- Disculpe - dice Natasha a la dependiente de la tienda - ¿Estos carritos para bebés son muy pesados?

- No, son bastantes ligeros. Pero estoy seguro que su marido podrá levantarlo - rie el dependiente, fijándose en la pareja.

Ella le agredece la ayuda y este se va.

- ¿De verdad que crees que su tienda es una tapadera? - pregunta él. Vuelven a estar en una de sus misiones en cubierto, esta vez son un matrimonio, a la espera de un hijo.

- No, él no. Es un estúpido machista. Me preocupa su jefa, podríamos...

- ¡Mira! Hay uno negro, vamos a verlo - dice él, entusiasmado por ver una cosa para niños del color favorito de ella.

- Pero si no vamos a comprar nada - habla ella, sin querer ver nada de bebés.

- Oh vamos, algún día tendremos que mirar estas cosas.

- ¡Pero...!

- Pero nada - le corta él - Algún tendremos uno, de una manera u otra.

Besa a su Tasha con amor en medio de la tienda, no como su marido fictício, sino como el amor de su vida.

Dios, amo esto, cada palabra, ais...