Tuyo.
Por fin se podía contemplar un hermoso cielo soleado después de varios días muy nublados y fríos por la temporada de invierno, la tarde era bastante agradable para ir a darle una visita a la cafetería del centro de la ciudad. Y hay estaba Naoya junto a la esposa de Toji y la hija de esta, disfrutando de un dulce y cálido café además de un par de bocadillos, los tres sentados en las mesas que estaba por fuera de la cafetería.
— Y dinos ¿Cómo es ese hombre tan misterioso con el que estas saliendo? — Pregunto con curiosidad la señora Fushiguro.
— ... — Naoya estaba tomando un sorbo de su taza de café cuando escucho aquella pregunta, se quedó en blanco por unos segundos, luego dejo la taza, y sonrió de forma tonta. — Él... Él es... no sé cómo explicarlo... es el hombre más maravilloso de este mundo, tiene una voz, y una forma de caminar que ufff... es tan fuerte, tan dedicado, tan atento... hay todo me encanta de él, además tiene ese tipo de personalidad seria y madura, pero también es muy amoroso... realmente quiero hacerlo feliz siempre.
— Vaya, se oye como un muy buen partido. — Comento la hija. — Ojalá yo pudiera encontrar un hombre así... solo he salido con tontos. — Bromeo un poco, procediendo a beber su café.
— Quisiera conocerlo algún día, suena como un chico muy bueno para ti, puedes invitarlo a nuestro hogar cuando quieras. — Sonrió la pelinegra con entusiasmo mientras le tocaba el brazo a Naoya con cariño.
Naoya jamás pensó que la relación que tenía con la esposa de Toji fuera a escalar de esa manera, si es que la mujer le tenía bastante cariño, lo miraba casi como un hijo, aún más cuando le fue contada aquella otra historia tan triste, Naoya le platico de forma privada como nunca había tenido una madre, que creció solo, aunque tuviera a su padre, siempre se sentía solo, descuidado, a pesar de que lo tenía todo hablando de lo económico, siempre sintió que le hacía falta el amor materno. Además, agrego lo de sus preferencias sexuales, de cómo sería repudiado y echado de su clan por tan solo confesar el hecho de que amaba a un hombre, todo eso fue suficiente para ganarse la compasión de aquella mujer de noble corazón.
Se estaba haciendo tarde, Naoya acompaño a las chicas al departamento, Toji estaba fuera de la ciudad, pero su llegada sería pronta, como a eso de la media noche, así que se aseguró de que ellas llegaran bien, para luego irse el a su propio hogar.
Llegando a su casa, su padre lo estaba esperando en la sala principal, no lucia muy feliz, parecía harto, harto de las acciones de su hijo.
— Has estado bastante ausente, ¿Qué está pasando? Me enteré hace días que usaste la casa de descanso, ¿llevaste a alguna mujer a ese lugar?
— Fui solo... a veces necesito apartarme de toda esta mierda.
— ¡No me faltes al respeto! ¡Siempre has sido un mocoso irrespetuoso y mal agradecido! — Se notaba la poca paciencia en la voz y gestos de Naobito. — Quiero saber la verdad, ¿Qué demonios pretendes? ¿Por qué ocultas todo? ¿Estás viéndote con alguien de la familia? ¿Es con tu prima Mai? Por dios, si eres tan estúpido como para meterte con alguien de tú mismo clan.
— ¡No es eso, maldita sea! ¡Déjame en paz! — Grito el joven ya harto de la situación con su padre, sabia a donde iba toda esa conversación. A veces preferiría verlo muerto.
— ¿O no me digas que estás viéndote con un hombre? — soltó una risa seca, volviéndose bastante homofóbico. — Sabes que te cortaría la cabeza aquí mismo si ese fuera el caso. — No había pisca de juego en aquellas palabras. — Déjame decirte, que si resulta que eres un asqueroso homosexual te voy a...
— ¡Esa es una maldita estupidez! ¡No soy nada de eso! — Estaba ya temblando del enojo en este punto, pero trataba de mantenerse con su actitud arrogante, dándole una sonrisa nerviosa. — He hecho mucho por este maldito clan, ¿qué más quieres de mí, padre?
— Sabes muy bien lo que quiero, el tiempo pasa muy rápido, necesito que me des por lo menos un maldito nieto, no sé con qué mujer, puede ser cualquiera eso es lo que menos importa, pueden ser con varias, eso no me importa tampoco, solo dame algo de maldita descendencia, ¿es tanto pedir? Solo por favor, no seas tan estúpido como para elegir a alguna de tus primas.
Naoya se quedó en silencio en este punto, no quería seguir discutiendo más con su padre, solo observo como el mayor salía por la puerta principal, dejándole completamente solo en aquel intento de ''hogar''. Fue directo a la cocina, re buscando en la parte baja de la alacena, saco todas las botellas de sake que había, no era un fan de las bebidas alcohólicas, pero estaba claro que en ese momento necesitaba emborracharse, perder la conciencia, ahogar todos esos sentimientos reprimidos que no podía gritar. Se llevo todas las botellas a su habitación, encerrándose en esta, comenzó a darse un gran atascó acabándose dos botellas en un par de tragos, cuando se sintió lo suficientemente mareado sujeto su celular torpemente, sabía bien que Toji llegaría a la ciudad por la media noche, le llamo pidiéndole, o más bien rogándole que no llegará a casa con su esposa, necesitaba verlo en ese momento, se sentía tan triste y vulnerable, su voz se escuchaba casi llorosa.
Toji apareció sobre la ventana abierta, entrando a la habitación de su primo menor, solo pudo observarlo sentado sobre el piso con varias botellas vacías regadas por ahí, Naoya en cuanto noto la presencia del mayor se levantó de inmediato, arrojándose a sus brazos en un fuerte abrazo, se aferraba a el como si su vida dependiera de eso, escondiendo su rostro en aquel amplio pecho. Toji correspondió el abrazo, pero de una manera más suave, luego llevo una de sus manos hacia la cabeza del menor, acariciando sus cabellos, como siempre solía hacerlo, aunque ahora era para tranquilizarlo.
— Toji... Quédate conmigo... — Balbuceo.
— Lo haré, solo dime ¿Por qué has bebido tanto? Me extraña de ti.
— No quiero hablar de eso... Solo por favor, no me dejes solo, te necesito...
Toji dio un paso hacia atrás, sujetando a su primo menor de los brazos, quería verlo mejor, quería ver su rostro. Lucia tan agotado y desganado, cosa que no le gustaba, no le gustaba verlo en ese estado.
— Si no quieres decirme está bien... pero si me quedo contigo, voy a beber algo. — Camino hasta una de las botellas que aún estaba llena, la sujeto dándole un trago. — Ah, tenía tiempo de no probar algo de alcohol. — Un pequeño eructo salió de su boca.
— ... — Naoya soltó una pequeña risa inconsciente cuando escucho el eructo.
El pelinegro decidido recostarse con su cuerpo de lado sobre la cama como si fuera la suya propia, mientras observaba como el menor solo estaba parado.
— Y pensar que en este lugar tuvimos sexo por primera vez, que lindo recuerdo me vino a la mente.
— Si yo también lo recuerdo, siempre fue como me lo había imaginado... — el joven zenin pudo sonreír en ese momento, acomodándose un lado del pelinegro, quedando acostado sobre la cama junto a él.
— ¿Siempre habías soñado tener sexo con un hombre tan guapo como yo?
— Siempre había soñado con estar contigo, Toji.
La voz de Naoya era notoriamente la de un ebrio, entre cortada y temblorosa, pero aún conservaba bastante de su conciencia para hablar con solo la verdad. Pero ahora Naoya se sentía en calma, no por el exceso de alcohol en su sistema, si no por el hecho de que su primo mayor estaba con él, brindándole su calor y cariño, deseando tanto que así fueran todas sus noches. Dudaba mucho minutos antes de que en verdad Toji fuera a verlo a esas horas, si es que el pelinegro ya tenía el compromiso de llegar a su hogar con su esposa.
— Sabes que yo te amo... Yo te amo mucho, Toji... — Naoya tenía recargada su cabeza sobre el pecho del pelinegro, cerro sus parpados, mientras balbuceaba aquellas palabras, estaba comenzando a quedarse dormido.
Luego el celular de Toji comenzó a vibrar, era su esposa llamando, despierta ella lo estaba esperando como siempre solía hacerlo. Ahora a la mujer en esta ocasión le parecía extraño que Toji no llegara a la hora que se supone que ya debería estar en casa, Toji dejo que la llamada se perdiera, para después sacar su celular de su bolsillo mirando que su esposa le había dejado un mensaje de voz, lo reprodujo, colocando el celular en su oído, la voz dulce de la mujer comenzó a sonar.
'' ¿Estas bien, cariño? Solo estoy un poco preocupada de que aún no hayas llegado, y de que tampoco hayas avisado si te quedarías más tiempo, espero que todo esté bien, llámame cuando puedas, cariño... y... y recuerda que te amo, a pesar de que hemos estado un poco distantes... te amo mucho. ''
Escucho las últimas palabras de la mujer al mismo tiempo que escuchaba los balbuceos de Naoya, quien solo repetía en voz baja que lo amaba mucho.
Nota: ya el capitulo 10 genteeee!!! para celebrarlo voy a rifar una noche de pasión con Toji Fushiguro, para participar comenten cuanto le mide a Toji nahhhh mentira es broma jajaja
Nota 2 : bueno ahora si solo quedan dos capituloooos solo 2 para acabar esto :( pero igual creo que empezare otra historia de Naoya y Toji cuando termine esta:) quisiera hacer un omegaverse pero no se jaja no me gustaría que se burlaran del hijo diciéndole cosas como : ''tus papás son primos''😭😭😭
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