36. Café
Concentrada en ingerir mi delicioso regalo (que por cierto estaban tan deliciosos como este hombre enfrente de mí) el chico pareció más inquieto que un niño al pedir un juguete, yo ya me imaginaba lo que el quería. Sexo o un beso como mínimo si es decente.
Al terminar mi dulce (una parte, no pude comerme todo el ramo por tentador y delicioso que se viera). Le ofrecí agua o cafe, bueno cualquier cosa que quisiera beber; elegió café y amargo, yo le entregué su bebida y el se lo tomó sin mucha prisa.
Ya han pasado veinte minutos y él no termina con ese café ¿acaso me está poniendo a prueba? Porque no soy muy paciente que digamos.
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