VII. ¿No lo sabías?
Está por empezar las actividades del club de teatro, ahora que se definió el elenco central de actores se pregunta qué harán. Los nervios lo carcomen.
Los meses previos fueron para ser observados como ratitas de laboratorio por sus sunbaes, quienes analizaban sus habilidades a través de varias pruebas para decantar en la fase final, la competencia mayor: la audición para formar parte del elenco de actores principales. Aunque desde antes preparaban a los novatos en lo entretenido que era participar diseñando vestuarios, escenografía, adaptación de guiones...para Taehyung era como una especie de premio de consuelo.
Se alegra de haber pasado la audición, porque no tenía otra idea en mente que no fuera actuar. Pensaba que sería más simple, como el club de ufología, donde el único requisito es tener entusiasmo y desde el día uno ya se te considera miembro oficial con todos los privilegios.
Le gusta el club de ufología, comparte con compañeros de variadas facultades y son una amalgama de conocimientos juntos. La mayoría son de las diversas carreras de ciencias duras y formales, algunos de ciencias sociales y humanidades, los menos e infaltables de la facultad de artes, ninguno de drama, solo de fotografía y cine.
Recuerda que al presentarse lo recibieron con aplausos cariñosos, los más antiguos le decían que era el primer chico de su carrera en interesarse por el club. Bueno, a Taehyung le interesó el tema desde que era un niño que miraba las estrellas en el campo en su tierra natal y se preguntaba cuánto más habrá en esas galaxias lejanas y cómo serán los otros seres vivos del vasto universo. Soñó con ser astronauta alguna vez, a los siete. Hasta que descubrió que había varias cosas más que le apasionaban tanto como el universo infinito y sus misterios. Además era un desastre en física, difícilmente hubiera podido estudiar con la rigurosidad del método científico los curiosos encantos que ofrecía observar más allá del cielo terrestre.
De igual forma, dejar espacio para su apreciado hobby es esencial. De paso aprovecha de ampliar su círculo social. Está feliz de sus decisiones.
Cuando se aleja un poco de su lado del campus puede observar la perspectiva que se arman los estudiantes de otras facultades de los que están en artes. "Extraños y excéntricos". Sabe de sobra que a los del área dramática los catalogan de histriónicos. "Pero tú no eres así, Taehyung-ssi", le había comentado uno de los chicos de física, "ya sabes a veces los juzgamos mal".
"A nosotros también", quiso decirle. "Nos reducen a un nicho de raros que examinan aliens y hablan de conspiraciones".
Entonces el chico le contó de la vez que los miembros del club de teatro les quitaron el cupo en el auditorio que habían reservado para compartir con otras agrupaciones apasionadas como ellos. Taehyung solo se había limitado a asentir en silencio.
Le gusta su nicho de raros, se siente familiar, en el instituto también le decían así a su club. Disfruta de sus encuentros con personas que comparten su interés, el ambiente es agradable, siempre hay comida y todos están dispuestos por si alguno necesita ayuda. La chica de literatura le había ofrecido la suya si en algún momento estaba en dificultades lidiando con algún ensayo o análisis de guiones. Aceptó esta última parte y siente un enorme agradecimiento, así pudo destinar más tiempo para preparar la audición que aprobó.
No hay esa competencia bastante explícita que existe en su facultad y en el mismo club de teatro. Está esa dualidad que le causa curiosidad, como a momentos son completamente profesionales, trabajando en tal sintonía que logran productos hermosos, y al mismo tiempo hay rivalidades y lucha de egos. "Cosa de artistas, supongo", comentó uno de sus compañeros del club de ufología. No omitió decir que esas competencias también se daban en la facultad de ciencias cuando se peleaban por fondos para las investigaciones. "Cosa de investigadores", había reído, afirmando.
El mundo académico está lleno de egos en pugnas constantes. Hasta en cosas tan simples como un club. El club de teatro.
Por más que los sunbaes trataron de mostrarles la parte afable y divertida, Taehyung es agudo y miraba las señales no verbales y, a veces, leía el ambiente emocional; saltaban chispas de tensión, imperceptibles para ojos no atentos o para aquellos que viven en constante competencia y es tema naturalizado. Vivir igual competir, pan de cada día. No para él que le gusta llevar la fiesta en paz.
Luego algunos novatos más informados de los chismes universitarios iban corroborando sus impresiones de quién se detestaba con quién, razones incluidas.
Nunca vio a Seokjin, el chico guapo que le regaló unas lindas galletas —deleite para cualquier paladar—, participando con los novatos. Tampoco ha escuchado comentarios negativos, solamente esos que destacan su belleza y el talento, especialmente lo primero y piensa que no es justo. Cree que hay mucho más de él que decir.
Reconoce que es muy talentoso —muy atractivo también—. Su primera impresión de Seokjin fue con el video de la obra y cuando lo identificó entre las personas al cruzar caminos en la cafetería no pudo evitar sonreír, a veces lo saludaba y pensaba "compartiré con él al unirme al club de teatro", luego siguieron las conversaciones casuales y cortitas que contribuyeron a crearse la imagen de un sunbae amable. Cómo no cederle un panecillo o ayudarle a cargar las cosas si se preocupaba por abastecer de material a su club. Aún si no participaba instruyendo a los novatos, Taehyung quería llevarse bien con él, ya que admiraba su talento y sentía que podía aprender bastante.
Sigue admirando su talento y creyendo que hay mucho que aprender del mayor.
Hasta que llegó esa inesperada declaración y aún no sabe qué pensar al respecto. Quiso convencerse que era una broma o una confusión, ya que es más fácil que afrontarlo. Eso lo pone nervioso, Jungkook —dongsaeng irrespetuoso— golpea su nuca y Jimin masajea sus hombros diciéndole que no esté tan tenso en su primer día oficial como parte del elenco.
"¿Cómo no estarlo?", quiere reclamar, puesto que no lo entienden.
Jungkook le preguntó "¿Por qué no lo rechazaste de lleno si no te interesa tener nada con él?". Jimin en cambio planteó un: "¿Por qué no le das una oportunidad si te parece atractivo?"
Lo hacen sonar fácil. Quizás para ellos es fácil.
Para él no.
"Se supone que tienen que ayudarme, no confundirme", que quejó ese día y lo continúa haciendo hasta la fecha.
Seokjin, luciendo radiante y encantador, pasa por su lado y sonríe al pronunciar un "buenas tardes". Taehyung cree que la reacción agitada en su pecho es por la tensión y la incertidumbre en la que está su joven de vida de persona que no le gustan las complicaciones.
Incertidumbre porque no se siente capaz de dar una respuesta clara. "Eso es por algo Tae-Tae", le insinuó Jimin ante noche con un guiño.
Jungkook le recuerda que debería agradecerle por las galletas, Tae duda si lo hace de buena intención o solo para reír de su expresión turbada. Sospecha que debe ser por lo último.
Se despide de sus amigos antes de atravesar la puerta y mirar el escenario. Ve que varios de sus compañeros están sentados en las butacas, conversando entre ellos y con los mayores. Busca a Seokjin, mientras antes le de las gracias, piensa que antes se quitara la sensación rara del pecho.
No sabe si agradecer o si considerarlo como un acto escalofriante de telepatía cuando es el chico de cabello rosado quien camina en su dirección. Es el instante preciso, tiene que hacerlo...
—Las galletas...
—Gracias por las galletas, Seokjin sunbae.
Ambos dijeron al mismo tiempo. Jin sonríe y Taehyung lo hace tímidamente también.
A Taehyung se le hace extraño sentirse tímido, podrá no estar rodeado de amigos y desbordar extraversión, pero no considera que le sea un problema relacionarse con las personas y exponer lo que piensa, hay días que lo hace sin filtro, es un defecto de fábrica impredecible. Hay días —la mayoría— que anda comedido, en otros simplemente suelta lo que llega a su cabeza. Depende de la luna y la alineación cósmica, quizás. No lo sabe.
Por lo general logra mostrarse distendido si le dan un poco de confianza. Otro poco de confianza más, empieza a seguir las bromas y hacer algunas. Una dosis adicional, entonces se toma las libertades de aceptar y corresponder muestras físicas.
Y de repente, Seokjin le está observando con esos ojos oscuros que le recuerdan a los tiernos ciervos y se inhibe. Las palabras se atascan. No es justo. No recuerda otros momentos en que hubiera perdido la capacidad de elaborar oraciones.
Otros pares de ojos caen sobre él y se siente nervioso, porque sus compañeros señalan implícitamente que esperan que continúe con la improvisación. Primera actividad: improvisar y está distraído. Termina siendo Jin quien toma el control del ejercicio y le da una dirección más clara a la historia que elaboran en conjunto. Taehyung por fin logra retomar el hilo.
No siente justo que Seokjin lo ponga nervioso sin siquiera proponérselo.
Los ejercicios de improvisaciones continúan y se intercambian en los grupos de manera azarosa. Taehyung nota que le relaja un poco no estar con Seokjin, no percibe esa tensión anudada en el estómago. Piensa que se adaptará, no puede dejar que sea un elemento que disturbe su desempeño.
No se da cuenta en cómo fue que el tiempo pasó a velocidad abismal. Está cansado como si hubiera vuelto a tener una clase de educación física. Bueno, acababan de terminar una rutina de ejercicio. Destacaban la importancia de tener una buena condición y manejo corporal y eso no se logra sin trabajo de movilidad y fuerza.
Busca en su mochila la botella con agua, no se da cuenta que hay alguien parado a su espalda y al voltear se lleva un sobresalto brusco. Todo en él, desde su corazón hasta sus hombros que se sacuden.
—No me habías contado que querías ingresar al club de teatro —comenta Seokjin tranquilo y sonriente.
Atractivo a morir. Taehyung no quiere morir y tampoco no quiere seguir con los ojos puestos en su sunbae.
—Pensé que lo sabías —juega con sus dedos, aunque se decide en sostener la mirada en los brillantes ojos de su compañero.
Seokjin piensa que de haberlo sabido, habría participado en las actividades con los novatos, pero prefiere reservar esa información y cumplir su misión del día.
Misión tras misión pretendía ganar de a poco el afecto del menor.
—Las traje para ti —le entrega una bolsa de género.
Mira al chico parpadear confuso y extiende las manos para cogerla con cuidado. Analiza curioso el contenido y pareciera que su cerebro procesara con retardo la información porque está en silencio con la vista fija.
El cerebro de Taehyung está procesando lento y en camino a tener un cortocircuito.
—Gracias, Seokjin sunbae —dice despacio, tanto como su capacidad de análisis en aquel minuto.
La comida no debiera rechazarse. Las galletas no tenían la culpa de su falta de manejo de ese tipo de situaciones. ¿Por qué no aceptarlas entonces?
Seokjin le sonríe y Taehyung está seguro que se ve aún más atractivo. Adorable, bonito y todos esos adjetivos. Incluso se le antoja extender la mano y tocarlo, ya que le gusta palpar aquello que considera adorable. Se contiene y vuelve a decir gracias tímidamente.
Es que no puede evitar que Seokjin lo cohíba.
Jin no puede con la alegría expandiéndose en su pecho con cada latido frenético, bombeando la sangre que circula veloz calentando de manera agradable hasta el último rincón de su organismo. El tierno chico raro no ha rechazado su ofrenda. Puede concluir su día en paz y regresar feliz al apartamento.
Namjoon aprovecha que su compañero de piso está en las actividades del club. Tiene el apartamento a solas y hay un bonito chico rubio sentado cómodamente en sus piernas, envuelve la cintura estrecha con uno de sus brazos y sus ojos examinan las guías de inglés que el menor sostiene en el regazo.
Está en la permanente incertidumbre que Seokjin aparezca antes y vea al famoso Park Jimin —alías: el crush de Yoongi-— Tampoco es que quiera ocultarlo y es por ello que ni siquiera ha pensado en decirle que mantenga lo que sea que hay entre los dos en secreto. Jimin es libre de contar lo que quiera y a quien quiera.
Sabe que no es racional y práctica su posición pasiva de esperar que pase lo que tenga que pasar y que se descubra cuando se tenga que descubrir.
Espera al día que Jimin le quiera poner nombre a lo que tienen —sabe también que eso es ceder la responsabilidad— y será ahí que ya no habrá nada que descubrir porque lo dirá, entonces teme que arda Troya con uno de sus mejores amigos...
Se siente jodido y trata de tomar esa pequeña vocecita lógica y fría que le dice "háblalo, no mañana, ahora, búscalo y cuéntale, llámalo".
—Hyung~ —Jimin lo llama y la vocecita se disipa como el humo—. No me estás escuchando, terminé el ejercicio.
Acaricia el vientre terso, hundiendo suave la punta del índice en el ombligo y el menor ríe, se remueve ligero, disfrutando de los dedos trazando líneas por los abdominales.
—Vas bien —dice con los labios recorriendo su oreja.
—Entonces merezco un premio, así aprenderé mejor.
—¿Necesitas refuerzo positivo, Jiminnie? —muerde el lóbulo y las caricias se vuelven amplias y firmes—. Si respondes correctamente la siguiente serie de ejercicios ganas un beso.
—¿Solo uno? —hace un puchero—. Que sean dos.
—Podemos dejarlo en tres.
—Que sean cuatro, dos en los labios y dos dónde quieras dármelos, te concedo la elección —le encanta negociar con su hyung.
—Termina los ejercicios y si están correctos te daré mucho más que cuatro besos.
Jimin ríe y con determinación por ganar mucho más que cuatro besos, retoma la guía. La ayuda de Namjoon le ha servido demasiado, recuerda lo perdido que estaba las primeras clases, convencido que una segunda lengua en definitiva no sería lo suyo. Su hyung constantemente le está ayudando a ampliar el vocabulario, le explica con paciencia y fórmulas simples. A veces suelta carcajadas con su fallida pronunciación, pero adora la risa de Nam y se limita a quejarse con un puchero.
Namjoon da unos pequeños toquecitos en la cintura del rubio y se levanta para realizar un corto viaje a su habitación, apenas Jimin le dijo que necesitaba ayuda buscó su viejo cuaderno para él, ahí tenía muchos apuntes útiles. Le sirvió hace muchos años atrás, cuando apenas era un preadolescente que vivió en Nueva Zelanda un corto periodo de tiempo. El cuaderno lo acompañó en su larga travesía aprendiendo en idioma, siguiendo por su paso en el instituto —buena época en la que conoció a sus dos amigos casi hermanos— y en la universidad pudo eximirse de cursar inglés y el cuaderno quedó juntando polvo.
Cuando oye la puerta principal abrirse brinca involuntario en su sitio, lo más probable es que sea Jin, aunque no descarta a totalidad que puedan ser Yoongi o Hoseok. Traga saliva y sale con el viejo cuaderno en una de sus manos.
Seokjin parpadea confundido, ve a un joven rubio sentado frente a la pequeña mesa de centro y hay varias guías desparramadas. El famoso Jimin Crush de Yoongi. ¿Qué hacía en el apartamento? Cierra la puerta con cuidado y el chico le devuelve la mirada confundido. Solo atina a saludarlo y caminar cauteloso.
—Jin hyung, llegaste antes —comenta Namjoon con toda la calma que es capaz de juntar y exponer.
—Terminamos antes —lo mira interrogante, demandando explicaciones antes que su mente arme una película dramática de la situación.
—Espero no molestar, pero Namjoon hyung me está ayudando con inglés.
Tenía sentido, varias veces Joonie había a ayudado a estudiar inglés a otros chicos y chicas, a veces en la biblioteca, otras en el apartamento mismo. ¿En qué estaba pensando? Sacude la cabeza y se dirige a la cocina, específicamente al refrigerador. Desde ahí les pregunta a ambos si desean cenar. Jimin asiente y Namjoon pronuncia un "sí, muchas gracias, hyung", impasible, aunque por dentro sus emociones se revuelven confusas y su parte lógica se divide entre hablar o ponerse en función del caos y esperar, solamente esperar y que sean los acontecimientos que le hagan evaluar el curso de acción a seguir.
Escuchan como Seokjin con su bonita voz canta y tararea alguna canción pegadiza y el agradable olor de la comida empieza a llenar el apartamento. El estómago de Jimin gruñe y Namjoon le sonríe con ternura, toma la guía y revisa los ejercicios.
Los más que cuatro besos tendrán que quedar para después y no duda que su dongsaeng se encargará de cobrarlo.
—Jimin-sii, ¿puedes ayudarme? Si le pido a Joonie seguramente rompe algo o derramará la comida —dice con cierto tono malicioso.
Debe ser una leve forma de venganza por lo del tazón de Mario, se lo recuerda cada vez que puede y Namjoon se lamenta de no encontrar otro igual. "Es que quiero el mismo, Joonie", se había quejado y también lo hacía para divertirse un poco de la expresión acongojada del moreno.
Hubo un momento corto de silencio destinado a apreciar con todos los sentidos los primeros bocados de comida caliente. Jimin deja salir un pequeño gemido de placer, su cuerpo agradece las asombrosas habilidades culinarias de Seokjin.
—Seokjin-ssi, está muy bueno —halaga Jimin cuando al fin tiene la oportunidad. Definitivamente mejor recién preparada que recalentada.
Jin sonríe orgulloso. Lo sabe, cocinar se le da muy bien, piensa que de haber elegido otra carrera gastronomía habría sido su rubro.
—Eres amigo de Taehyung y Namjoon, te puedo considerar oficialmente uno de mis dongsaengs —comenta antes de llevar un trocito de carne a su boca—. Puedes llamarme hyung con confianza.
Mira al rubio sonreír, la forma en que sus ojos se cierran y sus mejillas llenitas se abultan aún más. Es adorable, entiende que a Yoongi le guste. El chico es dulce y encantador.
—Entonces le diré a Tae-Tae que lo llame hyung —Jimin ríe suavecito.
"Dulce y encantador dongsaeng", se repite Jin convencido. Su corazón da saltos bruscos, esto de que Jimin esté en el apartamento y estudie junto a Namjoon es una completa maravilla, lo toma como una ayuda que le pone el destino.
Las ayudas del destino no se cuestionan.
Está convencido que su destino tiene que enredarse con el de Taehyung.
Una historia juntos es algo que tiene que pasar.
—¿Y cómo se conocieron con Joonie? —pregunta con curiosidad en lugar de seguir sus impulsos de llenarlo de interrogantes acerca del chico que lo tiene cautivado. Lo último que quiere es parecer ansioso.
Namjoon mastica lento y mantiene la comida en la boca sin atreverse a tragar cuando su garganta parece apretarse. Dejará que sea el menor quien explique lo qué quiera y cómo quiera. Él solamente asumirá lo que venga.
—Nos conocimos en la fiesta de bienvenida.
No especificó más detalles.
—Me perdí la fiesta este año, me contaron que estuvo divertida.
—Jimin ganó un concurso de baile junto a un amigo —Namjoon comenta—, estuvo impresionante...
—No es para tanto —dice un poco más agudo y con las mejillas rojas.
—Apenas Hoseok hyung lo vio insistió en reclutarlo para su club.
Jimin apoya sus manos sobre su rostro caliente, en contraste las siente casi frías.
—No seas modesto, Hobi ya nos había contado antes que eres un novato talentoso.
La conversación sigue a un ritmo distendido y Namjoon siente que sus extremidades dejan de estar rígidas, hasta sus hombros los siente más livianos. Nota que ambos están entusiasmados comentando sus propias teorías de un drama romántico, aprovecha de retirar los platos vacíos y llevarlos a la cocina. A veces lo subestiman, no han sido tantas las ocasiones que ha roto la loza como a sus amigos les gusta exagerar.
—Felicidades, Joonie, no has roto nada en el camino —Jin da aplausos suaves y Jimin ríe bajito—. ¿Te contó que rompió mi tazón de Mario favorito?
El tazón, jamás le permitirá olvidarlo.
El sol termina por esconderse y Seokjin se despide del menor con un "puedes cenar con nosotros cuando quieras", Namjoon lo acompaña a la parada del autobús y se frustra un poco, ya que deseaba besarlo, lento e intenso, sintiendo el calor de su boca encajando perfectamente con la suya. Se contiene; pasa gente por la acera y se consuela pensando que si acumula las ganas cuando pruebe sus labios esponjosos y tersos lo disfrutará aún más.
—El jueves continuamos con la otra guía.
—Recuerda que me debes mucho más que cuatro besos.
—Imposible no acordarme, soñaré con eso esta noche.
Jimin le regala una sonrisa coqueta, sujeta su mano y se dedica a jugar con sus dedos en la espera, delinea uno por uno. Las manos de su hyung le parecen atractivas y no está seguro si se lo ha comentado antes o no, pero lo dice en voz baja justo cuando aparece su autobús. Antes de subir hace un gesto de despedida.
Sube directo a su habitación tras cruzar la puerta, sus padres deben de estar por llegar y su hermano no le avisó que no estaría durante la tarde, de haberlo sabido, le habría dicho a Namjoon que fuera a su casa y además de estudiar, habría conseguido los más que cuatro besos.
Necesita retomar "La Conversación" con su hermano, los dos habían quedado en brindar al otro los espacios de intimidad y a escondida de sus padres cuando quisieran traer a alguien. Jimin ya está pensando a quién quiere en su cama exponiendo la bonita piel morena que se le antoja besar.
Se sienta sobre el colchón y abre su mochila, decide revisar el cuaderno de apuntes que le prestó su hyung. Le enternece ver como hay uno que otro dibujo pequeño y en planas aisladas hay versos que en su mente suenan con la voz profunda de Namjoon. Lo imagina como un delgado preadolescente soñador, vertiendo tinta, plasmando creatividad. Su hyung es genial.
Antes de dormir le envía un par de mensajes de buenas noches y le desea una mañana feliz por adelantado. Namjoon le escribe de vuelta que para eso tendría que despertar y verlo a su lado en la cama. El corazón de Jimin se agita y suelta una risa bajita removiéndose bajo sus sábanas. Le gusta tanto.
Cumple su deber de buen hyung y revisa los mensajes que le dejaron sus amigos. Jungkook quejándose de algunas cosas de su tarde y Tae haciéndole un resumen de su día. En el chat grupal reclamos múltiples porque no ha contestado, se disculpa y retrocede la conversación para entender de dónde viene tanto revuelo. Ve una foto de una bolsita de galletas y un "¿qué hago? :(". "Comerlas o regalármelas" ríe con la respuesta de Kookie.
Seokjin tiene gestos muy bonitos. Recuerda haber visto un brillo en sus ojos cuando mencionó el nombre de Tae mientras cenaban. Realmente quiere darles un espacio a los dos, dárselo a su amigo para que pueda conocerlo un poco más y decidir si es a la persona qué busca para acompañarlo también. Alguien que pueda cubrir esa dimensión que ni él, ni Jungkook podrían.
Sigue convencido que algo bueno puede salir de ahí. Lo intuye, ya que Taehyung tiene pequeñas reacciones que difieren de lo normal cuando se trata de ese sunbae en específico. Las ideas empiezan a llegar y cuando se junta con Yoongi por la mañana en la biblioteca a trabajar en el adelanto de un ensayo no duda en comentársela. Hablar de planes para ayudar a sus dos amigos ha pasado a formar parte habitual de sus conversaciones.
—Pensaba en ideas para unir a Seokjin hyung y Tae-Tae...
Yoongi lo mira intrigado. "¿Seokjin hyung?", piensa, sin decir nada. Espera que continúe, sabe que especular del futuro romántico de sus amigos es un tema que ilusiona a Jimin, a veces bromea ligero diciéndole "cupido Park" y Jimin ríe suavecito. Le encanta cuando lo hace debido a que esos ojitos se cierran y le hace lucir muy lindo.
—Entonces pensaba en invitarlo a una sesión de estudio junto a Namjoon hyung, así puede encontrarse con Seokjin hyung y cenar...
"¿Namjoon hyung?", parpadea procesando la información.
—No sabía que se conocían con Namjoon —no quiere interrumpir, pero el comentario escapa antes de pasarlo por un filtro. La sorpresa se lo impide.
Se pregunta en qué instante Jimin se hizo cercano a Namjoon y Seokjin que ni se dio cuenta.
—Pensé que lo sabías, me ayuda con inglés.
Tampoco es como si Jimin tuviera la obligación de contarle de quién es o no amigo, lo qué hace en su tiempo libre y un montón de detalles que no se ha molestado en preguntar hasta la fecha, mucho de lo que averigua es mirando su perfil en redes sociales —a partir de ahí que asumía, por ejemplo, que el chico no tenía pareja—.
—¿Hace cuánto te ayuda?
Aunque si hubiera esperado que Namjoon le contara...
—Hace poco se lo pedí, se me da horrible y era una vergüenza intentar hablar en clases, pero Namjoon hyung me ha ayudado a mejorar bastante.
Asiente, quiere encajar piezas y no es una novedad que su amigo ayudara a otras personas a estudiar, todos en la facultad saben que Nam es un sunbae con corazón de oro, en la escuela era igual. Recuerda que ayuda a la mitad del equipo de básquetbol con clases particulares, incluso a él en un par de oportunidades. Lo entiende, lo que no entiende es que sabiendo que le gusta Jimin no le hubiera compartido información importante, quizás invitarlo a una sesión de estudio como planeaba el menor.
No puede evitar estar distraído, necesita sacarse la pregunta de la cabeza que lo persigue durante las siguientes clases. Haber recursado hizo que tuviera que modificar su horario y coincidía en pocas clases con Namjoon, tendría que esperar al almuerzo, pero no lo encuentra por ninguna parte, al preguntarle a sus amigos Seokjin se encoge de hombros y Hoseok guiñando un ojo dice que tal vez está con la persona misteriosa.
La espera finaliza al encontrarse en el probador. Antes de saludar y de cualquier otra cosa que pudiera decir, suelta lo que ha rondado por horas en su mente inquieta: —No sabía que ayudabas a Jimin en inglés.
A Namjoon se le atasca la camiseta del equipo y le parece una afortunada torpeza puesto que impide que su hyung vea como seguramente su semblante varió. "Ahora es el momento, no esperes más" le exige esa parte cargada de culpa que solamente quiere sentirse libre. "¿Cómo va a ser el momento antes de empezar una práctica?" razona consigo mismo, cuando lo más importante es saber qué demonios responderle a Yoongi.
—Pudiste comentármelo antes.
Está seguro que escucha un leve, muy leve matiz de resentimiento y siente un frío viajar por su columna y no porque tenga una prenda a medio colocar y la espalda descubierta. Escucha el suspiro de su amigo pálido cerca y nota como tira de su ropa para acomodarla, mirándolo directo a la cara.
—Empecé a ayudarlo hace poco —al menos en eso no miente. Antes estudiar inglés no era parte de sus encuentros—. Continuaremos este jueves por si quieres venir —sugiere lo único que se le ocurre al instante para disminuir la enorme tensión al interior de su cuerpo.
—Gracias, Namjoon-ah.
Yoongi empieza a desvestirse y Namjoon prefiere adelantarse a la cancha. Sabe que escucharse es sabio y que hay un grito interno que reclama esa charla pendiente antes que la culpa siga ramificándose. Piensa en cómo sonará la voz de Yoongi cuando ya no sean solo matices de resentimiento, sino en su más puro estado. Se antepone a la decepción desbordando de sus pequeños ojos oscuros y en tanto no consiga siquiera una idea, un plan, para lidiar con eso, continúa con la omisión, aún cuando hay otra posibilidad peor, y es que por estar actuando desde la pasividad, se termine enterando por una tercera persona.
Los gritos del entrenador le hacen volver a la tierra. Perderse en su mundo interno estaba resultando caótico. Está haciendo todo lo que no aconseja: no sincerarse, no actuar y no pedir ayuda.
Al finalizar la práctica y mordisqueando su labio se decide a tocar el hombro de Yoongi, quien voltea con una mirada curiosa.
—Te ves preocupado.
Quiere decirle, ha formulado las frases cientos de veces, cientos de respuestas y consecuencias; las reproduce todas en esos segundos de silencio. Abre la boca para intentar emitir una, la que sea, pero que le permita por fin liberarse del peso innecesario que está cargando.
—¿Y cómo les fue a los mejores jugadores de la universidad? —Hoseok saluda con ánimos, echando los brazos alrededor de ambos.
—Siempre tan exagerado, Hobi.
Namjoon lo pospone hasta nuevo aviso. Aviso que no llega el miércoles.
El jueves es inevitable —el paso del tiempo en todo su esplendor—, pero lo que si puede evitar es el exceso de cercanía con Jimin, la tentación de una caricia fugaz es muy grande que termina cada tanto en tanto con las manos en los bolsillos. No puede, no con Yoongi sentado a su lado y mirando al rubio como si una maravilla andante estuviera tan cerca.
El moreno piensa que Jimin es una maravilla andante.
—Estaba pensando en invitar a Taehyung a estudiar con nosotros.
—Me parece bien —Namjoon sonríe.
El rubio nota que no es una sonrisa amplia, de esas que remarcan bien los hoyuelos en sus mejillas. Los mismo que ha besado varias veces. Trata de buscarlo con la mirada, pero su hyung no capta su señal muda.
Quien sonríe todo lo que puede es Seokjin, volviendo a repetir para si mismo que es un dulce y encantador dongsaeng.
—¿Cuándo? Que no sea el lunes —Jin empieza a ponerle fecha al plan del pequeño rubio adorable. Tiene que terminar un trabajo grupal y se reunirá con sus compañeros después de las actividades del club de teatro.
—¿Martes? —propone Yoongi, quien da por asumido que asistirá también. Tiene que aprovechar cada espacio que pueda con Jimin.
—Bien —Jin mantiene la sonrisa—. ¿Qué puedo preparar para cenar? ¿Qué le gusta a Taehyung?
—A Tae-Tae le encanta el japchae
Namjoon observa en silencio como organizan la próxima sesión de estudios. Su amigo de cabellos rosados está desbordando el entusiasmo. Le gusta ver a Jin feliz y si puede ayudarlos —y no solamente en inglés— está dispuesto a poner de su parte.
—Ayúdame Joonie, la cena no se prepara sola —Jin toma del brazo a su amigo y lo arrastra a la cocina. Sabe que así le deja un espacio a Yoongi, ve como se acerca un poco más al menor para leer juntos la guía de inglés.
Le entrega una cebolla a su amigo torpe con un: —sabes cómo hacerlo.
Claro que sabía después de la cantidad de veces que su hyung se reía y lo regañaba por no saber cómo picarla adecuadamente para cada tipo de preparación. "Gracias a mí ya sabes trozar verduras sin arruinarlas y sin perder un dedo, de nada Joonie".
Yoongi disfrutaba del calor que desprendía el cuerpo que rozaba su costado y cuando Jimin se inclinaba ligeramente al cuaderno que tenía sobre sus piernas el aroma dulce de su cabello llegaba directo a su nariz, provocando un cosquilleo en su estómago.
—Jimin-ah, también he pensado en cómo ayudar a tu amigo y Jin hyung —comienza, sabe que es una excusa, pero ellos son la puerta de entrada perfecta, tiene que jugar sabiamente sus cartas.
—¿Alguna idea en mente?
—Si estás libre el fin de semana podríamos salir los cuatro, sé que a Jin hyung le encantaría tener una cita con Taehyung...
—¡Me parece una buena idea! Será como una cita doble para que ellos tengan su primera cita.
El plan funcionó. Yoongi no puede evitar sonreír un poco.
***
Es Martes con M de memuero, con M de maldad y M de maravillosas personas que se pasean por aquí uwu.
Creo que desde ahora se vienen capítulos largos uwu (¿en qué me metí? Esto de intentar darle protagonismo a todos me volverá loca).
¡Muchas gracias por leer, votar, comentar! 💜
Les mando toneladas de cariños :3
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