El chakra de Naruto nos rodeaba con más fuerza que antes para protegernos del ataque de Uchiha Obito, quien era ahora jinchuriki del Juubi.

—Impresionante —dije en el momento en que me vi junto a los demás de la alianza fuera de aquella barrera en la cual Obito nos había encerrado para deshacerse de nosotros.

—Naruto siempre sorprende con sus jutsus —mencionó Ryota con una sonrisa orgullosa, pero entonces su rostro reflejó inquietud—. ¿Qué piensa hacer...?

La barrera había desaparecido y un gran árbol comenzaba a aparecer, donde sus raíces comenzaban a perseguir a cada uno de la alianza.

Mi cuerpo se paralizó un momento al ver como las personas que eran atrapadas por estas raíces comenzaban a perder todo su chakra y por consecuencia su vida.

—¡Debemos de correr! —exclamó Keisuke.

Hemos corrido mientras esquivábamos como podíamos aquellas raíces que querían quitarnos todo nuestro chakra y en cuanto se detuvo he podido presenciar cómo varios de la alianza habían muerto, lo cual me hizo sentir una horrible sensación.

Las cosas no estaban yendo bien para nosotros y si no se detenía a los causantes de esta guerra lo más pronto, sería el fin del mundo ninja.

—¡Shikamaru! —exclamó la voz de Chouji captando completamente mi atención.

Mi cuerpo se paralizó y mi pecho se apretujó al ver que Shikamaru había perdido gran parte de su chakra.

—Es el final de todos los ninjas, pero si dejan de resistirse no los mataré —oí la voz de Obito—. Si no quieren lamentaciones...tan solo no tienen que hacer nada.

—¡No se rindan! —exclamó el primer Hokage al percatarse de que algunos de la alianza comenzaron a estar de acuerdo con las palabras de Obito—. ¡Si ustedes caen en su genjutsu será lo mismo que morir!

Me mantuve en mi lugar escuchando la voz del primer Hokage y la de los demás mientras se lamentaban e incluso quejaban con respecto a lo que estaba sucediendo; la esperanza de que esta guerra la ganáramos nosotros se estaba perdiendo con cada segundo que pasaba.

Miraba fijamente como Shikamaru estaba sufriendo por la pérdida de la mayoría de su chakra y me sentía inútil al no poder hacer algo para ayudarle.

Él se estaba muriendo.

—Mantente alejada de Shikamaru —me dijo Chiyoko en el momento en que pasó por mi lado y al verla he notado como ella derramaba varias lágrimas—. Tú no puedes hacer nada por él...

No tenía la fuerza para responderle; simplemente me mantuve en mi lugar mirando como la persona a la cual más quería estaba sufriendo.

—Shikamaru —le llamé e ignorando la mirada de desprecio de Chiyoko me he acercado a él—. Hay algo que quiero que sepas...

—Has dicho que me lo dirías cuando esta guerra termine... —mencionó con un tono casi inaudible, lo cual ocasionaba que mi pecho doliera cada vez más—. ¿Acaso...estás rindiéndote...?

Me he quedado muda un momento debido a que había reconsiderado lo que Obito mencionó acerca de su plan.

Un mundo donde solamente existiera la paz y donde podría estar con mis personas más queridas.