✦ Capítulo seis.

Maratón 1/3

Capítulo seis: Hogar.

Ya había pasado una semana desde que Jisoo llegó a la empresa, una semana llena de pruebas.

Entre ellas; horas de baile, prácticas de canto pero en una caminadora, arduo ejercicio físico en distintos tipos de máquinas, aprendizaje de idiomas y mucho más.

Le dijeron que, a pesar de que aún le faltaba demasiado por aprender como a cualquier aprendiz, había superado su semana de prueba con éxito. Logró obtener el contrato y estar oficialmente como trainee en la empresa.

Hoy era su día libre y se encontraba camino al que sería su nuevo hogar; el departamento en el que viven las chicas.

Una, dos, tres maletas y una mochila gigante era lo que llevaba con ella. Creía poder con todo hasta que la mochila resbaló de su hombro y una mano la detuvo de caer al suelo.

—Hey, cuidado —ya conocía bien esa voz.

—¿Jinyoung?, ¿qué haces aquí?

—Salvándote la vida, claramente —alardeó mientras acomodaba la mochila en su espalda.

—Yah, solo recogiste un bolso, no es para tanto.

Él rió.

—Vuelvo de comprar el almuerzo para todos, pero te vi con este montón de equipaje y pensé que necesitabas algo de ayuda —extendió su mano libre en señal de que le pasara alguna maleta y eso hizo Jisoo, dándole la más grande—. ¿Qué llevas aquí?, ¿tu casa, acaso?

—Obvio, la desarmé tabla por tabla y la eché toda aquí.

Ahora ella rió y Jinyoung rodó los ojos, negando.

La única razón por la que ahora Jinyoung y Jisoo se hablaban era por Jennie, su amiga en común que compartía con ambos. El ambiente sería incómodo si fueran los únicos tensos allí, entonces, decidieron llevarse bien...

—Apresúrate, vas al paso de una abuela.

—Iría más rápido si no tuvieras tu casa entera en una maleta.

... o eso intentan.

—Te dejo aquí, yo debo volver con los demás.

—Sí, gracias por la ayuda.

Él solo asintió y se fue, dejando a Jisoo en la entrada de su nuevo hogar.

Tocó el timbre y no pasó mucho tiempo cuando una sonriente Lisa le abrió.

—Unnie, hola. Pasa, déjame ayudarte con eso.

Tomó dos maletas y Jisoo lo demás, quitándose los zapatos para pasar y seguido de ello, la menor cerró la puerta.

El lugar no era tan bonito como lo imaginaba, pero las decoraciones que tenían las chicas en él lo hacían ver agradable.

Claro que era mucho más silencioso que su casa, en donde Chaewon, o estaba cantando, o escuchando música o riendo hasta que le doliera el estómago. Sonrió con nostalgia, extrañaría mucho a su hermanita a partir de ahora.

—¿Ya almorzaste? —Kim negó—, vamos con los demás entonces, Jennie y Rosé están allá. Después podemos volver y ayudarte a acomodar todo, ya sabes, el trabajo es más rápido cuando son más.

Jisoo sonrió con ligereza, asintiendo.

Fue en el departamento en el que viven los chicos donde se reunieron tanto ellos como ellas a almorzar, en donde Jisoo se dio cuenta de muchas cosas.

No tener su celular con ella la hizo ser muy observadora y cautelosa, pues la empresa se lo había quitado al igual que a los demás: les dijeron que era una gran distracción y que, si realmente querían avanzar, deberían dejarlos de lado.

En su lugar, les dieron a cada uno un nuevo móvil del cual podrían ver hasta la más mínima actividad, por lo que era imposible tener citas, inclusive amigos fuera de la empresa. Utilizando así los aparatos solo para lo más importante; ensayar, grabarse bailando y ver los fallos, buscar música, ver si se encontraban lo suficientemente delgados frente a la cámara, aprender a posar en fotos y todo lo relacionado a ser un ídolo, pero nada fuera de ello.

Le mareaba el solo hecho de pensarlo, y también el recordar que ya no podría saber de su novio a menos de que él, por milagro, vaya a su empresa.

Bufó, las pequeñas cosas que le hacían feliz estaban cada vez más lejos de ella y ahora tendría que crear su alegría en este poco conocido ambiente, lleno de presión y restricciones.

—¿Has estado bien de salud? —escuchó que Jaebum –de quien, por cierto, sí obtuvo su autógrafo para Chaewon– le preguntaba a Jackson.

—No voy a mentirte, he estado mejorando pero voy de a poco, no quiero ganar tanto peso de golpe y que me regañen.

—Pero estás muy delgado, debes alimentarte, hermano, apenas has tocado tu plato.

Jisoo decidió dejar de escuchar esa conversación, le haría daño puesto a que ella igual había dejado de comer las cantidades que antes consumía y ahora, la mayor parte del tiempo lo pasaba con un poco de hambre.

—¿Por qué no lo admites? Vamos, soy tu amiga, sé que es él quien te gusta.

—Shh, habla más bajo, nos pueden escuchar.

Esas eran Jennie y Rosé, quienes hablaban sobre el enamoramiento de esta última, aunque Jisoo aún no sabía quién era la persona que le gustaba a su amiga.

Sacudió su cabeza, no debería meterse, ese no era su asunto y mucho menos podía esperar a que la situación pasara a mayores sabiendo que el amor estaba prohibido para todos.

—Mamá vendrá a Corea la semana que viene y no podré verla —comentó con un atisbo de tristeza.

—Querrás decir: no podremos verla. Me encantaban sus galletas —Lisa acariciaba el cabello de BamBam mientras éste yacía en el hombro de ella.

A Jisoo se le quitó por completo el hambre al oír aquello y recordar que ni siquiera pudo despedirse de sus padres como corresponde.

Pero aún con pocos ánimos, tomó fuerzas de donde no habían y prometió ser buena.

Algunas semanas pasaron y todos se encontraban en la sala de ensayo, viendo distintas vestimentas para cada uno, pues irían a presentarse en la calle.

Sí, en la calle.

Quien había dado la idea no había sido nada más y nada menos que Key, integrante de Shinee, quien se encontraba ansioso desde que le comentaron acerca del proyecto de debutar a un grupo femenino y uno masculino en fechas cercanas, teniendo actividades juntos. La idea le pareció tan genial que se la comentó a los miembros de su grupo y a sus amigas cercanas; entre ellas estaba Tiffany.

Y si Jisoo creía que tenía problemas hasta ahora, no sabía lo que le esperaba con esa chica.

Bye capítulos de contexto, hello drama.

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