Los hermanos.

*NOTA: Un actor que se parece bastante al Noah de mi retorcida mente está en la portada (al inicio) de este capítulo.

Capítulo 19.

Los hermanos.

Jimmy sonrió dejando ver los pocos dientes frontales que tenía, sentado en la rodilla de Lucian parecía muy contento mientras robaba patatas fritas del plato de Noah.

El beta estaba seguro de que aquél par estaba haciendo bromas y chistes, probablemente de él, pero por más que lo intentaba no podía concentrarse.

Pronto, dos niños más se acercaron a la mesa para invitar a Jimmy al área de juegos.

—Bien, ya fue suficiente, ¿qué sucede?— preguntó Lucian cuando estuvieron solos, ocupando aquella mesa plegable bajo un frondoso árbol y cerca del food-truck de "El pato feliz".

—Nada.

—No creo que sea nada— insistió Lucian, —sabes que puedes contármelo, si es sobre tu trabajo tal vez no lo entienda, pero te hará bien hablarlo con alguien.

Noah miró sin mucho apetito su plato, ya casi no había patatas y de lo demás no había comido mucho.

Suspiró, —es Liam.

—¿Le ocurrió algo?

—Perdió la cabeza— contestó casi inmediatamente y la mueca en el rostro de Lucian le dijo que este no comprendía, pero que a la vez estaba tratando de no entrometerse.

—Ha tomado una muy mala decisión— explicó Noah.

—¿Estás seguro de que es muy mala?— preguntó el alfa con cautela.

—Completamente, cree que puede hacer lo que quiera cuando quiera, piensa que no hay consecuencias y confía en que todas las personas son buenas, pero se equivoca— exhaló con algo de frustración, cruzó los brazos sobre su pecho y pegó la espalda a la silla, —existe gente muy abusiva y desvergonzada, como el tipejo con el que sale.

—¿Te incomoda su relación romántica?— se aventuró a indagar.

—No se le puede llamar relación romántica a eso que tiene, más bien el sujeto lo está utilizando.

—¿Has hablado con tu hermano sobre lo que piensas?

—¡Por supuesto!— exclamó Noah con enfado, —se lo dije, fui muy claro, pero Liam es la persona más tozuda que conozco.

—Entonces has hecho todo lo que te corresponde.

—¡¿Qué?!— incrédulo, el beta frunció el ceño, —¿no me escuchaste?, ese despreciable tipo lo está usando— golpeó el puño en la mesa haciéndola tambalear, —cuando se fastidie de su propio juego dejará a Liam, le romperá el corazón.

Lucian suspiró con calma y extendió las manos por sobre la mesa, atrapando entre estas el puño de otro, —Noah, tranquilízate.

—¿Ee-eh?— claro que le escuchó, pero la caricias de Lucian en su mano lo dejaron aturdido; lentamente deshizo el puño, dejándose hacer.

—Si le has advertido lo suficiente y aun así él decide continuar, lo único que puedes hacer es estar allí para él cuando el sujeto le falle.

El beta bajó la mirada, no había tenido problema al luchar contra adolescentes cambiaforma molestosos y abusivos, pero esto era... era... estaba seguro de que las palabras de Lucian eran más que lógicas, pero le molestaba el hecho de que por primera vez no pudiera proteger a Liam; y no solo eso, las últimas frases que se dirigieron durante su discusión habían sido... Un leve, pero firme apretón en su mano le hizo levantar la cabeza.

—Tú me has enseñado la importancia de confiar en mis hermanos, así que deberías hacer lo mismo— dijo el alfa.

Noah se esforzó por sonreír, —tienes razón; pero, si alguna vez necesito partirle la cara a ese sujeto, ¿cuento con tu ayuda?

—Totalmente.

—Gracias, por el consejo, por todo— la sonrisa de Noah creció considerablemente.

—No lo agradezcas, tú siempre me escuchas y haces lo mismo por mí, te lo debo— respondió.

—¡Luzian, vamoz a jugar!— el grito de Jimmy fue fuerte y claro, justo cuando un balón llegaba rodando a los pies de Lucian; y fue por eso que no vio la desilusión que sus últimas tres palabras causaron en Noah.

...

¿Bebé?— la exclamación de sorpresa fue clara, y con bastante razón, él no solía llamarle frecuentemente, es decir, no había pasado ni una semana desde su última charla telefónica.

—Hola, mamá.

Cariño, ¿te encuentras bien?, ¿cómo está todo?— preguntó algo inquieta.

—Igual que hace siete días.

Liam, no tienes porqué ser grosero.

—Lo sé, lo siento— se disculpó.

Escuchó el suspiro de Nelly a través de la línea antes de que ella dijera ahora con paciencia, —no me culpes por preguntarte, soy una madre amorosa y me preocupo por mis hijos.

Bien, Nelly había hablado en plural, algo estaba ocurriendo y Liam ya sabía de qué iba, de hecho, por eso había hecho la llamada.

—Mamá, no tienes porqué dramatizar.

No lo hago.

Liam se acomodó mejor en su sofá antes de soltar lo siguiente, —llamé porque los extraño, a ti y a papá.

Li, esa es una de tus peores excusas— Nelly había desarrollado un sexto sentido, ellos habían sido unos cachorros bastante inquietos, —¿por qué no preguntas lo que en realidad quieres saber? Entre tú y Noah, no sé quién se lleva el premio al comportamiento más extraño.

Liam carraspeó, —¿cómo está mi hermano?

Últimamente no ha venido a visitarnos, ni siquiera podemos encontrarlo en su apartamento, después del trabajo y los fines de semana desaparece; y hace un par de días, le dijo a tu padre que... espera un momento, tú sabes de qué va todo— no preguntó, lo afirmó.

—¿Yo?— trató de hacerse el loco.

Sí, tú, y para eso llamaste, ¿verdad?; ¿qué sucedió?

Resignado, Liam suspiró antes de decir, —discutimos.

El sonido gutural que hizo su madre le hizo saber que estaba molesta, seguramente con el ceño fruncido, los labios apretados y la mano en la cintura.

—No fue nada— aclaró.

¡Liam Alexander Bennett, tu lengua es muy afilada, y lo sabes!

—Solo nos dijimos algunas cosas, no fue grave, en serio, mamá.

Tú eres el de la personalidad feroz, no él; como quiera que haya terminado su discusión Noah está afectado, sino, no le hubiera pedido eso a tu padre.

Eso era cierto, Noah podía ser el lobo, pero de los dos el más cruel con las palabras era Liam.

—¿Qq-qué le dijo a papá?— se preguntó si Noah había renunciado a sus responsabilidades como miembro de la familia alfa; era una posibilidad, porque las palabras que le había escupido fueron muy claras: "te molesta el hecho de que yo pueda aceptar y enfrentar la realidad mejor que tú".

Pregúntale a tu hermano— dijo Nelly con decisión.

—No querrá hablar conmigo— "porque lo herí", quiso agregar, pero se contuvo.

Bueno, no tendrás más información por medio de mí ni de tu padre, si en verdad quieres saber, si en verdad te preocupa, habla con Noah.

Y Nelly cortó la llamada.

...

Lily había descendido hasta el lobby del edificio, estaba consciente de la carga excesiva de trabajo que tenía el encargado de recepción debido a la renuncia de su asistente, así que no le molestaba bajar ella misma por las carpetas y papeles que necesitaba para completar su reporte mensual.

Las puertas metálicas se abrieron y con paso firme abandonó el ascensor para dirigirse al escritorio principal, el recepcionista estaba enfrascado en una llamada telefónica, aunque ese no fue problema para tenderle a la chica los papeles. Lily agradeció con una sonrisa y movimiento de cabeza, pero cuando giró para regresar por donde había venido, su semblante cambió a uno de sorpresa.

—¿Liam?— preguntó con asombro.

El humano sonrió, —hola.

—¡Qué gusto verte de nuevo!— exclamó y le abrazó con entusiasmo, sin importar que llamara la atención de la gente que allí estaba, luego, sabiendo que no todos los que los miraban eran parte de la manada, susurró en su oreja, —¿has venido a una reunión del concejo?

—No, estoy buscando a Noah.

Lily le soltó y le miró con algo de preocupación, —no está aquí.

—He ido a su apartamento, pero no le hallé, tampoco contesta su teléfono, así que pensé que estaría en su oficina.

Ella negó de nuevo, —hoy no se ha presentado, eso es inusual en él, Noah es muy cumplido y puntual, imagina mi sorpresa cuando llamó a su asistente después de las nueve de la mañana solo para decirle que vendrá más tarde y que no le molestemos.

Liam frotó su rostro, Noah nunca escapaba de sus deberes.

Entonces Lily agregó, —¿ocurrió algo? Tal vez está con Samuel, últimamente se reúnen seguido o, sino, puede que haya ido a buscar a su-

Calló abruptamente, parpadeó tres veces y miró sus pies.

—A su pareja— continuó Liam.

—¿Tú le conoces?— los bonitos y grandes ojos de Lily le miraron con sorpresa.

—No, pero sé que existe.

—Oh— Lily hizo un mohín gracioso e infantil con los labios, —tenía la esperanza de que pudieras decirme por lo menos su nombre, es decir, me alegro por Noah, pero pienso que no debería ocultarlo, mucho menos a tus padres.

Así que Lily no sabía los detalles, eso solo hizo que Liam reconfirmara algo: él era en quien Noah confiaba plenamente.

—Iré a buscarle a casa de Samuel, ¿sigue viviendo cerca de la vieja estación de bomberos?

—Noup, allí solo viven sus padres.

—Con eso bastará— mintió con una enorme sonrisa y besó la mejilla de Lily en forma de despedida.

—¡Espera!— exclamó ella cuando le vio partir hacia la salida, —¿no quieres ver a tu padre? Está en su oficina.

—Después, debo hablar con Noah primero.

No tenía ánimos para ver a su padre, tampoco la intención de ir a la casa de los padres de Sam, ni mucho menos de contactar al mismo Sam; así que Liam caminó en dirección a la cabina telefónica más cercana, tomó el directorio y rápidamente halló el domicilio de la tienda de piercings y tatuajes "Hot Tattoo".

...

Lucian notaba bastante extraño a Noah, el día anterior había estado distraído durante la comida en El Pato Feliz, y con justa razón, pues había tenido un desacuerdo con su hermano. El alfa había pensado que después de su corta charla las cosas mejorarían, o que al menos no empeorarían; pero no, durante su convivencia con Jimmy y sus dos amiguitos humanos, Noah estuvo más callado y distraído, incluso los niños lo notaron.

Suspiró y miró al cielo a través de la ventana de la tienda, era un día soleado y bonito, pensó que sería agradable ir de paseo en carretera a algún poblado aledaño, con Noah. Noah era bastante expresivo, sus ojos brillantes dejaban en evidencia cuando estaba entusiasmado o sorprendido, como cuando le llevó a conocer el lago donde solía ir de pesca con sus hermanos, o cuando Lucas le invitó por primera vez un tequila, con gusano incluido, ese que se retorcía dentro del líquido. Sin duda, llevarle a un largo paseo en motocicleta sería entretenido, Noah tenía muchas cosas por conocer. Y como si fuera invocado, Lucian notó que allí, en el aparador de la florería de enfrente, estaba él.

Liam llegó a la avenida que había localizado en el directorio telefónico, la calle era amplia y las aceras muy limpias, además de que había varios comercios pintorescos operando, como la cerrajería, la oficina postal y una florería. No era ni medio día, por lo que pocos vehículos transitaban sobre el asfalto. Decidió tomarse un poco de tiempo, preguntándose si al llevarle a Noah sus flores favoritas este le perdonaría de inmediato, tal vez era cursi, pero Noah lo era, era cursi, ridículo, soñador, tonto y a veces algo infantil. Resopló al reprenderse a sí mismo, Noah no era nada de eso, no era tonto ni mucho menos infantil, sino que no le importaba mostrar su afecto, además de que poseía un corazón demasiado bondadoso y compasivo. ¿Por qué no mandaba a todos a la mierda de una vez? Su tío o la misma Carol, que tanto anhelaba el liderazgo, podían hacerse cargo de las cosas, la manada y la empresa no iba a desaparecer si Noah renunciaba. ¿Por qué no se arriesgaba con Lucian y le dejaba en claro las cosas? Si ponía los puntos sobre las íes, ese lobo inseguro tomaría la iniciativa y, si no, mejor, Noah estaría mucho mejor al lado de alguien sensato y decidido.

—¿Noah, no es muy temprano para que estés aa-aqui?

Liam giró sobre sus talones, encontrándose con un sujeto alto, de cabello castaño y bonitos ojos cafés; no hubo duda, ése era Lucian, Noah lo había descrito tantas veces que era imposible no identificarle. Pero aparentemente el reconocimiento no fue mutuo, pues Lucian frenó a media marcha, casi al llegar a la acera donde él estaba, justo cuando la última palabra trastabilló en sus labios.

Una sonrisa maliciosa se dibujó en los labios del humano, por nada del mundo pasaría por alto aquello.

—¿Te parece que soy Noah?— preguntó mordaz.

—Tt-tú-¿Liam?— seguramente el sobresalto le impidió hilar bien las palabras.

—No puedo creer que nos confundieras, nunca nadie lo hace— exageró en la mentira y soltó una risilla.

Lucian parpadeó tupido, recomponiéndose lo suficiente antes de exclamar —discúlpame, en serio, lo lamento.

—Por supuesto que debes lamentarlo, Noah no estará feliz cuando lo sepa.

Los ojos del lobo se entrecerraron.

—¿Qué?— le retó Liam, —¿pensabas que no iba a mencionárselo? Entre hermanos no hay secretos— en un gesto desvergonzado movió el dedo índice de lado a lado para enfatizar su negativa.

Lucian exhaló con fuerza, Noah nunca había insinuado que su gemelo tuviera un humor así de insolente y cínico.

—Creo que empezamos con el pie izquierdo— el lobo pensó que lo mejor era llevar las cosas en paz y propuso: —¿qué te parece si iniciamos de nuevo?— extendió la mano hacia su interlocutor, —mi nombre es Lucian Evans.

Como si no fuera suficiente, la sonrisa del humano se hizo más aguda antes de estrechar su mano y decir, —Liam Alexander Bennett, hermano mayor de Noah; pero dime, ¿qué relación tienes tú con él?

Evidentemente Liam conocía la relación que existía entre ellos, solo estaba fastidiándole, pero eso hizo a Lucian caer en la cuenta de que nunca antes lo había tenido que decir, ni siquiera pensar; se relamió los labios, en el momento exacto cuando llegó su salvación: un Maserati deportivo color rojo frenó de repente junto a ellos y de un salto Noah bajó.

—Liam, ¿qué haces aquí?— exclamó.

El aludido soltó la mano de Lucian y centró toda su atención en su hermano menor.

—Veo que no estás enfermo, Lily estaba un poco preocupada.

—Liam— insistió Noah casi apretando los dientes.

El humano mermó su sonrisa, —vine porque tenemos qué hablar.

—Ya dijimos suficiente.

Lucian no se perdió lo que esas palabras ocasionaron en Liam, las comisuras de sus labios temblaron, parpadeó tres veces y boqueó antes de decir, —no, yo no; yo aún tengo muchas cosas más qué decir, tengo que disculparme contigo.

—Olvídalo, Liam.

—Por supuesto que no voy a olvidarlo.

—Seguramente esta fue idea de mamá, así que ya déjalo.

Las cejas de Liam se arquearon, —puede que tengas razón, porque sí, hablé con mamá, pero vine porque quise, ella no me obligó y no me voy a ir hasta que hablemos.

Noah se frotó la cara con la diestra, alborotando su cabello al echarlo hacia atrás, parecía cansado cuando soltó un profundo suspiro y luego miró a Lucian, pidiendo silenciosamente su ayuda.

El alfa había permanecido con la boca cerrada, observando la interacción de los hermanos, dándose cuenta de que evidentemente ambos estaban afectados por la riña; y que el estado de ánimo de Noah no iba a mejorar hasta que el asunto no quedara zanjado.

Lucian entonces se atrevió a aconsejar: —si no quieres hablar no lo hagas, pero al menos escúchalo.

Las cejas de Liam se elevaron, claramente no imaginó dicho apoyo por parte de un "desconocido"; en cambio Lucian esperó algún comentario cínico de parte del humano reprochándole su intervención en un asunto que no le incumbía, en vez de eso, Liam solo se mordió el labio inferior en espera de la respuesta de Noah.

El beta miró a Liam, luego a Lucian y de regreso a Liam antes de decir, —está bien.

Liam sonrió enormemente, tan diferente a cuando estaba a solas con Lucian, pues el lobo no encontró ni un rastro de sátira en ella.

—Perfecto— dijo el humano, —pero, ¿podemos ir por algo de comer primero? Apenas llegué esta mañana a Blue Hills y no he desayunado.

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ESPACIO PARA CHARLAR: Uff~ Lucian se salvó de responder la pregunta: ¿qué relación tiene con Noah? 

Nos leemos en le Baúl del Tesoro. 

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