ⅩⅦ: La redención de Ícaro

Mención de temas sensibles.


En el instante en que su cuerpo es sacudido por la gravedad y el latigazo que lo impulsa hacia adelante y lo devuelve a su posición original gracias al cinturón que lo retiene, logra sentir de forma intermitente una calidez que lo embarga, percibe como su mano es sostenida por la piel contraria que tanto reconoce, aunque su conciencia trata de emerger, la sacudida que ha sufrido no se lo permite, pero lo que sí siente es la última exclamación de amor que aceptara en toda su vida.

Lo escucha a él en sus minutos finales de vida.

‹‹Te lo suplico, no me dejes o llévame contigo, pero no puedo hacerlo sin ti a mi lado›› exclamó JungKook viendo el cuerpo inerte de su pareja entre sus brazos a la espera de la ayuda que viene en camino, que inútilmente llegará para salvar el único cuerpo con vida que desea haber seguido el mismo trayecto que su pareja.

JungKook ha llorado amargamente desde que retiraron la sedación de su sistema, que en un inicio le administraron para inducir un estado máximo de relajación debido al colosal ataque de pánico sufrido después de enterarse de la inexistencia de TaeHyung; comenzaron a detener el sedante paulatinamente hasta permitirle despertar por voluntad propia.

Y durante el tiempo que le tomó al cuerpo de JungKook liberarse del somnífero administrado, las lágrimas estuvieron presentes cada cierto tiempo, indicando el sufrimiento al que sus recuerdos lo someten al reestablecer lo que olvido como un mecanismo de supervivencia.

Esto último es la esperanza que ellos tienen sobre el resultado de este nuevo intento. Están vigilantes y atentos al momento en que JungKook recobre la conciencia. Una situación tan conocida y que han vivido de forma recurrente y que siempre les causa la misma ansiedad por saber si fracasaron o finalmente el destino les concedería una tregua justa después de todo el dolor al que los ha sometido durante los últimos tres años.

―¡No! ―gritó JungKook al despertar pataleando cuando manos desconocidas se empeñan en alejarlo de TaeHyung.

Cuando abre sus ojos su mirada desenfocada cree ver un rostro tan conocido desde su infancia, que ahora que lo ve con mayor detalle después de deshacerse de todo resquicio de sueño que nubla su visión, ve un rostro más maduro, aunque hermoso y jovial luce tan cansado, sus párpados un poco inflamados y sus labios de corazón se mueven o eso es lo que cree reconocer.

No sabe lo que sucede a su alrededor cuando los estímulos sórdidos lo obligan a llevarse las manos hasta sus oídos para detener la saturación de emociones que recién reconoce como propias, luego de haberlas escindido de su mente, cada recuerdo y experiencia pasada comienzan a acomodarse una a una mostrándole el panorama de un rompecabezas que ahora ya tiene sentido cuando las lagunas se van despejando para enseñar los fragmentos que a cada pieza le corresponde.

Ahora puede verlo tan claro y brillante sin confusión alguna o temor a aceptar lo que tanto se empeñó en negar, en realidad nada fuera borrado y desde las sombras lo guiaron a tomar decisiones a las que no siempre les encontraba sentido pero que lo movilizaban a ejecutar las órdenes provenientes de su inconsciente que por tiempos tomaba el control para alternarlo con su consciencia que se encargaba de terminar la ejecución iniciada.

Sus memorias están presentes, lo que olvidó y lo que vivió, ambas dimensiones finalmente se integraron y crearon una sola a expensas del vacío que hiela su corazón desde que despertó.

―JiMin, solo quiero verlo a él ―pidió JungKook al sentir más personas de las que quiere ver en el momento, debe afrontarlo con calma y sin presionarse o imponerse un ritmo más acelerado, ir por pasos y en el orden que sus recuerdos le dictan seguir.

Él ha permanecido incondicional y paciente durante toda su vida, incluso tomando su propio sufrimiento por la pérdida de su hermano, para ejecutar un papel bajo una nueva personalidad que desconocía en un principio, lo que explica porque a veces cuando estaba con JiMin lo sentía tan familiar y conocido, por lo que no comprende la razón de fingir ser alguien distinto u ocultar su verdadera identidad.

Tal vez se deba a que su mente suprimió los recuerdos relacionados con TaeHyung, él lo terminó olvidando para tratar de afrontar su muerte.

¿Cómo pudo hacerlo, cómo pudo olvidar a su pareja?

―Puedo hacerlo ―aclaró JiMin en dirección a YoonGi y NamJoon.

Todos atentos a la evolución de JungKook y que en conjunto con el pelirrojo lo vieron despertar de nuevo. Pero al ver la seguridad y la determinación de JiMin al enfrentarse al pedido del azabache, les hizo saber que él está preparado para reencontrarse con el adorable ser que en el camino se extravió y que hoy después de dos intentos fallidos parece haber vuelto.

Cuando solo quedaron dos ocupantes en la habitación, JungKook logró sentarse sobre la cama y estirar sus brazos en dirección de JiMin que comprendió lo que silenciosamente se le pedía, un abrazo, uno tan anhelado por ambos luego de la odisea que tuvieron que atravesar hasta que los demonios fueron desterrados para volver a unirse luego de extrañarse tanto.

Ambos son el remanente vivo de lo amado, TaeHyung, fue su vínculo y en su partida los dejó a ambos como su legado.

―¿Estás aquí? ¿Eres tú mi pequeño Kook? ―preguntó JiMin aun refugiado en el cuerpo contrario que lo apretó más, confirmando lo que tanto pedía.

―Estoy aquí, estoy de vuelta ―respondió él llorando incansablemente como si todo este tiempo no lo hubiera hecho.

Con la gran diferencia que la persona que allí llora con tanto ahínco lo hace comprendiendo la realidad que no había podido aceptar, el JungKook que ahora se ahoga entre los hipidos y suspiros a la vez que es contenido entre los brazos de su hermano del alma, lo hace a partir de la integración de los dos momentos temporales que vivió por separado, como dos fragmentos filosos y opuestos que se repelen entre sí, después de todo y en el final concertado equilibraron sus fuerzas y liberaron las cargas energéticas que terminaron acercándose hasta que la consciencia logró aprehender y fusionar la división del ser provocado por la psique.

Está en el aquí y el ahora, la persona que perdió en el pasado ante la culpa de lo que causó y totalmente arrepentido en el presente al que le tomó tanto tiempo volver.

―Estoy tan feliz, te amo tanto JungKookie ―confesó eufórico y agradecido por tener de vuelta a su pequeño, sosteniendo entre sus manos el rostro que todo este tiempo anhelo volver a ver, ya es una realidad a la que puede aferrarse sin miedo a salir lastimado.

―¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que fui yo completamente? ―averiguó queriendo tener un marco temporal de la ausencia a la que su mente lo abdujo, no como otra identidad en el mismo cuerpo, sino como la persona que es completamente cuando su mente se negó a aceptar la escabrosa verdad de la muerte. Ahora que habita en el presente, trata de ser quien olvidó temporalmente a partir de quien es en este instante.

Sus dos versiones se encuentran, mirándose mutuamente y reconociéndose como parte de la otra, una integración.

―Kook, han pasado tres años, es el tiempo que te hemos esperado y que si debíamos continuar lo haríamos sin dudar ―afirmó JiMin teniendo conciencia plena de todo lo que ha transcurrido hasta llegar al momento actual, como fueron los inicios que los llevó a un tratamiento que creían iba a volver a fracasar.

Gracias a una fuerza oculta que obró a su favor, JungKook se fortaleció lo suficiente para florecer de nuevo en la vida, su vida que quedó atacada a un trauma que los seguirá en la travesía del tiempo.

―Perdóname ―sollozó el azabache en un llanto tan amargo que estrujo el corazón del pelirrojo.

―¿Por qué debería hacerlo? ―cuestionó con la sombra del miedo acechando a sus espaldas, cuando una frase tan conocida hizo que su corazón palpitara con pesadez al creer que este JungKook que tiene delante sigue siendo el pequeño atormentado.

Pero toda angustia que reptó por su cuerpo se esfumó al reconocer la mirada levemente iluminada por los astros que vuelven a adquirir vida en los orbes obsidiana. Esa mirada que tanto extraño y que por tanto tiempo buscó, estaba allí presente.

―¿Tae ya no está, cierto? Él... ―en lugar de responder a la pregunta de su hyung, tuvo la necesidad de confirmar lo que sabe que sucedió esa noche, porque TaeHyung murió a su lado, él vio la vida abandonar su cuerpo y dedicarle el último suspiro que lo ataba al mundo mortal.

Su existencia se apagó y su esencia angelical volvió a las estrellas que lo vio nacer.

―Si Kook, él falleció ―confirmó JiMin sintiendo como si fuera la primera vez que lo dice, en especial, a su pequeño que estuvo ausente en el limbo del delirio y hoy por fin se proclaman vencedores después de una dura contienda.

―Necesito decirte que yo fui el culpable, yo hice que él perdiera el control, yo... ―balbuceó deteniendo sus palabras cuando sus mejillas fueron apretadas con suavidad por JiMin que trataba de detener lo que decía.

―Mi pequeño, se lo que hiciste, se lo que pasaron, toda la familia lo sabe porque tú te encargaste de decirnos lo que pasó esa noche y ninguno de nosotros se atreve a culparte ―aclaró―. Tal vez si fue una imprudencia, pero no podías anticipar que el desenlace fuera ese, porque no vivimos pensando que cada cosa que hagamos puede terminar en el muerte, tu solo vivías confiando en el mañana, uno que no llegó según lo esperado ―suspiró sintiéndose liberado del peso que cargó con él durante los últimos años. Queriendo expiar los pecados de los que tanto JungKook se culpaba y al parecer continuaba haciéndolo.

―Pero si yo no lo hubiera jalado, el auto no hubiera perdido el rumbo ―aseveró con seguridad en sus palabras y convencido de lo que pudo evitar y que antes él fue el perpetrador final.

― ¿Sabes lo que se determinó de la investigación del accidente? ―indagó tomando un poco de distancia y concentrando su toque en las manos contrarias que refugio entre las suyas.

―¿Qué sucedió? ―inquirió con cierto temor por lo que fuera a escuchar.

―Si bien tus acciones desviaron el trayecto del auto, el auto estaba destinado a colisionar unos metros más adelante, no solo por el árbol que Tae debió esquivar, el cual no se veía por las fallas que presentó la energía eléctrica en diversas carreteras esa noche de tormenta, sino que en una parte de haber logrado superar ese primer obstáculo, todo hubiera terminado peor, porque unas de las torres de energía cayó sobre la vía y de haber colisionado contra ella ambos hubieran muerto debido a la nula iluminación que había ―ese fue el veredicto forense de la escena, de una u otra forma la muerte los iba a alcanzar y por fortuna o desgracia llegó de forma anticipada y solo uno de ellos falleció.

Como familia aún se les dificulta afrontar la muerte de TaeHyung, no saben cómo hubieran continuado viviendo si los perdían a ambos. Es una alegría devastadora.

―¿No hubiera sido mejor eso, que los dos hubiéramos perecido allí? ―cuestionó con voz frágil y ahogada creyendo que para su familia hubiera sido mejor perderlos a ambos y no estar atrapados en la penuria a la que los sometió durante este tiempo al tenerlos pendientes de su estado.

―JungKook no te atrevas a mencionarlo, es un suplicio afrontar la ausencia de mi hermano, pero estaríamos aún peor si no te tuviéramos, aunque hayas estado aquí en medio de un tratamiento que nos llevó cierto tiempo, créeme que fuiste tu y nuestro deseo de ayudarte lo que nos ha permitido salir adelante y luchar, luchar por ayudarte y también para mantener la voluntad de Tae viva ―mencionó JiMin dolido de solo pensar un escenario de vida distinto donde los dos hubieran fallecido. Cree firmemente que se hubieran quedado paralizados en el tiempo e incluso viviendo en medio de la muerte.

―Lo siento, es que no sé cómo debo seguir sin tenerlo a él a mi lado, sin que él haya conocido el lugar que encontré para nosotros y todos los sueños que queríamos cumplir ―al parecer la única respuesta de su organismo es sucumbir al llanto que parece no acabar y que puede continuar sumido en las lágrimas saladas que llegan hasta su boca, pero es la única forma en que su corazón libera la opresión que restringe sus latidos.

―Podemos enfrentarlo mi pequeño, no vas a estar solo y cuando quieras hacerlo nosotros te cuidaremos desde las sombras, sé que no será fácil pero danos una oportunidad para ayudarte ―solicitó el pelirrojo afirmando las manos de JungKook y repasando con su índice los tatuajes que en su piel yacen inmortalizados.

Recuerda la emoción de su hermano al llegar a casa y comentarle sobre el nuevo tatuaje que se había hecho su novio, sin importar que fuera TaeHyung siempre celebraba cualquier mínima cosa que JungKook hacía. En realidad ambos eran así como pareja.

Una que lo inspiró a NamJoon y a él por más irónico que sea, porque sus menores les enseñaron la importancia de conservar el amor desde las primeras acciones que se llevaron a cabo para enamorar a la otra persona, avivar la llama eterna que va a refulgir siempre que la alimenten, ya sea un vínculo amoroso o no, el cuidado siempre debe preponderar.

―Creo que ya han hecho mucho así no entienda porque tu o Nam hicieron parte de todo esto, ya deberían descansar ―sorbió inhalando con profundidad por el bajo sollozo que aún sacude su pecho sin reclamar por todo lo sucedido, es la última de sus prioridades ahora mismo, lo único que le interesa es darle algo de paz a toda su familia, un parte de tranquilidad, aunque no se puede apresurar.

―Las respuestas las tendrás, así como nuestro apoyo, porque un vínculo o una relación no se trata de dar en cantidades iguales todo el tiempo y menos cuando el otro extremo no está pasando por su mejor momento ―aclaró JiMin retirando los mechones de oscuro cabello que se aglomeran en el rostro de JungKook.

―Pero los lastime, así que no es tan apropiado lo que hice ―manifestó el de orbes obsidiana.

―Kook, el amor es incondicional y como tú y yo lo sabemos no significa que se debe tolerar aquello que viole nuestros derechos y nos lastime intencionalmente ―reveló―. Y todo lo que hemos vivido e incluso el dolor que hemos atravesado no se debe a tu deseo de hacernos sufrir, sino que tu durante este tiempo estabas tratando de asimilar una verdad que te hirió profundamente y lo que hiciste fue refugiarte, pero no por ello mereces ser menos amado.

El azabache está tan conmovido por el amor incondicional que en cada acción y palabra JiMin le demuestra, incluso cuando borro sus recuerdos de él, el pelirrojo lo seguía tratando con tanto cariño, lo que lo llevó a confiar con tanta rapidez en él desde que lo conoció en el hospital.

Las coincidencias a medida que las evoca les encuentra mayor sentido, uno que en su momento intuía pero que ahora cobran vida propia.

―Espera un poco más por mí y no me sueltes aún ―solicitó JungKook afirmando el agarre entre sus manos, que fue sellado por las sonrisas más resplandecientes que hasta la fecha en sus rostros se vieron reflejadas.

Finalmente el sol no consumió el alma de Ícaro al otorgarle otra oportunidad más para vivir.

JungKook decidió pasar el resto del día al lado de JiMin y NamJoon, sin querer conocer los demás detalles de su tratamiento, recalcando mantener su recuperación en el absoluto hermetismo, lo que implicaba no avisarle aun a su familia sobre su estado ni su recuperación, porque primero quería enfrentar la verdad de todo lo que sucedió en esos tres años y después con la absoluta seguridad de que puede soportarlo ahí si estará listo para abrazarlos y pedirles perdón por tardar tanto.

Su carga y la culpa que lleva bajo su piel, es un tópico central que sabe deberá trabajar en terapia y son esos cambios y debilidades que se permite reconocer y sentir a lo largo del día, una autoevaluación que lo sigue en cada paso y sonrisa que se permite volver a sentir luego de vivir enajenado de la realidad, allí entre la calidez familiar proveniente de su hermano del alma y su mejor amigo, ríe con gozo al reconocerlos como lo que son y han sido en su vida.

Ve cada gesto que hacen, cada relato que le cuentan de experiencias sin sentido y chistes malos que lo hacen sonreír una y otra vez, sintiéndose agradecido de tenerlos consigo y que no se hayan rendido en traerlo de vuelta.

Mira al cielo, siente el aire en su piel y en los mechones de cabello que mueve a su paso, aspira el oxígeno que danza en la tarde de picnic que planearon en el jardín central del hospital, ve como un par de hojas se desprenden de las ramas de los árboles y llegan hasta donde están, percibe la leve comezón en su dermis causada por el pasto que lo alcanza cuando estira sus piernas más allá del resguardo de la manta celeste sobre la que están sentados, sin hablar demasiado está presente a la vez que su psique termina de ordenar los sucesos vividos e integra el orden cronológico de los sucesos que siempre fueron y que sus delirios trataron de modificar.

Se siente vivo no muy seguro de lo que significa, al menos en el significado profundo que deriva de la existencia misma que nos hace nacer en la realidad, él solo está existiendo, esta comenzó por la base elemental de reconocerse como una persona que goza de salud y una mínima estabilidad emocional. Cierra sus párpados e inclina su rostro para sentir con mayor profundidad la brisa salada que llega desde la costa lejana a la cual quiere ir. La tranquilidad es volátil al hacer vibrar sus células y activar sus terminaciones nerviosas, porque cada estímulo que ha estado sintiendo y cada emoción que se desata a partir de la experiencia que vive, le permite sentirlo, lo siente a él allí presente, TaeHyung, es su bendición y fortuna en la vida, así que la vida de la que ahora goza la vive por ambos, porque en los sonidos, las texturas y los fenómenos naturales lo percibe a él a su lado.

Con él y en él, permanecerá su recuerdo y su presencia.

El día se agota con el arribo de la noche y la mañana siguiente llega con la ansiedad del azabache por develar las incoherencias a las que aún no le ha encontrado un sentido lógico-racional, es menester deshacer las capas de la crisálida que lo acunó durante este tiempo para extender sus alas y ver si hay un futuro que lo pueda orientar.

―¿Cuál fue el diagnóstico por el cual entré aquí? ―cuestionó JungKook en el consultorio de su incondicional psicólogo que lo ha acompañado desde el inicio mismo de su tratamiento.

Sentado en el mismo sillón que si bien ha cambiado de diseño, la textura y la forma sigue siendo la que recuerda, tan suave al tacto, que evoca diversos recuerdos de las diferentes ocasiones que le parece haber vivido una escena similar, se ve a sí mismo sentado contra la pared opuesta donde estaba ubicado en ese entonces el amplio sofá, pero teniendo detrás de la posición que ocupaba su terapeuta, la panorámica del ventanal por el cual su alma quería escapar para no revivir esa segunda confrontación en la que nuevamente le arrebataban el sentido de su existencia.

Se visualiza en dos ocasiones previas, una diferente a la otra, pero estando de espaldas al ventanal y mirando con atención el color grisáceo del cabello de YoonGi, su paso escindido comienza a unirse con cada situaciones similar que evoca los recuerdos olvidados, la conjunción de escenas se vinculan sin sobreponerse una a la otra, permitiéndole descubrir cómo su mente pedía volver a la amnesia para seguir viviendo en la utopía de un amor que siempre encontraría al salir de esta habitación en medio del refugio de la ignorancia.

Por lo que tuvo la necesidad de interrumpir a YoonGi antes de que contestara su primera pregunta.

―Disculpa, antes de que respondas, ¿Puedo hacer otra pregunta primero? ―pidió con voz calma y sosegada, tranquilo como en mucho tiempo no se había sentido.

―Claro que si Kook, este espacio es para ti ―pronunció el psicólogo con un halo de felicidad adornando sus pupilas en medio de la realización contemplativa causada por el desarrollo que tanto anhelaron. Y hoy después de una larga espera tienen la oportunidad de saborearlo.

―¿Ya he vivido un momento similar a este en el pasado? ―preguntó JungKook para darle validez a sus palabras y determinar el camino que su mente está alcanzando.

Para YoonGi fue inevitable no sonreír cuando la felicidad burbujeo en la boca de su estómago que ascendió para traer la brisa a la sequía que vivieron, una sola pregunta demuestra el gran avance que JungKook ha tenido y la disposición de su memoria para desvanecer las barreras defensivas que instauró para mantener el delirio como lo único conocido.

―Si Kook, hubieron dos ocasiones antecesoras a este momento que estamos viviendo ―explicó YoonGi sin añadir más información, tratando de llevar el ritmo que JungKook desee imponer.

―Está bien, más adelante volveremos a lo que pasó ―mencionó el azabache con seguridad en el rumbo que quiere tomar―. Ahora te pido que des respuesta a mi primera pregunta. Se que mi diagnóstico inicial fue trastorno de estrés postraumático ¿Pero es cierto o no?

―Explicarlo derivará en todo el bosquejo completo de lo que sucedió ―indicó―. ¿Estás listo para escucharlo? ―debe estar seguro de contar con el consentimiento del menor, porque no puede dar una respuesta concisa y puntual sin hablar del origen que los llevó al tratamiento alternativo que se creó como última solución.

―¿Si te digo que pares puedes hacerlo? ―dudo JungKook con algo de temor, una que recuperó con la misma rapidez que le tomó llevar su mano diestra hasta su muñeca contraria, donde yace una pequeña manilla de hilo rojo que compartía con TaeHyung.

Su tesoro amado y el recuerdo detrás de su sonrisa, le permitió volver a sentirse seguro y dispuesto para escuchar la verdad que tanto necesita para comprender qué sucedió durante el último tiempo de su vida errante en sus recuerdos.

―Claro que si Kook, si necesitas que me detenga o que explique cierto punto que no entiendas dímelo, no te abstengas de preguntar las veces que sean necesarias ―aclaró el peligris ordenando mentalmente la secuencia de los sucesos y las explicaciones entendibles para evitar confusiones.

No obtuvo mayor respuesta que el ligero asentimiento de cabeza, dándole la oportunidad de comenzar su relato. No sin antes evaluar el lenguaje no verbal de JungKook y encontrar una mezcla sana entre el nerviosismo y la calma, tan normal cuando se está frente a una prueba y el miedo se entreteje con los deseos de saciar la curiosidad acerca de los errores que se cometieron.

―Cuando ingresaste al hospital tu diagnóstico fue trastorno de estrés postraumático con ciertas características no especificadas de esquizofrenia, esto quiere decir que si bien diversas alucinaciones e ideas delirantes estaban presentes, tu cuadro clínico no cumplía con los estadios necesarios para el diagnóstico ―declaró atento a alguna señal de duda o incomprensión en lo que va diciendo, y al ver la absoluta concentración en los orbes ónix, decidió continuar―. Por lo que, al conocerte y evaluar tu caso, se estructuró el tratamiento para el trastorno mencionado, sin descartar la posible evolución de tus delirios.

››A partir de ahí todo se complicó cuando nos dimos cuenta que el primer diagnóstico corresponde a la morbilidad asociada al principal, que es la amnesia disociativa, lo que significa la presencia de dos trastornos que ocurren al mismo tiempo o que uno se manifiesta después del otro.

››En tu situación la amnesia constituyó el diagnóstico principal, el origen, debido a la regresión que tenías al ser incapaz de recordar la información vinculada al accidente, nos dimos cuenta que al suprimir ciertos detalles vitales, como la persona con quien ibas ese día y lo que sucedió posterior a tu última recaída donde al despertar olvidaste todo lo relacionado con TaeHyung y su familia, las imágenes regresivas te permiten revivir lo que tu mente suprimió, pero que al manifestar por medio de pesadillas y estímulos asociados que desencadenan los recuerdos es donde aparece el TEPT, que coexiste con el trastorno base. Lo que te llevaba a recordar la información suprimida e indeseada que después de presentarse volvía a ser olvidada, para que tu consciencia no la registrara.

››Lo que hacía tu mente era evocar el trauma olvidado, generando dolor y desesperación que solo lo alertaba más al no comprender su origen, porque la amnesia se encargaba de volver a tomar esas imágenes para resguardarlas, y por tanto olvidarlas de nuevo.

―Eso quiere decir ¿Qué ambos diagnósticos se complementan? ―cuestionó el azabache comprendiendo todo lo que YoonGi menciono y no se le hacía raro de escuchar, porque tuvo mucho tiempo libre y diversas charlas a las que asistir, así que por más que no estuviera interesado con el tiempo se volvió un hábito leer sobre psicología y trastornos mentales.

―Si Kook, uno alimenta al otro ―asintió―. Y considerando las ideas irracionales que tenías, el tratamiento ideado para ti cuando ingresaste aquí fue un fracaso desde el comienzo.

―¿Fue porque comencé a ver a TaeHyung? ―lo dedujo al saber que el peligris aún no había hablado de esa presencia que no estaba destinada a ver.

―Exacto Kook, cuando llegaste aquí y lo primero que viste en tu recorrido por el lugar, fue a un castaño de mirada ambarina, nos dimos cuenta que lo que desestimamos en un comienzo se había vuelto realidad, que la esquizofrenia iniciaba pero de una forma funcional, con un único delirio que permaneció todo el tiempo, la existencia de esta persona que comenzaste a ver ―fue la sorpresa para la que no estaban preparados y menos para la forma en que se presentó, porque como tal la esquizofrenia no se desató como debería, sino que se mantuvo controlada y solo fue rotulada bajo dicho diagnóstico por la alucinación que persistió en el tiempo.

―Cuando comencé a verlo ¿Qué cambió en el tratamiento? ―habló JungKook afirmando con un poco más de fuerza la manilla entre sus dedos en el momento en que su corazón dolió al escuchar que desde el comienzo en que estaba supuesto a recuperarse su mente terminó fragmentándose cuando la presencia ilusoria de TaeHyung apareció.

―Cambió radicalmente, cuando tuvimos que buscar una alternativa, porque podríamos enfocarnos en lo establecido para la amnesia disociativa y el TEPT, pero sería poner una pequeña e indeleble gaza sobre el verdadero conflicto que subyace clínicamente y que si no hacíamos algo, ahora mismo es muy posible que no estuviéramos teniendo esta conversación ―dijo YoonGi―. Si no hubiéramos hecho lo que hicimos, tú seguirías con las mismas ideaciones y la esquizofrenia hubiera avanzado.

JungKook por un momento se sorprendió de todo lo que ellos hicieron por él, por rescatarlo y no dejar que su mente se perdiera totalmente.

―¿Es donde entran JiMin y NamJoon o cuál fue su papel en todo esto más allá de conocerme y hacerse cercanos a mí? ―indagó lo que tanto quería saber.

―El tratamiento se ideó a través de una estrategia no convencional que no para todos los diagnósticos es aplicable, porque es tan delicado como la hipnosis misma, en donde, un paso en falso o una pregunta inductiva puede derrumbar todo y dar resultados contrarios ―relató acomodando sus anteojos sobre el puente de su nariz―. En consecuencia, se llevó a cabo un juego de roles a través del delirio que manifestaste, en el cual, no se atacó ni se negó directamente la alucinación de la presencia de TaeHyung, sino que se aplicó como una variable que permitiría bajo condiciones controladas diversas sospechas y cambios que tu propia mente comenzaba a formar en torno a su presencia.

››Nosotros creamos todo el ambiente que sostenía la existencia de TaeHyung, pero nunca la aseveramos irrefutablemente, era como dejar al libre entendimiento que ahí estaba, y es cuando JiMin aparece en un inicio, porque tarde o temprano tu mente iba a reconocer las similitudes, y su papel principal era apoyarte y remarcar con la historia que él contaba en medio de las terapias la pérdida de su hermano, que poco a poco sembraba la duda en ti y removía ciertos vistazos de lo que olvidaste.

―Es por eso que cuando escuchaba su historia, comenzaba a sentir como si yo también hubiera perdido algo importante ―ahora comprende porque algo en lo profundo de su ser se sacudía cada vez que JiMin nombraba a su hermano, siempre como él, nunca sin decir su nombre.

―Exacto Kook ―ánimo con orgullo debido a las conexiones que el menor está realizando, lo que indica que van por buen camino―. El discurso de JiMin siempre estuvo motivado a generar sospechas en un ambiente controlado a la vez que la presencia de TaeHyung se avalaba, por medio, de los enfermeros y algunos pacientes.

―¿Jin y Hobi también hicieron parte de esto? ―a medida que va obteniendo respuestas, las imágenes van brotando por sí solas y solo debe seguir las migajas para completar el cuadro y pasar al siguiente.

―Claro Kook, uno más que otro, en especial SeokJin que al ser tu enfermero fue quien más estuvo empeñado en cumplir ese papel de ver a TaeHyung, solo para validarlo en ese tiempo ―confirmó YoonGi―. Los papeles fueron asignados, desde el comienzo fueron ellos los que llevaron a cabo cada una de las instancias marcadas para que tu psique fuera registrando y así con la información que durante las terapias te transmitía y el apoyo de JiMin, avanzamos en lo que fue el primer intento.

››Todo iba bien y de forma similar a lo que sucedió esta vez, pero cuando JiMin en ese entonces te revelo la verdad sobre Tae, en el momento en que volviste, no nos reconociste, cuando despertaste la amnesia avanzó y nos llevó al inicio en que ingresaste al hospital, y el tiempo que recorrimos se desvaneció.

―¿Cuánto tiempo pasó esa vez entre mi ingreso y mi recaída? ―por irónico que sea se siente orgulloso de sí mismo por este logro que está alcanzado, de estar allí presente y enfrentar lo que en el pasado no pudo hacer, hablar abiertamente sobre su tratamiento y aceptar que TaeHyung murió.

Lo acepta, ya puede hacerlo, pero no significa que sepa cómo vivir a través de su ausencia.

―Pasaron cinco meses ―reveló el psicólogo.

―¿Qué sucedió en el segundo intento? ¿Cuándo fue que NamJoon apareció?

―Al iniciar el segundo intento, nos tomamos unas semanas para analizar con la junta médica toda la información obtenida, lo que nos permitió ajustar las variables y eliminar otras que simplemente contaminaban el resultado ―explicó―. Así que, cuando iniciamos la nueva etapa, a mitad del proceso percibimos la necesidad de una figura ajena que no fuera familiar desde el inicio para ti y que actuará como la voz de tu conciencia ¿Te vas a preguntar cómo sabemos que es lo que tu conciencia pensaba?

››Lo hicimos abogando al principio de realidad, al supuesto del yo, que trata de aprehender desde el aquí y él ahora lo que ve, siente y percibe, para integrarlo y derivarlo a las instancias correspondientes. Bajo ese supuesto, con las dudas que JiMin generaba y las que tú mismo comenzaste a notar sin ser plenamente consciente, NamJoon fue el primero que atacó directamente esas inseguridades en los consejos de pareja, las anécdotas que te contó y las cuestiones que hacía sobre donde estaba TaeHyung, ese fue su papel, ser un crítico.

JungKook rio con gracia porque en su momento la molestia fue lo único que logró sentir cuando NamJoon recalcó que Tae no había estado el día de la exposición. O aquellas conversaciones donde le decía las virtudes que no se deben perder en una relación y que su construcción de amor fue inspirada en dos personas muy importantes en su vida.

‹‹Aun cuando el mayor intercambio fuera mi vida lo haría, todo por ver a uno de ellos y rescatar al otro que está perdido en la realidad›› recordó lo que NamJoon le mencionó sobre la culpa y el dolor que lleva consigo al no haber hecho algo para prevenir todo el desastre que lo separó de sus mejores amigos.

―Oh por dios ―exclamó JungKook llevando su mano hasta su boca cuando un pequeño quejido brotó al comprender la aflicción que siente NamJoon de la misma forma que JiMin al no haber podido evitar lo ocurrido esa noche.

―¿Qué sucede Kook? ―el peligris se alarmó un poco al ver la reacción de JungKook, reconociendo el temor de volver a presenciar una nueva regresión, pero no es más que la paranoia lo que lo hace estar alerta.

―Ellos dos se culpan por lo que nos pasó a Tae y a mi esa noche, no entiendo porque lo hacen ―reveló acongojado al rebuscar en sus memorias las señales que siempre noto en ellos, la mirada melancólica cada vez que lo veían, la añoranza en sus palabras y el calor que sus abrazos le transmitían.

Le dieron parte de su vida en el tiempo que estuvieron inmersos en la planeación y ejecución de su tratamiento.

YoonGi le otorgó los minutos necesarios para calmarse.

―JiMin y NamJoon, de la misma forma en que tú lo haces, sienten parte de la responsabilidad por lo sucedido, alegando sobre el presentimiento que ignoraron en el momento en que ambos salieron esa noche en medio de la lluvia que comenzaba a caer ―YoonGi se adelantó a la explicación de la conversación pendiente que JungKook debe tener con los dos mencionados. Pero debía hacerlo para sacar a relucir una de las causas que originó el delirio principal.

―Ellos no deberían hacerse responsables por mis errores ―si bien ha asumido mínimamente que lo sucedido no responde solo a su voluntad y las malas decisiones que tomó, todavía debe trabajar en esas ideas que persisten, porque los "si hubiera..." siguen volviendo recurrentemente.

Pero el hecho de que esté aquí presente, significa que ha trascendido a la culpa que en un principio lo doblegó a la locura.

―Es algo que iremos tratando en terapia Kook, de hecho, ustedes deberían hacerlo para continuar por el camino de la redención que siempre han merecido ―comentó YoonGi haciendo el cierre de la sesión al ver el silencio en que JungKook se sumió durante varios minutos.

Uno que fue nuevamente fracturado por el azabache.

―¿Por qué volvieron a intentarlo una tercera vez cuando el segundo fracaso? ―si pospuso el encuentro con su familia y aplazó el descanso que debería darle a su cuerpo, es porque está empecinado en ir hasta el fondo del abismo al que sus traumas lo llevaron.

En el instante en que diera un paso en dirección a la libertad que aún le aterra conocer, lo iba a hacer siendo la persona que era, totalmente integrada y transformada en la nueva versión que debe ir descubriendo.

―Porque en esa ocasión llegamos hasta este mismo momento, llegaste hasta aquí para hablar sobre lo sucedido, pero en medio de la sesión tu mente poco a poco fue desconectándose hasta que la amnesia se desató y caíste inconsciente ―relató lo sucedido en la segunda oportunidad en la que llegaron aún más lejos que la primera vez―. Lo que nos motivó a intentarlo una última vez, volviendo a modificar e introducir diferentes personas y otros eventos más para siquiera llegar a este punto, que siempre estuvo en nuestro imaginativo y que hoy se hizo realidad.

―¿No pensaron en renunciar o el cansancio no los quiso hacer desistir en algún punto? ―inquirió absolutamente conmovido por todo el amor que lo rodeo este tiempo, aun cuando creyó haber perdido su devoción a la vida misma con la muerte de su novio.

―¿Que si nos sentimos agotados? Si Kook, lo hicimos, pero no por nosotros, sino por ver a lo que te estábamos sometiendo, por eso, íbamos a parar por un tiempo, si en esta ocasión no salía bien ―estaba claro que no se iban a rendir, pero determinaron un lapso de tiempo para retomar el tratamiento si la mente de JungKook se hubiera disociado de nuevo.

―Y aquí estoy ahora ―pronunció sin creer todo lo que ellos hicieron, la mayoría sin conocerlo lo ayudaron y no se rindieron con él.

―Tendremos más encuentros para seguir aclarando las dudas y continuar con el proceso de duelo Kook ―concluyó el psicólogo comprendiendo que ya habían terminado por hoy, y para alegría de todos, iban a seguir haciéndolo.

―No sé cómo se supone que enfrente la vida sin TaeHyung a mi lado ―gimoteo cuando el llanto se atoro en su garganta y de sus ojos pesadas y tibias lágrimas se deslizaron con apuro―. Sé que estoy vivo, pero no quisiera seguir haciéndolo sin él aquí, y es imposible, porque la vida me lo arrebató cuando recién estábamos comenzando a vivir.

YoonGi se acercó a la posición del menor con un pequeño objeto entre sus manos que estuvo guardado todo este tiempo. Una pequeña figura elaborada en cristales de colores.

―Se trata de vivir a través del dolor, es la ley básica de la vida ―emitió de cuclillas frente a JungKook, sujetando una de sus manos para depositar la figura de un pequeño colibrí posado sobre la luna. Una preciosa pieza.

Que JungKook reconoció desatando un llanto tan desolador como su alma misma que vive en agonía constante.

―TaeHyung te dio esto como una promesa, una promesa de la vida que les esperaba y un recuerdo de que él siempre estaría presente. Te dio una nueva oportunidad y estás aquí para continuar el legado que quieras reescribir ―ánimo YoonGi con los orbes brillosos por el llanto que contuvo con maestría, casi que siendo imposible no conmoverse por el dolor puro que la miraba obsidiana desprende.

Esa figura fue la promesa que le hizo Kim TaeHyung a su amado Jeon JungKook, un vínculo eterno que como mortales los unirá en cada una de las vidas que compartan.

A partir de ese día Jeon JungKook volvió a sentir el calor de su familia, como si lo conociera por primera vez, un nuevo nacimiento, un nuevo alumbramiento al mundo que ahora en la realidad debe preponderar.

Escuchó y reconoció cada historia de los integrantes de su gran familia en relación a la verdad que los motivó a hacer lo que hicieron. JungKook comprendió todo el esfuerzo que durante tres años hicieron, de forma incansable estuvieron allí y que incluso en las visitas donde él creía que la familia de Tae no iba a visitarlo, ellos siempre estuvieron viéndolo en la lejanía de la entrada cuando su hermana, su madre o su padre iban a verlo, los demás permanecían ocultos velando por su bienestar.

Fue hermoso abrazar a SeokJin por primera vez fuera de la nebulosa de la amnesia, le agradeció cuidarlo de la forma en que lo hizo, de las pequeñas travesuras que llevó a cabo con él y todas las veces que sostuvo sus pedazos sin saberlo. El enfermero se convirtió en una parte fundamental que lo hizo sentir vivo al estar allí.

Cuando vio a HoSeok, no dudó en abrazarlo y tratar de sanar un poco del dolor que el mayor ya había superado, pero que él más que nadie entiende lo que es perder a un ser amado. HoSeok le dio ánimos, impulsándolo a descubrir la vida que ahora le espera.

Con desconfianza lo hizo, camino enredándose con sus pasos débiles que lo hacen caer y sollozar por la desesperación que el vacío en su corazón le causa, pero una vez más, las manos familiares limpian su rostro y lo acompañan en la caverna en la que su cuerpo descansa, para ayudarlo a ponerse de pie cuando esté preparado.

―No creo resistir más ―sollozó JungKook en una de sus semanales terapias que sin falta acudía.

Sin comprender porque la vida le había quitado toda su felicidad, porque fue tan cruel para llevarse al ser que sus sueños no pudo cumplir, al ser que tenía tanto amor y luz para dar al mundo, lo raptó y cruelmente lo aisló. Le desgarra comprender que él ya no está, una persona pura que debía seguir existiendo, mientras la crueldad y los verdaderos asesinos siguen allá afuera sin sufrir.

Le duele siquiera aceptarlo, pero en cada sesión de terapia YoonGi se ha encargado de guiarlo con paciencia y cariño.

Aunque tuvo que trasladarse de Busan hasta la Isla Jeju durante el tiempo que su tratamiento continuaba, le pareció mejor hacerlo sin estar permanentemente en el hospital, que donde quiera que mirara su presencia iba a estar allí, así nunca hubiera existido más allá de su delirio.

Fue toda una odisea que vivió durante los seis meses siguientes, en los que la depresión hizo aparición, aun siendo él la persona que comanda su cuerpo y su mente, pero que sube y baja como una hoja en la trayectoria que demanda el viento, naufragó y emigró tan lejos para volver a asentarse en el agujero negro que con el tiempo ha ido enfrentando sin que este se lo trague de nuevo.

―TaeHyung siempre te comparaba con la luna, tú eras su luna Kook, porque tu brillo siempre lo guiaba aunque estuvieras atravesando los días más oscuros de tu vida ―musitó JiMin en una de las ocasiones en que un episodio depresivo obstaculizo el avance de JungKook haciéndolo sentir la más pura y cruda desesperanza hallando la muerte como el alivio para su alma.

Pero en esas ocasiones JiMin era el único que podía acercarse y sacarlo de la prisión de sus recuerdos, su vínculo se afianzó con mayor fuerza, y el pelirrojo siempre acudía donde fuera qué estuviera cuando JungKook lo necesitaba, abrazándolo por la espalda, meciéndolo y hablándole al oído sobre los recuerdos que ambos comparten sobre TaeHyung, momentos que le dan valentía a JungKook de enfrentarse al pozo que quiere consumirlo.

Se levanta y continúa, aún sin tener claro cómo debe hacerlo, se siente tan perdido durante ese primer año que su ánimo oscila y decae más veces de las que podría recordar. Trata de aferrarse a su familia para ser salvado del abismo en el que quiere lastimarse hasta perecer, lucha en cada sesión por derrotar a cada uno de los demonios que vuelven constantemente, recordándole lo frágil que puede ser.

Su recuerdo y su presencia vuelven una y otra vez, su sonrisa en la lejanía lo espera cuando termina un agotador día que parece drenar toda su energía, su cálido abrazo tan reconfortante lo siente en el sol que baña su cuerpo y la calidez de las brasas en un noche fría, su mirada refulge en las estrellas de las cuales proviene su amor y al lugar donde su esencia volvió.

―Te siento aquí mi cielo, estás presente en cada momento de mis días de los cuales no llevo la cuenta para no ser consciente del tiempo que me falta para verte, nadie podrá remover tu esencia de mi vida ―confesó JungKook en una noche de lluvia con sus párpados cerrados y la habitación a oscuras, sintiendo su cuerpo ser abrazado por el contextura que tanto extraña.

La única forma que encontró para sobrevivir es traerlo de vuelta cada cierto tiempo.

Escritora:

Este capítulo conecta con el prólogo, cuando Kook menciona haber estado en una situación similar con YoonGi, lo que sería el segundo intento que fracasó, y habrán más datos curiosos que condensare el otro apartado.

Sin más que añadir, el final ha llegado...

Pero aún tenemos el epílogo, en el que me esforcé por darle un bonito cierre a la historia 🖤

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top