2. Adiós, Nottingham


Adiós, Nottingham

Clover

Termino de cerrar la caja de cartón y miro a papá haciéndose cargo de otras, estoy tan agradecida de que viniera a ayudarme, incluso si es su miedo alentándolo a llevarme lo más rápido que pueda con él.

Papá no entiende el que Callum no esté y eso junto a lo sucedido en el cumpleaños de mi irlandés, lo tiene escéptico sobre el futuro de nuestra relación y sobre confiar en el amor que Callum siente por mí. Intento remediarlo, pero por el momento no es algo que papá quiere discutir, su objetivo es sacarme de este lugar.

—Parece tener mucha ropa —comenta cerrando una caja y sonrío.

—A Callum le gusta vestirse bien.

El sonido de fuertes arcadas desde el baño nos hace voltear a ambos.

—Deberías ir con ella —murmura papá.

—No me quiere dejar entrar, cree que le quitaré la sudadera de Stephan.

Papá se encarga de cerrar otra caja y suspira antes de mirarme con expresión de pesar y compasión, me inquieto.

—Llegué ayer en la mañana y Maida no ha salido de esta casa ¿Sabes lo que he escuchado, Clover? Cómo vomita ante cualquier cosa —hace una pausa—. ¿Sabes a lo que me recuerda?

Sacudo la cabeza en negación y esboza una suave sonrisa antes de suspirar.

—Está bien, supongo que no es el momento. Ahora ve, ella necesita a su amiga.

Lo miro durante largos segundos antes de asentir y ponerme de pie para ir al baño que le pertenecía a Stephan.

Doy unos cuantos toques, pero no recibo respuesta.

—Maida ¿Puedo entrar?

Hay unos largos segundos de silencio antes de que la puerta se abra.

Sus ojos están hinchados, los labios resecos y su rostro pálido mientras viste una sudadera de Stephan y sus manos se aferran a un suéter de la universidad que le perteneció.

—No voy a dártelo, Clover.

—No tienes que devolverlo, estoy segura de que los padres de Stephan entenderán que quieras conservarlo.

Asiente abrazando el suéter.

—Bien... Es que aun huele a él y lo hace más... No sé, cercano. Sé que se ha ido, pero es difícil.

Siendo honestas, admiro su fortaleza para enfrentar la situación.

—¿Cómo está tu estómago? Papá pidió sopa ¿Crees que puedas comerla?

Se encoge de hombros y quiero gritar, llorar, tirarme al suelo y rogar que mi optimista amiga vuelva a tener al amor de su vida a su lado porque odio su dolor, porque extraño a Stephan, extraño a Callum y en general este es el peor cierre de universidad que pudimos haber tenido.

—Debo comer —Me dice y me doy cuenta de que no trae su bastón por lo que le ofrezco mi brazo de apoyo.

»Papá y mamá vendrán por mí mañana —Me recuerda de manera distraída antes de reír sin humor—. Recibí mi tan esperada carta de aceptación en Manchester, pero qué sentido tiene, si mis planes con Stephan murieron con él.

—Maida...

—Al menos ahora sé que pudimos haber tenido el futuro que planeamos juntos —susurra, pero alcanzo a escucharla antes de que se siente en la mesa de cuatro en la que tantas veces comí junto a Stephan y Callum.

Le sirvo la sopa y luego me siento frente a ella mientras bebo un té.

—¿Has hablado con Callum? —Me pregunta y niego con la cabeza—. No debe de estarlo pasando bien, el vínculo que tenían Stephan y él era fuerte —Esta vez su risa suena con humor— ¿Sabes? Esa noche Stephan me había dicho que en otra vida reencarnaría gay para ser el amor de Callum y ahora estoy celosa de que no estaremos juntos como novios en otra vida, tal vez, pudiese ser la amante.

Río por lo bajo sabiendo que eso es algo que perfectamente él diría.

—Fue poco el tiempo que estuvimos juntos de manera romántica, pero pasamos mucho tiempo siendo mejores amigos, amándonos en silencio. Tengo un sinfín de recuerdos juntos, pero nunca se sentirán suficiente, Clover.

»En algún momento dolerá menos, pero nunca dejará de dolor y me estoy haciendo a la idea de eso, de que no importa si avanzo o si me enamoro nuevamente, siempre habrá una pieza faltante de mi corazón que se quedó con él y eso está bien, porque tuve un amor fugaz, pero hermoso que a veces con muchos años de vida algunas personas no logran conocer o vivir.

—Una manera dolorosa de ser afortunada, pero lo fuiste.

—Lo fui —baja la mirada y sonríe con ojos acuosos—.Sé que lo soy, mi amor no me dejó sola.

Comemos en silencio mientras papá avanza en las cajas. Edna, Oscar y Kevin habían estado ayudándome, pero los dos últimos se fueron ayer y Edna se encuentra hoy organizando sus cosas.

Hoy enviaré las cajas de Stephan a sus padres y mañana las de Callum.

Han sido dos semanas muy duras de mensajes sin responder, de su ausencia. Sé que Donovan me aseguró que él se encuentra bien, pero deseo verlo, abrazarlo, consolarlo y estar para él.

Deseo poder disculparme por nuestra última discusión, tengo esta sensación amarga de que no lo valoré y que todo esto explotó cuando no fui la mejor persona para él.

—A veces pienso —rompe Maida el silencio haciendo a un lado la sopa luego de comer más de la mitad—, que si Callum hubiese estado ahí...

Hace una pausa.

—¿Qué, Maida?

—Hubiese sido diferente —sonríe mirando a al frente—, lo hubiese defendido cómo me defendió en su cumpleaños.

Es la primera vez que saca el tema y tras la confesión de Callum en nuestra fiesta de graduación sobre cómo asesinó para salvarlos a ambos, me pregunto qué tanto vio mi amiga.

Me queda claro que lo respalda y que tal vez eso sea algo que los unirá de por vida, un lazo inquebrantable no hablado.

—Callum hubiese hecho lo que fuese para salvarlo —concuerdo.

—Sí, no le hubiese importado hacer lo correcto, habría hecho lo necesario.

Ensuciarse las manos, pienso para mí misma porque sé del hombre del que estoy enamorada, sé el alcance de su chispa especial y el cómo para él se desdibujan las líneas de lo bueno y lo incorrecto cuando se trata de aplicar la justicia o ayudar los que ama.

Callum Byrne no encaja en lo moralmente aceptado por la sociedad y pocos lo sabemos, es un secreto guardado, algo que ignoramos no saber mientras su personalidad reluciente y encantadora es la que se muestra al mundo.

***

—¡Clover!

Me giro antes de subir al auto de papá y miro a Jagger trotando hasta mí.

Es un choque darme cuenta de que el joven que conocí en su primer semestre ahora se ve como un hombre: tonificado, con más tatuajes, una mirada distante, analítica y medida.

Jagger Castleraigh tiene una presencia imponente y escuché que su negocio ha cobrado más fuerza, me inquieta su futuro dentro de una universidad que no deja de corromperse y lastimar ¿Qué le espera en el futuro a un joven inteligente y prometedor que inició un negocio con las mejores de las intenciones?

Nadie habla de lo sucedido con Lindsay y de cierta manera se siente como si hubiese sido olvidada, no por él, pero sí por la población estudiantil.

En mi interior, de una manera ilusa, ruego que la OUON vuelva a ser una prestigiosa universidad sin peligros, corrupción y sangre, pero la maldad es algo que no desaparece por si sola y no es fácil de erradicar.

—Tengo la sensación de que difícilmente nos volveremos a ver en un tiempo —me dice y tiene razón.

Estoy yendo a Londres un par de meses antes de volar a Brasil y estar un año como lo planeé durante tanto tiempo.

—Espero te vaya bien en todo —Respira hondo—. Gracias por lo que Callum y tú hicieron por Lindsay.

—Me habría gustado hacer más.

—A todos —Me responde y en su mirada brilla el dolor—. Lamento que este haya sido el cierre para ustedes. No sé si volveremos a vernos, pero si alguna vez necesitas ayuda... No dudes en buscarme.

Sonrío sabiendo que sus palabras son genuinas.

—Lo mismo te digo.

Y siento esta molestia de creer que podría decirle más, que hay algo que quiero compartir, pero son palabras sueltas que no logro atrapar. Mirar a Jagger los últimos meses se ha vuelto algo muy frustrante, siempre experimento emociones confusas que me hacen sentir inquietud, incomodidad y culpa.

—¿Puedo darte un abrazo de despedida? —pregunto y asiente.

Me acerco y lo envuelvo en un abrazo que me tiene riendo por lo bajo porque nuestra diferencia de altura es muy notable.

Recuerdo, tiempo atrás, a Jagger en esa cafetería diciéndome que debía ir a la fiesta del amor en donde Callum dio el primer paso y supe que él sabía que yo era su trébol de las notas, aquel día parece tan lejano, me encantaría volver a esa época en donde esa era mi mayor angustia.

—Cuídate, Jagger y gracias por todo —hago una pausa—. Cuida de tu negocio, pero cuida más de ti, algunas cosas son más grandes de lo que parecen y confiar...

—Lo tendré en cuenta.

Asiente y retrocedo.

—Despídeme de Jamie y Maddie, por favor.

Subo al auto y miro lo que conocí como hogar durante tanto tiempo. La universidad que me formó, me dio las experiencias más hermosas y también las más dolorosas.

No es una historia triste, solo es una historia feliz con sus matices tristes.

Sonrío a la universidad que se vuelve más pequeña a medida que nos alejamos.

—Da miedo el futuro —murmuro.

—Los cambios siempre asustan —Me recuerda papá—, pero estarás bien.

Suspiro y miro al frente.

—Sí, lo estaré.

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