1. ¿Y si fueras tu?
Acomode la corbata negra que colgaba de mi cuello. Me mire una vez más al espejo para confirmar que me encontraba impecable. Camine en dirección a la salida, tome las llaves de la casa y me puse la chaqueta negra. Salí y me dirigí al departamento de bienes raíces. Llegué rápidamente; a tiempo como siempre. Miradas se posaban sobre mi, acompañadas con palmadas en la espalda y los buenos días. Mostré mi perfecta dentadura y respondí amablemente a todos los saludos. Me senté frente al computador y comencé a trabajar.
Era el modelo a seguir de todos mis compañeros; el empleado estrella. Desde que llegué a bienes raíces era el favorito del jefe; entregaba trabajos pulcros, era amable y generoso con todos, y además era considerado el hombre más atractivo de la empresa. A pesar de mis cortos cinco años de experiencia trabajando ahí, mis habilidades con las ventas superaban incluso a los más especializados. Era a lo que todos llamaba "El hombre perfecto".
La señorita Lorena se acercó a mi, se veía algo avergonzada. Dejó algunos papeles en el escritorio y soltó un pequeño suspiro. Me preguntó si podía quedarme un par de horas extras para terminar su trabajo, me explico la razón de su petición; su madre se encontraba mal. Acepté sin duda alguna, demostrando una vez más mi amabilidad. Ella me agradeció varias veces y se retiró del lugar. Continúe con mi trabajo, esperando no terminar tan tarde; no quería ser el único por la calles, últimamente han habido muchos asesinatos por el barrio.
Horas y horas transcurrían. Mis compañeros fueron abandonando uno por uno el lugar, hasta que quede sólo yo. No tarde mucho terminando los papeles de la señorita Lorena, a decir verdad, sólo estuve treinta minutos más de lo que debería. Acomode mi escritorio; tenía que lucir limpio y ordenado. Salí del departamento y me dirigí al ascensor. Antes de que la puerta se cerrará, logre ver a un chico saliendo del departamento de contabilidad. Puse la mano en la puerta y la sostuve hasta que el llego. Me agradeció y se paró junto a mi. Se veía joven, no tenía más de veintitrés años, poseía una sonrisa en su rostro que transmitía felicidad y tranquilidad, el era diferente al resto de los empleados, no se mostraba estresado y preocupado, era totalmente lo contrario. Eso me gustaba.
Baje del ascensor y fui a casa. Me acosté a dormir pensando en aquel joven. Quería conocerlo mejor, se veía que era agradable y sensible.
Al siguiente día procure quedarme hasta tarde. Las horas pasaban más lentas de lo común, estaba impaciente. Me ofrecí para quedarme a terminar los papeleos de alguien, de nueva cuenta, la señorita Lorena fue quien me pidió que terminará los suyos. Cuando finalice, nuevamente me dirigí a la salida y más tarde al ascensor. Y ahí estaba el, tan sereno como el día anterior. El agradecimiento por detener la puerta del elevador no tardo en llegar. De camino al último piso comenzamos a hablar. Le pregunté acerca de cómo era el trabajo en contabilidad y de como conoció la empresa. El amablemente me contestó las preguntas y después cada quien tomó su camino.
Así transcurrio una semana; pasando breves momentos en el ascensor con Patrick, ese era su nombre. El me hablo sobre su prometida, aquella hermosa mujer de la cual estaba enamorado, hacía poco que le había propuesto matrimonio, ella acepto, y por eso estaba tan contento todo el tiempo. Yo nunca me había enamorado, no sabía lo que era sentir las típicas mariposas en el estómago, y mucho menos que mi corazón se acelerará al ver a aquella persona.
El era el indicado, era todo lo que deseaba.
Lo invite a cenar. Le dije que quería conocerlo mejor, que me parecía una agradable persona y que me vendría bien un amigo como el. También le mencione que antes de la cena debía ir a revisar una de las casas en venta, pues al día siguiente la mostraría. Patrick acepto sin duda alguna, incluso me pregunto si podía acompañarme, a lo cual accedí.
Mientras me vestía para la salida, muchas preguntas rondaban por mi cabeza; ¿y si fuera el? ¿Y si fueras tu, Patrick González, quien me permitiera sentir algo por primera vez? Solo había una forma de averiguarlo.
Llegué al punto de encuentro, justo enfrente de la casa muestra. Pocos minutos después llegó el. Abrí la puerta principal y deje que el entrará primero. Me di la vuelta y le coloque seguro a la puerta. Le sonreí y jale una silla del comedor para que tomará asiento. Segundos después de que se sentará, cuestionó la acción, diciendo que no entendía porque debía acomodarse ahí si se suponía que iríamos a cenar. Me acerqué a él sin responderle y tome sus manos delicadamente, me miro extrañado y nervioso. Intento levantarse, sin embargo, puse fuerza en el agarré. Saque cuerda, del bolsillo de la chaqueta, y comencé a amarrar sus manos a la silla. Patrick comenzó a gritarme, mientras me pateaba lo más fuerte que podía, y aún así sus esfuerzos eran en vano. Continúe con las piernas, dejándolo inmóvil e indefenso. El me gritaba, me preguntaba entre sollozos por qué lo hacía, y yo simplemente saque una navaja de la bolsa del pantalón; el al mirarla se quedó en silencio, sus ojos se agrandaron, gruesas lágrimas comenzaron a recorrer sus mejillas velozmente. Comenzo a susurrar cosas, quizá le pedía ayuda a Dios o se despedía de su prometida, eso nunca logre saberlo.
¿Por qué lloraba?¿Acaso no entendía que me ayudaría a sentir algo?
Me acerqué a él, me coloque guantes, e hice el primer corte en el brazo derecho, no era muy grande pero si profundo. Ahogo un grito. Sangre salía sin control de la herida, resbalaba por su piel, ligeramente morena, y después llegaba al piso. Hice el segundo corte, esta vez grande y profundo. Dejo salir el grito, abría y cerraba las manos intentado soportar el dolor. Nuevamente comenzó a gritarme, cuestionando mis acciones. Me aleje de el y comencé a hablar.
Le expliqué que no sentía nada, que quería sentirme vivo, que quería ser más que una muñeca perfecta sin sentimientos; quería enamorarme, tener miedo, sentir remordimiento y tristeza. Y el era todo lo que deseaba, quizá si lo asesinaba podría sentir algo por primera vez; además de la pequeña sensación de placer al momento de ver la sangre cayendo al suelo.
Cuando lo mire de nuevo ya no se movía, su tez morena se había vuelto pálida; se había desangrado. No sabía hasta donde me había escuchado, y no me importaba realmente. No me sentía diferente, no había funcionado, seguía siendo un saco de carne sin alma.
El no era el indicado.
Limpie la escena y escondi el cuerpo. Quedo impecable, como si nada hubiera pasado. No volví a pensar en Patrick, después de todo, no me sirvió de nada.
Acomode la corbata negra que colgaba de mi cuello. Me mire una vez más al espejo para confirmar que me encontraba impecable. Salí y me dirigí al departamento de bienes raíces.
¿Y si la próxima persona fuera la indicada? Sólo había un modo de averiguarlo.
Número de palabras: 1198 (dígame que con esta cantidad no me bajará puntos ;u;, usted dijo que si lo permitiría :'v)
¡Hola! Espero que les haya gustado :D
Una disculpa si el final es algo rapido, pero estaba llegando al límite de palabras.
carlaamartinezz una disculpa por entregar un par de horas antes del límite (espero aún poder tener los 5 puntos de entrega ;u; ¡todavía es 4 de agosto! xD), pero escribir sobre un psicópata fue más difícil de lo que creí, tuve que meditar mucho acerca de eso. Espero que te guste y te haya parecido original, fue complicado encontrar el tema ;u;
Espero que si le encuentre relación al título, esta me pareció una manera interesante de representarlo, espero que este bien...
Perdón, de nuevo, si el final se ve rapido, pero no estoy acostumbrada a trabajar con un límite tan corto de palabras, es algo que necesito mejorar. Igual está bien, así práctico el manejo de espacio :D
Algún día espero reescribir esto, con descripciones más amplias :3
Honestamente me gustó como quedó.
Mi queridísima jueza, espero que te guste y lo hayas disfrutado :3
Nos vemos en la siguiente fase, claro, si es que pasó 😅
~Nathalex
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