Exorbitantes obsequios.

*NOTA: Un actor que se parece bastante al Noah de mi retorcida mente está en la portada (al inicio) de este capítulo.

Capítulo 12.

Exorbitantes obsequios.

¿Qué sería bueno obsequiarle a Lucas? Recordó que una vez Sam y Leo le habían dejado entrar por el garaje de la casa, allí había visto unas motos muy bonitas, limpias y alineadas; Leo había dicho que eran de Lucas, pues uno de sus sueños era coleccionar motos.

¡Sí! ¡Excelente idea!

Noah viró en su Maserati y se dirigió a la agencia de vehículos más cercana; no sabía mucho de motocicletas, pero recordaba cómo eran las de Lucas, así que escogería una diferente.

Estacionó su auto enfrente del local y cruzó la calle; al empujar las puertas de cristal doble, el vendedor, con su ensayada sonrisa, le dio la bienvenida, no sin antes mirarle de abajo hacia arriba; probablemente la moto más económica del lugar no estaba en menos de algunos miles y él vestía de manera informal ese día, así que no le sorprendió la actitud del vendedor, ni mucho menos le importó.

Miró algunos modelos, todos se parecían, pero se concentró en buscar una diferente a las que recordaba, hasta que la halló.

-Caballero, ¿puedo ayudarle en algo?- el vendedor se acercó, tal vez porque Noah había estado dando vueltas por la tienda desde hacía más de media hora.

-¡Esa! ¡Quiero esa!- señaló sonriente una motocicleta negra con rojo.

-Uh, sí, claro.

El vendedor le dijo el precio, el cual estaba en varios cientos de miles, también le ofreció facilidades de pago con la promesa de entregársela en cuanto el cincuenta por ciento del valor estuviera cubierto.

Noah negó con la cabeza, -la quiero para hoy por la noche, entrega a domicilio.

-¿Hoy? Caballero, es la única que tenemos en inventario, no creo que-

Noah ondeó la mano para que el vendedor cerrara la boca, -no importa, ¿cuánto más por ella?

El hombre se disculpó y fue hacia una pequeña oficina, Noah le ignoró y se centró en la moto, seguramente a Lucas le encantaría, y si Lucas estaba feliz, Lucian sería feliz; sí, sin duda. No es que estuviera "usando" a Lucas para llegar a Lucian, solo era como un "bono extra", ¿cierto?

-¿Caballero?- volteó y se encontró con un hombre un poco mayor, seguramente el gerente de la tienda.

-¿Sí?

-El ejecutivo me comenta que desea la moto hoy mismo, pero me temo que no será posible, es la única que tenemos en existencia por el momento, aunque se la podremos hacer llegar en una semana o dos.

Noah sabía que en realidad solo debía llegar al precio, así que preguntó de nuevo, -en verdad la necesito hoy. ¿Cuánto más por ella?

El hombre mayor miró al vendedor, luego de regreso a Noah y le dio el precio.

¿Tanto alboroto por unos cuantos miles? Pensó.

-Me la llevo; bueno, no, ustedes la llevarán, cargue a mi cuenta la entrega a domicilio, también quiero que le ponga un gran moño, no importa el color-; luego caminó hacia el mostrador donde seguramente le harían el cobro.

No muy convencido, el gerente siguió a Noah y le dijo a la joven que estaba frente a la computadora que preparase la factura; entrega a domicilio en un sábado por la noche tenía un costo extra, más una caja de madera que Noah decidió pedir para darle más drama al asunto, dio una suma algo exorbitante.

El beta sacó el teléfono móvil de su bolsillo y en un santiamén realizó la transferencia bancaria.

La joven a la computadora parpadeó algo asombrada cuando la exacta cantidad que había recitado apareció en la pantalla de su computador, confirmó la transacción, tomó los datos que Noah le proporcionó y, ante la mirada algo atónita del primer vendedor, la mujer imprimió el papel.

Noah lo recibió agradecido, lo firmó y luego dobló la copia para que, de manera descuidada, la metiera en el bolsillo trasero de sus jeans

-¿Es un regalo para un familiar?- preguntó la mujer algo curiosa, pero cuidando de no ser tan evidente.

Noah sonrió enormemente y dijo, -sí, es para mi cuñado.

La palabra "cuñado" sonaba perfecta; Lucas y Leonel eran sus cuñados, y Sam lo era también, de alguna forma.

Después de ello recalcó que todo debía estar en orden, el gran moño decorativo al igual que la hora de entrega. Tanto el gerente como la chica le prometieron que así sería y le despidieron con cordialidad.

¡Listo! Ya tenía el regalo; ahora quedaban menos de cuatro horas para la fiesta, pensó en ir a su apartamento y luego a casa de los Evans, pero su teléfono repicó mostrando el número de su padre. Resopló y atendió la llamada, luego se resignó a ir a casa de sus progenitores, seguramente los abogados lame-botas no descansaban nunca con sus cotilleos.

Isaac Bennett le preguntó a su segundo hijo sobre los últimos acontecimientos en la empresa, para ponerse al día con ello; Noah fue muy específico cuando rindió su reporte. Conforme pasaba los minutos en el estudio ante la presencia de su padre y su madre, el beta se puso a la expectativa sobre el tema de su compromiso; Lily ya sabía que él había encontrado a su pareja, pero desconocía su nombre; Noah se sintió un poco mal el día que se lo dijo, pues Lily lloró por ello, aunque al final aceptó guardar el secreto ante sus padres sin problema, hasta que Noah estuviera listo para revelarlo.

Isaac habló sobre la incorporación de nuevo personal en la agencia de seguridad, mencionó el nombre de David Cook como el próximo encargado de ese nuevo grupo; Isaac le prometió a su hijo que pronto le conocería y que le daría los detalles, pero que por el momento David estaría bajo la tutela de Dylan Hall antes de incorporarse oficialmente a la empresa. Noah quiso preguntar un poco más, pero su padre fue bastante cerrado, insistiendo que lo sabría a su tiempo.

-¿No se supone que soy el presidente?- preguntó con la esperanza de saber un poco más.

-Lo eres, por eso tu padre te está informando- respondió Nelly, su madre también intervenía en varias decisiones y temas de las empresas.

Noah rodó los ojos, -¿y no debería haber estado en la reunión cuando se tomó esa decisión?

-En realidad esa división existía hace algunos años, estaba liderada por Dylan, pero por algunos inconvenientes tuvo que cerrarse y ahora estamos planeando reactivarla- explicó Isaac.

Eso tenía sentido, pues la experiencia de Dylan era necesaria. Pero, ¿qué tipo de división sería? ¿Planeaba anexar un cuartel de bomberos a la empresa? Si fuera así, probablemente el padre de Sam hubiera sido el experto elegido y no Dylan Hall.

El hombre mayor finalizó la reunión con algunos temas generales y luego le preguntó por Liam.

Noah miró a su madre y a su padre nuevamente antes de decir, -está muy bien.

-¿Solo bien?- Nelly se acercó al borde de la silla, la mujer era muy guapa, sus ojos verdes y piel blanca y tersa eran las herencias más significativas que sus hijos poseían.

-Le va excelente, tiene un nuevo empleo y el apartamento que renta es lindo- explicó, sabía que Liam no se había comunicado con sus progenitores recientemente, sus padres, en cambio, le daban su espacio.

-¿Sale con alguien?- preguntó ella.

Noah se encogió de hombros, -no lo sé- mintió, -no me ha hablado sobre ello.

-Tu hermano siempre ha sido algo rebelde, no puedo creer que haya rechazado nuestra ayuda- Isaac remembró cuando se le ofreció un empleo dentro de la empresa y un apartamento.

-Quiere tener sus propias cosas, eso está bien- dijo Nelly, -déjalo.

Noah se removió en la silla, -si no hay otra cosa- se puso de pie lentamente, -madre, padre, me retiro- porque aún tenía que ir a su apartamento, ducharse e ir a la casa de los Evans, pronto serían las siete y el pastel seguramente ya había sido entregado; esperaba estar presente cuando el regalo llegase.

-Espera- le llamó Nelly, -¿qué tal están las cosas con Lily? No la he visto estos días.

-Todo está bien, ha estado ocupada, además de que ha salido con sus amigas, por eso no nos hemos reunido últimamente- contestó, pero sin detener su intención de ir a la salida.

Nelly asintió y agregó, -sería agradable tener una cena todos juntos.

-Sí, madre, pronto- exclamó y salió de allí.

.

Minutos antes de las ocho, el Maserati rojo aparcó enfrente de la casa de los hermanos Evans, desde que bajó del auto, Noah pudo escuchar la música, seguramente el DJ estaba instalado en el patio trasero.

Leo fue el primero en saludarle, pues él abrió el portón principal, después le condujo por un costado de la casa hasta su destino.

Un par de mesas largas había sido colocadas en el patio, una tenía contenedores de botanas y la otra diferentes platillos: desde puré de patatas, ensaladas y guisos con mucha y diferentes carnes, donde destacaban enormes recipientes con alitas picantes, todo listo para que cada quien se sirviera a su antojo; además de una gran hielera llena de cervezas. Al final de la segunda mesa estaba el pastel.

-Pensé que llegarías más temprano- Sam se acercó a él y le ofreció una botella de cerveza.

Noah dudó en aceptarla, pero al final lo hizo y dijo, -tuve una reunión de último minuto con mi padre.

-Oh, entiendo- dijo Sam, luego con la mirada señaló hacia donde Lucas estaba: charlaba amenamente con un par de sujetos, mientras que su brazo derecho rodeaba la cintura de una chica pelirroja.

-¿Es Jacky?- preguntó Noah antes de darle un sorbo a su bebida.

-Sí, es ella.

Para haberse conocido tan solo algunos días atrás, se notaba que ya existía una gran confianza entre ellos; ¿por qué él y Lucian no podían ser así?

Noah no pudo evitar buscar con la mirada alrededor, ¿dónde estaría Lucian?

Y Leonel pareció leerle la mente, pues dijo, -Lucian debe estar dentro, de seguro en la cocina.

Sabía que lo más cortés sería ir a saludar a Lucas, pues era su cumpleaños, pero sus pies se movieron hacia el interior de la casa y ni Sam ni Leo parecieron molestos por ello.

Aún con la música amortiguada de fondo pudo percibir murmullos dentro de la construcción, definitivamente era la voz de una chica, así que se acercó.

-¿Eso crees?- alcanzó a escucharla.

-Sí, pienso que sería la mejor opción- dijo Lucian, su voz sonaba suave, pero con un aire conocedor.

¿De qué opción estaba hablando? Disgustado, Noah empujó la puerta de la cocina; su molestia se acrecentó cuando vio que Lucian sujetaba la mano de la mujer, algo cerca de su rostro. Ella era bonita, atractiva para ser exactos, y los pantaloncillos que vestía eran muy cortos para su gusto.

-¿Qué sucede?- preguntó Noah, inevitablemente frunciendo el ceño.

-¿Eeh?- la chica observaba de cerca a Lucian, pero cuando miró a Noah borró su sonrisa tal vez intuyendo que algo iría mal, después volvió su atención a Lucian de nuevo.

Solo entonces, el alfa soltó con lentitud, demasiada lentitud, la mano de la mujer.

-¡Pregunté qué está sucediendo!- repitió Noah elevando la voz.

-Nada sucede, ¿qué podría ser?- exclamó Lucian.

Noah parpadeó algo sorprendido ante la reacción de su pareja, no parecía estar queriendo ocultar algo, pero tampoco parecía querer aclarar lo que sea que fuese lo que había allí.

-¡No lo sé, dímelo tú!- Noah volvió a su gesto inquisidor, acercándose y dejando la botella sobre la barra, a su lado; pocas veces alzaba la voz, pero simplemente no pudo evitarlo en ese momento.

Lucian le miró con atención, parecía más bien estudiarlo; en esos segundos, Noah se percató de que Lucian no parecía molesto o avergonzado por haber sido encontrado haciendo algo malo, sino que parecía curioso y a la vez sorprendido, como si la actitud de Noah estuviera fuera de lugar. Pero por Dios que no era así, Noah estaba seguro de que tenía razones suficientes para enojarse.

-¡¿Lucian, dime qué estaba ocurriendo aquí?!- demandó bastante molesto ya. Si no era algo malo no tendría por qué ocultarlo.

-Yy-yo, creo que mejor me voy- ella caminó hacia la puerta, rodeando a Noah para poder salir de allí.

-Espera- Lucian la llamó, -¿considerarás mi oferta?

-Claro- ella le miró sobre su hombro, -iré a la tienda.

Lucian sonrió amable y dijo, -bien, te espero.

Los ojos de Noah, al igual que su mandíbula, se abrieron bastante, había sido ignorado olímpicamente por ambos.

Cuando la curvilínea mujer abandonó la cocina, Noah dio una zancada hacia Lucian y le empujó por el pecho, nada que pudiera lastimarlo, solo lo hizo por la necesidad de que notara su presencia.

-¡¿Por qué me haces esto?!- reclamó.

-¿Hacerte qué?- Lucian entrecerró los ojos.

-¡Ignorarme!

-No te estoy ignorando.

-Por supuesto que lo hiciste, te pregunté qué estaba ocurriendo y no me has dicho qué.

Lucian frotó su rostro y exhaló, -te dije que nada ocurría, ¿por qué insistes?

-¿Por qué estaban solos aquí, mientras le sostenías la mano?

-¿Qué hay con eso?

Noah retrocedió antes de repetir, -¡¿Qué hay con eso?!

-Sí, yo no entien... -Lucian parpadeó, como si hubiera descubierto algo, -oh, ¿estás celoso?

El rostro claro del beta se pintó de rojo evidenciando la respuesta, pero antes de que pudiera decir algo más, la puerta de la cocina se abrió.

-¡Aquí están!- era Lucas, que con su fácil sonrisa interrumpió, ya sea porque no le importó o porque no se dio cuenta del ambiente; Lucian podía apostar que era por lo primero, -será mejor que vengan, hay un hombre con una enorme caja y dice que tiene que entregarla a esta dirección; Lu, ¿compraste algo por internet?

Lucian negó con la cabeza.

Noah se aclaró la garganta y explicó, -es para mí, bueno, no exactamente- su semblante cambió, pues una sonrisa algo nerviosa adornó su rostro antes de salir de la cocina en dirección a la puerta principal, -¡vengan!- les llamó sin detener sus pasos.

-¿Estás bien?- preguntó Lucas, cuando calculó que Noah estaba lejos.

-Eso creo- Lucian exhaló, -¿nos escuchaste?

-Lo suficiente para saber que él cree que le ignoras y que está celoso, ¿pero de quién o qué?

-La hermana de Jacky me pidió un consejo sobre un tatuaje.

-¿Es sobre la fea calavera que tiene en el interior de la muñeca?

Lucian asintió y Lucas rio, recordando que Jacky le había dicho que su hermana estaba arrepentida de haberse tatuado aquella figura grotesca, y que se debatía entre quitársela con tratamiento láser o hacerse otro diseño encima del mismo.

-¡Chicos!- Leo se asomó por el marco de la puerta, -será mejor que vengan- dijo emocionado, y sin esperar respuesta salió hacia el patio delantero.

La boca de Lucas se abrió, sus labios dibujaban una gran "O" y no parpadeó por varios segundos. Después de abrir la enorme caja de madera se había quedado mudo ante la flamante motocicleta.

-¡Feliz cumpleaños!- dijo Noah.

-¿Ee-es... es para mí?

-¡Si!- sonrió, -es un regalo de tu cuñado favorito, ¿te gusta?

-¿Gustarme?- se acercó a ella, -¡me encanta!

Noah sonrió orgulloso, -ya sabes, somos familia y puedes pedirme lo que quieras- giró hacia Leonel que estaba a su derecha y agregó, -tú también.

Las cejas de Leo se elevaron sorprendido por la declaración, y lo primero que hizo fue buscar con la mirada a su hermano mayor, algo le decía que no estaría contento con todo eso, en especial con la última declaración; y no se equivocó, pues Lucian frunció el ceño y se apartó del grupo de invitados que se estaba formando para admirar la motocicleta.

Noah sabía que había hecho un buen trabajo, sino Lucas no habría estado tan contento; aceptó poco modesto el agradecimiento y luego prestó atención a su alrededor: Lucian no estaba por ninguna parte. Bueno, no es como si le sorprendiera, pues unos minutos atrás habían reñido, habían tenido su "primera pelea". Volvió a entrar a la casa y lo halló en la sala, ocupando el sofá más grande, con un vaso de soda en la mano, parecía distraído.

El beta se acercó y se sentó a su lado, -¿vas a decirme lo que sucedió?

Lucian pareció volver de donde fuera que estuviera mentalmente, le miró entre tupidos parpadeos y dijo, -¿insistes con lo mismo? En verdad nada sucedía.

-Le tomabas de la mano, eso es algo.

El alfa resopló dejando ver su resignación y respondió por fin, -examinaba su tatuaje, quería mi opinión sobre ello, piensa hacerse otro y por eso irá a la tienda.

-Oh, ya veo- Noah sintió cómo su espalda se relajó, -era solo eso.

-Sí, solo eso, te dije que era nada.

-Bueno- se encogió de hombros, -entonces no tenías que haberlo ocultado.

La mirada que Lucian le dio era de incredulidad, como si lo que hubiera dicho Noah no tuviera sentido alguno, incluso le estudio de arriba a abajo.

-¿Qué?- preguntó Noah.

Lucian sacudió la cabeza levemente en negación, se relamió los labios y decidió cambiar el tema, -no debiste darle un regalo como ese a Lucas.

-¿Por qué no?

-No me gustaría que te tomara demasiada confianza.

Noah sonrió, -¿acaso estas celoso?

-No, solo creo que lo malcriarás- explicó Lucian antes de darle un trago a su soda.

Definitivamente no era la respuesta que Noah esperaba, no podía negarse a sí mismo que tenía la leve esperanza de que efectivamente Lucian estuviera un poquito celoso; pero aparentemente el alfa se tomaba muy enserio el papel de hermano mayor.

-¡Ey, Lucian, Noah!- Samuel les llamó asomándose desde la ventana lateral, -¡vengan aquí, es hora de comer el pastel!

Lucian inmediatamente se puso de pie, Noah le imitó pensando que las cosas no estaban tan mal, es decir, ambos eran inexpertos en eso y lo estaban haciendo bien, ¿o no?

Sus dudas se disiparon cuando Lucian le cedió el paso al salir por la puerta que daba al patio trasero, incluso se acercó a él y le colocó de manera distraída la mano en la espalda baja cuando la atravesaron.

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ESPACIO PARA CHARLAR: Debo confesar que tengo un poco de miedo, o sea, el pobre Lucian "escapó" de Alicia y ahora esto... no sé qué pueda suceder; bueno, sí sé, pero no les voy a decir. So creen que falta párrafos o partes, avísenme, Watt me está borrando partes del escrito, no sé por qué.

*** IMPORTANTE AVISO: Las actualizaciones van a cambiar de día, esa información está en El Baúl.

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