27. La meta
La meta
Clover
Por el auditorio resuena la voz de todos y creo que lo que más predomina es la emoción. Togas y birretes adornan todo el lugar debido a los estudiantes de criminalista, ciencias forenses y criminología que nos graduamos hoy.
El auditorio llamado nubes azules (por la leyenda de que al obtener tu título te sientes como en una nube) rebosa de buena energía albergando una capacidad de cinco mil personas, pero hoy no somos tantos.
Sé que de ciencias forenses somos sesenta alumnos incluyendo los que concluyeron sus estudios hace seis meses, de criminalística son cuarenta y tres y criminología ochenta y siete. Familiares y allegados se encuentran en los asientos de atrás, con cámaras preparadas y pañuelos para las lágrimas porque graduarse siempre se ha considerado un hito importante cuando decides que seguir académicamente es para ti, cuando esa es tu meta y lo que deseas.
Me emociona saber que tras largos años de estudios he conseguido obtener mi título universitario, soy una licenciada, pero también siento la incertidumbre del campo laboral que me espera más adelante, las responsabilidades y enfrentarme al mañana, es aterrador.
Ya tengo mi billete de avión para Brasil, sale en noviembre y el retorno es en junio del año siguiente, aparte de conectar con mi cultura y familia materna también me apunté de voluntariado y para un puesto de asistente en una clínica forense, aun no recibo respuesta, pero tengo la corazonada de que seré aceptada.
Suspiro y giro tratando de ubicar a papá y Valentina, Shadi debió quedarse con una niñera porque no se permite niños en el acto, y los localizo porque a su lado se encuentra un grupo de pelirrojos que destaca bastante bien. Arlene me saluda con la mano y le devuelvo el gesto, sonriendo cuando apunta su cámara hacia mí.
Debido a que somos ordenados por el orden alfabético de nuestros apellidos y especialidades, Maida está dos filas por detrás de mí y Oscar tres por delante. Del lado izquierdo del auditorio localizo a Kevin entretenido tomándose selfies mientras un compañero le habla y en la fila dos se encuentra el cabello rojizo de Callum que ríe con un pequeño grupo de personas, tan amigable como siempre.
Se ve precioso e increíble, estoy muy orgullosa de él. Se gradúa con el promedio más alto de las tres carreras, el más alto que se ha visto en seis años y es el encargado de dar el discurso. No me lo mostró, pero sé que lo hará bastante bien.
Como si sintiera mi mirada voltea a verme y me da una amplia sonrisa antes de enviarme un beso y hacerme un corazón con sus manos, mi sonrisa de forma inmediata se vuelve amplia mientras tomo asiento en mi sitio.
Una vez más me encuentro suspirando en tanto miro al frente el gran telón rojo, la madera pulida del suelo del escenario y a las personas poniendo todo en su sitio.
Este es un día feliz y no quiero opacarlo por lo de esta mañana. Una vez más mi despertar fue inquieto, pero esta vez se trata de que la pesadilla no era una sombra, parecía un recuerdo. Vi el rostro de Bryce sobre mí y luego sostenía una llave ensangrentada en mi mano mientras estaba echa un ovillo en el suelo de los edificios abandonados pensando «no le daré mi mente.» Es un recuerdo, están volviendo y quisiera detenerlos.
No me desperté asfixiándome ni llorando, pero durante unos segundos me sentí vacía y desolada antes de acurrucarme contra el cuerpo cálido de Callum que dormía.
Miro sobre mi cabeza la hermosa arquitectura de óvalos de azul pastel y dorado, simulando las nubes y el oro de la riqueza de un futuro prometedor, es algo que caracteriza este lugar. La sonrisa vuelve a mí mientras busco mi teléfono en el escote del vestido debajo de la toga y tomo una foto al techo antes de hacer una selfie en la que se vean las imponentes nubes.
Una vez me he guardado nuevamente el teléfono converso con mis compañeros de al lado y poco después están invitando a todos a tomar asiento en sus lugares porque el acto está a breves minutos de comenzar.
Cruzando una pierna sobre la otra, acomodo el tirante de mis tacones cerrados dorados y me enderezo sabiendo que va comenzar el cierre de una etapa de mi vida.
La graduación de Edna es en cuatro horas y la de Stephan en dos días, por lo que este último se encuentra como invitado junto a la familia de Maida y el padrastro de Oscar (su mamá no vino, no es que Oscar tampoco la haya invitado).
Nos ponemos de pie para la caminata del Decano, el Rector y miembros del profesorado. La profesora de mis clases de teoría y practicas forenses es la encargada de dar un discurso que funciona bien, aunque es impersonal y luego el lugar está estallando en aplausos cuando llaman a Callum Byrne, el mejor promedio de los graduados y el mejor promedio en años, a dar su discurso en representación del estudiantado.
Grito y aplaudo junto a los demás mientras golpean los pies en el suelo y gritan una que otra cosa que lo tiene riendo mientras sube las escaleras y al estar sobre el escenario hace una reverencia antes de pararse frente al podio y subir el micrófono debido a su altura. Parece que el lugar se caerá por la ovación que le hacen a un estudiante que no será olvidado.
—Entonces así es como se siente ser Harry Styles —habla al micrófono y las risas resuenan por el lugar—. Buenos días Decano, rector, miembros del profesorado, estudiantado, familiares, amigos y todos los presentes que hoy son parte de una meta que muchas veces se vio tan lejana y en ocasiones imposible.
»Escuché que una canción famosa que dice " ¡Demonios! Sé lo que quiero ser, pero temo decirlo. Es más grande que yo, más fuerte que el miedo y más débil que mi valentía", durante mucho tiempo reflexioné sobre ello y hoy puedo decir que lo entiendo porque así se sintió la decisión de elegir lo que queríamos ser en el futuro y así se sintió todo este largo camino que hemos recorrido.
—Ese es mi novio —Le susurro a la chica de al lado y ella ríe por lo bajo.
—Todos lo sabemos, votamos por ustedes como la mejor pareja de la generación.
Se refiere a las votaciones de los premios de graduando que realizan las hermandades y fraternidades en la enorme fiesta que se celebra en honor a nosotros, se lleva a cabo el sábado cuando la ronda de graduaciones culmine.
—Como ya me presentaron, mi nombre es Callum Byrne y a partir de hoy me podrán llamar licenciado y criminalista, aunque durante años he sido conocido como el irlandés incluso si no soy el único dentro del campus —Sonríe—. Sé que muchos de ustedes al igual que yo supieron desde una edad muy temprana qué querían estudiar, aunque supongo que a diferencia de mí tuvieron mejor sutileza que decirles a sus padres «oye, en el futuro quiero abrir cuerpos y descubrir asesinatos porque parece un juego de pistas.»
Las personas ríen como si él bromeara y no fuese una historia real.
—Otros lo descubrieron en el camino o algo más tarde y luego están los que simplemente fueron admitidos y se arriesgaron a averiguar si esto era para ustedes —prosigue—. Cuando inicié la carrera recuerdo que pensé "¡Duendes! Somos muchos" y se sintió como una competencia, pero hoy veo que pocos llegamos hasta el final.
»Hemos tenido que responder millones de veces por qué somos parte de este gremio, si nos da miedo, si nos arrepentimos, si es escalofriante o si vemos fantasmas... No he visto a ninguno hasta ahora, por cierto, lo que es decepcionante.
Nuevamente las risas llenan en lugar. Espero que su familia esté grabando muy bien este momento.
—No ha sido fácil y seré honesto: a veces ha sido asqueroso —Hace una mueca— y sangriento. Hemos dejado sudor, esfuerzo y gran parte de nuestra salud mental.
—¡Grítalo fuerte! —Se escucha alguien y él sonríe.
—Entré con grandes expectativas e incertidumbre de quiénes seríamos al graduarnos y hoy puedo entender lo que somos: médicos forenses, criminólogos y criminalistas, somos lo que nos esforzamos en ser, quienes tienen la ilusión de hacer un cambio y dejar huella en el mundo, quienes temen a qué viene después, pero fingen valentía porque saben que la vida es una y que lo daremos todo incluso aunque cueste.
»Somos una generación con unas herramientas preciosas para hacer algo grande ¿Saben? Que esos conocimientos no se queden en un salón de clases porque el mundo necesita de nosotros, estamos preparados para ello porque las clases, prácticas, fiestas y todo lo que sabemos que pasó durante estos años nos dieron los cimientos y raíces para crecer.
»Gracias al profesorado por habernos guiado y a las autoridades académicas por habernos aguantado, especialmente a mí, sé que más de una vez quisieron echarme.
Las personas se ríen incluso el Decano y Rector, pero es forzado porque saben que Callum les está lanzando una indirecta.
—Gracias por la seguridad espectacular que nos brindaron —Los mira—, por tener el honor por sobre el interés. Por prestar atención para que nuestras fiestas no se salieran de control, ser empáticos y cuidar de nosotros, aunque algunos no estén aquí hoy.
El Decano se remueve y Callum vuelve su atención al frente sonriendo.
—Y gracias a todos los difuntos que fueron estudiados y que contribuyeron a este momento, nos disculpamos por las veces que aprendiendo fallamos, prometemos que ahora lo haremos mejor.
—Solo tú agradecerías a los muertos —susurro sonriendo.
—Recuerdo hace unos años cuando leí un artículo de Ocrox y pensé «¡Malditos duendes! Esta debe ser mi alma mater» y aquí estoy, aquí estamos. Así que podría decirles un montón de mierda pintoresca.
Todos reímos ante el hecho de que dice malas palabras.
—Pero mis queridos colegas, mis queridos licenciados, prefiero decirles que vayan y sean más grandes de lo que ya son. Estoy orgulloso de nosotros porque no todos se atreven, porque no siempre ganamos y no siempre pareció posible, pero creímos y seguimos y aunque no tenemos ninguna idea de que nos depara el futuro hoy celebramos porque este momento es nuestro. Dejen su huella, amplíen la meta y vayan por muchísimo más.
»Yo estoy listo para que el mundo me conozca ¿Y ustedes? ¡Felicidades! Nuevo nivel desbloqueado, logro alcanzado.
Todos nos ponemos de pie a aplaudirle y gritar mientras él sonríe y con un gesto de la mano finge modestia.
—Y como soy un irlandés que cree en la buena suerte, repitan después de mí: Clover, Clover, Clover —guiña un ojo.
Y río por lo bajo cuando mi nombre resuena alto y claro tres veces en el auditorio con acústica en un canto de buena suerte.
Los aplausos no cesan incluso cuando baja del escenario y vuelve a su puesto, dándonos un saludo a todos con la mano arriba como si fuese un rey.
La ceremonia es bastante rápida y un poco aburrida, pero aplaudimos a los estudiantes de criminología que son los primeros en pasar y luego a criminalistas. Callum recibe una ovación de pie y alza su título con una sonrisa hacia todo el público antes de bajar. Finalmente es el turno para nosotros y durante todo el trayecto al frente solo pienso en que espero que los nervios no me hagan rodar por las escaleras con lo alto que son mis tacones, pero por fortuna no lo hago mientras tomo la mano que uno de protocolo me ofrece.
—Clover Mousavi, licenciada en ciencias forenses —Se escucha y avanzo.
—¡Esa es mi canela pasión oriental! —escucho la inconfundible voz de Maida y sonrío mientras avanzo con los aplausos.
De manera automática estrecho manos y recibo mi título junto a la medalla, sonriendo al frente pese a que mis ojos lagrimosos no me permiten localizar bien a mi familia, pero sí a mis amigos y a Callum aplaudiendo de pie mientras gritan. Poso para mi foto bajando y luego vuelvo a mi asiento esperando que el acto termine.
Lo hice.
Me gradué.
Lanzar los birretes es más engorroso de lo que esperé, de hecho, uno casi me lastima el ojo y el que tomé me queda un poco más flojo, pero eso poco importa cuando me reúno con papá y Valentina quienes me dicen lo orgullosos que están de mí, Valentina llora y papá me hace poner a prueba mi maquillaje cuando me susurra que mamá estaría orgullosa de mí.
En la salida es cuando logro reunirme con mis amigos y sus familiares. Stephan me alza haciéndome reír antes de ir por Maida y los Byrne son tan lindos, pero cuando Callum me alza sobre mis pies haciéndonos girar y luego me besa, siento que el momento es perfecto.
—¡Una foto! —Pide Arlene con su cámara profesional preparada.
Entonces Callum y yo nos sostenemos frente a frente, ladeados a la cámara, con su mano en mi espalda baja y la mía en su hombro. Con togas y birretes y con una diferencia de altura no tan notable debido a cuán altos son mis tacones. Sonreímos tanto que nuestros ojos se achican.
Irradiamos la felicidad y eso es precisamente lo que las cámaras capturan: nuestro momento especial.
Amoreeees, quiero decirles con mucha emoción que el libro 2 de Clover estará en papel a partir de este 20 de julio: más escenas, más capítulo, ,mejor trata y desarrollo de la trama así como de la historia, ilustraciones, maquetación preciosa y mucho más que qué pereza escribir. Gracias por el apoyo que le han dado al libro uno, eso ha hecho que crean en esta historia.
Ahora demostremos también amor a nuestro libro 2 para que no tarden tanto cuando haya un 2.
Nos resta en este borrador de wattpad dos capítulos que estaré subiendo durante la semana. Preparados???
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