15. ¿No caben tres? Que sean cuatro


¿No caben tres? Que sean cuatro.

Callum.


Saludo a todos los que al parecer me conocen e incluso entablo una conversación con uno de esos amigos de fiesta, también me escondo y finjo no ver a un ex rollo en tanto espero afuera del auditorio de clases, pero parece que mi espera no tendrá que ser eterna, porque del salón de clases finalmente comienzan a salir poco a poco los estudiantes, pero viendo que la persona que busco ni se asoma, decido entrar.

—¿Qué hay de nuevo, irlandés? —Me saluda una bonita morena que creo que conozco y a la que le doy un saludo cordial antes de pasar de ella.

No tardo en localizar mi objetivo.

Él está sentado con las piernas estiradas frente a él, el cuerpo desgarbado en el asiento, la cabeza inclinada hacia atrás con la vista clavada en el techo. Trae un rastro de barba y también la presencia de unas ojeras que antes no estaban. Se ve con la misma templanza de siempre, pero aun así vislumbro un aire vulnerable y decaído aunque mantenga una postura de preparado para todo.

—Jagger —Le digo en tanto subo las escaleras y él baja la vista hacia mí.

—Irlandés —Se limita a decir viendo cómo me siento a su lado—. ¿Algo con lo que pueda ayudarte?

Intenta sonreírme e incluso suena cómo el Jagger de siempre, pero este es el chico que ha estado viviendo con el hecho de que su novia fue agredida sexualmente en grupo, expuesta en vídeos sexuales de violación teniendo que hacerse cargo de eliminarlo, pasar todo un verano sobrellevando las consecuencias y finalmente volver para pocas semanas después recibir la noticia de que su novia se había suicidado.

Han pasado tres semanas desde el suicidio de Lindsay y las personas no hablan de ello porque eventualmente cuando los días comienzan a pasar y esa persona no tuvo un vínculo emocional contigo, lo dejas cómo algo que pasó y te lavas la marca. Incluso la violación atroz que Lindsay sufrió y la manera injusta en la que no se ha dado con culpables y están a poco de cerrar el caso, dejó de importar, quedó como "otro suceso lamentable que gracias al cielo no me pasó a mí" y ¡Duendes! Cómo duele que sea así.

He visto a Jagger en el campus actuando con normalidad, no lo he visto llorar o derrumbarse, por el contrario, su popularidad e influencia ha crecido todavía más, está en todo a la vez, todos quieren un pedazo de él, su atención, sus favores, su reconocimiento.

Se ha vuelto esa persona de la que escuchas, de la que piensas que podría convertirse en una leyenda y lo que parece aún más impresionante es la rapidez con la que todos dejan atrás a Lindsay y no la asocian con él. Parece un borrón y cuenta nueva incluso él...Simplemente avanza y no digo que eso sea malo, pero la forma me deja un mal sabor de boca.

Veo a este chico en su segundo año de universidad y no vislumbro al inteligente, divertido y curioso ambicioso estudiante creando algo genial con mucho potencial que conocí en primer año. Jagger sigue siendo impresionantemente inteligente, ambicioso e ingenioso, pero ahora su nombre es el sinónimo de respuestas, poder, influencias y una red de misterios en la que no creo que quiera dejar entrar a alguien.

Se ha cerrado y me temo que muy pocos pueden realmente acercarse a sus emociones, y solo a quién él se lo permita y no parece tener interés de hacer tal cosa.

—¿Y bien? —Me alienta a responder ante mi escrutinio silencioso.

—No necesito un favor, solo quería saber cómo estás, si necesitas, ya sabes, conversar o algo.

Me ve antes de parpadear.

—No hay nada de lo que quiera hablar, pero gracias —Se estira antes de ponerse de pie.

Otro cambio en Jagger es que antes tenía un cuerpo bastante atlético, pero ahora... ¡Duendes! Está más que bueno, parece que pasó todo el puto verano ejercitándose para estar tan tonificado y verse más grande de lo que era. Yo, que estoy bastante bueno y entreno, reconozco que este chico sí que se ha trabajado.

—Soy buen oyente —Le hago saber levantándome y bajando las escaleras a su lado.

—Y yo buen hablador, pero no tengo nada de lo que hablar.

Salimos del auditorio y asiente hacia las personas que lo saludan e ignora a otros pocos. En ningún momento sonríe y no es que antes mostrara los dientes todo el tiempo, pero él no era tan...Inaccesible.

—¿Seguro que no necesitas nada, irlandés? —Me pregunta mientras caminamos por el campus y me canso de las evasivas así que lo tomo del brazo para que se detenga.

—Ignorarlo no va a borrarlo —digo tal vez con demasiada brusquedad y respiro hondo para centrarme—. Tienes derecho a sentir tu pérdida, lo que pasó... Ha sido horrible, atroz y ella no lo merecía.

Pienso en Clover, en la manera en la que hace tres semanas se quebró al pasar por los edificios abandonados, su miedo y dolor...Me dolió, deseé asesinar a Bryce para desaparecer su pesadilla. Cuando amas no quieres que esa persona sufra y Jagger vive cada día con las secuelas y pensamientos de todo lo sucedido ¿Y si hay más?

—No sé cuáles son tus planes y sé que no me los dirás, pero he escuchado todo tipo de cosas sobre cómo estás incrementando tu negocio y los contactos que estás haciendo.

»No cometas una estupidez, Jagger, eres brillante y te espera un futuro prometedor. Afuera hay gente terrible, gente cómo Bryce y cómo otros tanto que no quieren jugar con universitarios cómo nosotros, personas con más poder y herramientas de las que imaginamos. La universidad también tiene reglas y si te pillan haciendo cosas cómo cambiar notas o meterte en su sistema de seguridad y administrativo sabes que saldrá mal...

—No sé qué ideas tienes, Callum —Sale de mi agarre con algo de brusquedad—, pero sé que tengo un futuro que no voy a arruinar y también sé lo que le pasó a mi novia, cosas que tú no sabes, hay mucho más de lo que crees y tienes razón, no tienes ni idea de lo que estoy haciendo o por qué lo hago.

»Gracias al cielo no eres tú, gracias al cielo no es tu novia y gracias al cielo no tienes que vivir con las cosas que pasan por mi cabeza, con toda esta mierda que siento y que está atada a mí.

Emite una risa seca para nada real antes de dirigirme una larga mirada. No se quiebra, no permite que emociones se reflejen en sus ojos grises y en ningún momento baja su postura.

—Sé lo que hago y sé cómo hacerme cargo de mis putos sentimientos del mismo modo en el que sé que a nadie le importa Lindsay, que todos respiran aliviados porque no fueron ellos. Sé cuáles son mis responsabilidades y mis culpas y no me apetece hablar de ello contigo ni con nadie, si quisiera ayuda la pediría.

»Supongo que agradezco tus intenciones, pero mantente al margen, no necesito o quiero tu ayuda, tampoco necesito que me digan cómo vivir o avanzar ante lo sucedido. Los consejos no harán ninguna diferencia, desconoces lo que pasa aquí —Con el índice se da golpecitos en la sien—. Ocúpate de tus cosas y déjame ocuparme de las mías ¿De acuerdo? Si así es cómo elijo vivir, así es cómo será.

No hay titubeos ni dudas, es firme y contundente, es el Jagger de ahora, el que la vida y sucesos están forjando para no derrumbarse.

No siento lástima, de hecho admiro el que tenga tanta fuerza y se mantenga de pie, pero si me entristece la manera en la que tuvo que cambiar y obligarse a crecer.

—Si alguna vez necesitas ayuda o un amigo, no dudes en buscarme, sea hoy, mañana, en tres o diez años, Jagger. No lo olvides.

Hay un largo momento de silencio.

—Lo mismo digo, irlandés, si me necesitas alguna vez, no dudes en buscarme.

Lo dejo irse, sintiéndome incómodo al saber que la vida de Jagger cambió y no precisamente para bien, sabiendo que ha decidido cargar sobre sus hombros demasiado equipaje y entendiendo que no quiere ayuda.

Peor aún: no cree merecer ayuda.

***

Ver a Clover alistarse para una fiesta es una de mis cosas favoritas, es casi seductora la manera en la que realiza cada paso.

Observo cómo se aplica maquillaje, bastante maravillado con su pulso al momento de aplicarse el delineador líquido.

—¿Y bien...? —Me apremia a continuar mi relato y parpadeo para enfocarme.

—Y creo que quieren ampliar la investigación a otros países, tener más oportunidades —Me siento en la orilla de su cama—. Es una investigación costosa, espero dé algún resultado.

—¿Tu mamá se siente bien con todo esto? —pregunta viéndome a través del espejo.

—Sí, mamá es un gran apoyo para papá, sabe que él realmente desea encontrar a este hijo o hija, además no fue un engaño, fue antes de conocerla y sabe que si fuese al revés, papá también la apoyaría, son una unidad.

—Admiro su matrimonio.

—Aspiro a eso en el futuro, son más que amantes, son una unidad que aún mantiene su individualidad.

Ella termina de delinearse para pasar el labial y luego gira en la banca para darme toda su atención.

—¿Cómo te sentirías al encontrarla o encontrarlo? ¿Cómo crees que sería?

Frunzo los labios en tanto pienso.

No dedico cada segundo de mi vida a pensar sobre esta persona que biológicamente es mi familia, pero sí hay momentos en los que deseo hacerme un panorama de cómo sería. No soy celoso sobre mis padres, después de todo me ha tocado compartirlos con hermanas, pero sí me da miedo el cambio que esta persona podría traer a nuestra dinámica, que surgieran complicaciones y no me siento mal por este pensamiento porque es que mi familia es muy unida y me asusta cualquier idea del cambio dentro de ella.

—Me asusta —Le confieso—. Esta persona será una o un extraño con alguna perspectiva sobre por qué mi papá no estuvo a su lado. Podríamos encontrar a una persona receptiva dispuesta a conocernos o a alguien con mucho rencor hacia algo de lo que papá no sabía.

»Es todo muy incierto y comprendo a papá en su búsqueda e incluso quiero conocer a esta persona, pero...Mi familia es un núcleo, somos unidos y nos apoyamos, no quiero que nadie salga lastimado y el cambio de nuestra dinámica da mucho miedo.

—No te hace mala persona pensar así.

—Sé que no me hace mala persona —ruedo los ojos y ella ríe, poniéndose de pie y caminando hacia mí.

Abro las piernas para que esté de pie entre ellas y consigo colar mis manos por debajo de su falda ajustada para ubicarlas sobre su culo muy amorosamente. No puedo evitar tener un dulce flashback de las dos veces en la que le he follado tan hermoso culo, resulta que le gusta muchísimo.

Y para ser nuestra comodidad aún más hermosa, la empujo hacia mí par que se incline lo suficiente, lo que me permite enterrar la nariz en el escote de sus tetas inhalando fuerte para absorber en mis sanos pulmones el dulce olor de su perfume floral.

—Te extrañé —digo contra su piel.

Es cierto que este último año tenemos menos unidades de créditos, pero no es fácil, nada fácil. Las clases son rudas, la tesis apenas inicia y ya nos está angustiando sin mencionar que tuvimos que enfocarnos en reunir todos los requisitos y ser aceptados para hacer nuestro año de prácticas.

Dos meses llevamos de haber vuelto a clases y la verdad es que nos vemos en clase, tratamos de comer juntos tanto cómo podemos y sacamos tiempo para vernos aquí en su resi o ella quedándose en mi lugar, pero no es tan constante cómo me gustaría y hay semanas cómo estas en las que apenas la vi en dos días en nuestras dos clases compartidas y las horribles reuniones de prácticas con Kevin y Oscar, y para tres almuerzos y un rapidito en el auto.

No quiero que nuestro último año sea así, no cuando todo lo que sigue después de la graduación aun no es incierto para nosotros cómo pareja.

—También te extrañé —Me asegura y siento el beso que deja sobre mi cabeza.

—Tenemos que encontrar la manera de estar más tiempo juntos. Tal vez podamos reunirnos para redactar nuestra tesis o pasar más noches juntos, porque ¡Duendes! Te extraño muchísimo, mi trébol.

»Extraño a Cal —Le beso la cima de un pecho— y a Lum —Beso la otra—. Extraño tu boquita, agarrarme de ese abundante cabello, ponerte mi mano cómo el más hermoso collar, azotarte ese hermoso culo y follarte, que te mojes tanto, pero tanto que nunca consigo lamerlo todo.

»También extraño que hablemos hasta dormirnos, ver algún programa y acurrucarnos. Es que extraño ver tu carita y que estés junto a mí —Hago una pausa—. ¿Y si te mudas conmigo?

Clover retrocede quitándome todo mi preciado contacto con su cuerpo mientras me ve con una ceja enarcada. Entrecierra los ojos hacia mí y parpadeo.

—¿Estás bromeando?

—No.

—¿Es un pensamiento de último momento?

—Lo he tenido desde hace semanas.

—¿Entonces no es una broma? —pregunta.

—Pues no me estoy riendo.

Se muerde el pulgar y sigo con la mirada la manera en la que sus labios lucen con ese gesto, pero también sonrío porque no cree que la idea sea descabellada, solo la ha tomado por sorpresa.

¡Irlanda, tenemos esperanzas!

—¿Qué opina, Stephan de esto?

—Habrá que preguntarle —Me encojo de hombros—, pero no creo que le moleste, no eres una malviviente.

—Importante detalle en una inquilina —Respira hondo—, pero dejaría a Edna sola.

—No es que la estés dejando tirada en una mansión. Podrías conservar tu habitación aquí, tener tu espacio, podemos hacerlo informal. No tienes que firmarme contratos o algo así, solo estar ahí... Ni siquiera tienes que llevarte todas tus cosas si no quieres o estar siempre en la casa.

»En realidad no tienes que hacerlo si no quieres, simplemente fue una idea, no tienes que estar de acuerdo o decirme que sí.

Entrecierra los ojos hacia mí y de nuevo se acerca para estar de pie entre mis piernas, me toma el rostro en las manos consiguiendo inclinarlo hacia atrás en tanto sus pulgares me acarician los pómulos.

—Tienes un leve sonrojo —Sonríe—, qué adorable, una adjetivo que no pensé en asociar contigo.

—Es que soy tierno —Hago un puchero con los labios y ella me lo besa.

»Pero de verdad, solo era algo que quería decir desde hace un tiempo y que dije hace un momento porque no lo pude controlar, no tienes que hacerlo y la verdad todo lo que quiero es verte más y podemos hacer eso sin vivir juntos, si me rechazas no me va a doler y te seguiré amando.

—Pero es que sí quiero, no sabía que lo quería hasta que lo has dicho —Recarga su frente de la mía—. Puedo seguir pagando esta resi y tener mi espacio cuando lo necesite, no creo que Edna se moleste y sobre Stephan...

—Mi imbécil no se enojará.

Ay, mira, se me está acelerando el corazón y todo. Vine a buscar a mi novia para ir a una fiesta luego de una semana en donde poco nos vimos y resulta que nos iremos a vivir juntos nuestro último año ¡Qué bonito el amor joven!

—No creo que a mi papá esto le haga feliz —Se ríe.

—A mi mamá sí.

—¿Qué tenemos? ¿Cómo nueve meses juntos? —Me pregunta y asiento aunque no llevo la cuenta.

—El tiempo son solo días y horas corriendo.

—Bien, Callum Byrne, me mudaré contigo.

¡Hoy se celebra en Irlanda! ¡Yo invito las cervezas! Y declaro con un Clover, Clover, Clover, que todos lo que apostaron a que diría que sí, tendrán un año completo de buena suerte.

La atraigo sobre mí, sentándola a horcajadas de tal manera que la falda le sube hasta las caderas y le aprieto cada nalga mientras la beso con entusiasmo. Le arruino el labial y también conseguimos llegar tarde a la fiesta porque medio vestidos logro estar dentro de ella, viéndola rebotar sobre mí en la celebración de la importante decisión que tomamos con tanta facilidad.

Es caótico y desenfrenado, casi al final, luego de que se corra, recordamos el condón por lo que acabo en su boca tras unas enloquecedoras chupadas que me tienen delirando y luego, viéndola lamerse los labios y notando su labial sobre mi miembro aun húmedo, le sonrío:

—Tal vez debamos regalarle a Stephan unos tapones para los oídos cuando te mude, eso sería muy amable de nuestra parte.

***

Conseguimos llegar a la fiesta, no es que alguien hubiese notado nuestra ausencia incluso nuestros amigos estaban bien sin nosotros, pero nos gusta pensar que nos extrañaron pese a que no los hemos visto a todos.

Ahora, la situación actual es otra.

No soy idiota, soy un muchacho irlandés súper perspicaz y sé que Clover no es feliz.

También sé que no lo es debido a la presencia de Christian, cuya mano se está deslizando por mi brazo.

Y precisamente porque soy un muchacho inteligente, sé que Christian quiere que me lo folle, sus indirectas también han sido evidentes sobre que en su culo mi polla siempre tendrá un espacio.

La verdad es que me cae bien, es un tipo súper divertido y siempre tiene alguna anécdota de lo más interesante, en el pasado me parecería inofensivo su coqueteo y me daría hasta igual, incluso lo respondería, pero ahora tengo novia y mi novia quiere estrangularlo.

En mi vida nunca había visto a Clover celosa, exceptuando la vez que fui imbécil y estaba enojado con ella por no ir a verme con todo el tema del trébol de las notas, y tengo que admitir que soy un maldito estúpido que se deleita un poco con ello, pero no se puede controlar. La mujer frunce el ceño y ve todo con asco, no creo que siquiera se dé cuenta de sus expresiones, pero una cosa es disfrutar de celos inofensivos y otras dejar que alguien le falte el respeto ignorando deliberadamente que estamos en una relación.

Christian puede caerme súper bien y estaría bien que le agradara a mis amigos —Stephan lo detesta, pero él siempre ha sido un tóxico celoso que cree que será mi único amigo en todo el mundo—, pero Christian nunca estará por encima de mi novia y su comodidad.

Así que sonriendo tomo su mano y la retiro de mi brazo, dando un paso hacia Clover para envolverla en un abrazo que de forma inmediata relaja su postura.

Christian por un momento parece desconcertado, pero luego se encoge de hombros y ve alrededor.

—¿Por qué no están bebiendo? —Aparece de la nada Kevin.

—¡Joder, Kevin! Te ves caliente —Lo alabó y él sonríe.

—Lo sé.

Va vestido de negro con un jean ajustado, camisa mangas largas que se ajusta a su cuerpo de nadador y botines bastante patea culos, aparte parece que su cabello va a un poco más corto y se le forman rulos en las puntas.

—Entonces ¿Por qué no están bebiendo? —mientras pregunta se mueve un poco al ritmo de la música.

—¿Quieres bailar? —Le pregunta Christian.

Enarco las cejas ante este giro inesperado y me doy cuenta de que Christian ve a Kevin con genuino interés, Kevin le da un repaso con la mirada.

—¿Quién eres? —Le pregunta.

—Soy Christian —Le ofrece la mano y Kevin la ve antes de estrecharla.

Hay otro repaso mutuo de miradas y siendo objetivo, ambos son bastante guapos y sexys por lo que es fácil que les guste lo que ven, pero mi corazón 100% OK está teniendo un ataque cardiaco.

—Entonces ¿Bailamos? —pregunta Christian.

—Kevin vino a hablar con nosotros —intervengo.

—Sí, tenemos muchas ganas de conversar contigo, Kevin —asegura Clover y él enarca las cejas.

—No me apetece estar a sola con ustedes, luego comienzan a ser pervertidos y yo me quedo solo cómo un estúpido —Nos dice Kevin.

—No, no, seremos súper aptos —prometo.

—Quiero bailar —Me dice frunciendo el ceño.

—¡Baila conmigo! —digo sonriendo.

—Sí, baila con Callum —Me empuja Clover hacia nuestro amigo que se ríe cuando lo abrazo y comienzo a moverme.

—Deja de ser tonto —Me dice cuando nos hago girar.

—Baila conmigo —Le pide Clover a Christian.

—Bueno...

Clover y yo nos sonreímos satisfechos cuando nos acercamos a la pista de baile y ella baila con Christian en tanto yo me encargo de Kevin ¡Duendes! Kevin baila increíble, seguramente debería de estar en algún programa de televisión. Me rio con él, haciéndolo girar, haciendo unos cuantos meneos y abrazándolo sin ningún tipo de incomodidad, pero los duendes malditos de Irlanda nos atacan, porque en un giro inesperado, Christian y Kevin acaban de frente y comienzan a bailar.

Mi corazón procede a iniciar un luto.

Llámame inmaduro, pero si Kevin y Oscar no vuelven, la vida para mí no tiene sentido. No quiero que follen con otros, tóxicamente quiero que solo follen entre ellos sin personas de por medio en el tiempo que estén separados, porque van a volver ¡Tienen que volver!

Cómo soldados derrotados, mi trébol y yo volvemos al mismo lugar, viendo trágicamente cómo Christian y Kevin bailan de una manera muy insinuante.

—Hubiese preferido que Christian siguiera babeando por ti, era zona segura ¡No debiste quitarle tu mano del bíceps! —Me reprende y jadeo con indignación.

—¡Lo hice porque estabas enojada! No seas malagradecida.

—¡Pero ahora tiene sus manos en Kevin! Y Kevin está soltero —señala.

Voy a responder cuando capto la ardiente y difícil de ignorar presencia de Oscar... En una esquina, con los brazos enjaulando a una mujer que no logro ver claramente, pero bastante guapa que está riendo.

—Me quiero morir —digo.

—¿Qué? ¿Pero qué pasa? —pregunta Clover.

—Oscar está de manitos caliente con ella —apunto con la cabeza.

—No, no, no. No puede ser. Esto es una pesadilla.

—Esto es horrible.

Ambos vemos de un lado a otro y luego aguantamos la respiración cuando Kevin ve a Oscar, pero son unos segundos antes de que se enfoque de nuevo en Christian y Oscar nunca voltea.

—Tal vez si son felices...

—¡No sigas! —La interrumpo y enarca las cejas—. Si no van a ser felices juntos, prefiero que sean infelices separados.

—¡Callum! —Se ríe—. Eso es egoísta y cruel.

—Nunca hemos dicho que yo sea la mejor persona —Me encojo de hombros, pero termino riendo.

No quiero que sean infelices, si quieren avanzar está bien, pero los apoyaré mucho más si permanecen juntos, solo digo.

Decidimos que para no sufrir por un dolor que no es nuestro, necesitamos cambiarnos de lugar en donde no podamos verlos y es así cómo terminamos del otro lado siendo hipnotizados.

Clover y yo vemos a una rubia de muchos rizos con cuerpo tonificado bailar con el castaño de lentes de montura, brazos fornidos y alto. Son sensuales y da la impresión de que están en un juego previo, hay muchas personas bailando, pero ellos sin duda alguna destacan... Al menos para nosotros.

—Es sexy —Me dice Clover—. Verlos es...

—Caliente —completo—, ambos.

—Ambos —concuerda y me toma por sorpresa, por lo que volteo a verla y está muy cautivada.

La rubia menea el culo contra la entrepierna del chico de lentes y cuando él la hace girar, se sonríen y se besan, las manos de él le aprietan con fuerza el culo, instándola a moverse de manera lenta, al ritmo de la canción. Hay una parte de mí bastante osada imaginando cómo se verían esos dos follando, pero no me dejo vagar demasiado la mente porque soy un caballero o algo así.

Volteo una vez más a ver a Clover a mi lado y tiene los labios entreabiertos mientras respira por la boca, sudor le cubre la cima de los pecho y tiene los ojos a medio cerrar, reconozco esa expresión.

Está excitada. Ver a la pareja caliente seducirse en la pista de baile la pone caliente.

—Te gustan —Sonrío y de manera distraída ella asiente—. ¿De qué manera?

Ella voltea a verme con lentitud y me agacho para poder hablarle al oído por encima de la música.

—¿De la manera en la que quieres unirte a ellos y follarlos o que te follen o de la manera en la que imaginas que los ves follar mientras te follo? —Le digo antes de lamerle el lóbulo de la oreja.

Su jadeo y la manera en la que sus pezones se yerguen me dicen que estamos en aguas interesantes.

Asiente casi de manera apenas perceptible y le planto un beso en donde su mandíbula se conecta con su oreja.

—¿Si qué? —susurro.

Gira con lentitud y me enreda los brazos alrededor del cuello para que baje la cabeza y que mi oreja esté al alcance de sus labios cuando me dice con toda esa voz sensual lo que piensa.

—¿Recuerdas que dije que mi idea de un cuarteto eran dos parejas follando y tocándose hasta ciertos límites?

Asiento, lo recuerdo.

Un cuarteto en dónde folláramos nosotros y hubieran algunos que otros toques.

—Quiero verlos a ellos y quiero que ellos nos vean —Me dice pegándose a mi cuerpo—. Quiero tocarla y quiero sentir que tan suave son sus manos, también quiero que él lo vea y que tú...

—¿Y qué yo?

—Que me folles con fuerza mientras ellos desean ser nosotros, mientras ella desea ser yo y él desea ser tú, mientras todos nos queremos tocar, pero soy solo tuya y tú eres solo mío.

»Los veo, lo imagino y... Lo haría con ellos.

Siento que una campana de ganadores suena ¡Por todo el maldito oro de Irlanda! ¿Cómo yo conseguí una novia así? Es una sucia encantadora con la que me encanta ensuciarme y es tan creativa, tan aventurera.

Retrocedo para verla y esa dulce boquita está rogando por un beso, uno que no le niego mientras la tomo de la mano.

—Vamos —La insto a caminar.

—¿A dónde y a qué?

—Vamos a presentarnos.

—¿Así sin más?

—Bueno, no le estamos diciendo que follen con nosotros ni nada, simplemente los estaremos conociendo.

Se muerde el labio, pero no me detiene de guiarnos hacia la pareja que ahora se dirige a la zona de aire libre. Los encontramos riendo y susurrándose. Están sudados y hay una tensión sexual hermosa de la que quiero ser parte. Quiero que nos dejen jugar con ellos, prometo que nos portaremos bien.

—Buenas noches —digo y ambos voltean a vernos.

La chica es audaz viéndonos con sus ojos claros, me ve con especial interés y aunque a Clover la ve más con curiosidad, también parece intrigada e interesada, el chico es algo más desinteresado o eso finge.

—Vimos su candente baile hace un momento, buenos movimientos —Les dice Clover.

Mi novia tiene algo, no sé qué es, pero es fácil que te agrade apenas hable. Es una diosa, eso es lo que es, por lo que de inmediato la rubia le está sonriendo y demostrando más interés hacia ella, de hecho parece que recorre las curvas de Clover con la mirada. Lo sé, desconocida rubia, a mí también me vuelve loco su cuerpo y eso que aun no sabes que tan radiante es su personalidad.

—Me llamo Clover y él es mi novio Callum.

Se siente cómo presentarse en el primero día de clases, solo que más sexual y para un juego más sucio.

—Sí, soy su novio, soy suyo —agrego y la pareja sonríe.

—Él es Alaric y yo soy Millie —dice la rubia—, no nos llamamos novios, pero somos exclusivos.

Lo que se traduce a que no usan la etiqueta, pero tienen comportamientos de uno. Entendido.

Clover y yo cómo una pareja súper social que oculta el deseo hacia ellos, iniciamos una conversación en dónde descubrimos que Millie es estudiante de segundo año de teología (lo que conlleva a una explicación alucinante de la filosofía e incógnitas de tal carrera que pensé que solo se trataba de Dios) y Alaric es estudiante de tercer año de física, también es del equipo de tenis.

Son inteligentes y perceptivos, creo que intuyen que tenemos alguna onda de deseo porque capto sus vibras. Está en la manera en la que Millie toca a Clover diciéndole cuán hermosa es o me roza el brazo, en las miraditas intensas de Alaric y el cómo parece a gusto con la situación.

—Hemos escuchado de ti —Me dice Alaric despeinándose el cabello castaño y acomodándose los lentes en el tabique de la nariz antes de encender un cigarrillo—, pareces ser bastante popular.

—Es difícil no conocerme.

—¿Tú dices? —Me pregunta expulsando el humo entre los labios y luego sonriéndome de costado—. ¿Qué tan difícil sería para nosotros conocerte a ti y a Clover, irlandés? ¿Qué tan difícil es que juguemos?

Y ahí está el anzuelo. Miren nada más tal elegancia para arrojar sobre la mesa la apertura y propuesta de un cuarteto, este modernismo a veces una cosa hermosa.

Sin embargo, Clover y yo debemos conversarlo porque más allá de aquella conversación hace meses y el evidente deseo compartido por estos dos, estamos hablando de la intimidad de nuestra relación sexual, algo que no podemos tomar a la ligera y con lo que tenemos que tener los puntos y límites claros.

Así que sonrío y veo hacia mi novia.

—¿Es difícil conocernos, mi trébol?

—Solo tendríamos que pensarlo, pero tal vez no sea tan difícil jugar con nosotros —Ella mete su mano en el bolsillo de atrás de mi pantalón, tocándome el culo y dando una sonrisita que tiene a los otros dos bastante interesados.

Respuesta diplomática que no descarta ni confirma.

Solo para tantear y porque siempre querré besar a mi trébol, me inclino tomando la barbilla de Clover con mis dedos y capturando su boca en un beso húmedo con mucha lengua. Ella gime contra mis labios, perdida en el beso, apretando su mano en mi culo y acercándome a su cuerpo ¡Por el oro de Irlanda! ¿Alguna vez dejaré de calentarme tan rápido por ésta mujer? Espero que no, parece cómo un súper don.

Cuando nos separamos y volteamos, Millie tiene las pupilas dilatadas y de manera distraída acaricia el abdomen de Alaric que nos observa con bastante interés.

—Eso fue ardiente —Nos hace saber.

Conversamos un poco más y la verdad es que la pareja es bastante divertida, no es incómoda o rara, de hecho tienen una dinámica bastante interesante y cuando nos proponen ir a bailar, las cosas se vuelven calurosas.

Somos cuerpos rozándose, calor y mucha tensión. Estoy detrás de Clover y ella está frente a Millie que le baila a Alaric y luego él está frente a Clover antes de que su mano me roce la cadera. Es como tener una pizca de la diversión que podríamos tener si quisiéramos.

Intercambiamos números y luego ellos se van a otro lugar de la fiesta, dejándome con Clover que está sudada y me abraza.

—Lo pensaremos ¿Verdad?

—Si es lo que queremos, sí —Le beso el labio superior—. ¿Verlos follar mientras follamos?

—Y tocarnos, quiero tocarlos.

Me rio y asiento.

Qué día tan memorable:

Decidimos irnos a vivir juntos.

Y nos estamos planteando un cuarteto.

Paso los brazos alrededor del cuello de mi trébol y ella me abraza por la cintura presionando su mejilla sobre mi pecho mientras nos balanceo.

—Te amo —Le digo aunque no me escucha por sobre la música, pero me abraza más fuerte.

Amar a Clover se ha vuelto una de mis verdades universales.


Hellooooo, espero se encuentren bien y no siendo tan infelices.

Aquí les dejo otro capítulos de esta parejita que siempre se las trae y que me vuelven loca, los amo. 

Además pueden leer de Jagger sufriendo desde otra perspectiva hehe aunque sea cortito.

Y cómo somos chismosos y amamos los personajes secundarios también disfruten de sus dramas y desastres, suframos y amemos por ellos.

Redes sociales:

Instagram/ Tiktok: DarlisStefany

Twitter: Darlis_Steff

Espero les guste.

Un beso.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top