CAPÍTULO 33


EDWARD

El plan era perfecto y parecía ser que Matt comprendió perfectamente lo que sucedía en cuanto le dije que viniese conmigo. Ambos tomamos uno de los senderos que conducía a una de las cocheras donde guardaba mi 4x4 para poder ir a la ciudad ya que vivía a las afueras.

Ambos nos subimos en silencio al automóvil. Aquel silencio era demasiado incómodo por lo que opté en poner un poco de música para crear ambiente. Matt comenzó a preguntar:

-Veo que tienes la fijación de que mi hermano y Ruby tengan un acercamiento, ¿A qué se debe?

Intenté mostrarme lo más entero que pude y le expliqué mi parentesco con ella y la relación que tuvo con mi hijo. El cómo pasé de su mentor a su suegro además de ser compañeros de profesión. Le explique que la ayudé a superar la trágica muerte de mi hijo pero que, cegada por la ira y el resentimiento, juró destapar al asesino de él costase lo que costase.

-Ruby necesita liberarse de su peso y creo que Daryl es el adecuado-Dije mientras colocaba mi teléfono en el soporte del manos libres. Matt asintió levemente antes de mirar por la ventanilla del coche.

-Creo que tienes razón en cuanto a que ambos se complementan. Daryl nunca fue un hombre centrado, tan solo lo fue con el trabajo hasta que nuestro padre falleció. Su vida se volvió un completo caos y el negocio de los coches de lujo fue la losa que nos sepultó. Pero ahora nos estamos redimiendo de todo nuestro pasado y te aseguro que no hay nada que me traiga mayor satisfacción que esa.

Comprendía muy bien esa necesidad al igual que la culpa al no haber estado ahí cuando encarcelaron a su hermano. Le di una ligera palmada en su hombro y le dije:

-Hijo, a veces la vida es como un trozo de carne en el congelador: dura y cruda. Pero conforme pasa el tiempo, todo va volviendo a su cauce y, lentamente, todo vuelve a ser flexible y suave. Las curvas intrincadas de nuestros caminos son solamente pequeños tramos: nunca lo olvides.

Nuestra conversación hizo que el camino hacia el supermercado más cercano, se hiciera más amigable y apacible. Pero como todo remanso de paz, siempre viene una jauría de bestias a importunar y romper dicha tranquilidad. Cuando mi teléfono sonó y vi que era un número oculto, comencé a temblar como una hoja:

-Korovin al habla-Contesté completamente frío. La voz de alguien conocido sonó al otro lado de la línea.

Matt parecía estar al pendiente de lo que iban a decirme.

-Soy uno de los científicos del laboratorio donde usted mandó el artefacto de la pirámide del Sol. Sabíamos que debía de datarse entre el 1 y el 150 d.C pero tras numerosas pruebas exhaustivas hemos determinado que dicho cuenco no pertenece a esa época.

- ¿Estáis seguros? -Pregunté con el corazón en un puño. No podía ser que alguien se nos hubiera adelantado.

-El artefacto es moderno y de eso estamos seguros. Además, no posee los elementos típicos de la etapa Tzacualli. No contiene obsidiana verde o gris típica de los artefactos encontrados de ese período; todo es sintético por lo que se trata de una falsificación.

Aquello me tomó por sorpresa porque eso significaba que alguien había encontrado la localización de la cámara secreta encontrada en la pirámide del sol. Lo extraño era que dicha excavación liderada por mí, era de ámbito privado y nadie sabía de ella. Solamente estábamos presentes Ruby, Eduardo y yo.

La razón era porque había encontrado en uno de mis viajes a Mexico, asistí a uno de los museos que allí había acerca de los artefactos encontrados en dicha pirámide. Muchos de ellos eran de ámbito funerario como algunos cuencos que encontraron en diferentes cámaras funerarias encontradas tanto en el templo de la serpiente emplumada como en la pirámide de la luna.

En dicha pirámide, encontraron un fragmento de tela proveniente de un traje de probablemente una mujer. En una de las partes, un código que aún no había sido traducido, estaba cosido a dicho fragmento. Los expertos seguían buscando personas que pudieran dar con el mensaje, pero por el momento nadie podía.

Yo me ofrecí a llevármelo al Instituto Nacional de Antropología e Historia donde yo era además de socio, uno de los integrantes. Conocía a muchas personas de allí, auténticos expertos que podían dar con la tecla. Tras hablar con los excavadores que dieron con la pieza y el dueño del museo, me dieron un período de máximo un año para dar con el mensaje. Si no lo lograba, debía de devolverlo al museo completamente intacto.

Acepté y me llevé conmigo dicha pieza. En un principio comencé a trabajar solo sin que nadie supiera que tenía algo con tanto significado histórico bajo mi poder, pero entonces en una de las visitas que Ruby me hizo, se percató de esa tela. Fue entonces cuando ambos conjuntamente comenzamos a investigar juntos y dimos con una clave que fue la determinante para saber dónde se encontraba la cámara secreta donde se guardaba aquel cuenco.

Daba unas coordenadas que coincidían con la ubicación exacta de la pirámide del sol. Además de ello, un críptico mensaje decía lo siguiente: "Cuatro pasos darás al norte para encontrarte con el sol, aquel que es brillante y cuyas agujas ardientes despuntan en todas las direcciones. Observa las semillas crecer"

Todo aquello no nos decía gran cosa, pero nada más entrar a la pirámide, divisamos a lo lejos un fresco en donde se erigía un dibujo del sol. Como decía en el mensaje, sus agujas despuntaban en todas direcciones.

Dimos cuatro pasos en dirección a la imagen, pero no ocurrió absolutamente nada. La segunda parte nombraba algo de observar como crecían las semillas, pero no había nada que se les pareciese. Y debido a la profundidad que nos encontrábamos, era imposible que creciera absolutamente nada.

Ruby fue la que dio con la clave al observar al dios Tláloc en uno de los laterales del fresco. Era el dios del agua celeste, aquel a quien veneraban para que les dieran las estaciones lluviosas que necesitaban para que los cultivos creciesen adecuadamente. Por esa razón, se consideraba un dios de la agricultura, siendo ampliamente respetado en toda Mesoamérica.

Ruby se puso justo en frente de él y dio cuatro pasos hacia atrás. En el cuarto paso, un leve sonido se escuchó tras la pared del fresco, haciendo que la pared se deslizara mostrando una parte dela pintura que estaba oculta. Dicho mensaje fue reconocido por ambos:

- "Penetra en el vacío de mis paredes"-Dijimos ambos al unísono.

Ella se giró en dirección a Eduardo mirando la pala que tenía en la mano por si la necesitábamos para desenterrar algún artefacto. Lo tomó de sus manos y justo cuando iba a atestarle un golpe en la pared, el corazón se me encogió con violencia. Cuando Ruby me dijo que confiara en ella, supe que había dado con la clave de todo y al ver la cámara oculta que escondía, unas cosquillas de emoción burbujearon al entrar en un lugar donde nadie había entrado hacía cientos de años.

Aquel descubrimiento perduraría en mi memoria para siempre, sobre todo la escapada que tuvimos que hacer. Era cierto que no estábamos autorizados a entrar en la pirámide, pero era una oportunidad que no podía dejar escapar. Tuvimos que huir del país con la fortuna de que nadie nos reconoció.

Pero el saber que probablemente Ákseli fue el que se nos adelantó de alguna forma, me daba que pensar. La cámara estaba completamente cerrada y la única entrada que había estaba tapiada y era la que nosotros rompimos a través de la pared. Todo apuntaba que había sido en algún momento que teníamos la reliquia en nuestro poder y tan solo lo sabían tres personas de la mansión.

Conforme mi cerebro giraba sin descanso, una terrible posibilidad se me presentó en la mente. solo hubo un momento donde la reliquia había dejado de estar en nuestras manos y fue justamente cuando Eduardo la llevó al laboratorio.

El mismo que había desaparecido de la mansión hacía ya varias horas.

El mejor amigo de mi hijo y nuestro mayor aliado.

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