2. Una Nota para Callum
La segunda parte de Clover, la nueva bilogía de Darlis Stefany, ya está aquí. ¿Podrán el irlandés y su trébol superar las adversidades y mantener encendida la llama del amor? Clic aquí: https://w.tt/3rQcCAz
***
Una nota para Callum.
Clover.
Otra vez el mismo san Valentín, con los mismos sentimientos y sin hacer nada más que deslizar una nota en el parabrisas de su auto.
Me gustaría quedarme a ver su reacción al encontrar la nota, pero la vergüenza me lo impide porque una cosa es armarme de valor cada catorce de febrero y fecha especial para dejarle una nota anónima y otra es quedarme a ver su reacción ¿Las lee? ¿Las tira? ¿Se ríe de ellas? ¿Le asusta?
En la primera nevada, al inicio del verano, antes de partir por navidad, San Valentín y su cumpleaños, esas son las veces en las que una nota escrita por mí aparecerá en el auto de Callum Byrne.
Te preguntarás ¿Quién es Callum Byrne? Él es este atractivo, sexy e inteligente pelirrojo de ojos verdes, sonrisa ladeada llena de picardía. Es el tipo de persona que parece encajar en cualquier lugar, agradarles a todos y sacar el mejor provecho de cada situación. Él también es popular entre las chicas...Y los chicos, lo que hace difícil no saber cada conquista con hombre o mujer que ha tenido en fiestas.
Entramos a la universidad el mismo año y coincidimos en una clase desde un inicio en el que la primera impresión que tuvo de mí fue dándome la mano para ayudarme a levantarme tras caerme de culo en pleno auditorio de clase. Una impresión de su persona se quedó conmigo. Más allá de su impresionante atractivo y el cálido acento irlandés, lo que me sorprendió fue su sonrisa, la suavidad y confianza con la que me habló y el hecho de que me coqueteó...Claro, luego entendería que esa era su forma de ser, el coqueteo parecía ser para él algo tan natural cómo respirar.
No fui la chica invisible, no lo soy. Ocasionalmente me saludaría en clases o me comentaría sobre algo, si nos topábamos en una fiesta me saludaría o simplemente sonreiría. Se dirigía a mí por mi nombre y a veces en clase lo encontraba mirándome.
Durante estos últimos tres años universitarios hemos visto al menos más de tres clases juntos debido a que estudiamos en la misma escuela, pero mientras yo estudio ciencias forenses, él estudia criminología.
La primera vez que le dejé una nota para él, fue estando ebria días antes de las vacaciones de navidad en una fiesta en un bar fuera del campus, me pareció una idea súper divertida y mi amiga Edna pensó que yo era un genio. Así que escribí una nota de más de ocho líneas con una caligrafía borracha, pero buena ortografía en donde le hacía saber que la primera vez que lo vi me pareció un hermoso sol de puntas rojizas y sonrisa cautivadora, que por alguna razón verlo sonreír me hacía sonreír a mí y que esa noche lo había visto besarse con un chico y me había parecido sexy, pero que también sentí que nunca sería yo la que probara sus labios...Bueno, también puse algo sobre su polla en otros culos y bocas así cómo en la mía, pero trato de olvidar esa parte. En mi defensa, yo estaba muy ebria, tan ebria que vomité dos cuadras después y lloré sentada en la acera.
La próxima vez que lo vi estaba avergonzada y esperando a que viniera hacia mí y se riera o preguntara qué estaba mal conmigo, pero recordé la magia del anonimato y pensé que tal vez, él ni siquiera lo había visto. Nada pasó.
Entonces llegó san Valentín, no estaba ebria, pero de nuevo vi su auto solo y la zona estaba despejada, así que saqué mi lapicero y escribí una nota consciente en dónde divagaba sobre si san Valentín era un día especial o solo comercial, sobre cómo cada día debía ser especial y sobre que en todo caso lo que haría mi día del amor especial era que leyera mis payasadas y supiera que entre una gran cantidad de seguidores había alguien que aún sobria recordaba que lo había comparado con un sol de puntas rojas y que en un mundo paralelo tal vez íbamos a cenar. Tampoco supe si la vio, también fue anónima.
Y así estuve los últimos tres años, escribiéndole sin dejar nombre, solo el dibujo de un trébol al final al que le escribía: para ti, irlandés.
No sé qué hace él con mis notas, pero está bien porque cuando las escribo libero algo de mí que se queda con él.
No es una obsesión, tampoco espero que algo suceda ni me guardo para él o algo loco cómo ello. He tenido dos novios durante estos casi tres años y medios y he ido a citas, pero mis notas siempre han sido dejadas en su auto.
Girando sobre mis talones dejo ir un largo suspiro y camino hacia una de las cafeterías en dónde sé que Edna me espera para almorzar antes de que cada una de nosotras se dirija a su clase. No tardo en llegar y primero localizo a mi amiga antes de hacer un pedido, ella se encuentra con un rubio atractivo de primer año que reconozco cómo James.
Normalmente Edna no miraría dos veces a un chico de primer año o menor que ella, pero James es uno de esos nuevos chicos que parece estar causando estragos y mi amiga no es inmune a sus encantos. Ambas sabemos que James quiere acostarse con ella y que ella también lo desea, solo que ella quiere trabajarlo y lo hace esperar, ambos también saben que hay otros en ecuación porque son iguales cuando se trata de diversión. No creo que nada serio vaya a nacer de ahí, pero intuyo que la pasarán muy bien.
Hago mi pedido y debido a que solo deben recalentarla pronto tengo una hamburguesa con papas fritas y una Coca-Cola en mi bandeja mientras camino hacia la mesa en donde ahora no solo se encuentra James, su amigo y el chico del que todos están hablando se encuentra sentado al lado de la única silla vacía: Jagger Castleraigh, estudiante de primer año de la escuela de negocios, el chico del que todos hablan y él que parece estar causando todo un revuelo por ser "el hombre de las soluciones". Todavía no entiendo muy bien cómo alguien de primer año y nuevo está teniendo tanto alcance y poder, él de verdad parece saber muchas cosas.
Cuando me dejo caer en el asiento vacío, devuelvo el saludo colectivo con el que soy recibida. A James lo conozco por el tira y afloja con Edna, a Jagger solo de pasada en algunas fiestas y porque me saluda cuando me ve por mi nombre aun cuando nunca se lo dije; no me siento incómoda de que se encuentren en nuestra mesa, no soy una persona precisamente tímida al menos que seas un chico que me traiga loca, en ese caso sí me vuelvo un desastre.
—Clover ¿Es cierto que Edna y tú tendrán una noche de chicas y por eso no irán a la fiesta del amor? —Me pregunta James antes de que pueda darle un mordisco a mi hamburguesa.
Muerdo la hamburguesa y veo de mi amiga de toda la vida a James, me resulta un poco perturbador que aunque sus ojos son de un azul diferente ambos tienen mucho parecido físico y parecen hermanos, pero pensar eso es pensar en hermanos que quieren tener sexo y cometer incesto, por lo que rechazo el pensamiento de cuán parecidos son.
—La realidad es que yo planeo estudiar para mi clase de mañana —respondo.
—Abrirá a un muerto —Edna se estremece— y no tiene miedo.
—Siento respeto por los cadáveres y es un cuerpo humano como el nuestro.
—Excepto que no respira —dice Jagger a mi lado y volteo a verlo, sonríe—. Tienes una carrera bastante interesante y eres buena.
— ¿Cómo lo sa...? —No termino la pregunta, cierto que éste chico sabe todo—. Olvídalo.
Riendo por lo bajo él se pone de pie y cuando se estira su camisa se alza lo suficiente para revelar una franja de piel y oblicuos marcados. Honestamente Jagger se las trae.
—Me retiro, señoritas. Tengo una novia con la que encontrarme ¿Vienes, James? Lind está esperándonos.
—Ven a la fiesta, sabes que quieres —Le pide James a Edna con una sonrisa.
— ¿Qué hay de ti y Maddison?
—Ya te dije que somos amigos-enemigos, no es mi novia. Yo no tengo novias. Quiero divertirme y tú también, hagámoslo juntos. Hagámoslo mucho.
—Iré si Clover va.
— ¿Y a mí por qué me metes en tus asuntos? —Me quejo luego de masticar—. Debo estudiar.
—Vamos, Clover, estoy seguro de que has estudiado un montón, demasiado ¡Ven a la fiesta! ¡Vamos, Vamos!
—No, no iré —digo sin caer en el juego de ojos conmovedores, James es bueno en ello.
—Jagger, ayúdame aquí —Le pide uniendo las manos en suplica y poniéndose de pie.
Edna disfruta demasiado de esto. Estoy segura de que conmigo o sin mí piensa ir a divertirse y finalmente tener sexo con James, pero disfruta de todo este show.
—Clover, eres buena estudiante —dice Jagger y muerdo mi hamburguesa sin verlo—, sé de tu evaluación de mañana porque conozco a alguien que también la tendrá —Hace una pausa— ¿Tal vez conozcas a Callum Byrne? Lo suelen llamar cómo el irlandés.
Me ahogo con un pedazo de hamburguesa y Edna me patea por debajo de la mesa mientras Jagger me da suaves palmadas en la espalda, tomo un poco del agua de Edna consiguiendo sobrevivir, pero con el corazón latiéndome de prisa.
—Parece que sí lo conoces, va esa misma clase y sé que estará en la fiesta. Por lo que sé ambos manejan un promedio similar, el tuyo un poco más alto ¿Qué tal ir a la fiesta y descansar un poco el cerebro?
Te prometo que siento que me está gritando: ¡Sé que le dejas notas a Callum Byrne! Ven a la fiesta porque lo sé.
—Tal vez vaya —digo tras unos segundos de silencio.
— ¡Genial! Allá las veo, chicas —Dice James con una sonrisa.
—Oh y Clover... —Me llama Jagger, volteo a verlo y está sonriendo—. Sé de alguien que te está buscando.
Estoy tensa cuando nos quedamos solas en la mesa. Mi mejor amiga está parloteando sobre ropa interior sensual y que hoy James y ella se divertirán. Yo estoy paranoica sobre alguien más que ella sabiendo de mis notas y esa despedida de Jagger me ha dejado más que un poco nerviosa.
Asiento y doy respuestas cortas a todo lo que ella está diciéndome, pero mi mente está muy lejos mientras continúo comiendo. Hay algo que deberías saber de mí: no importa si estoy nerviosa, asustada, triste o angustiada, eso no me impedirá comer. Me gusta decir que tengo un apetito saludable y que la comida y yo tenemos una estrecha relación.
No tengo problemas con mi alimentación, pero soy una de esas personas que podría hacer dieta y ejercitarse, bajar unos pocos kilos, pero aun así mantener una complexión curvilínea-rellenita.
Soy esta adulta joven de una escaza estatura de 1.61, curvilínea con más tetas de las necesarias para mi estatura y con un culo que me hace tener el molesto problema de los pantalones flojos en la cintura, pero apretadísimos en la retaguardia. Nunca en mi vida he experimentado o conocido lo que es tener un abdomen plano, puedo pellizcarme la piel de ahí o tal vez deba llamarlo por lo que es: grasa. Tal vez sea porque de hecho camino por las mañanas y troto en las tardes que me mantengo en una condición saludable, lo de la cintura más pequeña que mis caderas ya es cosa de genética y bueno, diré que agradezco eso porque hace diferencia. Pero sí, nunca en mi vida he sido delgada, siempre he sido está chica de curvas excesivas, muslos gruesos, cintura más pequeña, estomago algo sobresaliente y diría mi madrastra Valentina: culo de avispa – con su acento venezolano –, pero no me quejo, no odio mi cuerpo es lo que es y entendí que no lo puedo cambiar y que tengo mi encanto.
—Le dejé una nota a Callum —interrumpo a Edna de su parloteo y ella enarca una de sus cejas rubias.
—Pensé que dijiste que este año no habían notas.
— ¿Qué hay de malo en dejarle pequeñas notas en días especiales? No es como si estuviese estancada en la vida y no hiciera una vida normal por dejarle notas —Me encojo de hombros.
—Deberías simplemente invitarlo a salir.
—No lo entiendes.
Para mí Callum es cómo ver a la luna: la admiras, imaginas lo que sería tenerla en tus manos, pero nunca lo sientes porque en el fondo sabes que no sería sencillo y porque también temes que la realidad no sea cómo en tus fantasías ¡Y vaya que he tenido fantasía con mi irlandés!
— ¿Qué te intimida? ¿Qué le gustan las tetas tanto cómo las pollas? —Ahora enarca ambas cejas—. En cualquier relación siempre habrá chicas o chicos que sean más atractivos que tú, lo importante es tener confianza en tu chico y en que si está contigo es porque te elige.
—No es mi chico y no me intimida que le gusten chicas y chicos —Bueno, solo un poco—, pero no estoy interesada en invitarlo a salir.
—Bien, sigue soñando que te folla o usando el vibrador invocando su nombre.
— ¡Yo no hago eso!
Sacude su mano descartando mi negación e ignorando mis protestas al respecto. La amo, pero a veces la odio.
—Todo lo que sé, Clover, es que en casi un año terminaremos la licenciatura, nos iremos y siempre te reprocharás no haber hecho más que escribirle notas. No hay nada cómo el presente, tal vez él quiere saber quién deja las notas.
—O tal vez las tira y ríe.
—Y si piensas que hace eso ¿Por qué sigues dejándolas en su auto? —No hablo y ella sonríe—. Por esa cosa llamada esperanza. Deshazte de ese miedo con olor rancio y haz algo por ti, nena, el tiempo corre y aunque Callum juega un montón llegará un momento en el que podrá conocer alguien con quien estar.
»Lo peor que puede pasar es que te rechace o que no sea lo que esperas.
—Casi nada —mascullo masticando una papa.
—Todo lo que digo es que te atrevas —Hace una pausa viendo la pantalla de su teléfono— y que te des prisa porque podrías llegar tarde a tu próxima clase. Corre, nena.
— ¡Maldición! —Tomo un puñado de papas sin importarme las normas sociales y me las meto a la boca—. Te veo más tarde —hablo con las papas a medio tragar y luego doy un gran sorbo de mi gaseosa.
—Sí, yo me encargo de la ropa del amor para la fiesta de más tarde.
Cómo traigo zapatos deportivos camino a paso muy rápido, podría trotar, pero debido a que acabo de comer eso podría terminar muy mal. Rompo algún récor porque consigo llegar al salón de clases minutos antes y aún hay varios estudiantes apareciendo. Hay ruido y todos parecen esparcidos por el auditorio. Saludo a la mayoría de mis compañeros y voy directo a mis favoritos que están en la fila cinco.
En la fila tres, riendo con una chica y un chico se encuentra Callum. Su cabello rojo cómo siempre va despeinado y su risa ronca con un leve resoplido llena el lugar mientras sacude la cabeza hacia el chico que no deja de mover las manos mientras ríe relatando lo que tiene que ser una historia muy divertida.
Este año tengo dos clases con Callum y una de ellas es convivir con cadáveres (por supuesto que ese no es el nombre de nuestra clase, pero así la llamamos). Hoy estamos viendo la teoría y mañana nos toca la evaluación en la práctica.
Quiero disminuir la velocidad en el tercer escalón para verlo mejor, pero sí, eso sería muy obvio, así que mantengo mi paso.
—Oye, Clover —Me dice un acento irlandés.
Me detengo y me lamo los labios antes de girar hacia él, tiene esa sonrisa ladeada llena de picardía que me persigue.
—Bonita camisa, quisiera una.
Por un momento no recuerdo lo que estoy usando por lo que hago la cosa vergonzoso de bajar la vista y entonces recuerdo mi grito sarcástico al mundo hoy en el día del amor: una camisa blanca con letras rojas proclamando "al diablo el amor" con corazones rotos alrededor.
—Cuando recuerde en dónde la encontré, te haré llegar una de regalo —consigo responder y entre cierra sus ojos hacia mí.
—Esperaré por ello.
Sonrío y él incrementa su sonrisa antes de que yo gire terminando de subir las escaleras. Camino hacia mis dos amigos, sentándome entre ambos para evitar un serio manoseo entre ellos durante la clase.
—"Oye, Clover" —imita Oscar.
—Oh, mi querido irlandés —dice Kevin y capto que se supone que esa soy yo.
Pellizco a ambos, pero lo que hacen es reír mientras yo le doy una mala mirada a cada uno. Oscar y Kevin han sido mis amigos desde el primero año cuando nos conocimos en nuestra primera clase al ser asignados al mismo equipo para exponer, desde entonces nos hicimos inseparables pese a que Kevin comparte pocas clases con nosotros porque al igual que Callum estudia criminología y trata de inscribir unas pocas clases con nosotros. Con Kevin siempre supimos que era gay, en el caso de Oscar siempre pensé, al igual que los demás, que era heterosexual no que secretamente amaba a Kevin, quien secretamente le correspondía, y que un día todo explotaría y ¡Sorpresa, sorpresa! Kevin y Oscar confundidos y pocos después Kevin y Oscar enamorados hasta que finalmente: Kevin y Oscar siendo una pareja pública. Y eso paso solo hace cuatro meses.
—Feliz San Valentín —Les digo—, el primero para la feliz pareja.
—No creo en tal día comercial, lo saben —dice Oscar.
—Yo en cambio lo hice enojar apareciendo en su habitación con un enorme gato de peluche junto a flores y bombones —Se ríe Kevin—. Debiste ver su cara, lo odió.
—Lo odié, pero debí sonreír porque me lo daba él.
—Incluso cuando yo sabía que lo odiaba —Kevin sonríe y ahí está esa mirada que trae consigo desde hace meses—. Él hizo eso por mí —Se inclina hacia adelante para verlo sin que yo lo estorbe— y me invitó a cenar pese a que odia este día comercial.
—Porque no importa el día —Oscar también se inclina para verlo y tiene la sonrisa devastadora que antes de Kevin lo hacía tener encuentro con un montón de mujeres—, a mí me importas tú y siempre querré cenar contigo.
La tensión, deseo, cariño y amor es palpable, las miradas están tan intensas que me hacen sentir acalorada, podría sonrojarme incluso. Hay algo sobre Kevin y Oscar que cuando los ves interactuar en pareja y ser así de candentes, te emocionas y sientes caliente, es cómo ver una intensa película en donde esperas que los protagonistas tengan el primer acercamiento, es algo que no entiendo, pero es un efecto que traen con ellos.
— ¿Van a hacerlo? Porque siempre he creído que un día perderán la razón y lo harán frente a nosotras —La voz de Maida nos hace alzar la vista a los tres.
Finalmente los cuatro estamos juntos. A Maida la conocimos más en el segundo año cuando debió repetir todo el semestre por haberse ausentado y perdido todos sus parciales. Está loca, es algo rara, dulce y ama demasiado la idea del amor por lo que vive enamorándose de todo y de todos, incluido Oscar, hubo unos intensos cinco meses en dónde creyó amar a Oscar.
— ¿Pero qué carajos usas? —le pregunta Oscar adelantándose a mis palabras.
Lleva una camisa blanca ajustada de mangas cortas con un montón de querubines rubios con arco y flechas que evidentemente es cupido. Su falda roja es acampanada con pliegues y lleva unas panties medias blancas con bordados de corazón. Converse rojas, lentes con forma de corazón y en su cabello castaño un broche de... ¡Sí! Adivinaron: corazón.
—Amo el amor y hoy es el día del amor.
—De acuerdo, me gusta San Valentín, pero creo que se te fue un poquito de las manos —comenta Kevin sonriendo mientras ella se sienta a su lado—, sin embargo, opino que te ves genial.
—Lo sé, lo llevo con confianza —asegura.
—Y al parecer con orgullo —comento—. Ni siquiera necesitas usar lentes.
—Pero le da el toque al vestuario.
— ¿Por qué nos sorprende que ella haga rarezas? —Pregunta Oscar metiendo la mano en su bolso en busca de su libreta—. ¿Qué es esto? ¿Quién se atreve a dejarme una nota de amor?
—Sí ¿Quién se atreve a dejarle una nota de amor? —pregunta Kevin frunciendo el ceño.
— ¡Pues yo! —Sonríe ella.
—No me digas que de nuevo me amas.
—O que de nuevo piensas que lo amas —agrego.
—O que amas a mi novio —masculla Kevin.
—Porque eso sería... —dice Oscar.
—Incómodo —decimos los tres al mismo tiempo y Maida frunce el ceño.
—Qué poca empatía hacia mis sentimientos —Se queja— y para que lo sepan: amo a Oscar, pero también los amo a ustedes y les dejé una nota a cada uno por nuestra hermosa amistad ¡Viva el amor de amigos!
—Odio San Valentín —masculla Oscar desdoblando la nota.
—E irónicamente eres uno de los que follará el día del amor —canturrea ella y él sonríe.
—En eso tienes razón, mi querida Maida.
—Ustedes dos ¿Qué esperan? —Nos pregunta ella a Kevin y a mí—. Busquen sus notas en sus mochilas.
— ¿Cuándo las dejaste?
—Ayer en la última clase.
—Súper ninja —dice Kevin encontrando su nota.
Sumerjo la mano dentro del desastre que es mi mochila y primero encuentro un chicle, clic y lapiceros que la dichosa nota. Al igual que las que le escribo a Callum, está parece haber sido escrita en la hoja de una libreta.
—Qué poca sutileza, Maida —digo desdoblando la hoja luego de comerme el chicle que encontré que por supuesto aún estaba en envoltura.
— ¿Qué? ¿Por qué?
—La hoja de una libreta, que poca dedicación.
— ¿Qué? Lo hice en papel blanco liso, amor.
«A veces me he encontrado preguntándome por qué eres un pelirrojo sin pecas, pero luego pienso ¿Qué tal si debajo de su ropa las hay? Y me reprendo porque eso parece un pensamiento algo obsceno ¿No crees? Pero he tenido pensamientos peores.
Luego de tantas notas creo que es el momento de admitirlo: tengo pensamientos lujuriosos sobre ti, perdóname. Bah ¿De qué hablo? Lo debes saber desde la primera nota cuando sin sutileza te hablé de pollas en culos...Incluso el mío.
Sin darme cuenta me encuentro preguntándome que se sentirá deslizar mis labios sobre tu piel, sentir tus dedos enredados en mi cabello y el tacto de tus dedos sobre mí. Pienso en tantas cosas sobre ti, Callum.
Pero no nos pongamos caliente, volvamos a un terreno más neutral: ¿Quieres que te diga que este San Valentín también esta nota es lo memorable del día? Sí, por aquí una soltera (de acuerdo, es la primera vez que admito que soy una chica, pero intuyo que eso lo sospechabas o debí tener algún desliz anteriormente).
Es el momento de mencionar, cómo es nuestra tradición, que eres un sol de puntas rojizas iluminando todo y que cuando sonríes es inevitable no hacerlo (aún me arrepiento de haber puesto esto en mi primera nota, pero ya sabemos que estaba ebria y que se volvió una especie de chiste privado entre nosotros).
¿Qué planes tienes para hoy? ¿Alguna chica? ¿Algún chico? ¿Ambos? Solo espero que tengas un día genial.
Siento que cada vez el conteo de las notas disminuye porque vendrá la graduación ¿Y entonces qué? Entonces serás libre de esto, discúlpame por molestar tanto, pero es que hay tanto que quiero decir, pero aun así no todo sale.
Feliz San Valentín para ti, irlandés 🍀»
Jódeme, esto no puede estar pasando. Volteo la nota rápidamente para que no se lea lo que dice mientras el sudor comienza a salpicarme la frente, si esta nota está aquí, entonces, ¿Cuál fue la nota que dejé en el parabrisas de Callum?
¡Heyyy! Si llegaste a leer Contradicciones y estás fangirleando: sí, esto pasa en la misma universidad a la que asiste Jagger. Lo único que debe de tener en cuenta es que en esta línea del tiempo, era el primer año de Jagger, iba a penas a su segundo semestre, tenía entre 18-19 años y ya hacía de las suyas.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top