VI. Sorpresa
Todavía no entiende por qué alguien como Seokjin lo busca. Él se considera "bajo perfil" a nivel de vida social. Muchas veces le dijeron que era talentoso y guapo, que se vestía genial y que podría ser popular si quisiera. No es algo que hasta fecha quiera. Le gusta que su talento destaque por sí mismo, que se rompa la barrera entre el Taehyung en un escenario y fuera de él, mostrar que diferentes dimensiones y expresiones de su persona coexisten y cambian en otros espacios, como cuando está sobre las tablas.
Mira las galletas que quedan y reconoce que se metió demasiado en el papel de la adolescente engañada de la película, que fue su excusa para no enfrentar, así era un poco más fácil. Ahora tiene otro papel del cual preocuparse, pronto tendrá su audición para postular al club de teatro, además de analizar un guion para un trabajo.
Aunque la audición es su prioridad. Después de ver la grabación de la obra a finales del año pasado quedó fascinado y con el ferviente deseo de formar parte de ese elenco que trabaja con tanta seriedad y pasión.
Y ahí estaba Seokjin de protagonista, trascendiendo a la belleza que atrae las miradas de todos en el campus. Miraba al sujeto que no lucía como un Dios. Era un Dios, ya no el universitario popular vestido con indumentaria. Los ojos de Taehyung brillaron de admiración.
Con el espejo por delante, puerta cerrada y celular grabando, vuelve a practicar sus líneas. Juega con las entonaciones, gestos y posturas, desplazándose por la habitación como si estuviera en escena. Se detiene, mira el vídeo y retoma la práctica, corrigiendo errores. Vuelve a grabar, necesita analizarse como si fuera un espectador y jurado.
El libreto pasa a ser parte elemental en el diario vivir de Taehyung, infaltable en su mochila y en sus manos en horarios de receso. Sus dos mejores amigos se han ofrecido para ayudarle a practicar y solo puede estar agradecido con ellos.
El viernes Jimin le convida gajos de naranjas, le da ánimos y junto a Jungkook le compran el almuerzo, porque es el día de la audición y los nervios le carcomen al punto que comer no es prioridad. Piensa en que tendrá la bonita y oscura mirada de Seokjin y siente un nudo en el estómago y al mismo tiempo bulle la emoción por su cuerpo.
El nudo en el estómago permanece y reconoce que el no ver a Seokjin entre los compañeros que evaluarán las presentaciones supone una pequeña decepción, mas no motivo para restarle fuerzas a su interpretación; cada día que practicó lo hizo con la intención de cautivar hasta el último espectador, de convencerle que no era Taehyung, el raro del club de ufología, quien estaba parado en medio del escenario y con las luces encima.
Tras la ronda de audiciones la media hora de espera se le hace eterna. Sus compañeros se acercan a él y terminan arrastrándolo al grupo de novatos para que no se aislara.
Muchas veces no se da cuenta que se aísla, simplemente sucede que se pierde en su propio micro universo.
La conversación pone ansioso a Taehyung. Los compañeros halagan mutuamente su desempeño o comentan que harían en caso de no quedar en el elenco de actores principales. "Vestuario", "Guion", comienzan a evaluar otras posibilidades. Él no ha planteado la suya y quiere confiar que lo hizo bien.
Le confirman que ha quedado y quiere saltar de la felicidad. Se deja palmear el hombro y abrazar, correspondiendo con cuidado y un poco incómodo. No tanto como lo habría estado antes, ya que de tanto juntarse con Jimin había superado ligeramente las barreras en lo que al contacto físico refería. Si es honesto, le gusta el contacto físico con las personas cercanas, de la costumbre, pasó a quererlo. Vez que puede se encarama a sus dos amigos, les besa en la cabeza, sujeta sus brazos. A veces se deja abrazar por gente no cercana si le parecen tiernas o por los niños. Le encantan los niños.
Se siente satisfecho, también como si se hubiera quitado un peso de los hombros. Posterior al esfuerzo el cansancio acumulado baja de golpe, deseando solo llegar a su casa, sentarse con Jungkook en el sofá y vaciar bolsas de fritura mientras ven películas de terror de bajo presupuesto como acordaron el viernes pasado. Rechaza gentilmente la invitación a la fiesta dedicada a los novatos del área dramática y el club de teatro, después de todo, las fiestas tampoco llamaban mucho su atención, ni quiera asistió a la de bienvenida a comienzos de año.
Taehyung ya hizo despliegue de demasiadas emociones en una sola semana y requiere un descanso merecido.
—Entonces, ¿no se lo pediste en persona? —pregunta Yoongi cogiendo una lata de cerveza.
—No, pero sé que le llegó la invitación, pasaron avisando a los salones.
—Debiste invitarlo directamente, quizás hubiera venido.
—¿Tú crees? —pregunta con una pequeña sonrisa ilusa comenzando a formarse.
—La verdad es que no —el chico de cabellos platinados se alza de hombros. Debe ser sincero y no imagina al alien en una fiesta llena de gente histriónica como lo son los estudiantes de dramas y artes escénicas.
—A ti tampoco te fue bien con Jimin —le recuerda.
—Tenía planes —los labios se fruncen en una mueca de disgusto.
—No empiecen ahora —los detiene Hoseok antes que se arme una batalla entre el par de hyungs resentidos.
Yoongi mentiría si dijera que no se siente frustrado, Jin también lo está, pero trata de simularlo. Hoseok mira a ambos con un puchero, entiende que sus amigos estén con las expectativas rotas por la falta de los dos novatos, pero es una fiesta y no quiere ánimos de funeral cuando podrían estar ahogando las penas divirtiéndose, bailando y bebiendo como buen trío de universitarios. Se para frente al zombie y al maniquí medio sonriente echados en el sofá y sujeta sus muñecas.
—Vamos a bailar —tira de ambos chicos, apenas removiéndolos de su lugar.
—No quiero, anda con las chicas que te buscan —resopla Yoongi cruzándose de brazos y de paso zafándose del agarre.
—Ustedes y sus caras de amargura lo necesitan más que ellas.
Hoseok vuelve a sujetar las manos de ambos, tira con más fuerza y termina arrastrándolos al sector despejado que funcionaba como pista de baile.
Seokjin se deja guiar, mirando a su alrededor, la casa donde están realizando la fiesta es enorme —ventaja de tener compañeros acaudalados cuyos hogares son tres a cuatro veces más grande del promedio— y la decoración quedó hermosa —gracias a él, por supuesto—. Reconoce que hicieron un buen trabajo este año.
Observa a las personas bailar, divertirse, a los mayores integrar a los novatos preparando juegos con premios de por medio y Seokjin solo quiere ver a Taehyung. No había nada que pudiera hacer, sus opciones eran seguir autocompadeciéndose o sujetar la mano de Hoseok y tratar de divertirse. Opta por lo último.
Baila un rato con sus amigos, se acerca también a conversar con otros de sus compañeros y anima a los nuevos estudiantes a participar de las competencias. Se distrae y puede olvidar por un momento que está encaprichado por compartir con el chico que le gusta como si se le fuera ir la vida en ello. Y no es así. No es la única oportunidad.
Reconoce que no aprovechó bien las instancias que han compartido a la fecha, es decir, se enteró por Yoongi que estaban en la misma carrera, porque había asumido que estudiaba fotografía al verlo con una cámara colgando en el cuello, diciéndole con una de esas lindas sonrisas geométricas "la tengo que cuidar con mi vida".
—Seokjin sunbae —se le acerca una de sus compañeras de carrera—. Ha resultado muy bien la fiesta este año.
—Gracias a todos ustedes.
—Hoy estuvieron muy buenas las audiciones, debiste estar ahí.
Ella le señala a los novatos más prometedores que logra divisar entre la gente, comentándole sus impresiones. Seokjin finge que la conversación le importa, sonríe y la mira a los ojos para demostrar interés.
—Hubo un chico que estuvo espectacular, uno que es alto, apuesto, pero raro, ese que está en el club de los extraterrestres.
El corazón de Jin da un brinco dentro de su pecho y ya no necesita aparentar que está interesado.
—Es muy bueno, Seokjin sunbae, te gustará cuando lo veas actuar.
—Estaré encantado de verlo —responde conteniendo la alegría que siente desbordar.
Y en realidad que estará encantado. Ya le gusta Taehyung y verlo exponer su talento piensa que será la gloria misma. La anticipación lo emociona y reprime una risita ansiosa que quiere escapar de sus labios.
Necesita contarle la buena noticia a sus amigos, aunque al buscarlos no los pilla por ninguna parte. Revisa su móvil y se encuentra con un mensaje de Hoseok avisando que se fueron antes y una carita feliz de disculpas.
"Traidores" piensa frustrado, debido a que no pudieron decírselo en persona y se largaron con un impersonal y miserable mensaje de texto, ni siquiera un audio.
>>Nos tuvimos que ir antes, lo sentimos :) <<
Solo se vienen a su mente tres chicos con los que querría conversar "ahora ya" de la buena noticia y dos de ellos se habían marchado. Mira la hora y decide llamar al tercer chico. Quizás Namjoon no sigue con su cita o eso espera porque ya estaba marcando al número.
—¡Namjoon! —exclama apenas atiende. Agudizando el oído escucha ruidos y risas de fondo—. ¿Estoy interrumpiendo?
—Dime, hyung —contestó sonando preocupado.
—¿Estás en el apartamento?
—Sí...
—¿Con tu cita?
—Sí, pero dime qué pasó.
Jimin deja de besar el cuello de Namjoon y dice entre susurros que irá por comida. Se levanta de la cama vistiéndose con la camisa del mayor, doblando las mangas que tapaban sus manos.
Camina a la cocina sonriendo feliz por lo que fue la mejor cita de su vida, el espectáculo de danza, el beso cerca de la fuente de agua iluminada con colores, café, pastelillos y la culminación con su hyung penetrándolo lento y firme mientras lo llenaba de mimos con los labios sobre la piel.
Iban a continuar con una segunda ronda, pero entiende que Namjoon se preocupe por su mejor amigo, haría lo mismo si se tratara de Tae o Kookie. Regresa a la cama con los pastelillos sobrantes y se recuesta entre las largas piernas que suavemente aprietan sus costados, apoyando su espalda sobre el pecho amplio.
—¿Pasó algo? ¿Está bien?
—Sí, solo me contaba lo feliz que está de que tu amigo sea parte del elenco principal del club de teatro.
—¿De verdad está tan enamorado?
Namjoon asiente y acerca la boca al dulce que Jimin pone a pocos centímetros de su cara.
—Tae-Tae es un poco torpe para estas cosas, dile que tiene que ser paciente si quiere lograr algo, aunque haré lo posible por ayudar.
Conoce muy bien a su amigo y confía que Seokjin es sincero, intuye que podría resultar algo bueno entre ellos. Y, en especial, quiere ver a Taehyung feliz rodeándose de más gente lo apoye y le de todo el cariño del mundo que merece.
—Me encantas, Jiminnie —rodea su cintura con los brazos.
Y Jimin no encuentra las palabras suficientes para describir el "efecto Namjoon". Encantarle quedaba corto. De manera similar piensa el mayor, lo que siente por chico entre sus brazos es demasiado al punto que le aturde.
Piensa en lo que le dijo a Jin, "cuando tenga algo serio", entonces ¿qué es lo que está formando con Jimin? Porque sí quiere estabilidad con él.
No lo han hablado. Namjoon espera que Jimin lo haga. Una vez dado ese paso implicaría que sus amigos lo sepan, aunque ahí no está el problema exactamente. Implica que Yoongi lo sepa. Vuelve a sentirse culpable y cobarde, ese es el problema. Se pregunta si todavía está a tiempo de decirle sin causar una catástrofe, ya que recuerda lo rencoroso que puede ser su amigo y eso lo asusta.
Podrá saber de muchas cosas y sugerir buenos consejos, pero las relaciones interpersonales las encuentra más difíciles que todos los exámenes que ha rendido en la vida y no siempre sabe seguir los consejos que le da a los demás. Ahí empatiza, entiende que la lógica choca con obstáculos y no sigue el camino que disponen las emociones.
Su dongsaeng voltea y lo besa en los labios acomodándose en su regazo. Las nalgas firmes presionan justo en la erección que comienza a formarse. Suspira sobre su boca y empuja en busca de más roce.
—¿Segunda ronda? —sugiere con esa bonita sonrisa que le hace olvidar la culpa y autoreproches.
Namjoon amasa los glúteos apretándolos contra su miembro como respuesta. Aleja sus manos para coger el tubo de lubricante, empapar sus dedos y hundirlos, sintiendo como las paredes calientes se estrechan alrededor.
El menor arquea la espalda disfrutando del trabajo realizado por los largos dedos de su hyung, esos que apretaban con precisión arrancándole gemidos y que sus músculos se contrajeran en respuesta a la estimulación. Se mueve buscando más contacto y un ruido agudo escapa de sus labios cuando es la erección que se abre paso en su interior.
Se siente lleno con Namjoon dentro y pleno cuando sus bocas se encuentran mientras los brazos rodean su cintura. Se besan con labios abiertos, lenguas acariciándose. Blando y húmedo. Jimin se hunde. Todo es tan íntimo, tan unido, tan denso. Comparten el ritmo, los movimientos de ambos cuerpos se acoplan y las respiraciones se entremezclan.
Namjoon lleva sus manos al torso delgado y definido, deslizándolas por toda su extensión. Fibra cubierta de piel suave. No puede mirarlo con otros ojos que no sean de completa admiración. Su rostro con mejillas mullidas encendidas, ojos entrecerrados, dientes atrapando el carnoso labio inferior. ¿Cómo puede ser tan hermoso? Jimin es tan guapo que llega a doler.
"¿En serio está conmigo?" Porque a momentos no se lo cree.
Se corre un poco después que Jimin lo hace, cuando los músculos lo aprietan, el hormigueo en su ingle asciende y tiene una preciosa imagen a pocos centímetros, sentado en sus piernas.
—Eres tan hermoso, tan guapo —deja escapar el pensamiento, no quiere guardárselo, menos cuando Jiminnie pone una expresión tan tierna.
Jimin sonríe estirando la comisura de los labios lo más que puede. Le gustan mucho los halagos y están elevados en potencia cuando vienen de su hyung. Siente un enjambre en el pecho y en el estómago. Le besa cortito en la boca.
Namjoon sonríe contra los labios ajenos.
—¿Quieres que mañana salgamos a desayunar? Yo invito.
—¿Pasarás el sábado conmigo?
—Claro, Jiminnie, ¿qué quieres hacer?
—No es el panorama más entretenido del mundo, pero ¿me ayudarías con inglés? —lo mira apenado.
—Créeme que tu inglés es diversión en sí misma.
—No te burles de mí —hace un puchero.
Namjoon no resiste y acaricia el labio sobresaliente con el pulgar. Terminaron con una tercera ronda en el baño, acabando también con los últimos restos de energía. Mira con deleite como se coloca una de sus camisetas holgadas, dejando expuesta parte de uno de sus hombros. Cuando se mete bajo las frazadas, aprovecha de besar la piel expuesta, delineando la clavícula.
El rubio está feliz y tranquilo. Se acurruca contra el cuerpo tibio de su hyung y se siente tan bien que llega a preguntarse ¿cuánto durará? ¿Cuánto lo puede prolongar? ¿Se cansará de él algún día el chico genio de la facultad de artes? Se aferra al torso de Namjoon, quien lo envuelve entre sus brazos largos.
Jimin no quiere que termine nunca.
Hoseok llega al apartamento con la caja de aspirinas y sigue sin sacarse la sorpresa de encima. Necesita comentárselo a Yoongi, pero su amigo está en el séptimo sueño y sabe las consecuencias de despertarlo temprano los sábados. Piensa en llamar a Seokjin, aunque también debe estar descansando los estragos de la fiesta.
¡Es que lo carcome la curiosidad! Quiere juntar las piezas y quizás sus amigos puedan contribuir con información.
Apenas está asimilando haber visto a Namjoon de espaldas abrazando a un chico que llevaba una de sus sudaderas anchas y de sus gorros de lanilla. Caminaba rodeándolo con el brazo, bien cerca. De esa cercanía que tienen las parejas.
Entonces quien trae loco a Joonie ¿es un chico? Incluso le había prestado de su ropa. Para Hoseok eso significaba que iba en serio. Que no era como las chicas de pasada por su cama.
—Creo que nunca me he enamorado —comentó una noche de lluvia, cuando se dieron una maratón de películas. Dos de ellas comedias románticas elegidas por Seokjin.
—¿Nunca? ¿Esas mariposas? ¿Emocionarte cuando ves a esa persona como si fuera magia?
Namjoon frunció el ceño sin comprender y Yoongi soltó un "qué cursi" tras la descripción del mayor del grupo.
—Es solo un proceso bioquímico para hacer más factible la reproducción —alzó los hombros restándole importancia—. Segregación de dopamina...
—Suficiente, Namjoon —se quejó Seokjin tapándose con la manta y abrazando sus rodillas—. Le quitas la emoción, el encanto contextual del enamoramiento.
—Es porque aún no aparece esa persona que te haga liberar tal cantidad de dopamina que te vuelva estúpido e irracional —mencionó Yoongi, apretando con sus manos frías la taza tibia de café.
—Además no es solo la otra persona, es el estado en el que te encuentras y todos los acontecimientos que van pasando justo en ese preciso momento que te van envolviendo —Jin intentó hacerse entender—. Es decir, quizás puedes conocer a esa misma persona en otra situación y lugar, no estás en ese estado receptivo, no están ocurriendo determinadas cosas en tu vida que te hacen notar que la persona en cuestión es encantadora y no ocurre la magia.
Seokjin se entusiasmó y profundizó tomando escenas claves de la película para explicar su punto, cambiando el contexto, planteando nuevos escenarios y los posibles efectos, ya sea si se concretaba el romance o no entre los protagonistas.
Hoseok estaba mudo, escuchando atento, relacionándolo todo con su propia historia, porque si bien no tiene el momento exacto con fecha de calendario en que se enamoró de Yoongi, quizás en otro contexto en que su amigo no tuviera el corazón roto, no habría surgido ese pensamiento de "puedo hacerlo feliz" desde un rol diferente al que otorga una amistad convencional. Aunque tal vez Yoongi habría hecho otra cosa y en otra circunstancia, entonces se habría enamorado de igual modo y era parte de un destino inevitable. No tenía como saberlo.
Hasta la actualidad Hobi recuerda esa conversación. A veces la retoma y vuelve a plantearse escenarios y suposiciones. Vuelve a cuestionarse y sentirse ingenuo al pensar que "puede hacerlo feliz" como si fuera un salvador, no debe subestimar a Yoongi y su fuerza, ya que es esa intensidad que lo cautiva tanto como su sensibilidad. Yoongi completo, en todas sus dimensiones.
El chico pálido no le necesita como si fuera agua, sabe que puede ser feliz y completo por sus medios, pero se afirma de cuando le ha dejó en claro que es el mejor compañero que la vida le ha puesto en el camino y el corazón de Hoseok late desesperado.
También se pregunta cuál fue el escenario en que Namjoon conoció al chico misterioso. Pudo ver hebras rubias asomándose del gorro, lo que es una minúscula pista.
—¿Qué haces parado frente a la cafetera con cara de crisis existencial? —dice Yoongi llenando un vaso con agua y tomando la caja de aspirinas.
—Creo que Joonie sale con un chico, lo vi caminando abrazado a uno hoy en la mañana. Incluso le prestó su ropa.
—Y yo que pensaba que era la persona más heterosexual del grupo, ahora tú lo serás oficialmente, aunque conozco tu pasado de adolescente curioso.
—Entonces ¿crees que sea verdad?
—No veo por qué no.
—¿Alguna idea de quién puede ser?
Yoongi niega, caminando a paso cansino hacia la repisa para tomar el paquete de café, necesita su combustible diario. Hoseok avanza con pereza y apoya su cabeza en el hombro duro de su amigo. Su cabello decolorado aún conserva un poco el olor a humo de cigarrillos. El mayor no se queja, el cuerpo de Hobi siempre se siente tibio y reconfortante. Ideal para una mañana helada.
Escuchan un par de golpes en la puerta y el chico de cabellos rojos se aparta y a Yoongi lo abandona la calidez agradable. Voltea a mirar y es Seokjin quien ingresa apenas su amigo abre. Las ojeras se acentúan en su rostro de universitario post fiesta.
—Namjoon no está y no quiero desayunar solo —declara yendo a la cocina, abriendo el refrigerador con toda la confianza existente y sacando la comida que prepararía para los tres.
Hoseok piensa si debiera preguntarle a Seokjin sobre el chico misterioso, aunque la reacción en caso de no saber nada al respecto sería de indignación y un llamado inmediato a Namjoon para confrontar el asunto. Yoongi lo mira como leyéndole la mente y niega con la cabeza. Puede dejar la curiosidad para después.
—Ayer me abandonaron, se fueron sin avisar —reclama mientras bate unos huevos—. Un mensaje miserable con una carita feliz no cuenta —dice interrumpiendo la explicación de Hoseok.
—No me sentía bien —se excusa Yoongi.
—Lo sentimos, hyung.
—Pero pasó algo bueno y estoy feliz, lo cual le quita peso a su traición —pone a calentar el sartén.
—Dramático —dice Yoongi por lo bajo, sirviendo café en tres tazas—. ¿Y qué sería lo bueno que pasó en tu vida?
—Taehyung pasó la audición y ahora está en el elenco principal del club —la sonrisa se transforma en risa.
Hoseok y Yoongi miran a su hyung dando saltitos alegres por la cocina. El chico pálido prefiere hacerse el desentendido y parte a sentarse con su café. Su mejor amigo, en cambio, se une a la celebración.
Ahora Hoseok espera que las cosas empiecen a mejorar para Yoongi también.
"¿Y para ti cuándo?".
***
Sí po', Hobi :'c
Muchas gracias por leer, votar, comentar >u<.
Les envío amor 💕💕
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