Planeando una fiesta.

Capítulo 11.

Planeando una fiesta.

Noah miraba un poco curioso y a la vez asombrado a su alrededor, puesto que en la agencia solo se relacionaba con abogados, proveedores y clientes, jamás imaginó estar entre tanta gente agradable al mismo tiempo; sus padres, hermano y Lily no contaban, pues eran su familia.

Estar en medio de estos sujetos ahora se sentía cómodo, cálido y correcto.

—Un cambio estará bien—se jactó Lucas apoyado en el mostrador de la tienda después de explicar su reciente decisión, se habían reunido en Hot Tattoo al mediodía y estaban compartiendo una pizza, no sin antes haber colocado el letrero de "cerrado" en la puerta, —me hará más productivo— agregó.

—¿Estás seguro?— preguntó Leo desde su lugar, en el sofá de la pequeña sala de espera; el omega se hallaba sentado junto a Sam, quien tenía su brazo de manera distraída sobre los hombros de este.

Lucas asintió sonriente.

—¿Cuánto tiempo has trabajado allí?— intervino Noah tras limpiar la comisura de sus labios con una servilleta de papel, a esas alturas ya era sencillo para él interactuar con los hermanos Evans.

—Casi cuatro años— respondió Lucas.

—¿Y no lo extrañarás?— preguntó Lucian estando de pie junto a Noah; o mejor dicho, Noah se había colado hasta el lado opuesto del mostrador, desde donde Lucian atendía a los clientes.

—Siempre es bueno buscar nuevos horizontes— dijo el segundo hermano antes de darle una gran mordida a su rebanada de pizza.

—¿Y ya has encontrado algo? ¿O solo se te ocurrió la brillante idea de renunciar?— indagó Samuel socarrón, entonces Leo le dio un leve codazo a manera de reprimenda; Sam se quejó soltando una risilla.

Noah prestó atención a aquellos dos, su pose y comportamiento eran naturales, se veían cómodos mostrándose algunos gestos íntimos. Entonces deseó poder hacer lo mismo; últimamente había salido con Lucian en su motocicleta, incluso había cambiado su rutina que incluía la visita a carísimos restaurantes, por mesones, food-trucks, pizzerías y otros. Pero el día de ayer había sido maravilloso, cuando Lucian le tocó la espalda baja mientras le cedía el paso al entrar a la tienda, eso había sido magnífico; aunque siendo sinceros Noah quería más, pensó que sería agradable tomarse de la mano o, al menos, darse un suave abrazo. Sí, eso estaría bien, así que Noah, disimuladamente, pasó el brazo por la cintura de Lucian, estaban uno al lado del otro, por lo que no le tomaba mucho esfuerzo.

—Despreocúpate, tengo ya algunas opciones— respondió Lucas después de tragar, haciendo que la atención de todos fuera hacia él.

—¿Ah, sí?— preguntó suspicaz Sam.

—¿Qué? ¿No me crees?— se defendió Lucas.

—Yo no he dicho eso.

Puesto que la charla se había reducido a Sam y Lucas; Lucian se removió en su lugar, cambiando de pose y a la vez zafándose de ese intento de abrazo. Noah pensó que Lucian se había alejado inconscientemente, así que decidió no darse por vencido.

—Pero lo insinuaste; y ya verás, haré que te comas tus palabras— atacó Lucas.

—Dejen de discutir— habló Lucian, —pensé que estábamos aquí para planear lo del fin de semana.

—¿Qué habrá el fin de semana?—, preguntó Noah.

—Será mi cumpleaños— dijo orgulloso Lucas, —y habrá una fiesta en casa.

—¿Una fiesta?— sí, definitivamente eso sonaba muy bien, Noah casi rebotó de emoción en su lugar y miró a Lucian, —¿por qué no me dijiste antes?— no fue un reclamo, más bien fue una expresión de anticipación.

Lucian se encogió de hombros, —aun no la hemos planeado, ni siquiera hemos concretado el día ni la hora— explicó.

—Pero, sí ibas a invitarme, ¿verdad?— le sonrió.

—Claro, eres nuestro amigo.

Noah parpadeó tres veces con rapidez al momento que su sonrisa se congeló, no era la respuesta que esperaba, no cuando los que estaban presentes eran de su confianza, es decir, todos allí sabían de la "relación" entre Lucian y Noah; la respuesta habría sido bien recibida si Lucian no le hubiera agregado las últimas tres palabras.

Para los otros fue evidente la reacción de Noah, pero fue Samuel el que se aclaró la garganta y habló, —será algo sencillo, seguramente solo una cena, ¿o no?— miró a Lucas buscando su intervención también.

El segundo hermano captó de inmediato y dijo bromista, —¿dijiste solo una cena? Por Dios, no, será una gran cena, habrá barbacoa, costillas, pastel, alcohol y música; he decidido que será el sábado, para que podamos beber hasta morir. ¡Ah! Trevor y Amelie estarán invitados también, al igual que algunos compañeros del trabajo.

—¿Y qué hay de Brenda?— indagó Leo.

Lucas suspiró de manera dramática y explicó, —ya no estamos saliendo.

—¿Qué? ¿Desde cuándo?— para Leonel fue una noticia inesperada.

—Desde hace una semana, pero descuiden, invitaré a Jacky.

—Supongo que Jacky es tu nueva conquista, ¿cierto?— dijo Sam.

—Correcto, la conocí cuando fui al supermercado hace un par de días— explicó.

Noah tuvo una extraña sensación; aparentemente Lucas tenía antes una novia y, por lo que acababa de decir, pronto tendría una nueva, y Leo tenía a Sam, por lo que el único hermano que se decía soltero era Lucian; bueno, no en realidad, Lucian le tenía a él. Decidió omitir ese sentimiento y sacudió levemente la cabeza para centrarse en el tema del momento y preguntó curioso, —¿y cómo hacen la fiesta?, ¿llaman a un organizador de eventos sociales? 

—No, no— Samuel negó agitando incluso la mano, —lo haremos nosotros mismos.

—Yo me encargo del DJ— dijo Leo con emoción, —con la ayuda de Trevor tendremos al mejor, se los aseguro.

—Entonces yo llevo las bebidas— exclamó Samuel.

—Bien, pero ni se te ocurra conseguir aquél tónico del que me invitaste en tu cumpleaños anterior— Lucas entrecerró los ojos.

—Ey, pensé que te había gustado— el ex bombero aparentó indignación.

—¿Bromeas? Sabía a medicamento— el próximo festejado arrugó la nariz y agitó la cabeza en un gesto de aversión.

Leonel soltó una risa fugaz ante la mueca.

—Eso quiere decir que yo me encargaré de los alimentos— dijo Lucian.

—¿Puedo escoger el platillo?— Lucas fingió exagerada emoción.

—Será tu cumpleaños, claro que puedes— dijo con una sonrisa el mayor de los tres hermanos, —solo no vayas a pedir algo muy difícil.

—Cómo si te importara— se mofó, —apuesto a que preferirías cocinar algo extremadamente...— Lucas chasqueó los dedos y ensanchó su sonrisa, —¡Eso es! ¡Hermano, sorpréndeme!

Noah absorbió toda esa nueva información de inmediato: Lucian sabía cocinar y, aparentemente, gustaba de ello.

—¡Yo también quiero colaborar con los preparativos!— la exclamación de Noah salió más emotiva de lo que planeó, pero aun así completó y en un arrebato de agitación tomó las manos de Lucian juntas, a la altura de su pecho, —¿en qué te puedo ayudar en la cocina?

—En nada— respondió de inmediato y, serio, apartó con rapidez sus manos, soltándose de manera algo tosca; si alguien que no lo conociera le hubiera visto, diría que fue un acto bastante grosero.

Fueron tres segundos de inminente silencio en los que claramente Lucian sintió que los tres pares de ojos le miraron con una mezcla asombro y molestia, mientras que los de Noah denotaban incredulidad y estaban muy abiertos frente a él. Carraspeó y agregó a manera de explicación, —puedo hacerme cargo solo, no te preocupes.

—Pero yo...

—Puedes ayudarnos consiguiendo el pastel— dijo Leo interrumpiendo a Noah con la mayor sutileza posible.

—Sí, sí— salió Lucas al rescate, —cualquiera estará bien, mientras no sea de vainilla; hace poco Leo hizo cientos de galletas de ese sabor, me tenía harto.

—¡Ey, no seas grosero!— intervino Sam.

—No soy grosero, soy sincero— se defendió.

Tratando de olvidar el gesto rudo y de rechazo de Lucian, Noah se obligó soltar una risa ante la infantil discusión, sin embargo, no fue el único que notó la carencia de diversión en ella.

—Entonces será el sábado— con sus palabras Leonel puso un alto a aquello, —¿a qué hora?

—¿A las siete estará bien?— preguntó Lucas, mirando a todos los involucrados; ellos asintieron justo cuando el teléfono móvil de Noah repicó.

El joven magnate miró la pantalla y exhaló al reconocer el número de la oficina; había pedido expresamente que no le molestaran en las próximas tres horas y no habían pasado ni dos desde que salió de las instalaciones.

Noah rechazó la llamada con un botón sabiendo que sería inútil protestar o reclamar a su interlocutor, seguramente le exigiría regresar; así que mejor miró a los demás, uno por uno y de último a Lucian cuando anunció, —debo irme.

El alfa cabeceó en asentimiento, pero no abrió la boca.

—¿Ocurre algo?— fue Sam el que se mostró interesado; Noah deseó que hubiese sido Lucian quien le preguntara.

—No, lo de siempre— sonrió con algo de cansancio y explicó, —parece que no pueden hacer las cosas sin mi— "o únicamente lo hacen para molestarme", quiso añadir, pero ya no estaba de buen humor. Se despidió con rapidez y menos de un minuto después el precioso Maserati deportivo había abandonado la calle.

Los que permanecieron en la tienda guardaron silencio, estaban conscientes de que el comportamiento de Lucian fue algo inadecuado; incluso él mismo se había dado cuenta, pero, tal vez percibiendo o tratando de evitar algún reclamo, dio media vuelta y se escabulló hacia la bodega.

Lucas miró a Leo y movió los labios de manera exagerada para decirle de manera muda: "Habla con él", y para enfatizar su petición señaló con el pulgar la puerta por donde el mayor había desaparecido.

"¿Yo?", Leo se comunicó de la misma manera.

"¡Sí, tú!", Lucas frunció el ceño.

Leonel miró a su pareja en busca de ayuda, pero este solo se encogió de hombros, elevando las cejas; dándole así la razón a Lucas.

El omega resopló, no porque no quisiera hacerlo, sino porque Lucas y Samuel habían entablado cierta complicidad para "dejarle" esos asuntos; así que abandonó el sofá y rodeó el mostrador para ir a la bodega.

Lucian buscó entretenerse con algunas cosas dentro de ese cuarto, material que no estuviera inventariado, algo que pudiese tener polvo; no, nada.

¿A quién quería engañar? Obviamente sus hermanos y Sam se habían dado cuenta, pero no fue su intención. Se había puesto nervioso cuando Noah le abrazó, imaginarlo andando a su alrededor mientras cocinaba le había puesto los nervios de punta y además había sido vergonzoso cuando le tomó las manos frente a todos.

—¿Lucian, puedo pasar?— tres toques en la puerta, la voz de Leo y la cabeza de este asomándose le hicieron detener el rumbo de sus pensamientos.

—Claro, sí; adelante.

El menor entró y cerró tras de sí, sabía que su hermano mayor preferiría la privacidad. Pasaron algunos segundos y observó cómo Lucian parecía mirar distraídamente unas cosas en el estante del fondo mientras caminaba con lentitud, dándole la espalda y ningún indicio de querer abrir la boca; así que él comenzaría.

—Hermano, sé que no me estás pidiendo mi opinión ni nada de eso, sin embargo, tengo que decirte que creo que la forma en la cual actuaste fue algo ruda.

El alfa detuvo sus pasos y fingió examinar una repisa, pasó sus dedos y comprobó el inexistente polvo en ellos.

—Es obvio que no es mi asunto—, repitió Leo, —pero creo que puede que hayas herido a Noah.

Lucian le dedicó una mirada rápida por sobre su hombro, como si las palabras del menor hubieran llamado su atención repentinamente, pero luego volvió a centrarse en las cosas del estante.

Leonel exhaló, pasando el peso de cuerpo de un pie a otro y, dándose cuenta de que no iba a obtener más de su hermano, dijo a manera de cierre del encuentro, —te lo dije antes, si no quieres hablar conmigo está bien, pero puedes hacerlo con Lucas o incluso con Sam, sea lo que sea que te moleste ellos sabrán escucharte; solo no te encierres.

Lucian se quedó allí de pie, y cuando Leonel hubo abandonado la bodega murmuró, —ojalá fuera así de fácil.

...

La actitud de Lucian le causó algo de tristeza a Noah, ¿por qué su pareja no quería que le tocase? Bueno, pudiera ser que el alfa estuviera incómodo previendo que Lucas comenzara con sus bromas, porque no era desconocido el humor extraño del segundo hermano; aunque si ese era el caso, Lucas hubiera comentado algo sobre Leo y Sam, pero no lo hizo.

Noah bufó con algo de cansancio y la preocupación y duda fueron momentáneamente olvidadas, no porque no le hubiese afectado, ni porque fuera poco importante; sino porque los gerentes se le echaron encima apenas puso un pie en el edificio; aparentemente, como había pensado, no podían hacer las cosas sin él; bueno, no literalmente, pero cuando se trataba de decisiones, cambios o tratos que trascenderían, los gerentes de los diferentes departamentos preferían que él le diera el seguimiento y el visto bueno; sí, claro, para que, si hubiese algún error, Isaac Bennett cortara la cabeza de su propio hijo.

Como fuera, tenía en ese momento varias cosas entre manos, cosas que le llevaron algunos días en los cuales solo pudo llamar a Lucian.

Afortunadamente, y contrario a lo que esperó, el alfa le tomaba las llamadas; no obstante, aunque contestaba con monosílabos a su cháchara, le oía atento. Pero luego Noah pensó que probablemente le estaba interrumpiendo en sus deberes en la tienda, así que comenzó a alternar las llamadas con mensajes de texto. Desde un "buenos días" por las mañanas, hasta un "que tengas un buen provecho" a la hora de la comida y un "buenas noches" al final de la jornada; los mensajes de texto no eran contestados, pero Noah estaba seguro de que Lucian los recibía y los leía, pues se cercioraba que así lo hubiera hecho, preguntándoselo durante sus llamadas.

Hasta que llegó el sábado; un día antes se había comunicado con Leo para saber cuántos eran los invitados a la fiesta, el más joven había dicho que eran alrededor de doce personas en total, por lo que no dudó en llamar y hacer el pedido a la sucursal de su repostería francesa favorita, una que estaba en los barrios más finos de Blue Hills.

Noah había telefoneado a Lucian esa mañana con la esperanza de que este le acompañase por el pastel y el regalo para el cumpleañero, pero el alfa dijo estar bastante ocupado, cosa lógica y cierta si recordaba que haría la comida.

Un par de horas después, un elaborado pastel de chocolate, de tres niveles y con detalles minuciosos en las orillas se irguió frente a él, Noah incluso aplaudió ante semejante belleza y exquisitez; pagó, dio la dirección y la hora para que hicieran la entrega por la tarde y después se fue por el regalo para Lucas.

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ESPACIO PARA CHARLAR: Noah buscará el regalo para Lucas, ¿qué creen que pueda ser?

P.D. Lamento la tardanza, una linda personita me envío un recordatorio el viernes, pero tuve muchísimas ocupaciones; además de que no me gusta actualizar si no tengo listo el capítulo que sigue, sorry ~ 

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