Capítulo uno: Luz de esperanza.

Kim Chaewon daba vueltas en la cocina, comiendo un poco de yogurt con fruta picada mientras miraba su teléfono; ya habían pasado algunas semanas y no había obtenido respuesta de su empresa favorita.

Tantos eran sus nervios que hasta comenzaba a cuestionarse si había cometido algún tipo de error, si se le había olvidado algo, si había entregado mal su número y un sin fin de cosas más.

—Buenos días, Chae.

—Buenos días, Soo.

La mayor notó el desánimo en las palabras de su hermana, y conocía bien la razón.

—Saldremos un rato con B.I, ¿quieres ir? Te noto algo tensa.

—No hace falta, unnie, estaré bien aquí. No quiero rechazar la llamada de una empresa increíble, bueno, si es que me llegan a llamar —rió sin ganas.

—Claro que lo harán, eres genial, Chae —revolvió los cabellos de la menor, para dejarla con una sonrisa e ir con quien la estaba esperando unas cuadras más allá de su casa.

B.I, o su nombre real, Hanbin, Kim Hanbin.

Aprendiz de YG Entertainment, uno de los más destacados y con un pequeño grupo de fans incluso sin haber debutado aún, muy amado por ellas y por eso es que debía ser precavido.

Pues tiene novia a pesar de que su empresa se lo tiene prohibido, y no es nada menos que Kim Jisoo.

La recién nombrada llega con su característica sonrisa de corazón, corriendo a los brazos de su chico, quien la recibe de la misma forma pero debido al cubrebocas, no se nota.

—¿Me esperaste por mucho tiempo?

—No en realidad. Acabo de llegar —ambos rieron, separándose del abrazo para caminar tomados de la mano hacia su cafetería favorita.

Al llegar, tomaron asiento e hicieron el mismo pedido de siempre, la dueña del local ya los conocía, por lo que no fue difícil anotar rápidamente que ambos querían un café helado.

—¿Has estado bien de salud estos días? Tu empresa anunció en redes el pronto debut de sus nuevos artistas bajo el nombre de Ikon, sales muy bien en la foto de presentación.

—Ah, eso —sonrió, esta vez con el cubrebocas ya quitado—, sí, aunque he estado muy ocupado este tiempo, la empresa nos dio el día de hoy libre y quise pasarlo contigo, hace mucho no nos veíamos.

Un sonrojo se pintó en las mejillas de ella.

—Eso es muy lindo de tu parte.

Se sonrieron y se dispusieron a tomar su café apenas éste había llegado.

Pasaron su mañana entre risas, jugueteos y alguno que otro beso robado.

Jisoo estaba feliz, creía que su novio era perfecto.

La canción acabó, y junto con ella, tres chicas dando lo mejor de sí mismas para pasar la prueba mensual, les faltaba tan poco que estaban emocionadas y creían que esta vez sí que lo habían hecho bien.

Los encargados de evaluarlas procedieron a anotar lo último en su pauta, para mirarlas y decirles sus errores.

—Les hace falta una visual.

Las tres asintieron, esperando a que siguieran corrigiéndolas o diciéndoles qué habían hecho bien.

Eso no pasó, y Jennie tomó la palabra.

—¿Es todo?

—Saben lo que nuestra empresa busca promover, lo principal en nosotros son los vocalistas y los visuales.

—Pero tenemos una voz espléndida con nosotras. Una buena bailarina y una rapera. Todas nos esforzamos mucho. Nos hemos alimentado bien, hemos cuidado nuestra piel y nuestro cabello. No nos dejamos ir a dormir la una a la otra sin haber tomado como mínimo tres litros de agua diarios y...

—Es insuficiente —la frenó—. Deben conseguir un rostro inigualable que las represente para llamar la atención, porque por sí solas, no van a lograr debutar.

Las lágrimas se acumularon en los ojos de Jennie, quien se limitó a asentir con la cabeza, siendo abrazada por sus dos compañeras.

—Es todo por hoy, pueden retirarse.

Al salir de la sala de ensayos, las tres rompieron a llorar.

Llevaban años intentándolo y parecía que su sueño cada vez se volvía más lejano.

¿Dónde podrían encontrar una pequeña luz de esperanza?

Eran las 5:35pm. cuando Jisoo llegó a su casa después de su cita con B.I y la sonrisa se le borró del rostro después de todo el día.

“La empresa nos dio el día de hoy como descanso por haber trabajado tan duro, pero luego de esto, no dejaremos de ensayar. El debut es en dos semanas.”

Eso sin duda le había afectado. Claro que estaba feliz porque su novio cumpliera su sueño pronto, pero no podía negar que también la tristeza la invadió al saber que pasarían mucho menos tiempo juntos del que podían ahora.

—Tranquila, Jisoo, ya pasará. Él y yo nos amamos lo suficiente, sabremos afrontarlo.

Suspiró.

—¿Hola?, ¿con la pizzería? —pero sus palabras no eran lo suficiente para calmarla, su estómago también merecía estar contento—. ¿Delivery? No, gracias, pasaré a buscarla apenas esté lista. ¿En media hora? Okay, adiós.

Sonrió y arregló ligeramente su cabello frente al espejo, retocando un poco su maquillaje para tomar su billetera, ponerla en su bolso y salir.

No le preguntó a su hermana si la acompañaría, sabía que le gustaba quedarse sola en casa para poner su música a un volumen que no moleste a los vecinos y pulir sus pasos frente a su espejo.

Jisoo rió porque la imagen mental de Chaewon bailando hasta el himno nacional apareció en su cabeza.

Unos cuantos minutos pasaron cuando Jisoo llegó a la pizzería que quedaba no muy lejos de su casa, recibió su pedido y lo pagó.

Luego de volver, anunció a su hermana que había llegado.

—¡Chaewon, traje pizza!

La menor bajó emocionada. Por hoy, se había resignado a que no recibiría ni un solo correo, mensaje de texto o llamada de la empresa.

Grande fue la sorpresa de Jisoo al darse cuenta de que ella sí.

Estoy: emocionada.

Esto apenas comienza.