7. Somos más

Al parecer en la luna de miel no se aceptan niños. Por eso fuí dejada con mi tía junto con mis tres primos. Los odio. Siempre están burlándose de mí, y son muy traviesos, me culpan por todo lo que rompen.

Pase muchos días en la cama llorando, extraño a mami  pero no quería verla llorar de nuevo. No quiero que se preocupe por mí.

Yo quiero que mami sea feliz.

Pasaron dos meses que fueron una eternidad para mí. Mami llegó a donde la tía y me dió un gran abrazo, Tomás también estaba ahí junto a ella, yo solo sonreí inocentemente.

Ese verano ya no éramos dos sino tres, y yo tenía que hacerme a la idea de que Tomás era mi nuevo papa.

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