CAPÍTULO 37


MATT

Tras recibir aquellos mensajes de Ruby, Edward parecía haberse puesto más tenso que antes. La respuesta según él era que Ruby realmente había visto a alguien pero que nos lo ocultaba para no preocuparnos.

Y eso era extraño porque se suponía que nadie más aparte de Eduardo sabía de nuestra localización. El peligro podía olerse por cada rincón den territorio y cada vez era más intenso y nauseabundo.

Y a esa sensación asfixiante, se unió una llamada cuyo número lo reconocimos en seguida.

-Al habla Korovin.

-Señor acabamos de localizar al señor Eduardo. Han ocurrido ciertas cosas que debemos de explicarle y que debe de saber.

-Soy todo oídos.

Hubo un pequeño silencio en la otra línea y un murmullo cuyas palabras no pudimos escuchar. En unos instantes, aquel tipo comenzó a hablar:

-Digamos que ya sabemos esa llamada quién la efectuó; se trata del señor Jake, el hermano de la señorita Chase.

-Espera, ¿No ha vuelto a llamar? ¿No habéis contactado con él?-Preguntó apretando con más fuerza el volante.

-Hemos llamado varias veces, pero parece ser que el señor está ocupado por el momento. Al menos sabemos quién ha sido, ahora falta poder localizarle y así pasarle la llamada a la señorita Chase.

- ¿Y con respecto a Eduardo? -Le pregunté sin poder aguantar más aquella cuestión. Tras un leve carraspeo, nos comenzó a relatar lo que había descubierto:

-El señor Eduardo desapareció hace varias horas y en un principio no fue visto. Hemos revisado las cámaras de seguridad y hemos descubierto que algunas de ellas han sido adulteradas, en concreto las del pasillo y las que dan en la sala secreta donde Eduardo tuvo la reunión con los hermanos Ortega y les dio los nuevos teléfonos localizadores. Lo más curioso de todo era que descubrimos que el teléfono que preparamos para el señor Eduardo fue desechado, es decir, él mantiene su antiguo teléfono. Y eso no es todo señor.

-Me dejas sin habla, tan solo espero que todo esto tenga una explicación plausible-Dijo Korovin intentando controlar su temple. Aquella verdad nos estaba dejando de piedra.

-Pero no está todo perdido porque uno de nuestros hombres decidió insertarle un localizador al señor Eduardo en su teléfono antiguo cuando él estaba despistado por si acaso el espía de Ákseli o él mismo lo robaba para poder localizaros vía telefónica o por rastreo pero la cosa fue que, al comprobar que el teléfono se movía, pensamos que el pez había mordido el anzuelo y que quizás podríamos saber la localización de aquel espía, pero al activar la cámara, vimos a Eduardo; él nunca usó nuestro teléfono sino que deliberadamente lo desechó y usó su antiguo teléfono. Todo parecía extraño, pero entonces, hace unos minutos, comprobamos la localización exacta de dónde se encuentra ahora. Y no va a gustarle dónde está, señor.

- ¡Habla por el amor de Dios!

-Está delante de su casa, de su casa de Irlanda. Está a unos pocos minutos de distancia de dónde vosotros os encontráis.

Mierda.

DARYL

Aún seguía en una nube tras los hechos acontecidos en aquella sala llamada "el cielo de papel" y ciertamente me había sentido como en el cielo o en el paraíso del que hablan los libros cuando mueres y vas al otro lado.

Por fin comenzaba a conocer a aquella misteriosa dama y lo mío me había costado. No recuerdo las veces que había sido amenazado por un arma a manos de ella o siendo el blanco de insultos de aquella boca que me había hecho cosas demasiado pervertidas.

Estaba seguro que era el principio de una excelente cooperación laboral, deseaba que entre nosotros hubiera la misma o incluso más confianza que la que me había mostrado con su cuerpo desnudo. Aunque sonara demasiado cursi, deseaba tomarla de la mano o defenderla de algún capullo que osara tocarle uno de sus cabellos.

Quería ser su guardaespaldas personal, no solo el que hiciera las réplicas falsas sino también su mano derecha. En la persona de mayor confianza para ella, sin contar a Korovin por supuesto, ya que él era como un padre para ella. Y comprendía las razones ya que ese hombre era protector y una excelente persona de la que aprender cientos de cosas.

Y aunque tuviera ciertos resquicios de oscuridad que no había mostrado a alguien, seguiría siendo el mismo para mí.

Cuando terminé de vestirme, un leve pitido en mi teléfono me hizo rebuscarlo en mi bolsillo. Era extraño porque hacía escasos minutos que mi hermano nos había avisado. Aunque ahora que lo pensaba habían transcurrido los diez minutos que decían, ¿Acaso había sucedido algo?

Leí el mensaje sin poder creer su contenido:

Daryl soy Korovin, teneis que quedaros dentro de la mansión, pero debéis de esconderos en alguna parte de ella. Id a mi estudio que está cerca del dormitorio de Ruby, está en la segunda puerta a la derecha de su habitación. Sigue recto y encontrarás una puerta de color caoba ligeramente diferente al resto de las puertas de la casa. La llave para abrir la puerta está sobre el cuenco de plata que hay en el mueble de la entrada de casa. Tomad dos pistolas y munición. Hay alguien fuera de la casa y no sabemos hasta qué punto es peligroso. Daros prisa.

EDUARD

Aquel mensaje me hizo dar un vuelco al pensar que Ruby estaba en la cocina sola ya que me había vestido en el hall de la casa. Levanté la vista hacia la mesa de la entrada la cual tenía varios jarrones que parecían ciertamente antiguos y el cuneco de plata con una reluciente llave. Miré por la pequeña ventana que había pegada al marco de la puerta principal pero no ví nada sospechoso aún.

Debía de llevarme a Ruby sin levantar sospechas y para eso teníamos que actuar lo más normal posible. Decidí mandarle un mensaje y adelantarme para abrir el estudio de Korovin.

Ruby soy Daryl, estoy en el hall de casa y he recibido un mensaje de Korovin. Me ha dicho que hay un intruso fuera y que tenemos que tomar unas armas que guarda en su estudio. Quiero que cuando te dé el aviso, vayas al baño de abajo, abras el grifo de la ducha y esperes unos minutos. Cuando te avise, desnúdate y envuélvete en una toalla para hacer creer al intruso que subes a ponerte algo de ropa. Entonces yo estaré en el estudio con las pistolas esperándote. Debes de darte prisa, pero sin levantar sospechas. Vamos cariño, sé que puedes hacerlo, te cubro las espaldas.

DARYL

El mensaje de confirmación de ella no se hizo esperar, así que lentamente fui subiendo al piso de arriba sin mirar una sola vez por la ventana. Debían de pensar que no teníamos idea de su presencia, tan solo esperaba que Ruby no saliera herida o que entrasen a la mansión antes de estar preparados. Teníamos el tiempo contado hasta que Korovin y mi hermano pudiesen llegar, pero,¿Acaso podrían defenderse sin tener ningún arma en aquel coche?

Si era sincero, no temía por ellos porque cada vez estaba más convencido que Eduard no era humano porque sus habilidades dejarían a cualquier superhéroe en paños menores.

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