Capítulo 2

Voten, comenten y síganme para más.

Ya decía que ese chico parecía traerse algo entre manos, pero no se había imaginado eso.

¿Estaba comprometido con otro y se atrevió a casi quitarle la virginidad?

Igualito a su padre cuando conocía a una mujer bonita, haciéndose el viril... espera, ¿Eso significa que él estaba quedando como el cacho?

Va a matar a ese perro rosa.

-- Aquí será donde te quedaras.

No hace comentario sobre el lugar, no le desagrada, pero nada se compararía con su antigua habitación de lujo lleno de videojuegos, su computadora, Tablet, su mini refrigerador lleno de dulces... mejor deja de pensar antes de que se deprima o enfurruñarse y desquitarse con la pobre chica que todavía no le había hecho nada.

-- Es... bonito -- dice para no parecer maleducado.

-- Tranquilo, no es necesario que finjas -- Satoru nota que es bastante perceptiva -- seguro con los no-híbridos abras estado lleno de comodidades, pero tranquilo, cuando pases tiempo aquí te darás cuenta que no hay nada que envidiar o atesorar de ese mundo.

El albino se mantiene escéptico, pero tampoco quiere romperle las ilusiones a esa omega... espera, ¿Era omega?

-- ¿Eres omega?

-- ¿Itadori - sama no lo menciono? Debido a que eres un omega recesivo te trasladaron conmigo para que no haya ningún problema con algún alfa ya que no sabemos nada de tus ciclos de calor y que tan fuertes son.

-- ¿Ciclos de calor?

-- ¿Tampoco sabes de eso? -- ahora la pobre parecía algo incomoda.

Al final ambos tuvieron que sentarse, aun si el solo quería golpear su cabeza con la pared, la chica comenzó a explicarle todo lo básico de los híbridos, desde sus orejas y cola, ciclos de calor, como funcionaba el cuerpo de un omega y algunos festejos, esto último porque al parecer se acercaba uno muy importante.

-- Hacemos una celebración para el Dios Sol y otro para la Diosa Luna, el del Dios Sol ya paso, pero el de la Diosa Luna es en unos pocos meses, cazaremos una gran cantidad de animales y prenderemos una gran fogata en medio de la plaza para celebrar a nuestro Dios y así recibir de su protección.

La única parte interesante era la comida, pero, espera.

-- ¿Yo también participare?

-- ¡Pues claro, ahora eres miembro de la manada!

-- Y... ¿Cómo los cazan, con lanzas, flechas...?

-- O no no no, tanto las presas como las cosechas se conseguirán a la antigua.

Listo, quiere largarse lo antes posible.

Una palabra para definir su actual convivencia con los híbridos.

''Infierno''

Los híbridos vivían todo como en esas películas que tanto odia, no internet, ni lavadoras, ni mayordomo que le pudiera preparar su comida.

En el día tenia que cosechar las verduras de los cultivos antes de que el invierno cubriera por completo la tierra fértil, ¡Sus uñas se arruinaron y casi se le va el alma cuando le pidieron ayudar para deshacerse de unas plagas!

Obviamente se echó a correr en la dirección contraria a esos asquerosos bichos.

Las miradas de los cachorros siempre eran a su dirección debido a su falta de orejas y cola, ya son muchas veces en las que tuvo que contener las ansias de mandar siquiera a uno a volar, apostaba que incluso volarían más alto que la niña de las trenzas en Matilda.

-- ¿Problemas en el paraíso, Satoru - kun?

Se corrige, prefería las plagas o los mocosos antes que este perro rosa. Acercándose para insinuarle o directamente lo abrazaba y dejaba su asqueroso aroma en él, lo sabe gracias a la omega que le dijo del olor que Itadori impregnaba en su cuerpo.

-- No consideraría esto un paraíso, pero sí, tengo algunos problemas.

El pelirosa se rio, apegándose al omega quien a pesar de verse molesto, sabía que en el fondo le gustaba su cercanía.

-- Tranquilo, es un poco duro al principio, pero lo superaras, confió en eso.

-- Solo estoy aquí porque no tengo alternativa.

Le habían dado la opción de los guardabosques, pero sabe que su padre seguía en busca de su cabeza, el solo recordar lo tan decidido que estaba a matar a su propio hijo lo lleno de miedo.

El aroma a miel de Satoru comenzó a podrirse, algo que no les gusto para nada al alfa, quería seguir sintiendo el dulzor.

-- ¿Quieres venir conmigo, así poder enseñarte a cazar para el día de adoración a la Diosa Luna?

-- ¿Y darte la chance de que violes mi trasero? No gracias.

-- ¿Es así? -- pregunta fingiendo decepción -- Entonces no tendrás problema en que le avise a las chicas de que estas por aquí escondido.

Su pelo se erizo.

-- ¡Está bien! ¡Está bien! ¡Iré contigo!

Itadori lo tomo de la mano y comenzó a guiarlo hacia el bosque, Gojo se dejó hacer, sabiendo que sería peor si se rehusaba al contacto.

Corrige, al final si lo llevo a estilo nupcial, alegando que donde lo llevaría era lejos y Satoru tenía muy poca velocidad y resistencia física, pero lo que tenía enfrente lo compensaba.

Había visitado bosques, más en su niñez que en la adolescencia, aun así, es la primera vez que ve maravillas dentro de toda esta vegetación sin orden. Yuuji le mostro una hermosa cascada, el agua cristalina era tan pura y clara, las salpicaduras hacían ver de vez en cuando un pequeño arcoíris, incluso veía pasar a los peces correr por el rio debajo.

-- Claro que nunca has visto nada como esto, los humanos no saben la verdadera belleza del bosque.

Por esta vez concuerda con él.

-- ¡Ven! ¡Atrapemos un par de pescados para la cena!

-- Si pescar... espera, ¿Ahora? -- pregunta recién saliendo del hermoso paisaje -- ¿Los dos?

-- Te dije que te enseñaría a cazar, ¿No? Este es el momento, muéstrame tus garras.

-- ¡¿Con mis manos?! ¡Eso será imposible! -- se queja -- ¡No lo hare!

-- Oh vamos -- Yuuji se acerca a su espalda -- Solo necesitas un empujón.

De la nada Satoru sintió que realmente no había nada bajo sus pies, el muy maldito lo dejo caer en el rio.

-- Por eso es que tenías puesto este saco tan largo y grueso -- murmura mientras se cubría con la prenda.

Yuuji no responde, acurrucándose alrededor del albino con su forma de lobo albino, blindándole de su calor corporal.

El alfa fue quien termino consiguiendo la cena para ellos, Satoru solo se llevó un gran chapuzón como recuerdo de su primer intento de caza.

Sabe que al final fue otro plan del pelirosa para tenerlo pegado a su cuerpo, cayendo redondito en la trampa.

-- Admite que te divertiste -- murmura el lobo moviendo su cola al tener pegado al omega a su pelaje.

-- Podría decirlo... pero eso te daría la razón, así que no.

Yuuji ríe encantado.

-- ¿Tanto te cuesta darme la razón? -- inquiere divertido.

-- No me gusta darle la razón a tipos como tú.

La conversación con Ozawa de que Fushiguro era prometido del alfa que en estos momentos lo estaba marcando con su olor, llego a su mente y no le gusto para nada la situación.

-- ¿Así como?

-- ¿Mentirosos? ¿Infieles?

Las orejas de Yuuji reaccionaron a sus palabras.

-- ¿De dónde sacas eso? -- se oyó incluso ofendido de ser llamado así.

Él le era fiel al hermoso omega que tenía enfrente, muchas gracias.

-- Me dijeron que ese tipo, Fushiguro, es tu omega.

El afirmar eso hizo que sintiera un golpe en el pecho, ¿Arritmia cardiaca?

-- Fushiguro es mi amigo, no me gusta de esa manera -- casi soltó en un áspero gruñido -- el único omega que me interesa lo tengo aquí.

El omega interior de Satoru, aun si era pequeño, prácticamente un cachorro, se sintió feliz ante las palabras del líder de la manada.

-- ¿Pensabas que todos mis regalos eran para darte la bienvenida? -- inquiere con una sonrisa.

-- Quería creer eso, pero el conejo que me diste la última vez me hizo dudar.

Satoru mira como la cabeza del lobo se acomodaba en su regazo, actuando como un cachorro en busca de caricias, o al menos así era hasta que este levanto la cabeza y miro hacia una dirección.

-- ¿Escuchaste eso?

-- ¿Escuchar qué?

Los ojos dorados del alfa se mantuvieron fijos en la profundidad del bosque, había jurado haber escuchado un click.

-- Nada...

-- Señor, encontramos al señorito.

Un hombre alto, de cabello castaño, miraba con mala cara la pantalla que le permitían ver lo que el Dron estaba capturando, o al menos era así hasta que algo lo golpeo directamente.

-- ¿Qué le ha pasado a esa chatarra?

-- No lo sé señor, puede que haya sido un pájaro.

-- ¿En la noche? ¿Me quieres ver la cara de estúpido?

-- ¡N-No señor! ¡Perdóneme!

El hombre gruño en voz alta, justo cuando tenía pistas del mayor error de su vida, algo pasaba con esa pista.

-- Señor, la imagen está regresando.

Casi empuja al lacayo para ver lo que transmitía el Dron.

Unos ojos feroces, enfurecidos, jurando derramamiento de sangre.

-- Sabía que había escuchado algo.

Un chillido poco masculino salió del ayudante, mientras que el hombre notaba la particularidad de esa persona, orejas lobunas, pupilas en línea como depredador.

-- Alejen su blasfemia de mi bosque... o si no, lo próximo que destruiré será sus rostros.

Lo último que se vio fueron las fauces del chico, los colmillos eran bastante visibles. Un sudor frio paso por un lado de su rostro, su hijo al menos es una perra inteligente por meterse con un lobo tan aterrador.

Mientras tanto Yuuji escondió el artefacto entre los arbustos, Satoru no debía saber que esa cosa los había estado observando.

-- Yuuji, ¿Dónde estás? -- escucha un poco a lo lejos.

-- Ya voy, cachorro.

-- ¡No me digas así! ¡Recuerda que solo te dejo acercarte a mí por el frio!

Rio ante su comentario, así estaba bien, el albino no necesitaba saber nada, no permitiría ninguna oportunidad de que ese mundo regresara a su omega.

Aun si debía acabar con la vida de los dueños de ese aparato.

-- Tengo que hablar con Nanamin sobre esto...

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