23

El celular vibró en su bolsillo justo al momento de pararse del banco. Keith había recogido sus cosas y estaba listo para salir de clases cuando el mensaje de Lance lo tomó por sorpresa. Le dio una mirada rápida al muchacho que miraba la ventana sin intención aparente de pararse e irse. A veces Lance podía comportarse peor que un crío. Es decir, su pupitre estaba como mucho a tres metros de distancia del moreno y aun así no era capaz de acercarse a decirle lo que sea que tuviera que decir. Keith contó hasta diez y respiró hondo antes de abrir el mensaje en la pantalla del celular.

"Adelántate y espérame en la esquina, saldré cuando todos se hayan ido"

L.

El muchacho apretó el teléfono con fuerza hasta que sus nudillos palidecieron. Ahora no solo lo evitaba en clases, sino que era lo suficientemente estúpido como para creer que engañaba a alguien. Pero no dejaría que le afectara, claro que no. Keith saldría con la cabeza alzada a buscar su motocicleta como si nada. No dejaría que Lance, ni nadie supiera lo mucho que le dolía tener que esconderse.

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-Tal vez no te has dado cuenta, pero la clase terminó- dijo Hunk que entraba al salón. -no te has movido de la silla, ¿Todo está bien?

-Claro, yo... ya estaba yéndome.

-Te ves mal, ¿quieres que te lleve a casa en mi auto?

-No, no. Estoy bien. -dijo Lance rápidamente y forzando una sonrisa, pero a todas luces se notaba que era fingida. Tenía el rostro pálido y sentía la espalda bañada en sudor frio. No pensó que le costaría tanto pasar desapercibido para reunirse con Keith, pero simplemente no encontraba el momento oportuno en el que nadie lo viera, siempre había una excusa, siempre alguien que pasaba y podía sospechar. El muchacho no podía evitar pensar que todas las miradas iban a parar hacia él. Todos sabía en qué estaba metido. -gracias, Hunk.

-Bueno...

-¿Qué?

-Vamos, ¿O vas a quedarte toda la tarde? -A Lance se le secó la garganta, ¿Cómo iba a salir de esto? Como explicarle a su amigo que el verdadero motivo por el que seguía ahí. Hunk negó con la cabeza molesto, era raro en él y ciertamente alarmante. Lance hubiera preferido verlo de cualquier otra forma, menos enojado. -Lance, quieres dejar de comportarte como un tonto y salir de una vez... Keith está esperándote. -el corazón le dio un vuelco solo con escuchar ese nombre, Lance lo miró incómodo, pero antes de poder empezar a negar y poner excusas entendió que no tenía caso hacerlo con Hunk.

-¿El te lo dijo?

-¿A quién iba a esperar sino? Lance, ese chico está enamorado, si no lo quieres deberías decírselo de frente, pero no lo hagas esperar.

-¡SI LO QUIERO! -replicó Lance más alto de lo que esperaba. -lo quiero... solo esperaba que nadie me viera para salir.

-Entonces no solo eres tonto, Lance, eres un cobarde. -sus cejas oscuras se unieron en una mueca de desagrado y la más terrible reprobación. Una parte de Lance sabía que tenía razón, pero otra se negaba a bajar la cabeza tan fácilmente, no aguantaría que Hunk lo llamara cobarde como si nada.

-Es fácil hablar cuando nunca te ha pasado, dime Hunk, ¿alguna vez has sentido que no tienes idea de lo que haces? -soltó con rabia. -no tienes idea... sentirte perdido, confundido, asustado y asqueado de ti mismo por no saber si lo que haces está bien. Es una mierda...

-Lance...

-Claro que lo quiero... pero a veces me gustaría que estuviera enamorado de alguien más, alguien que no tuviera miedo de gritárselo al mundo. -Hunk abrió la boca para decir algo más, pero Lance no quiso escucharlo. Solo oyó sus gritos llamándolo cuando tomaba sus cosas y salía toda carrera fuera de la sala y fuera de la escuela.

Llegó más agitado de lo que esperaba a la esquina del estacionamiento para estudiantes. El lugar estaba casi desierto y el frio aire le congelaba la nariz. Acercándose a paso rápido venía Keith. aun vistiendo una chaqueta de cuero negra y con el casco de motocicleta bajo el brazo a él le parecía muy tierno, y como no, cuando su piel pálida contrastaba con el negro de su cabello y su ropa. Con solo verlo se derretía gran parte del hielo que le presionaba el pecho.

-¿Por qué tardaste tanto? -dijo frunciendo el ceño, pero de inmediato su expresión cambió a una más suave y preocupada al ver a Lance tan nervioso. -¿Ocurre algo?

-Nada, es que no me gusta correr con frio. -el moreno le puso una mano en el hombro, pero Keith bajó la mirada a sus pies con desanimo.

-No es necesario que corras. -comenzó el azabache. –¿Te da vergüenza que te vean conmigo?

-Ya hablamos de eso, Keith. sabes que para mí es...

-Complicado, si, ya lo sé. -respondió antes de ponerse el casco de seguridad y cubrirse el rostro por completo. La conversación había llegado a su fin.

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Luego de quince minutos de camino en motocicleta llegaron a un edificio antiguo de color crema y un hermoso jardín con rosas. El ambiente gris e invernal lo hacía lucir como una casa señorial europea de película. Lance se quitó el casco que llevaba y se quedó contemplándola unos segundos con las manos en la cintura.

-Vaya... -atinó a decir. -es muy, ya sabes... como una academia de baile de verdad.

-Ya sé que no es muy lujoso. Pero es lo mejor que tenemos en esta ciudad. -Keith se había quitado también el casco y se desabrochaba la chaqueta con una mano. -algún día estaré bailando en un escenario en París, o quizás en Moscú... no lo sé. Lo único que tengo claro es que será muy lejos, y estaré tan alto que nada malo podrá alcanzarme. -el muchacho hablaba con los ojos soñadores mirando hacia el techo de la casa, aunque Lance sabía que no veían nada en particular, al menos no algo real. Keith sonreía relajado y satisfecho, como si ya pudiera tocar su sueño con la punta de los dedos. No podía verlo sonreír muy seguido, y tal vez él mismo no contribuía a llenarlo de sonrisas, pero ciertamente disfrutaba verlo tan feliz al hablar del ballet.

Keith se sobresaltó al sentir el toque de la mano fría de Lance sobre la suya. El moreno le devolvía la sonrisa con tanto cariño e inocencia que de momentos le hacía recordar al chico de ocho años.

-Vas a estar más alto que las estrellas. -le dijo y le apretó la mano. Keith se sonrojó y casi sin pensarlo se acercó para dejarle un dulce beso en la comisura de los labios.

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-L-Lance, no... l-la clase va a empezar. -Lance lo tenía abrazado de tal forma que el azabache no podía mover los brazos y le estaba mordiendo el hombro sin cuidado deleitándose con los gemidos acallados del muchacho. Como habían llegado temprano, no tuvieron una mejor idea que irse a recorrer la academia, y resulta que el lugar favorito del moreno fue el pasillo detrás de los camarines de damas, un lugar desierto, cómodo y libre de las cámaras de seguridad. -¡LANCE! -soltó un grito cuando la mano del más alto comenzó a bajar por su muslo.

-Vamos Keith, siempre quise hacerte esto con tu traje de ballet. –

-eres un pervertido. –dijo mordiéndose los labios para no sonreír, pero no tardó en voltearse para abrazarlo por el cuello y fundirse en un beso lleno de caricias y risas.

Entonces les llegó el ruido de pasos acercándose por el pasillo. Los muchachos se separaron en el acto y quedaron apoyados en la pared, con las respiraciones irregulares y el rostro tan rojo como un tomate. Una chica menuda y con el cabello corto revuelto apareció desde los camarines, llevaba el uniforme de prácticas bajo un suéter verde. Keith la vio y la reconoció al instante.

-Hola, Pidge.

-Keith... -dijo ella sin quitarle el ojo de encima a Lance, que no hallaba dónde mirar o esconderse. La muchacha comprendió enseguida qué estaba pasando y a qué se debían los extraños ruidos que había escuchado. -¿Es tu novio?

Decir que se puso nervioso sería quedarse corto. Keith quedó pálido y sin saber qué decir. Las excusas salían de su mente de prisa, pero algo no le permitía hablar, su corazón que latía con fuerza luchaba por expresar lo que sus labios no podían decir: "si, es mi novio"

-Solo soy su amigo. -respondió Lance en su lugar, y fue como escuchar su sentencia. Mil años en prisión hubieran sido mejor. -esperaré en las butacas. -. Dijo y salió por el pasillo lo más rápido que le permitieron los pies.

-Perdona si soy indiscreta, pero a mí no me parece que lo veas solo como amigo. -dijo la chica acercándose un poco más a Keith, o eso pensó, ya que para ese punto estaba demasiado concentrado en evitar quebrarse como para escuchar a Pidge o escuchar algo más que no fuera el sonido de la voz de Lance retumbando en su cabeza. "solo su amigo"

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Hola ^-^ ¿cómo están criaturitas hermosas? Yo estoy confundida .__. escribir este fic me pone muy contenta, escribir es lo que más me gusta en la vida, pero al mismo tiempo me deja un vacío horrible en el corazón :C Keith y Lance son unos inconscientes, mira que andar pisoteando nuestros feels.

Una pregunta, ¿a quién sienten que se parecen más dentro de la serie? (sin contar este ni ningún otro fanfic) Yo no tengo idea .___. haré un test para saberlo y les cuento el resultado en el próximo capítulo. 

Bye!

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