CAPÍTULO 14
Dedrick como jefe de la tribu y por ende del Concejo, encabezaba la sesión. Todos murmuraban entre sí ya que imaginaban porque estaban ahí y se podía notar en sus rostros la incorformidad y molestia que esto les causaba. Dedrick se pone de pie para abrir oficialmente la sesión, apenas inicia es interrumpido por Almar que pide la palabra y mira a su sobrino suplicante. Dedrick inseguro lo autoriza y vuelve a tomar asiento.
-Miembros respetables del Concejo, ante ustedes estoy para hacer una solicitud que quizás tome a muchos por sorpresa, pero todos sabemos que Dedrick ha dirigido a nuestro pueblo con sabiduría, justicia y honor por lo que sería una gran pérdida su partida. Para nadie es un secreto la presencia de la romana y su hijo, la mayoría de ustedes la recordarán porque hace un tiempo hicimos alianza con soldados romanos para rescatar a Lucio, su prometido.
La gente se mira y comenta entre sí, en efecto reviviendo ese momento.
-Hoy ella ha regresado a nosotros pero por razones diferentes. Algo que no saben es que la muerte tocó a su puerta debido a la plaga, por lo que tuvo que huir de Roma para ponerse a salvo. Su esposo y padre han muerto y ella no puede regresar, todo lo que le queda es su hijo y la anciana que la acompaña, que la ha cuidado desde la infancia. El deseo de su padre era enviarla a Grecia con un familiar, pero el destino objetó lo contrario y está de nuevo entre nosotros. Aunque se están haciendo los preparativos para el viaje, quiero que recapacitemos sobre las condiciones de este trayecto, lo que podría implicar no sólo para ella sino para el niño y la anciana.
-Ve al punto Almar. -Lo interrumpe un hombre viejo, cuya calva brillaba bajo la luz de la hoguera.
-Quiero proponer al Concejo que le proporcionemos refugio indefinido en nuestra aldea a Claudia, su hijo y la mujer que la acompaña.
Dedrick abrió los ojos como platos sorprendido por lo que su tío acababa de decir, pero a la vez agradecido. Para sorpresa de ambos no hubo discusiones sino un silencio más bien incómodo.
-Desde que Claudia se marchó, se solidificaron los lazos entre ambos pueblos, hemos disfrutado de ciertos privilegios, incluso el mismo Virgilio ha cuidado nuestras fronteras y hemos peleado espalda a espalda como hermanos contra amenazas externas, lo queramos o no, tenemos un compromiso con Roma, por lo que pongo a votación esta solicitud. A favor, que levanten la mano.
-¿Qué tiene que ver la solicitud de refugio de la romana con la partida de Dedrick? -Ahora es Tibold el herrero el que habló.
Dedrick se levanta y le hace señas a su tío para que le permita contestar.
-Amaba a Ilse, y un vacío quedó cuando ella y mi hijo perecieron, un vació que siempre permanecerá abierto, pero ahora ellos pertenecen al mundo de los muertos y cada uno de ustedes conoce mi historia con Claudia.
Antes de continuar Dedrick escoge sus palabras para no ofender a los presentes y que no mal interpretaran lo que dijera.
–La viudez nos marca a ambos, pero la vida me sonríe y aunque me quitó una esposa y un hijo, ahora me los devuelve en circunstancias que no voy a cuestionar, lo que antes nos separaba ya no es complicación, si ella se va, yo me voy también, por eso convoqué a este Consejo, para solicitar mi renuncia y que Almar tome el mando en mi ausencia.
-¿Nos dejarás por la romana? -El hombre viejo llamado Gottfried tomaba de nuevo la palabra.
-No tendrá que ser así, si aceptan que forme parte de nosotros como lo ha solicitado mi tío.
Las discusiones calentaron el ambiente, se pusieron de pie y se armó un disturbio que amenazaba con salirse de control. Sólo la presencia de Uta ante ellos hizo que se callaran. La mujer se abrió paso hasta posarse frente al fuego que se encontraba en el centro del lugar. La luz de las llamas resaltó aún más su arrugado rostro pero a la vez le dio un aire de misterio.
-Ella se ha ganado su derecho de estar entre nosotros. _Habló.
El disgusto se ve reflejado en cada uno de los presentes, pero era más el temor a Uta que la objeción a lo solicitado, aunque no contentos debían tomar una decisión. Dedrick fue el primero en levantar la mano, seguido por Almar, uno a uno fueron alzando la mano hasta que los casi cerca de treinta hombres reunidos en esa carpa mostraron su aprobación ante la solicitud hecha.
-Bien. -Responde Dedrick emocionado por los resultados y volviendo a ver a Uta con gratitud. _El Consejo ha decidido, y sepan que desde este momento ella y Azeneth se hospedarán conmigo.
No parecieron muy de acuerdo pero nadie comentó nada, a estas alturas no valía la pena oponerse a la decisión de su jefe.
Dedrick se quedó a solas con Uta, la mujer mostraba un comportamiento poco usual en ella, no revestía aquella seguridad que la caracterizaba.
-Pregunta lo que te atormenta, respuesta daré a tu incertidumbre.
-¿Por qué Uta? ¿Por qué me separaste de ella? Octavio pudo ser mi hijo, de verdad Claudia iba a morir si se quedaba conmigo.
La anciana retorció su cara con una mueca de arrepentimiento y sin mirar a Dedrick a los ojos, contestó: -No.
Dedrick se levantó de golpe, sintiendo como el enojo lo recorría y se apoderaba de él, cada parte de su cuerpo se estremeció tratando de comprender lo escuchado.
-No, ¿A qué te refieres con no? creí en lo que dijiste, ¿Mentías acaso?
-Sí, sincera no fui.
-¿Por qué? ¿Qué daño te causamos Claudia o yo?
-Ninguno, pero ellos me dijeron que era necesario.
-Con ellos te refieres a los espíritus.
-Sí, me mostraron lo que sucedería si ella no se iba con el romano, no viste lo que yo, si lo hubieras hecho me darías la razón. Sabía que si les decía la verdad no accederían pero si ponía su vida en riesgo quizás, sabiendo cuánto la amabas permitirías que se alejara.
-Lo intuiste o sólo pensaste que lo comprenderíamos. Debiste darnos la oportunidad de conocer la verdad, o acaso los espíritus también te dijeron cuál iba a ser nuestra reacción.
-No, pero tampoco podía arriesgarme, la vida de muchos dependía de su partida.
-Claudia no debe saberlo. -Dedrick hablaba ya más tranquilo pero no podía ver a Uta directamente a los ojos, estaba demasiado molesto con ella.-Sé que hubo un motivo justo de por medio pero jamás te perdonaré hechicera que a base de trucos y mentiras me separaras de ella.
-Si no lo hacía nuestra aldea y todo lo que amas hubiera desaparecido.
-¡Desaparecido! ¿Acaso te refieres a una guerra?
-Por su causa sí. Perdona por lo que les hice, pero a veces los sacrificios son necesarios por el bien de muchos. No veas sólo lo negativo de las cosas, perdiste a dos seres amados pero su lugar ha sido ocupado, ahora estarás con la única mujer que realmente has amado.
- Claudia ha vuelto a mí, y esta vez juró por lo más sagrado que no la voy a dejar ir.
-Mi misión cumplida está, al fin mis pobres huesos podrán descansar. -Uta sale con paso lento, murmurando palabras sin coherencia, en un idioma extraño desvaneciéndose en la obscuridad de la noche. Esa fue la última vez que la vieron, desapareció para nunca más regresar.
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