CAPÍTULO XXX
Transcurrieron varios días y fue hora de partir, Lucio ya casi se había recuperado del todo pero aún seguía débil. Claudia no se separó de su lado, salvo para asearse y comer algo. Desde su llegada a la aldea después del rescate no había hablado con Dedrick ni lo había visto.
-Come más. -Le decía Claudia a Lucio mientras le daba fruta y este abría la boca para recibirla.
-Me voy a malacostumbrar con tantas atenciones.
-La mereces, por haber sobrevivido, por no...... -Deja la frase inconclusa y la tristeza se dibuja en su cara.
-Claudia estoy bien, ¿Sábes que me mantuvo con vida todos esos meses? "tú", cerraba los ojos y te veía sonreír, fue más inspiración que cualquier otra cosa, me hizo soportar las torturas, lo que me conservó cuerdo, cuando no había esperanza.
-Oh Lucio. -Claudia se acurruca a su lado y coloca la cabeza de él sobre su pecho. -Lo lamento tanto. -Por un momento sintió remordimiento porque mientras él se aferraba a la vida ella le era infiel con otro hombre.
-¿Me amas Claudia?
-Claro que te amo ¿Por qué otra razón estaría aquí?
-Fue una torpeza de tu parte venir a buscarme, pero me alegra que lo hayas hecho.
-Bueno así me pagas que te encontrara.
-No lo tomes a mal pero si algo te hubiera ocurrido, no me lo hubiera perdonado.
-Primero, creo que no lo sabrías y segundo, al menos estaríamos juntos en los Campos Elíseos.
Lucio se endereza y queda al frente de ella, extiende su mano y toca la mejilla de Claudia con delicadeza, la acercó a él, besándola luego. Aquel beso hizo que Claudia se le aflojara el cuerpo, que lo sintiera ligero, sabía que se pertenecían. Su corazón enloqueció ya que las palpitaciones amenazaban con atravesar su pecho, y fue cuando comprendió que de verdad lo amaba, en su subconsciente siempre lo supo.
-No puedo esperar llegar a Roma y convertirte en mi esposa.
-Yo tampoco, pero.... - El rostro de Claudia se vuelve a ensombrecer.
-¿Qué sucede Claudia?
-¿Qué seguridad tengo de que esto no vuelve a suceder? no creo poder soportar perderte otra vez.
-Hablaré con mi padre, algo se me ocurrirá, quizás puedan darme de baja con honores.
-¿Qué? ¿Se puede hacer eso?
-Sí, en casos especiales.
-Pero y tú, ¿Cómo te afecta esto?
-Para ser sincero me enlisté por mi padre, nunca añoré ser militar, no tengo casta de soldado, odio lo que hacemos, destruir vidas inocentes, quitarles sus tierras, llámame blando pero yo no soy así.
Claudia suspira aliviada, ahora sabía que su Lucio no era como los romanos que invadieron la aldea de Dedrick.
-¡Te amo! -Exclamó Claudia, siendo ella ahora la que se prenda de los labios de Lucio y se deja embriagar por aquel momento.
Lucio dormía y Claudia aprovechó para estirar las piernas, Virgilio y compañía estaban demasiados ocupados preparando todo para su partida, ella se alejó con dirección al arroyo, cuando estuvo ahí se sentó en una roca y colocó la cabeza sobre sus rodillas, ansiaba regresar a casa, volver a ver a su padre, a Azeneth y Adastros, tuvo que irse para comprender cuánto los quería y extrañaba. El sonido de unas ramas quebrándose hizo que volteara.
-No quise asustarte. -Dedrick se acercaba a ella.
-Está bien, no lo has hecho.
-¿Y Lucio? ¿Qué tal está?
-Recuperándose a pasos agigantados
-No hemos podido conversar desde aquel día. Creo que te debo una explicación.
-No, no me debes nada, y la verdad no es mi deseo escuchar lo que ya sé.
-No fue mi intención herirte
-Lo sé Dedrick, así tenía que suceder. -Imita la voz de Uta al decir esto. Ambos sonríen.
-¿Vas a estar bien? es decir, ¿Sí vas a regresar a Roma verdad?
-Para tu tranquilidad sí.
-No digas eso, no ha sido lo que he querido decir.
-¿Me amaste verdaderamente Dedrick o fue algo pasajero lo nuestro?
-Siempre te voy a amar Claudia, pero creo que ambos tenemos muy claro que lo nuestro no puede ser. ¿Y tú? ¿Qué sentiste por mí?
-Fue muy real, tan real como cada beso que nos dimos, pero ha llegado la hora de elegir y lo elijó a él, parece que Uta tenía razón después de todo.
Dedrick sonríe para sus adentros, era algo que sospechaba.
-Gracias por llegar a mi vida Dedrick, ha sido una de los mejores obsequios que he recibido y jamás me olvidaré de ti, tendrás un lugar muy especial en mi corazón hasta que mi último aliento abandone este cuerpo mortal.
-Sería apropiado si te abrazo.
Claudia no responde solo se refugia en sus brazos, y esta vez lo que siente es nostalgia, recuerda cuando lo conoció, cuando la atendió después de la caída, las veces que la escuchó, que fue su amigo, aquel primer beso, su estadía en la cueva y sin saber por qué su rostro buscó el de él y lo besó, Dedrick correspondió, sabía que ésa era la despedida. Fue un beso cálido, pero ninguno de los dos sintió lo que antes, ambos comprendieron que sus destinos se dirigían por caminos opuestos.
-¿Te puedo hacer una pregunta?
-Claro, dime
-¿Por qué le dijiste a Azeneth sobre nuestra partida cuando te di instrucciones de no hacerlo?
-Es Azeneth. -Afirma Claudia. -Una anciana demasiado lista, sacó conclusiones del porqué me iba, sus aciertos no fueron tan errados, pero su deducción me dio una excusa en caso de que nos atraparan que quizás hubiera evitado un castigo para ti.
-Fue imprudente, lo sabes.
-Creo que ya no importa.
-No ya no tiene importancia, pero siempre terminas desobedeciendo y haciendo lo que a ti te parece mejor, ¿Cierto?
-Perdona.
-Te voy a extrañar, Claudia Belleza Indomable.
-Mmmm, me gusta el indicativo.
Ambos sonríen y disfrutan de su compañía mientras durara.
**********
Hola, les cuento que ya la novela está por terminar, pero hay 2da parte, que continuaré por este medio. Me refiero a que no haré un documento aparte, sino que le daré continuación aquí mismo.
Más sorpresas le esperan a nuestros personajes.
Bye.
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