•Problemas•
No pasaba nada.
El no quería comer con Adrien después de todo.
El odiaba trabajar para ese joven apuesto...
— Pffff... ¿Quien seria tan estúpido? — Siguió tallando los trastes mientras reprimía las lágrimas.
El era el estúpido.
Solo faltaba que aparecieran ratones que hablaran y lo ayudaran a conquistar al rubio
— Como si esas cosas pasaran.
—¿Que cosas? — Pregunto el rubio detrás de el asustándolo.
— ¡Na-Nada! — Nathanaël dejo lo que estaba haciendo, seco sus manos en el mandil que llevaba puesto y se fue pasando por un lado del rubio.
Antes de salir de la cocina pudo escuchar la voz de Adrien hablarle.
— La comida a estado deliciosa. — Nathanaël asintió y se fue inseguro.
¿Por que ese estúpido rubio tenia que actuar así? Pensó Nath.
Metido en sus pensamientos durante las ultimas horas no pudo mas que evitarlo y seguir con su trabajo hasta que escucho un grito de parte de Marinette.
....
Con Adrien las cosas no iban bien, empezando con el hecho de haber tenido relaciones con su novia y no haber quedado satisfecho.
El haberse encontrado con Nathanaël después de haberlo hecho tampoco lo hizo sentirse bien.
Su conciencia lo mataba por dentro, quería correr y decirle al menor que lo prefería a el antes que a su novia pero no podía.
No pudo siquiera comer en paz su comida sabiendo que el menor se moría de hambre y de ganas de comer con el.
— Iré a la cocina un rato... — Le aviso a su novia, al llegar se encontró con el menor tallando los trastes con frustración, se quedo callado y lo observo por un rato.
¿Quien en el jodido mundo podría pensar que alguien se vería sexy lavando cacharros?
Incluso le habían dado ganas de abrazarlo por detrás y ver que tipo de ropa interior llevaba puesta ahora.
Hasta que lo escucho sollozar.
Su conciencia volvió a comérselo por dentro.
— Como si esas cosas pasaran. — Lo escucho murmurar.
— ¿Que cosas? — Preguntó de inmediato pero fue recibido por un susto y un gesto de desaprobación.
Vio como Nathanaël salia de la cocina así que aunque sea por un momento se le ocurrió agradecerle por la comida y lo hizo pero fue ignorado de nuevo.
Ya cansado solo se le ocurrió volver a la habitación donde se encontraba Marinette esperándolo con una horrible sorpresa...
se le detuvo el corazón al ver las cintas de seguridad y a la azabache viendo los vídeos de las cámaras...
Esas malditas cámaras que el mismo había puesto y de las que se había olvidado.
......
¡LOS/AS INVITO A PARTICIPAR EN EL CONCURSO!
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