Fuera del limite.
Era un fin de semana por la noche, casi la hora de cenar en el hogar de los Fushiguro, la esposa de Toji estaba cocinando un rico estofado el cual extendía su olor por toda la cocina.
Megumi y su hermana estaban charlando en la sala, por ser fin de semana podían pasar el sábado con sus padres.
Toji comenzó a preparar la mesa, colocando los platos, vasos y demás cubiertos.
— Cariño, ¿puedes poner un plato más? Tendremos un invitado hoy.
— .... — El pelinegro hizo lo que se le pidió, a la vez que se quedó pensando en quien sería ese ''invitado''.
De repente se escuchó como la puerta principal era tocada, la hija mayor se levantó del sillón, caminando hacia la puerta, la abrió para observar quien estaba del otro lado, un chico joven con una gran tarta de manzana entre sus manos, luciendo una radiante sonrisa. La chica castaña lo dejo pasar, sabia de quien se trataba pues su madre ya le había hablado del invitado que tendrían esa noche.
— Que gusto verte de nuevo, Naoya. — Hablo con entusiasmo la esposa de Toji, mientras caminaba hacia el joven. — ¿Es esa una tarta? Se ve muy bonita, ven dámela, la pondré en el refrigerador para que se conserve.
— No podía venir a una cena con las manos vacías, la compre en la mejor tienda de repostería de la ciudad, espero la disfruten mucho, realmente es deliciosa. — Naoya le entrego la tarta a la mujer.
Toji se quedó atónito, no pensó que su esposa fuera a invitar a la cena a su primo menor, y en su cabeza daba vuelta la pregunta de ¿Cómo lo hizo? Luego buscaría respuestas, ahora solo quedaba actuar como si nunca se hubiera acostado con Naoya, mantendría una actitud positiva, aunque el hecho de que su primo estuviera conviviendo con su familia era algo que no le gustaba para nada, siempre iba preferir mantener sus ''dos vidas separadas.''
— Vaya, hasta ahora tengo la oportunidad de ver a toda la familia reunida, tenía mucho deseo de conocer a todos mejor, aunque a Megumi ya le había visto antes, no sabía que tenía una hermana mayor. — Siguió hablando Naoya, dirigiéndose a los hijos de Toji, luego charlo un poco con la chica castaña, siendo muy amable.
La mesa estaba servida, todos se sentaron a disfrutar de la cena, comían y bebían con normalidad, hasta llegar al punto de que casi todos habían terminado sus alimentos, ahora una pequeña charla grupal se desarrolló sobre la mesa. Megumi comentaba sobre algunas cosas de la escuela de hechicería, pero sobre todo hablaba mucho sobre Itadori.
— Vaya, hijo, mencionas mucho a ese Itadori... no me hagas pensar que estas enamorado de él. — Dijo Toji con tono de burla y una risa.
— El solo es un amigo, papá. — Respondió con seriedad el joven pelinegro, sintiéndose incomodo, porque realmente si tenía algo con Itadori, pero aún no se sentía listo para avisarlo.
— No molestes al niño, cariño. — Hablo su madre en defensa. — Además si le gustará su compañero, nada cambiaria, nosotros lo seguiríamos amando igual, porque eso es lo que hacen los buenos padres.
— Esta bien, no pasa nada. — Megumi hablo en voz baja.
— Escuche hace unos días en la florería como una de mis compañeras tenía un novio, pero parece ser que este la engaño con otro hombre. — Comento la hija mayor, continuando la plática.
— Bueno, eso sí que no está bien... ser infiel no importa si es con otra mujer o con un hombre es algo inaceptable. — Volvió a hablar la esposa de Toji.
— Es cierto, no imagino que clase de basura podría hacerle eso a otra persona, no, no, no, la infidelidad es totalmente despreciable. — Naoya miro a Toji al decir estas palabras.
La velada se alargó más de lo esperado, así que se le ofreció a Naoya quedarse a dormir esa noche, no fue molestia para él, y acepto, dormir en el sillón de la sala principal le parecía bien. Con una sábana encima suyo se encontraba recostado. Megumi estaba en su antigua habitación, así como su hermana en la otra que antes también era suya. Toji descansaba con su esposa en la habitación más grande. Aunque el pelinegro parecía que no podía conciliar el sueño, se levantó, observando como su mujer dormía plácidamente, ella siempre tuvo el sueño muy pesado. Toji se tocó la frente notando que sus molestias eran síntomas de fiebre. Era raro que el se enfermará, pero cuando lo hacía sí que se ponía mal. Sentía su cuerpo muy caliente, así como un molesto dolor en los músculos, y un pequeño estornudo escapo de su nariz, odiaba tanto cuando se enfermaba de gripe. Camino lentamente hasta el baño iría a tomarse un par de pastillas que guardaban en un botiquín que tenían arriba del lavamanos. Todo el departamento estaba en oscuridad así que cuando entro al baño, prendió rápidamente la luz para buscar el medicamento, se tomó dos pastillas para la fiebre, y luego se miró en el espejo sus mejillas estaban rojas y su mirada demostraba que estaba comenzando a enfermar. De repente se escuchó como la puerta del baño se abrió, alguien más entro cerrando después la puerta con el seguro.
— ¿Qué pasa, primo? ¿No puedes dormir? Creo que ya somos dos con insomnio. — Hablo Naoya en voz baja, sonriéndole con travesura. Se acerco más al mayor posando una de sus manos en el pecho del el, lo sujeto de la ropa, empujándolo de un solo movimiento rápido y fuerte hacia atrás, haciendo que Toji se sentará sobre el inodoro cerrado. Naoya paso a sentarse de frente encima del pelinegro, restregando su trasero en aquel enorme bulto, luego coloco sus manos en las mejillas del mayor. — Vaya, luces un poco enfermo... ¿quieres que te haga sentir mejor? — le susurro al oído con lujuria, pasando su lengua cerca la oreja ajena.
— ... — Toji solo lo miraba de forma seria, sin decir nada por solo un par segundos hasta que abrió sus labios lentamente. — Quítate los putos pantalones si quieres que follemos aquí.
Naoya sonrió de nuevo, e hizo caso de la petición bastante rápido quedando encima otra vez de Toji, quien ahora había bajado sus pantalones lo suficiente para dejar en libertad su virilidad erecta. Naoya sujeto aquel enorme miembro mientras se sentaba lentamente encima de él, estaba consciente que podía ser un poco doloroso en esa posición, pero Toji lo tomo de las caderas empujándolo hacía abajo, ingresando completamente su virilidad de forma brusca dentro de aquella cavidad. El joven se mordió los labios, reprimiendo un gran quejido, por su reacción era notorio que sentía dolor, un dolor mezclado el delicioso placer de ser penetrado de forma tan salvaje por su primo mayor. Luego prosiguió a mover sus caderas de arriba hacia abajo con rapidez. El pelinegro también contenía sus jadeos, pero era tan obvio que estaba disfrutando todo el acto, no se movió dejando que su primo menor hiciera el trabajo, solo se limitaba a sujetarlo de las caderas con fuerza. No sabía cómo había llegado a tal situación, juro jamás tener sexo con su amante en el hogar que compartía con su esposa e hijos, quería echarle la culpa a los síntomas de su enfermedad, su mente no estaba conectando bien con su cuerpo, sus instintos respondían por el en ese momento y no podía detenerse, sin importar que podían ser descubiertos en cualquier momento.
— Ah... Te amo, Toji. ♡♡♡
— ¿Me amas a mi o amas cómo te follo?
Se besaban con tanta pasión y desesperación, mientras continuaban el acto sexual. Naoya se movía mucho más rápido encima de su contrario, buscando provocarle un orgasmo, lo cual no tardo mucho en conseguir, sintiendo como el pelinegro eyaculaba bastante de su semen dentro suyo.
Pudieron salirse con la suya, una vez terminado el intimo encuentro fugaz y arriesgado, cada quien volvió a su lugar, Naoya pudo ahora dormir como un bebé plácidamente en el sillón, mientras Toji se mantenía aún más despierto, con su vista fijada hacia el techo, pensando en que demonios estaba haciendo con su vida. El pelinegro ahora giro su rostro observando a su esposa aún dormida, lucia como un ángel, tan bella tan buena, en comparación con él, quien seguía siendo un gran hijo de puta sin remedio, que la engañaba con su familiar, cada que podía, incluso hasta en su propio hogar.
Nota : Veo que hay personitas que siguen mi historia jeje cuando escribí esto pensé que nadie lo leería por ser esta una ship tan desconocida pero bueno, solo digo que la historia terminara pronto y me da un poco de nostalgia decirlo.
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