8 Alergias alimenticias

Dedicado con amor a marinekros 🤭❤ Gracias por siempre mantener ardiendo la inspiración, querida. Espero que sigamos siendo amigas por mucho tiempo, alimentando esta misma pasión en otros, fufufu.

***

Era un hermoso día dorado de otoño, uno de esos atardeceres donde el viento es frío, pero el sol, resplandeciente. El parque relucía en tonos rojizos y amarillos, farolillos en forma de calabaza danzaban aún apagados aquí y allá, y breves manchas de pasto verde decoraban el piso. Habría sido el escenario romántico perfecto, de no ser por una cosa. Tristán era un vampiro, y parecía que el universo tratara de restregárselo en la cara. Tal vez era una señal. ¿O solo mala suerte? Sonriendo a pesar del dolor que le causaba un sol tan magnífico, el albino llegó puntual a la que era su primera cita romántica con su mejor amigo.

—¡Tristán! —Lo llamó la conocida voz del chico por el cual hacía todo eso—. Perdona la espera. ¿Llegaste hace mucho?

—No, justo acabo de hacerlo. —Lancelot llevaba un par de mantas abajo el brazo, una sombrilla, y lo que parecía una cesta para pícnic.

—¿Qué? —evadió—. Hace frío. Y de todas formas tenemos que comer. —Se alzó de hombros, pero para el vampiro fue obvio que había preparado todo eso con esmero.

—¿Y la sombrilla?

—El tonto de Percy me obligó a traerla. No sé para qué, si hace tan buen tiempo.

—¿Me la prestas?

—¿Qué? Esto, claro. —Lo miró con extrañeza, pero igual Tristán la abrió soltando un suspiro de alivio, y agradeciendo internamente a Percival con todas sus fuerzas. Luego la cita empezó.

Caminaron juntos por el parque, hablando de nada en particular mientras buscaban el mejor lugar para su comida. Lancelot encontró un gran árbol cuyas hojas proyectaban una sombra rojiza, y entonces sí; extendió la manta de cuadros, abrió la cesta, y desplegó un pequeño banquete de manjares en forma de sándwiches.

—¡Increíble! ¿Tú lo preparaste?

—Algo así. Yo hice casi todo, pero me ayudó mi papá. Él es chef. —De nuevo se alzó de hombros, como si aquello no fuera nada, pero Tristán estaba muy conmovido. Tanto, que hasta decidió bajar la sombrilla para acercarse a él.

—¿Comemos? —En realidad, aquel día no se sentía muy diferente. Desde que empezaron a hablar con fluidez otra vez, habían sentido que el vínculo entre ellos reconectaba, tal y como había sido cuando eran pequeños. Tenían la misma confianza. Había la misma competitividad.

«Entonces, ¿qué es distinto?», se preguntó Lancelot, cuestionándose si toda aquella cita no habría sido en vano. Luego estiró la mano al mismo tiempo que Tristán para tomar un sándwich, consiguiendo un breve contacto. Y ahí estaba. Esa chispa, ese algo que lo hacía sentir incómodo bajo la piel, pero con una sensación cálida de cosquillas. El albino debía sentir lo mismo, pues lo vio ruborizarse, y Lance no pudo evitar sentirse orgulloso al respecto. Al parecer, y después de todo, lo suyo sí que era diferente.

Pensando en lo mucho que quería saber qué tanto, y hasta dónde eran capaces de llegar, el rubio se fue acercando de a poco al albino hasta estar lado a lado. Con cada centímetro menos, el rubor de Tristán crecía, y Lancelot vio en ello una oportunidad tanto para burlarse, como para tentarlo.

—¿Entonces... estás listo para que hablemos de "eso"? —El pobre tragó en seco y se abrazó a sí mismo con la respiración entrecortada.

—¿Qué tienes en mente? —Le devolvió la pelota con ojos somnolientos y soñadores, y Lancelot sintió una súbita ola de emoción al ver que la cosa fluía.

—No lo sé. ¿Desde hace cuánto lo sentimos? 

—Puede... que desde hace mucho —le respondió con algo parecido a un jadeo—. Tal vez siempre estuvo allí.

—¿Y hasta dónde llega? Es decir, ¿qué se supone que pasa a continuación?

—Yo... —No se había dado cuenta ni de cuando se acercaron tanto. Podía sentir la calidez del cuerpo de Tristán, percibir su respiración agitándose, sus latidos acelerándose—. No lo sé, pero... me gustaría...

—¿Sí? —Sus labios se veían demasiado suaves, sus bocas estaban demasiado cerca. 

«Bien, aquí vamos», se dijo Lancelot, dispuesto a romper los tabúes e ir de una vez por todas a tomar lo que deseaba. Se inclinó hacia él, acortó la distancia hasta que sintió sus bocas rozarse, pero justo cuando estaba por probar la dulce y sensual respiración del albino, este soltó algo que lo dejó de piedra.

—Lance... no puedo...

—¡¿Cómo?! —saltó furioso—. ¡Oh, no, no lo harás! No puedes dejarme así y haberme llevado tan lejos para que al final no quieras...

—Lance, no es eso.

«¿Ese tono de rojo será normal?», reaccionó al ver que su cara estaba más colorada que antes. 

—No puedo respirar.

—¡¿Qué?! —Antes de acabar de procesarlo, Tristán se desmayó, y media hora después, ambos estaban en la sala de urgencias del hospital donde trabajaba, estabilizándolo tras lo que parecía una terrible reacción alérgica—. Es mi culpa —gimoteaba tomando la mano del pobre albino, que por fin volvía a respirar normal.

—No, claro que no. Ni siquiera sabemos lo que provocó la alergia. —Lo evadió el vampiro, feliz de poder ocultar su aversión al sol bajo ese pretexto, y divirtiéndose mucho a costa de su arrepentido amigo.

—Lo que haya sido, fue mi culpa, porque yo lo preparé. ¡Carajo! ¡Lo siento! ¿Cómo podré compensarte? —Algo entre el hambre, la ternura y la emoción se apoderaron de Tristán quien, aun sabiendo que hacía un poco de trampa, decidió aprovechar la situación para obligar a su amigo a hacer algo que deseaba mucho.

—Bueno, ya que lo mencionas, me encantaría que fueras a la fiesta de Halloween conmigo —soltó, recuperando el tono coqueto y atrevido que había intentado mostrar en su fallida cita—. De esa forma compensamos lo que nos perdimos hoy, y así compruebas que no lleve ningún disfraz que no apruebes. —Ya estaba listo para enfrentar la feroz resistencia que seguro pondría su amigo, pero para su sorpresa, este no dijo nada—. ¿Lance?

—De acuerdo —soltó con firmeza—. Te acompaño a la fiesta. —No dijo más, pero ambos volvieron a ruborizarse con violencia, y nada tenía que ver con alergias alimenticias. Aquella fiesta de Halloween redefiniría su relación para siempre. 


***

Por fin hemos llegado a este momento 🤩 ¡El Maratón ha empezado! Hola a todos, aquí Coco, quien está feliz de anunciar que por fin arrancamos con la cuenta regresiva hacia Halloween, y quien les agradece de corazón por acompañarme a disfrutar de esta historia y de esta temporada 🎃 Una fiesta sencilla, pero llena de amor y vibra spooky 👻 Espero se diviertan mucho con esta historia y con mi especial, les mando un beso, un abrazo, y mis mejores deseos con la frase, "¡ya saben qué hacer!"💋

Posdata: si aún no lo saben, hubo un pequeño retraso en mi Especial de Halloween, pero no se preocupen. El estreno será con capítulo doble mañana a las siete, y no olviden pasarse por Coconoticias para la inauguración oficial. ¡Nos vemos allá! 



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