↬ Reencuentro

Resumen: Cuando vió ese dibujo supo que era una posibilidad de encontrarlo.

Palabras: 404

Al morir, Alexander jamás creyó que tendría una segunda oportunidad para vivir. Su antigua vida era algo que no deseaba volver a repetir. Desde pequeño, supo que todo era diferente, que sus sueños no eran normales. Cuando cumplió quince años supo que era la reencarnación del padre fundador Alexander Hamilton.

A veces se preguntaba que debía hacer. Si debía buscar a Bestey; sin embargo, sabía que se estaría mintiendo a si mismo si volvería con ella. Nunca la amo, pero le tenía un inmenso cariño ya que gracias a ella tuvo un legado y era recordado. Solo que no iba a engañarse de esa manera.

Lo que si deseaba era encontrar a su amor de antaño, a aquel rubio de ojos azules que conoció en la guerra, con quien se abrió sobre si mismo y pudo ser feliz.

Su Jack.

Ni siquiera sabía si reencarno o si vivía en New York, las posibilidades de encontrarlo eran nulas. Caminaba por aquella ciudad aún maravillándose de como cambio con los años, todo era tan diferente, inhumando de rascacielos y tecnología.

Giro su cabeza hacía una tienda cuando noto una figura de un ave muy hermosa parado en una rama, sentía que se le hacía conocido y fue eso quizás lo que hizo que entrará en aquel lugar. Supo de inmediato que era una tienda de obsequios. Una voz lo sacó de sus pensamientos aun viendo al ave enmarcada en un portavaso.

—¿Joven? ¿Hay algo en lo que puedo atenderlo?

Miró a aquella voz masculina. Su corazón dio un vuelco y no sabía exactamente porqué. Cabello castaño ondulado, ojos avellanos con grandes pecas adornando su rostro como un conjunto de estrellas.

¿Podría ser? ¿Debía hacerle caso a su sexto sentido?

—Sí, ehh —tragó saliva. Era ahora o nunca— Quisiera una carta personalizada con este bello dibujo de un ave más una frase.

El joven asintió y le pidió que lo acompañara hacía el mostrador donde sacó los tipos de cartas, eligió una de entre todas, una que le se hacía más parecida a las antiguas. El castaño sonrió y agarró un bolígrafo para anotar la frase.

Inhalo.

—Frío en mis profesiones, cálido en mis amistades, deseo, mi querido Laurens, que este en mi poder, por la acción en lugar de palabras, para convencerte de que te amo. Siempre tuyo, Alexander Hamilton.

Vio en las facciones como se ponía pálido y lo miro a los ojos.

—¿Alexander...?

—Ha pasado un tiempo, Jack. 

Tecnicamente no es historico porque son apariencias musicales, pero es reencarnación así que cuenta para mi.

Esto lo hice para el cumpleaños de mi querida Andrea uwu Si alguien cumplea años, me dice y le hago un regalo.

¡Espero que les haya gustado!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top