016.

He cubierto mis puños con mi hielo para así bloquear los ataques de Taijutsu de Kakuzu, el cual era sorprendentemente veloz.

—¡Esa lindura está a tu nivel, Kakuzu! —gritaba Hidan—. ¡Espera, Espera! ¿Ella no es a la que Uchiha Itachi debía de capturar?

—Cierra la boca, Hidan —le exigió seriamente al momento en que me daba un golpe en mi estómago.

—¿Sabes algo, Kakuzu? Ella me recuerda a la antigua compañera de Uchiha Itachi y Kisame —dijo Hidan—, ya sabes, a la cual has terminado matando.

—Ahora comprendo por qué el corazón reaccionó —dijo Kakuzu mientras me miraba fijamente—. Es por ti.

No comprendía de qué demonios estaban hablando, pero no pensaba distraerme con su conversación.

Debía apresurarme en vencer a Kakuzu para que así pudiéramos irnos de este lugar y ayudar a mi padre con sus heridas.

—Jutsu Secreto: Espejos Demoníacos de Cristal de hielo.

Mi silueta se reflejaba en cada uno de los espejos que rodeaban a Kakuzu, el cual se encontraba ahí quieto.

Comencé a lanzarle varios ataques de manera simultánea para que así no pudiera saber exactamente en qué espejo me encontraba y en cuando uno de mis ataques ha dado en su pecho he sonreído con orgullo.

Definitivamente él no podría sobrevivir a un ataque directo en su corazón.

Los espejos a su alrededor comenzaron a desaparecer y los demás al ver que él se encontraba con el pecho atravesado por uno de mis ataques se han quedado sorprendidos por un momento.

Mi cuerpo en ese instante cayó al suelo debido al cansancio que tenía al utilizar gran parte de mi chakra, pero no ha importado demasiado debido a que habíamos logrado vencer a los Akatsuki.

—Buen trabajo, ____ —oí la voz de Shikamaru, el cual se encontraba un poco alejado junto a los heridos de Kotetsu e Izumo.

—¡¿Qué crees que haces, Kakuzu?! —gritaba Hidan—. ¡Mira! ¡Mi cuerpo está liberado! Ya ayúdame a recuperarlo.

—Te he dicho que cerraras la boca.

Oír a Kakuzu ha hecho que nos sorprendiéramos debido a que no imaginábamos que él sobreviviría a un ataque directo a su corazón.

¿Quiénes eran estos tipos?

—¿Qué demonios...? —dije confundida.

Inesperadamente la mano de Kakuzu se desprendió de su cuerpo y comenzó a acercarse hasta donde me encontraba; rodeándome con unos hilos y sosteniéndome por el cuello con gran fuerza.

Él comenzó a ahorcarme haciendo que el aire comenzara a hacerme falta y por un momento he creído que terminaría por morir, pero él me lanzó con fuerza al suelo para luego golpearme con su pierna derecha en mi espalda.

Oí el grito desesperado de Shikamaru, quien intentó acercarse, pero debido a su cansancio no pudo moverse con normalidad.

Kakuzu se acercó al cuerpo de Hidan para luego volver a unirlo con su cabeza y en cuando he visto que ellos se encontraban completamente como nuevos he comenzado a sentir una gran frustración.

—Es bueno volver a estar entero —dijo Hidan.

—Si te mueves mucho volverá a caerse.

—Kakuzu siempre eres molesto —dijo mientras comenzaba a acercarse a mi padre—. Terminaré con la ceremonia.

Kakuzu se alejó de él para comenzar a acercarse a mí, donde nuevamente me ha rodeado con sus hilos y elevado en el aire.

He visto como Hidan iba a clavarle un fierro a mi padre, pero inesperadamente él se levantó e intentó darle con su cuchilla de chakra haciendo que Hidan retrocediera unos pasos y se quedara sobre una especie de símbolo creado con sangre.

—¡Asuma! —gritó Shikamaru desesperado—. ¡Detrás de ti!

Mi padre logró agacharse a tiempo gracias a la advertencia de Shikamaru y el arma de Hidan terminó por clavarse en su propio cuerpo.

—No volveré a caer en la misma trampa —dijo mi padre.

Un alivio recorrió mi cuerpo cuando él había evitado el ataque, pero al oír la risa triunfante de Hidan ha ocasionado que me sorprendiera.

—¡Idiota! ¡No es la misma técnica! —exclamaba orgulloso y la desesperación comenzó a rodearme cuando he visto a mi padre escupir sangre—. Por fin sentirás el dolor...de la muerte.

—Padre... —susurré mientras sostenía un Kunai en mi mano para así intentar cortar los hilos que me sostenían.

—Se acabó —oí decir a Kakuzu.

El Kunai que sostenía en mi mano comenzó a caer en el momento en que he visto como Hidan se atravesaba un fierro en su pecho y el cuerpo de mi padre comenzaba a caer.

—¡Asuma! —oí el grito desgarrador de Shikamaru.

Mi mente quedó completamente en blanco en ese momento debido a que no comprendía lo que estaba sucediendo.

—Kakuzu, ya he terminado aquí —dijo Hidan orgulloso—. ¿Nos llevaremos a esa lindura con nosotros?

Antes de que Kakuzu pudiera responderle, hemos sido rodeados por una bandada de cuervos e inesperadamente el Akatsuki me ha soltado y un Jounin de Konoha me ha atrapado para luego llevarme a un lugar seguro.

—¡Padre! —exclamé desesperada en el momento en que lo vi junto a Chouji, Shikamaru e Ino—. ¿Él está...?

No terminé mi pregunta por miedo, pero entonces oí como Shikamaru decía que todavía tenía pulso y eso me hizo sentir esperanzas.

—¡Chouji! ¡Lleva a Asuma al hospital de Konoha cuanto antes! —le gritó desesperado—, ¡Con las técnicas médicas de Ino, podremos realizarle los primeros auxilios!

—¡Entendido!

Antes de que ellos pudieran irse había vuelto a aparecer Kakuzu frente a nosotros mirándonos fijamente con seriedad.

—No permitiré que se vayan con mis recompensas —dijo mientras miraba a mi padre y a mí, pero antes de que pudiera hacernos algo hemos oído como Hidan mencionaba que debían de retirarse.

Hidan y Kakuzu se habían ido, pero no sin antes mencionar que volverían; especialmente a por mí.

—¡Debemos apresurarnos! —exclamó Shikamaru en el momento en que mi padre ha tosido de manera dolorosa.

—Ya es suficiente...estoy en las últimas. Hasta yo soy consciente de ello... —oímos decir a mi padre y entonces mi pecho comenzó a doler—...seguro que ustedes...también se han dado cuenta de ello...

—¡Cállate! ¡No te muevas! —le exigió Shikamaru.

Ino se había acercado a mi padre para así comenzar a realizarle ninjutsu médico, pero al ver su expresión de dolor he comprendido que ya no había nada que hacer.

El dolor que se encontraba en mi pecho comenzaba a doler con cada segundo que pasaba.

—Escúchenme bien... Ino, Chouji, ____ y Shikamaru... —dijo mi padre—. Hay algo que debo decirles a los cuatro...

—¡Profesor! Ahora no debería de hablar —dijo Chouji desesperado.

—Estás son las últimas palabras del profesor Asuma —dijo Shikamaru con un tono de voz apagado—. Deben de prestar mucha atención.

—Ino... —le llamó al momento en que dirigía su mirada a su alumna, la cual lo miraba con los ojos llorosos—. Tienes mucha seguridad en ti misma y además...te sabes cuidar bien. En cambio, tanto Chouji como Shikamaru...son un desastre... Así que cuida bien de ellos...

—...De acuerdo...

—Y...no permitas que Sakura te gane... —le dijo mientras sonreía—. Ni en el Ninjutsu, ni en el amor...

—Por supuesto... —asintió ella mientras comenzaba a llorar.

—Chouji... Eres un chico muy amable que piensa siempre en sus amigos... Solo por eso te convertirás en el ninja más fuerte de todos...pero tienes que confiar más en ti mismo... —le dijo mientras lo miraba con una sonrisa—, y...no te vendría mal ponerte a régimen...

—Eso es mucho pedir, pero lo intentaré...

Mi padre ha soltado una pequeña risa dolorosa antes de mirar a Shikamaru, quien se encontraba mirándolo con una expresión de soledad.

—Shikamaru... Tienes una mente brillante y tu sentido como ninja es excelente... todas estas cualidades pueden llevarte a ser Hokage, pero bueno... para alguien como tú que lo encuentra todo problemático...sería un fastidio... —le dijo con una sonrisa—. Ya sabes que nunca he podido ganarte al Shogi... —realizó una pausa—. Cierto... una vez me preguntaste quien sería el Rey para mí... te diré exactamente quien es... acércate...

Shikamaru se acercó a mi padre y entonces él comenzó a susurrarle algunas cosas, lo cual hizo que Shikamaru se sorprendiera.

—Asuma...tú...

—...Deposito toda mi confianza en ti, Shikamaru —le dijo al momento en que intentaba tomar un cigarrillo de su bolsillo, pero al estar tan débil no ha podido moverse con normalidad por lo que Shikamaru terminó ayudándolo—. Lo lamento, ____... sé que te prometí que dejaría de fumar...

—Sabía que sería un problema para ti —le dije con una pequeña sonrisa al momento en que sostenía su mano y entonces he visto como intentaba mencionarme algo, pero su voz no ha salido y sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas—. Está bien, padre... no es necesario que me digas nada, ya lo sé...

—Lo siento... de verdad lo siento... soy un mal padre...

—¿Por qué te disculpas? —le pregunté mientras lo miraba sintiendo una gran opresión en mi pecho—. Estoy muy agradecida de ser tu hija... y te prometo que seguiré siendo una gran Kunoichi para que sigas estando orgulloso desde donde sea que estarás mirándome...

Mi padre había comenzado a llorar mientras mostraba una sonrisa. Entonces él cigarro que mantenía en su boca comenzó a caer y el agarre de su mano se aflojó por completo; indicándome que él se había ido de este mundo.

Mi padre había muerto y a pesar que he dicho que estaría bien, no sabía si podría reponerme de ello.

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