Capítulo 1: Monkey King.
Liu Er Mihou, también conocido como el macaco de seis orejas, era un demonio problemático y estafador. Definitivamente si de alguien tenías que confiarte, no era de aquel demonio, incluso una roca era más confiable que él.
Entre sus tantos gustos, estaba el robar.
No era que Macaque necesitara robar, no le importaban las joyas, tampoco quería una sala llena de riquezas. No era nada más que piedras y objetos sin valor a los ojos del demonio. Lo único que le encantaba era el sentir la adrenalina al robarle a alguien, su reacción y su tristeza por su perdida.
Si, se podría decir que tenía cleptomanía.
Necesitaba robar para sentirse vivo, para divertirse, y aunque robar a humanos y demonios era muy divertido, quería un nuevo reto, algo que de verdad le parezca maravilloso y único.
¿Pero qué cosa no había robado?
Macaque había robado tantas cosas, muchas de ellas, pero no había nada interesante, nada nuevo, y el macaco de seis orejas se sentía tan aburrido.
¿Sería su final?
...
Oh, entonces, durante su búsqueda, mientras estaba con su forma humana, paseando en un pueblo, escuchó la historia de Monkey King, un demonio mono que era conocido por ser realmente poderoso.
Oh, sí, Macaque comenzó a oír historia tras historia, pero al final, solo fue llevado a un bastón dorado clavado en una montaña.
Una idea pasó por su mente: Le iba a robarle a Monkey King.
¿Qué iba a robar? Aún no lo sabía, pero definitivamente si era un increíblemente poderoso ser, tendría muchas cosas valiosas, quizás le robaría su bastón, pero no podía levantarlo, así que no era una opción.
...
Cuando encontró Flower Fruit Mountain, logró esconderse entre las sombras para observar aquella cabaña que parecía solitaria.
Si, luego de un tiempo, logró encontrar el lugar donde Monkey King vivía. No fue difícil, pues había teorías de que estaría en aquel sitio.
Entonces, en aquella mañana, pudo ver como salía un madrugador mono de pelaje naranja y dorado, con ojos cual oro.
Había leyendas que decían que era el apuesto Monkey King, no solo poderoso, también guapo. Tal parece que aquellas palabras no fueron mentira.
Liu Er Mihou sonrió, su cola se movió con emoción, sus ojos brillaban.
Oh, sí, así se veía Macaque cuando veía algo que deseaba.
Y ahora mismo, una nueva idea llegó a la incertidumbre del macaco de seis orejas.
Iba a robar el corazón del poderoso y hermoso Monkey King.
¿Por qué conformarse con objetos, cuando podría tener al todopoderoso Gran sabio igual al cielo? No solo a él, también sus riquezas y dominios.
Seguramente nadie se metería nuevamente con el macaco.
Si Macaque iba a dejar de robar porque no encontraba nada más interesante, ahora solo pensaba en un último gran robo.
Tendría al infame Monkey King.
Y cuando Macaque quería algo... Lo obtenía.
Sun Wukong disfrutaba de las mañanas, no es que tenga algo que hacer en especial, pero las frutas sabían mejor en las mañanas, al menos eso pensaba él.
Recolectar frutas mientras pasaba el rato sin hacer nada era suficientemente entretenido para él, echarse en el suelo y recibir los rayos del sol era perfecto para el rey.
Ahora estaba abajo de un árbol de duraznos, con los ojos cerrados, disfrutando de los sonidos de la naturaleza y sintiendo la calidez del día.
Aunque algo nuevo llego a los sentidos del rey mono, quien abrió los ojos al percibir un nuevo olor y sentir una nueva presencia.
Un embriagante olor a ciruela y mango.
Wukong se levantó, su cola se movía con emoción, delatando su interés y atracción hacia aquel nuevo olor que lo llamaba como un vino a embriagarse.
Oh, y pudo ver al dueño de aquel olor.
Un mono de pelaje oscuro y 6 orejas había llegado a sus dominios, ya había pasado el antiguo palacio, y ahora estaba mirando alrededor como un turista atraído por algo.
Quizás si aquel turista no oliera y se viera tan bien, probablemente Wukong lo habría obligado a irse.
—¿Qué haces aquí? —Monkey King se acercó a él.
—Oh~ Tu debes ser el gran sabio igual al cielo, ¿No es verdad? —Macaque fingió sorpresa.
—Por supuesto que soy yo, que buena vista tienes. —Felicitó Wukong con una sonrisa orgullosa. —Pero eso no contesta mi pregunta. —
—Simplemente estaba paseando y sentí un olor tan maravilloso de duraznos y sol de verano... Fue como si me estuviera llamando. —Explicó Macaque. —Realmente me doy cuenta que vino de ti, y vaya, ningún relato le hace justicia a tu buena apariencia, mi rey. —
Oh, si, halagar al mono de piedra estaba funcionando. Wukong no podía evitar sentirse aún más orgulloso, inflando el pecho mientras sonreía.
—¿Verdad? Es que soy demasiado apuesto como para describirlo en palabras mortales. —
—Realmente llamas mi atención, Monkey King... Aunque seguramente recibes tantas propuestas y como un rey, tendrás tantas concubinas...—
—No realmente, nadie se ha ganado un puesto así. —Wukong respondió. —Nadie está a la altura. —
—¿Nadie? —
—Nadie. —
—¿Ni siquiera yo, su majestad? —
—No lo sé, apenas te conozco. —
—¿Y no soy agradable a su vista? —Macaque se acercó más, sonriendo, estaba realmente seguro de que no se iba a resistir.
¿Quién podría resistirse a los coqueteos del macaco de seis orejas?
—Eres una joya realmente exótica. —Respondió Wukong, sus ojos se encontraron con los del macaco.
—¿Entonces, no le gustaría probar esta joya y ver si puede ser de su gusto? —
Wukong pareció dudar un segundo, pero sus ojos no se apartaban del macaco. Era una belleza, eso era seguro, nadie estaba libre de las manos de Macaque.
Porque si Macaque lo desea, Macaque lo tenía.
—Es una tentadora oferta. —Respondió el rey.
—¿Entonces? ¿Qué dice? —
Wukong acercó su rostro, al contrario, sus labios estuvieron a tan escasos centímetros de unirse.
Pero el rey se apartó con una sonrisa.
—Debo declinar su oferta. — Wukong le dio la espalda, caminando nuevamente al árbol donde había estado descansando antes.
Imposible.
Nadie nunca le decía que no a Macaque.
—¿De verdad no soy de agrado para usted, mi rey? —
—Oh, no, no me malinterpretes. —Wukong se detuvo y se giró a ver a Macaque. —Eres hermoso, realmente tentador y enigmático... Pero no es correcto. —
—¿Qué quiere decir? —
—Nada, olvídalo. —Wukong soltó una pequeña risita. —Fue un gusto conocerte, aunque, ¿Cómo te llamabas? —
—Liu Er Mihou. El macaco de seis orejas... También puedes llamarme Macaque. —
—Es un hermoso nombre para alguien aún más hermoso, Liu Er. —Wukong agarró una de las manos del macaco y besó el dorso de su mano. —Espero deleitarme con tu vista otro día. —
—¿No me vas a echar, pero me rechazas? —
—No podría decirle adiós para siempre a alguien tan lindo. —
Macaque aparto su mano mientras su cola se movía, esta vez estaba nervioso, rápidamente el macaco le dio la espalda, ocultando el hecho de su sonrojo.
—Entonces nos vemos pronto, Sun Wukong. —
—No te dije mi nombre. —
—Pero tu fama es suficiente, mi rey. —
Macaque se fue de allí, hundiéndose en las sombras, alejándose de Flower Fruit Mountain.
...
Oh, pero cuando Macaque volvió a aparecer en su hogar, no pudo evitar sentir su corazón latir muy rápido, tan ruidoso. Su sonrojo lo delataba, sus orejas también estaban pintadas de rojo.
Ah, maldita sea.
Parece que Monkey King terminó robándole el corazón a él.
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