconcertado, ahora se encoge de hombros.

—Un mensaje de "recupérate pronto" o por si se muere las flores son las señales correctas de "mis condolencias."

Rompo a reír y de alguna manera no puedo parar, lo que lo tiene riendo a él y de esa manera nos encuentra Oscar cuando aparece con el ceño fruncido dándonos miradas indignadas.

—Díganme que no era una broma.

—No —Hablo entre risas y le arrojo las llaves de mi auto—. Es en serio.

— ¿Qué tan fumados están?

—Hay que pasar a comprar flores —señala Stephan entre risas.

—Vale, bastante fumaditos —Suspira Oscar—. En lugar de flores, pasemos por algo que les baje del viaje sin que caigan dormidos.

Torpemente subimos a mi camioneta, me siento en el puesto de copiloto. Oscar pone el auto en marcha y cuando pregunta "¿Qué hospital?" hay unos incómodos segundos de silencio.

—No pregunté —respondo lleno de timidez y voltea a verme con rapidez.

— ¿Y no te lo dijeron en la llamada?

—No lo escuché.

—Te odio, Callum, en este momento te odio y a ti también Stephan.

—Ódiame todo lo que quieras porque eso significa que sentirás algo por mí —digo dramáticamente.

—En serio te odio mucho.

—Lo siento —Le sonrío.

—Te odio.

Holisss, espero hayan tenido un lindo fin de semana.

El banner es un regalito que @Tylerevelynrood me dio, muchas gracias, Baby ❤

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Espero les guste.

Un beso.