16🏅

Kaleb se frotó la cara y cogió su teléfono para revisar la hora, ya eran las cinco de la mañana y Sander aún no se había movido de su lado. Con un suspiro dejó el teléfono en su puesto y se giró hacia él. Sander murmuró algo mientras deslizaba un brazo alrededor de su cintura.

—Sander —llamó tocando su brazo, contrario a despertarse terminó aún más acurrucado. Sorprendentemente Sander era de los abrazadores.

Y a Kaleb le encantaba. 

Kaleb le acarició la mejilla y se acercó para dejar un beso en sus labios, Sander abrió los ojos y sonrió.

—Ya me gusta despertar aquí —murmuró Sander mordiendo su labio inferior, no hacía más de una hora que se fueron a dormir y ya tenían que separarse otra vez.

—Mmm… quisiera que pudieras esperar más —Kaleb le mordisqueó la oreja, Sander se echó a reír y lo empujó.

—Eres insaciable —Sander se quejó mientras se sentaba, Kaleb le acarició la espalda descubierta y sonrió.

—¿Yo? ¿Te recuerdo lo de anoche?

—Déjalo así —Sander agarró la ropa interior del suelo y se la puso mientras lo miraba—. Tengo que ir, preparar a los niños y vestirme para ir a la base.

—¿De verdad no tenemos un poco más de tiempo?

Sander se sentó otra vez para ponerse el pantalón, Kaleb acarició el costado del bóxer y estiró el elástico tratando de bajarlo, Sander lo miró.

—¿Para qué?

—Besarte por unos minutos —Sander arqueó una ceja sin creerle una palabra.

—¿Vas a detenerte ahí?

—Probablemente no —admitió, Sander se apoyó de nuevo en la cama y lo besó, la lengua se deslizó hasta el fondo y enredó con la suya haciéndolo gemir.

—No tenemos… —Sander se detuvo al escuchar el pitido de la notificación en ambos teléfonos, esa sincronización sólo quería decir una cosa—. Mierda, ni siquiera estoy en casa.

Kaleb se separó y leyó el mensaje.

—Está bien, tienes tiempo, nos quieren listos a las nueve —Sander lo besó por última vez y terminó de vestirse.

Kaleb suspiró y miró al techo una vez solo, maldición, sería su primer despliegue real luego del incidente y admitía que estaba un poco nervioso.

Aunque sabía que no tenía razones para estar nervioso, ahora estaba con un equipo que lo apoyaba, no lo dejarían atrás en manos enemigas. Kaleb preparó su mochila y se vistió, condujo a la base y se encontró con los demás cuando dieron las nueve.

Sander estaba hablando con algún superior en una oficina de cristal, él hizo una señal a la hora de reunirse.

Kaleb se sentó en su puesto y esperó, una mujer vestida de civil se presentó como la coordinadora de operaciones y procedió a explicar el objetivo de la misión, otros oficiales estaban ahí.

—El Proteos —dijo la coordinadora enseñando la foto de un barco en la pantalla—. Un barco de investigación petrolero fue secuestrado por lo que creemos son piratas.

—¿Ya contactaron? —preguntó Kelly, la mujer negó.

—Aún no, están a bordo ocho tripulantes, cuatro investigadores, y quien creemos fue el objetivo, la hija de un profesor que se dedicaba a fabricar armas de destrucción masiva. 

—¿Armas de destrucción masiva? —preguntó Sander levantando las cejas.

—Justo eso, creemos que quieren contratar al profesor como sea y vender a los otros rehenes a un terrorista conocido que se encontrará con ellos en unas horas.

—¿Ya contactaron con el profesor?

—No, tampoco esperaremos que lo hagan, el profesor está aislado y a salvo, sólo necesitamos salvar a su hija, pero lo más importante son estos piratas, nos interesan más de lo que todos creen —Sander se cruzó de brazos.

—¿Y eso sería?

—El Teniente Dustin —dijo señalando una foto nueva en el monitor—. Desapareció hace poco y tenemos fuertes sospechas de que este grupo fue el culpable de ese hecho en cuestión.

—¿Tenemos que dejarlos vivos? —Oskar hizo una mueca de hastío.

—Si es posible sólo al líder, necesitamos esa información, tenemos que saber cuál fue el destino del Teniente —Sander suspiró.

—¿Piensan que aún está vivo? Creo que eso fue hace más de dos meses, ¿cierto?

—Sí, dos meses y diez días, las posibilidades de que esté vivo son remotas, nos conformamos con la ubicación del cuerpo.

Kaleb apretó la mandíbula, francamente esperaba no terminar de esa forma, desaparecido en combate donde nadie sabría tu paradero.

Bueno, de todas formas a nadie le importaba si estaba vivo o muerto, si desapareciera a nadie le dolería, no tenía una familia que se preocupara.

—¿Tenemos los planos del barco?

—Mucho mejor, tenemos una maqueta —la coordinadora señaló hacia una esquina, Nikita se puso de pie y llevó la maqueta hacia la mesa, Kaleb miró, era un buen trabajo.

—Bueno, agradezco que alguien se tomara el tiempo para hacer algo tan… inútil —dijo Oskar mirando con desconfianza.

—No es tan inútil si nos va a servir ahora, ¿cierto? —preguntó Sander distraídamente, Oskar se encogió de hombros.

—No sabían que iban a secuestrarlos.

—Ajá.

—¿Sabemos dónde están específicamente?

—Atracado en Sao Paulo, el terrorista se encontrará con ellos ahí, por lo que deben hacerlo todo lo más rápido posible, entrar con sigilo, asegurar a los rehenes y capturar al jefe. 

—¿Qué hay del número de estos piratas?

—No estamos seguros de esa información, nos dijeron que eran un aproximado de seis.

—Aproximado —murmuró Sander haciendo una mueca—. ¿Vamos a entrar solos ahí?

—El equipo Charlie los apoyará.

—Bien, ellos pueden encargarse de cubierta y nosotros nos concentraremos en lo demás.

—Equipo Bravo, estos piratas no son una broma, como sospechamos, capturaron a uno de los vuestros y varios miembros del equipo resultaron heridos —Nikita torció los ojos.

—Nunca vamos a jugar, ¿hay que mojarse?

—Si queremos ser sigilosos entrar por el agua sería lo ideal, no vamos a entrar por el frente —Sander miró la pantalla, Nikita miró la maqueta del barco y arrugó la nariz.

—Bueno, mierda, ya odio esta misión.

—¿Subimos a ese avión de una vez?

Veinte minutos más tarde ya estaban en el aire, Kaleb estaba revisando su equipo de buceo hasta que Sander se agachó a su lado. No era el primero esta vez en ser verificado, Paul fue delante.

—¿Todo bien?

—Sí, no le tengo miedo al agua —mencionó revisando sus cosas, Sander asintió.

—Bien, céntrate en la misión, nada de pensamientos fuera de eso —Kaleb mordió su labio inferior, sentía algo extraño en su pecho ahora mismo.

—¿Está fuera de lugar decirte que tengas cuidado?

—Siempre tengo cuidado, deberías saber eso —Sander se echó a reír, Kaleb torció los ojos.

—¿Cómo pude olvidarlo?

Sander se puso de pie otra vez y fue con Nikita quien aún no estaba conforme con lo de sumergirse, Kaleb lo vio apoyarse y cruzar los brazos mientras escuchaba a Nikita quejarse.

Esperaba que todo saliera bien, porque algo se sentía mal.

Diferente.

Y aún no estaba seguro de qué era.

……

Kaleb miró hacia arriba apenas llegaron cerca del Proteos, Sander hizo una señal para que se quedaran cerca que apenas se vio gracias a la oscuridad en el agua. Había demasiado movimiento en ese barco, más del esperado.

Sander se acercó al barco y salió a la superficie, ellos lo siguieron asegurándose de estar contra el navío, todos se quitaron el oxígeno y máscara de buceo.

—Parece que la información estaba más equivocada de lo que creían —dijo Sander mirando entrar a varias personas más—. ¿Qué hay de las comunicaciones con la central?

Nikita negó a su lado.

—Tardarán unos minutos — replicó—. Por esto odio cuando tengo que bucear.

—Seguiremos con el plan, subiremos y seremos sigilosos, los eliminaremos de uno en uno, ¿entendido?

—¿Qué hay del que hay que dejar vivo?

—No me importa, la prioridad son los rehenes, concéntrense en que no los maten a ellos y tampoco a ustedes, si no queda nadie vivo al final me hago responsable, Bravo dos, serás el primero —dijo señalando la escalera de soga que habían traído, Kelly obedeció la orden, los próximos fueron Paul y Nikita.

Sander lo miró luego de que Oskar subió.

—Bravo tres, tu turno, no se separen y espérenme arriba.

—Sí, Señor —murmuró y comenzó a subir, Kaleb acomodó el rifle cuando llegó arriba.

Sander subió, Kelly había eliminado a un hostil y ahora estaban en formación, el comunicador hizo un ruido conectándolos con la central.

Bravo uno, aquí la central, múltiples hostiles abordaron el Proteos —Kaleb torció los ojos, mejor tarde que nunca.

—Estamos informados de la situación —respondió Sander caminando por cubierta y haciendo señales para que lo siguieran.

Contamos aproximadamente quince.

—Bravo dos, cuatro, seis encárguense de aquel lado, disparen a todos los hostiles —Sander señaló hacia la división de cubierta, ellos siguieron bajo el mando de Kelly—. Ustedes, atentos —dijo hacia Oskar y él.

Sander siguió caminando, disparó a un hostil y luego Kaleb eliminó a uno que se acercaba, por suerte aún tenían el factor sorpresa debido a los silenciadores, pero pronto…

Kaleb hizo una mueca al escuchar un disparo, bueno, las cosas se pondrían terriblemente violentas.

Oskar eliminó a otro adelantándose a ellos.

—¿Dónde se supone que está el equipo Charlie? —gruñó Sander mientras eliminaban a más hostiles.

Ya estamos en posición Bravo uno.

—Bueno, mierda, ya era hora, encárguense de cubierta, iremos dentro —Sander disparó a otro hostil mientras caminaba hacia la entrada.

Equipo Charlie subiendo el puente.

—Equipo Bravo entrando —avisó Sander una vez estuvieron juntos nuevamente.

Bajaron las escaleras, Sander y Oskar entraron a la primera habitación, Paul y Kelly del otro lado, Kaleb siguió caminando y revisó la próxima junto a Nikita.

—Sigan —Sander caminó al frente, pateó la puerta de un camarote y disparó dos veces, Kaleb siguió y eliminó a dos hostiles más.

Bravo uno, tenemos el control del barco, todos los hostiles en cubierta eliminados.

—Entendido.

—Los rehenes deben estar en el comedor —Sander le dio un toque a Kelly y ellos siguieron adelante, Kelly disparó apenas tuvo visual del enemigo y Sander eliminó a otro.

Kaleb le apuntó al que abrazaba a una rehén por la espalda.

—Suéltala —ordenó, el hombre lejos de obedecer corrió con ella.
Kaleb se aferró al rifle con más fuerza, un toque en su hombro le dio visto bueno para seguirlos, no había escapatoria por ese lado.

Equipo Bravo, tienen que salir ahora, estarán llegando más hostiles en aproximadamente seis minutos.

—Hay una situación con una rehén, necesitamos un poco más de tiempo —dijo Sander mirando al frente.

Bravo uno, no tienen más tiempo, los helicópteros estarán ahí en tres minutos, encárguese rápido, Comandante.

Sander se giró y lo miró.

—Lo necesitamos vivo, voy a entretenerlo, tú dispara, que no sea mortal —recordó Sander antes de entrar en la oficina.

—Suelta el arma o le disparo —el pirata gruñó mientras apretaba a la rehén.

Dos minutos y medio —avisaron del otro lado.

Sander dejó su fusil en el suelo junto a la pistola y levantó las manos.

—Escucha, si te rindes, no saldrás lastimado —el hombre apretó a la rehén con más fuerza, Kaleb apretó la mandíbula, demasiado cerca, no tenía un disparo limpio.

—Bravo uno, no lo tengo a tiro —avisó.

Dos minutos.

—Si te entregas ahora nadie va a dispararte —Sander caminó hacia la derecha del hombre, él se puso tan nervioso que le disparó a Sander olvidándose de la rehén.

Kaleb jadeó cuando escuchó el disparo, su corazón latió aceleradamente cuando no pudo ver a Sander. Fue demasiado rápido, no había podido reaccionar.

—¿Bravo uno? —Kaleb tomó aire tratando de obtener una respuesta, no podía verlo y ahora mismo le importaba un carajo dispararle al imbécil en el medio de la frente.

Sander estaba herido y quería saber que tan grave era.

Dispara, ahora —gruñó Sander de pronto por el comunicador.

Dios bendito, no podían jugar así con sus sentimientos.

Kaleb apuntó y disparó hacia su mano, el hombre soltó el arma gritando una maldición y el rehén corrió hacia su posición.

Bueno, se lo merecía.

Kaleb agarró al rehén mientras Sander corría hacia el tonto pirata, amarró sus muñecas con una cinta de plástico y jaló al hombre.

Bravo uno, el helicóptero llegará en un minuto, tienen que subir ahora.

—Recibido —dijo tomando sus armas de vuelta y jalando al hombre todo el camino.

—El hombro… —el murmullo de Kaleb apenas fue audible mientras caminaba detrás con la rehén, la sangre comenzaba a manchar el uniforme y estaba francamente preocupado.

—Estoy bien, sólo fue un roce —explicó subiendo las escaleras.

Kaleb lo siguió sin dejar de mirar su hombro, quería comprobar él mismo si en verdad era un roce o la bala seguía ahí, veía la sangre gotear y su corazón latía cada vez más rápido.

Había algo extraño, llegó a ese pensamiento mientras se aferraba al fusil.

Algo estaba pasando.

Estaba preocupado, odiando ver la sangre en su hombro, odiaba verlo herido porque su corazón ahora estaba comprimido. Sander le gustaba, no lo quería muerto.

Kaleb apretó el fusil.

¿Le gustaba? ¿Sander le gustaba?

Sí, joder, le gustaba.

Lo quería y necesitaba verlo a salvo.

Kaleb subió al helicóptero en piloto automático gracias al reciente descubrimiento, una vez en el avión revisaron el hombro de Sander. La buena noticia era que no iba a morirse, sí que lo había rozado, era más sangre que herida.

Sin embargo, ahora había descubierto algo que era mejor no saber.

Kaleb se acercó a él mientras los demás dormían y suspiró.

—¿Estás bien?

—Bien, no te preocupes —Sander apoyó la cabeza detrás.

—Antes…

—¿Estabas asustado? —preguntó con una sonrisa, Kaleb arqueó una ceja.

—Un poco, estabas sangrando y…

—Estoy bien, una suerte que no me vieras la última vez que me hice daño —Kaleb supo que tan mal les había ido a los chicos, perdieron a dos, y Sander terminó en coma por un mes completo, no era algo para bromear.

—Que broma tan mala —refunfuñó, Sander resopló.

—Estoy bien, sin ninguna lesión que me imposibilite dejarte contra el colchón.

Kaleb mordió su labio inferior.

—Respecto a eso… —Sander lo miró.

—¿Qué pasa? ¿Es hora de alejarse, encontraste a alguien?

Sí, sí que lo había encontrado y ahora no tenía idea de qué hacer.
Quería más con este hombre, el problema era que no sabía si podía tenerlo.

Kaleb mordió su labio inferior, ¿Cómo pensó que no surgirían sentimientos por este hombre?
Fue un tonto error acercarse, fue estúpido confraternizar más de lo necesario. 

Ni siquiera estaban en una relación normal, era un secreto y querer más de eso los dejaría permanentemente en esta situación, con ese maldito secreto carcomiéndolos. Por esto se había auto-impuesto el límite de un año.

Porque cuando dejara de ser clasificado estarían en serios problemas.

Kaleb negó.

—No, no hay nadie especial —respondió, Sander suspiró pareciendo aliviado por ello.

¿Por qué parecía tan aliviado? ¿Sólo porque quería seguir teniendo sexo con él?

No podía ser, Sander podría entrar en un bar y ni siquiera pasados cinco minutos ya tendría varias propuestas, él no era tan especial.

¿Si lo del sexo no era tan especial podría tener una oportunidad en cuanto a su corazón?

Mierda.

Estaba pensando en sentimientos y quedarse con él cuando sólo debería pensar en alejarse y no hacer las cosas más complicadas.

—Tú también podrías… —Sander se burló de su propuesta.

—¿Qué, encontrar a alguien? Estoy ocupado, no tengo tiempo para eso, y no soy tan atractivo una vez se enteran que tienen que ser madrastras.

Kaleb apretó la mandíbula, a él le seguía pareciendo atractivo, mucho más que atractivo porque no tenía una familia propia de la que sentirse orgulloso, él podría…

No, no, tenía que dejar de pensar.

¿Qué? ¿Iba a ofrecerse como padrastro?

Dios santo, su cabeza era un puto lío y no estaba seguro de nada.

—¿En serio tiene que ser una mujer? Te van ambos lados, eso es limitar bastante tus posibilidades —murmuró echándose a reír como si le pareciera gracioso.

—Tiene que ser una mujer, que tenga paciencia, se entregue a ellos, los cuide, les de amor, que les enseñe a los niños que es tener una madre. Un hombre no puede enseñarles nada de eso.

Mucho menos Kaleb que ni siquiera fue amado por su familia y tenía un concepto del amor francamente distorsionado.

Ahí tenía su respuesta.

No encajaba en el ideal de Sander de quien debería estar cerca de los niños y eso era lo mejor.

Era tonto pensar en quedarse con Sander y ayudarlo a criar a sus hijos. Francamente estúpido. Kaleb necesitaba llegar a casa y dormir, regresar al trabajo había causado un cortocircuito en su cerebro.

Esa era la única razón para estar pensando tonterías.

—En la noche, podemos… —Kaleb negó.

—Lo siento, necesito hacer algo esta noche —Sander tragó y miró al frente.

—Vale, entonces es mejor dejarlo para después.

—Sí.

Ahora estaban incómodos el uno con el otro, pero necesitaba poner distancia de Sander, tenía que reorganizar su mente o terminaría perdiéndola. El ser humano debería tener límites y Kaleb hasta aquí llegaba.

Sólo sexo.

Tenía que dejar de pensar en querer a Sander y a su familia, sólo tenía los sentimientos mezclados porque el sexo con Sander era bueno, eso no quería decir que necesitaba estar con él toda la maldita vida.

No era el único hombre que podía follar bien.

Límites, sí, eso necesitaba y era hora de empezar a buscar a esa persona correcta.

Que no era, ni podía ser Sander.

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