CAPÍTULO 7
RUBY
Mientras que planeaba el vuelo a Londres que íbamos a tomar y elegía a los hombres que iba a llevarme a mi misión, alguien tocó a la puerta de mi despacho, provocando que me enervase hasta cotas muy elevadas:
- ¿Quién demonios es? -Respondí mordiéndome el labio para intentar no ser demasiado maleducada.
-El demonio de tu hermano.
Cuando me giré y ví a Jake, una enorme sonrisa apareció en mi rostro malhumorado. Apenas podíamos vernos debido a su trabajo y al mío, pero siempre manteníamos el contacto telefónico cuando teníamos un momento. Después de varios meses, mi hermano había vuelto de una misión sano y salvo; Cinthia debía de estar feliz.
- ¿A qué se debe esta repentina sorpresa? -Le pregunté mientras le servía una copa. Su mirada paternalista me indicaba que algo iba a pasar.
-Digamos que Edward me ha llamado y parecía un tanto preocupado. Sé que has sacado a Daryl Ortega por sus conocimientos, pero bien sabes que odio que hagas esas malditas misiones, Ruby; debes de parar por tu bien, Cinthia no va a poder cubrirte siempre.
-No hace falta que lo haga, no quiero que los demás tomen riesgos por la vida que yo deseo llevar-Le dije dándole la espalda profundamente molesta. Ya había dejado de ser una niña a la que dar reprimendas, pero el ser el hermano mayor no le cambiaba el chip ni, aunque pasaran los años que hicieran falta.
Él me tomó del brazo para girarme y mirarlo; no me gustaba que sacara el maldito tema y por su mirada llena de tristeza, iba a hacerlo:
-La venganza no lo traerá a la vida y lo sabes bien.
- ¡No me importa nada de lo que tú digas, voy a seguir haciendo esto!
- ¿Para qué, para que mueras de un tiro como él? ¿Te merece la pena vivir así?
-Si has venido a...
- ¡Maldita sea Ruby, despierta de una vez! Si papá se entera de esto...
- ¡Papá está demente, apenas me reconoce cuando voy a verlo! -Le grité sin piedad. Estaba jugando la carta de dar pena y no funcionaba conmigo; ya era lo bastante dura como para hacer que me doliese o al menos mostrarlo delante de él. No podía dejar a la vista ninguna debilidad porque mi hermano estaba en contra de todo lo que hacía, pero siempre me echaba una mano porque quería evitar que mis narices fueran demasiado lejos y ponerme en peligro.
Pero no iba a rendirme por nada del mundo, no quería que nadie me detuviera por nada del mundo y si Jake no lo entendía...que se fuera de mi vida.
-Ruby, te lo pido por favor, solo te tengo a ti-Me dijo con una gran tristeza en su voz, pero yo me negué a mirarlo. Era hora de poner las cosas claras entre nosotros:
-No estás solo, tienes a Cinthia que es tu mujer. Pronto formarás tu familia propia y no me necesitarás ni a mí ni a papá. Ambos estamos condenados, él por la enfermedad y no poder recordar a nadie y yo por tener que recordar a una persona el resto de mi vida. Es irónico, ¿Verdad?, pero es el peso que debo de sujetar. Y si no quieres sujetarlo conmigo, lo entiendo, pero no vuelvas si es para decirme todo esto.
-No puedes pedirme que deje de preocuparme por ti, ¡Eres mi hermana, joder!
Jake me abrazó con fuerza sintiendo como su cuerpo estaba completamente en tensión. Sentía su dolor como si fuera el mío; adoraba al pesado de mi hermano, pero él no podía comprender jamás como me sentía.
Entendía su postura y el olvidar todo lo que sucedió, pero me negaba a ello porque eso implicaba aceptar que pasó...que pasó frente a mí. Las lágrimas de Jake comenzaron a resbalar por mi espalda:
-Yo fui el que te recogió del suelo, gritando a la nada. No hacías nada más que gritar, Ruby. No sé cuánto tiempo pasaste gritando, o llorando completamente sumida en una oscuridad que temía que te devorase por completo. Pasé contigo tus terapias e incluso viví contigo a pesar de que estaba casado con Cinthia. Puse en peligro mi matrimonio gustoso porque tu superases tu dolor. Sé tú dolor porque lo llevo conmigo desde entonces y si me alejas de tu vida es como si tu también hubieras muerto ese día. Padeceré lo mismo que tú, pero multiplicado por infinito, no dejes que deje de velar por ti.
-Jake por favor...-Le supliqué comenzando a temblar. No quería derrumbarme, pero lentamente me iba sumiendo otra vez en aquella sensación de debilidad de la que tanto huía. Mi hermano me apretó con fuerza y me susurró:
-Llora conmigo hermana, lo necesitas.
-Él no va a volver...no va a volver...no va a ...
Comenzó a faltarme el aire y Jake me tumbó sobre la mesa apartándome el cabello del rostro. Parecía visiblemente preocupado.
- ¡Ruby, Ruby respira!¡Quédate conmigo! ¿Dónde están tus tranquilizantes?
Señalé como pude el bolso que estaba colgado en mi perchero y Jake corrió hasta él sacando la caja de cartón que conocía de sobra. Me llevé las manos al pecho sin apenas poder parar de temblar; sentía que mi corazón iba a detenerse en cualquier momento.
Sentí como las pastillas se deslizaban por mi garganta y mi pulso se estabilizaba lentamente. Las manos de mi hermano pasaban continuamente por mis mejillas aun heladas.
El sueño se apoderó de mí por efecto de la medicina, sintiendo como Jake me tomaba en brazos para llevarme a mi cuarto. No soportaba que nuestras conversaciones acabaran así, pero nuestro destino era separarnos si continuaba con mis actividades. A veces pensaba que era lo mejor porque él no merecía verse arrastrado conmigo a ese pozo que llevaba metida unos años.
él no merecía verse arrastrado conmigo a ese pozo que llevaba metida unos años.
Ni él ni Cinthia se merecían todo aquello; ella estaba arriesgando el trabajo que tanto le había costado tener. Su esfuerzo y el de mi hermano estaba en peligro por mi nivel de vida nada saludable y altamente peligroso. Mi cabeza daba vueltas con las últimas fuerzas que me quedaban antes de caer dormida. Tomé la decisión de huir del país y mudarme a otro lugar. Debía de cambiarme el apellido y el teléfono para que ni Jake ni nadie me encontrase. Era como comenzar de nuevo sin tener que poner a nadie más en el punto de mira.
Si tenía que irme de este mundo, me iría sola.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top