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Cuando Clarisse tenia 9 años, la escuela donde estudiaba ella habían llevado a los niños al zoológico, todos los niños estaban emocionado excepto ella, todos los animales eran aburridos excepto el búfalo, pero la maestra no los iba a llevar por los animales peligrosos.


Ahora mismos estaban viendo a las cabras y muchos los acariciaban y jugaban con ellos, Clarisse estaba sentada en un banco observando como todos sus compañeros estaban embobados con los animales inofensivos.


Si fuera por ella se hubiera ido a ver a los búfalos, pero no quería ser expulsada de otra escuela, en tan solo 2 meses ya había sido expulsada de 6 escuelas. Pero ella no podia evitarlo, su personalidad era así, ademas se enfadaba cuando le hacían burla sobre su dislexia o criticaban a su madre porque era madre soltera. 


- Clarisse - alguien pronuncio su nombre.


Ella miro alrededor del zoológico pero había nadie, volvieron a llamar a su nombre pero nadie estaba cerca de ella, a la tercera vez que llamaron su nombre vio a su maestro favorito  que la estaba llamando. 


Ella sin ganas se acerco a el, seguramente harían un reporte porque ella estaba alejada del grupo, cuando llego hasta el, vio algo extraño en su maestro.


- Hay algo que tengo que mostrarle señorita La Rue - el dijo y ella fue detrás de el. 


Cuando llegaron allí,  el maestro se transformo en cuestión de segundos, eso era un minotauro y lo sabia porque su amigo imaginario que tenia en la infancia le contaba de ellos. 


- Prepárate para morir hija de Ares - el le dijo y le tiro una daga.


En ese momento uno de los dijes de la pulsera que su madre le había dado cuando tenia 7 años, empezó a brillar, apenas lo toco se transformo en un lanza.




Empece a pelear con el monstruo y aun no podía creer que yo era mas ágil que el, en un momento el logro herirme y mi lanza se cayo al suelo, pensé que seria mi fin pero entonces el monstruo se hizo polvo, cuando  levante mi cabeza vi que era el entrenador.




El se acerco a mi preocupado y por primera vez vi que el tenia las piernas peludas y cuernos en la cabeza.


- No te asustes - el me dijo - soy Gleeson Hedge tu sátiro protector -


-¿ Protector ?- le pregunte sin entender.


- Eres una semidiosa  - dijo el - hija de un dios griego -


- Aja - le dije y me di vuelta para irme.


- Nunca sentiste que eras diferente - deje de caminar - que eras especial, hay un lugar para chicos como tu, confía en mi -


Mire para donde estaba el resto de mis compañero y después lo mire con el, inmediatamente recordé todo lo extraño que me había pasado desde que yo solo era una niña y sabia que estaba diciendo la verdad. 


- Voy contigo - le dije - pero mi tengo que avisar a mi madre -


- Ella ya sabe - el me dijo.


Ambos salimos del zoológico y nos subimos a la camioneta  que el tenia, me di cuenta que en el asiento trasero había muchos bolsos y dos de ellos  había ropa mía. 


- Descansa - dijo Gleeson - hay un largo camino al campamento.-


Yo cerré los ojos y mientras trataba de dormirme empece a escuchar el sonido de una flauta, eso hizo que me quede dormida rápidamente. 



A/N: ¿ Que les parece ? Se que es un poco parecido a lo que ocurrió con Percy, pero me imagino que así paso con todos los semidioses.  Como siempre me gustaría saber tu opinión. 

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