4. "Cuando las tentaciones sobrepasan la voluntad"

4. Cuando la tentaciones sobrepasan la voluntad.

JOSH

Me cago en mi puta madre. ¿Dónde cojones va así? Dios. Cuando la veo entrar en el salón con unos shorts de mierda y esa camiseta diminuta solo quiero arrancarle todo con los dientes y tocar todo su cuerpo. Mi polla parece querer lo mismo porque en seguida se pone alerta. Respiro disimuladamente para que no lo note, tratando de relajarme.

Venga, tío, esto no está bien, es la hermana pequeña de tu mejor amigo.

Camina hasta la encimera para coger el librillo de papel y observo ese culo perfecto a través su pantalón. Se gira y sonríe cuando me pilla mirándola. Va hacia la cadena de música y le da al Play. Mierda, lo que me faltaba. El puto CD de reggaetón de las gemelas sigue ahí y la primera canción empieza a sonar. Coge un poco de marihuana y se pone a hacerse el porro mientras sigue el ritmo de la música con sus caderas. Cielo santo. Agarro la botella y le doy un trago, frunciendo el ceño al sentir cómo baja por mi garganta y recordar que ha escogido la de tequila. Así, sin limón ni nada. Enciende el porro y comienza a bailar mientras me mira y expulsa el aire.

—Baila conmigo —pide mirándome fijamente sin dejar de moverse.

—Ni loco. —Suelto una carcajada amarga y niego con la cabeza.

—¿Por qué no?

—No creo que bailar esta música contigo sea lo más acertado, Wendy. —Me levanto para quitarle el porro y abrir la puerta de la terraza, necesito aire fresco.

Aprovecha que en una mano tengo la botella y en la otra el porro, para poner sus manos en mi espalda y atraerme hacia ella. Se restriega conmigo al ritmo de la música, y Dios, juro que tengo que hacer más esfuerzo del que he hecho en toda mi vida para no levantarla del culo y follármela contra la puta mesa. La aparto de mí con suavidad y camino para sentarme de nuevo en el sofá. Ella se sienta a mi lado y me quita la botella, le pega un buen trago y cierra los ojos con fuerza.

—Es que eres una bestia. ¿No podemos beber algo más suave?

—¿Más suave? —ríe— A ver si al final el niño vas a ser tú.

—Muy bien, mañana no quiero reclamos. Tu hermano me matará por emborracharte. —Le doy otro trago a la mierda de bebida.

—¿Por qué te molesta tanto que me haya acostado con Connor?

Esa pregunta me pilla tan por sorpresa que me atraganto. Ella sonríe y da otra calada esperando mi respuesta.

—Porque eres una cría y él es...

—¿Otra vez con esa mierda? —me interrumpe—. No soy ninguna cría, Josh —se queja levantándose enfadada.

No quiero que se vaya, así que la sujeto por la muñeca para sentarla de nuevo y disculparme. Estoy muy a gusto, sé que quizá no deberíamos estar haciendo esto, pero la verdad es que ahora mismo no me importa una mierda.

—Vale, perdona. —Me mira dudosa—. Lo siento.

Le ofrezco el porro como tregua, acompañando el gesto con una carita de ángel, y ella lo acepta con una sonrisa.

Estamos un rato más con este tira y afloja, y la risa va haciéndose cada vez más presente a medida que el tequila hace su trabajo. De pronto empieza otra canción y ella se levanta deprisa.

—Vamos, esta tienes que bailarla conmigo —suplica haciendo pucheros y tirando de mí.

Pero en lugar de levantarme hago fuerza y pierde el equilibrio. Cae sobre mi cuerpo, poniendo una pierna a cada lado mi cadera, justo cómo la última vez. Su rostro se pone serio y sus ojos se oscurecen, dando paso a un brillo excitante. De pronto y sin saber cómo ni por qué, comienzo a decir la letra de Daddy Yankee en voz alta.

—"Dime por qué tan solita, ¿a quién esperas?Dime lo que necesitas y sin miedo te lo daré... Dime por qué no te explicas, calma mi ansiedad... Dime por qué tan bonita y sin nadie que te acompañe..."

Para mi sorpresa, y contra todo pronóstico, ella continua donde yo lo he dejado.

—"Aprovecha que aquí estoy, después de hoy quizás no se dará otro chance... Te vi tan solo que no me concentraba... No quiero tanto, solo te pido una noche..."

Ha dicho solo en lugar de "sola", que es lo que dice la canción, así que sé que no lo está diciendo por decir, me lo está diciendo a mí.

Acerca su rostro al mío y siento su respiración caliente a pocos centímetros de mi boca. Sus ojos observan mi boca sin ningún disimulo, llenos de deseo.

—Wendy...

—Shh. —Coloca un dedo en mis labios.

Los acaricia con la yema y humedece los suyos, haciendo que dirija mi mirada a ellos. Joder, quiero besarla desesperadamente pero sé que mañana me arrepentiré y que todo esto que siento es por el puto alcohol y la marihuana.

Se acerca a mi cuello y lo acaricia con los labios, rozándome suavemente con la lengua. Mi polla se endurece y mis manos viajan a su cintura, clavando los dedos en ella.

—Wendy, para... Esto no está bien.

No me hace ni puto caso. Sube hasta mi oreja y muerde el lóbulo de ésta con suavidad, haciéndome sentir su respiración, un poco entrecortada.

—Maldita sea, niña... Para...

Me muerde fuerte cuando la llamo niña y mis manos bajan instintivamente a su culo, apretándolo con fuerza. Suelta un gemido contra mi oreja cuando lo hago y mi polla me pide a gritos que me deje llevar, pero mi cabeza me dice que la aparte de mí antes de que sea tarde. Pero ya lo es.

—Mierda.

Sujeto su cara con una mano mientras coloco la otra en su cabeza, y choco mi boca contra la suya de manera casi salvaje. Su lengua busca la mía con rapidez y por supuesto, la encuentra. Pasa sus manos por mi cuello intentando atraerme a ella lo máximo posible y yo hago lo mismo. Pongo una mano en la parte baja de su espalda mientras aprieto su culo con la otra. La tengo tan dura que siento que le voy a hacer un agujero a los pantalones. Meto mi mano por dentro de su camiseta para quitársela, pero entonces escuchamos las llaves en la cerradura. Dejo de besarla inmediatamente y se levanta pasando sus dedos por el pelo, intentando arreglar el desastre que han producido mis manos al agarrarla.

La puerta se abre y Rick entra. Se queda paralizado, analizando la situación con la mirada desde el umbral. Me mira a mí, luego a ella. Sé que está fijándose en su "pijama" porque la recorre de arriba abajo con sus ojos, frunciendo el ceño de inmediato de manera reprobatoria. Después mira la botella de tequila casi vacía y los porros en el cenicero. Antes de que vuelva la vista hacia mí, cojo una almohada y me la coloco encima, lo último que necesito es que vea el bulto en mis pantalones. Miro cómo Wendy juega con sus dedos, nerviosa, al mismo tiempo que muerde su labio inferior. Ese labio que, al igual que el de arriba, está rojo e hinchado debido a mis besos. Los míos deben de estar igual...

Rick cierra la puerta y camina hacia nosotros. Cierra los ojos soltando el aire que contenía mientras se restriega la cara y pasa la mano por su pelo, ya despeinado. Imagino que Jenna o Vicky son las responsables.

—Hablad —se cruza de brazos, enfadado.

—Ricky...

—Ha sido culpa mía —la interrumpo—. El gilipollas de Connor vino a buscarla para llevarla a la fiesta, pero le mande a tomar por el culo y no la dejé salir —asiente y yo sigo hablando—. Entonces me dio un poco de pena haberla jodido la noche así que pensamos en beber un poco en casa.

—¿Y por qué vas vestida como las gemelas? —le dice a ella.

—Empecé a tener calor por el tequila y... fui a cambiarme hace unos minutos.

—¿Has fumado? —Ella asiente con la cabeza y Rick me mira con ganas de partirme la cara.

—Él no tiene la culpa, Ricky... Fumo desde hace años...

—¿Qué acabas de decir?

—Joder, ¿estas sordo?

Mierda, Wendy, por ese camino no...

—Vete a la cama. Mañana hablaremos cuando no parezcas una maldita alcohólica.

—¿Yo, alcohólica? ¡Si yo soy una alcohólica tú eres un puto drogadicto, joder!

—Márchate ahora mismo si no quieres que te cruce la cara. —Da un paso hacia ella.

—Eh, hermano, no te pases. —Me entrometo avanzando un poco.

—Eres un puto irresponsable. Se suponía que tenías que cuidar de ella y parece que habría estado incluso mejor con el estúpido de Connor. 

—¿¡Eso crees!? A ver si sigues pensando lo mismo cuando leas los putos mensajes que le envía a tu hermana, joder. —Le tiro el móvil y camino hacía mi habitación sin mirarla a ella.

Sé que Wendy me odiará por esto, pero no he podido evitarlo. Eso que ha dicho ha sido un golpe muy bajo. 

WENDY

—¿¡Que mierdas significa esto!? —me pregunta mi hermano después de leer los mensajes.

—Creo que está bastante claro. —Tiro de su mano para quitarle el teléfono.

—¿Te has acostado con ese hijo de puta? ¡Mierda, Wendy! Ni siquiera sabía que no fueras virgen. —Ese último comentario produce que una carcajada salga de mi boca, lo que provoca que Rick apriete la mandíbula y le pegue un puñetazo a la pared, sospecho que para no dármelo a mí.

Me fulmina con la mirada y desaparece en su dormitorio. Yo me quedo ahí, de pié. Sin saber lo que acaba de pasar. Sin saber cómo he llegado a besar a Josh y sin saber... o mejor dicho, sabiendo lo que habría pasado si mi hermano no llega a aparecer.

Camino por el salón, de un lado para el otro. Comienzo a sentirme mareada de verdad, así que salgo a tomar un poco el aire a la terraza, pero siento que me mareo de nuevo y estoy a punto de caerme al suelo cuando unas manos me sujetan con fuerza por la cintura.

—Lo siento —murmura muy cerca de mi rostro—. No tenía que haberle dado el móvil, pero me ha molestado mucho lo que ha dicho.

—Da lo mismo, Josh, tarde o temprano iba a enterarse. Sobre lo que ha pasado...

—Ha sido una maldita locura, Wendy —confiesa sin apartar las manos de mi cuerpo—. No tendría que haberme dejado llevar de esa manera.

—Lo sé... No sé qué me ha pasado... —Bajo la mirada a mis pies, avergonzada—. Debo admitir que al principio solo quería jugar un poco... provocarte para que vieras que no soy ninguna niña...

—Pues lo has conseguido.

—Lo siento. No volverá a pasar, hasta mañana.

Entro en el salón y camino hasta mi cuarto, maldiciendo mentalmente esta puta noche. Está claro que el Karma siempre te la devuelve triplicada.

Han pasado dos semanas desde que Josh y yo nos besamos, y desde que mi hermano se enteró de lo de Connor. Desde ese día no me deja sola ni a sol ni a sombra, es un verdadero incordio. Evito a Josh todo lo que puedo porque me muero de vergüenza cada vez que le miro a los ojos. Gracias a que hace una semana empecé la universidad, he podido pasar la mayor parte del día allí. He hecho varias amigas pero con la que mejor me llevo es con Tiffany. Vive en una casita con su primo, pero a él aún no le conozco.

—Tiff, deja de insistir, mi hermano no me va a dejar salir —repito mientras cruzamos el campus.

—Pero Wen... —lloriquea— ¡Es la maldita fiesta de los novatos! ¡No podemos perdérnosla!

—A ver, Tiffany, usa un poquito esa preciosa cabeza. ¿Para qué ir a una fiesta donde van a gastarnos bromas pesadas, pudiendo evitarlo?

—Que ya te he dicho que no van a hacernos nada. Mi primo es de último año y ya sabes que son ellos los que se encargan.

—Me da lo mismo, yo ni siquiera le conozco.

—Más razón para venir, así te lo presento de una vez. Ha estado insoportable desde que le enseñé tu maldita foto. —Pone los ojos en blanco.

—¿Le gusto o qué? —río.

—Dice que estás buena.

—¿Y él está bueno? —pregunto curiosa.

—Agh cállate, es mi primo.

—Dame tu opinión objetiva.

—Joder. Pues sí... No está mal... O eso dicen al menos todas las idiotas que le ven.

—Interesante. ¿A qué hora es esa fiesta?

—¡Sí! —grita provocando que toda la gente nos mire.

JOSH

Estoy hasta la polla de que Wendy me evite. Lleva dos malditas semanas marchándose temprano de casa y volviendo tarde. Y cuando llega se limita a saludar y dar las buenas noches para encerrarse en su cuarto. En realidad no sé por qué me molesta tanto... Es lo mejor para los dos. Lo sucedido aquella noche no puede repetirse o ambos tendremos problemas. Además... Bueno, no. Nada.

Esta noche es la fiesta de las novatadas y no pienso perdérmela. Es divertido ver como joden a esos novatos, a pesar de que Wendy vaya a ser una de ellos. Me la suda, que se joda por evitarme. A pesar de que Rick y yo no vayamos a la universidad, asistimos igualmente a todas estas fiestas, hay tías muy interesantes en ellas.

—Hermano, necesito quinientos pavos.

—¿Y tu dinero? —pregunta frunciendo el ceño.

—Vamos, no me hagas ir al banco.

—¿Para que los quieres?

—Ya sabes para que los quiero.

—Bien, toma mil y pilla para los dos —dice lanzándome su cartera.

—Vale.

Rick coge una toalla y sube las escaleras hacía el gimnasio. Yo saco la pasta y dejo su cartera sobre la mesa, antes de coger mi teléfono y escribir a Jenna.

3.56pm Yo
Necesito 8 gramos de coca, 40 pavos de maría y 3 paquetes de tabaco. Y lo necesito para esta noche.
3.57pm Jenna
No hay problema. En un par de horas me paso.

Pienso en lo que puedo hacer durante las próximas dos horas. Se me ocurre nadar un poco cuando la puerta principal se abre, Wendy entra y sin mirarme va hacia su habitación. Se acabó, estoy harto de esta mierda. La sigo y entro sin llamar.

—¿Qué coño pasa contigo? ¿No sabes llamar? —Protesta cubriéndose con la camiseta que se acababa de quitar.

—Tú no llamas nunca así que, ¿por qué debería hacerlo yo?

—¿Qué quieres? Tengo cosas que hacer.

—Quiero saber por qué llevas dos semanas evitándome. —Cierro la puerta para que Rick no nos oiga y me acerco a ella.

—Yo no te evito.

—Una mierda que no.

—No te evito, simplemente tengo cosas que hacer. Además, ¿por qué te importa? No es cómo si hubiéramos sido amigos de toda la vida —dice dándose la vuelta, dejando a la vista su espalda cubierta solo por el sujetador.

Siento unas ganas inmensas de ir y acariciar su piel. Joder, ¿por qué cojones tengo ganas de hacer eso?

—Pues no. Pero después de lo que pasó entre nosotros pensé que tal vez...

—Pues pensaste mal —me interrumpe dándose la vuelta—. Mira, Josh... lo que pasó aquella noche fue un error, tú mismo lo dijiste. Y a pesar de que yo también lo piense... eso no quiere decir que no me gustara...

Sonrío por lo que acaba de decir y ella se calla para morder su labio y evitar seguir hablando más de la cuenta.

—El caso es que creo que lo mejor es que nos mantengamos alejados. Para evitar la tentación... —Coloco un mechón de pelo tras su oreja y cierra los ojos un segundo al sentir el tacto de mi mano.

—Deja de hacer eso.

—¿El qué? —pregunta confundida.

—Cerrar los ojos cuando te acaricio. 

—Ni siquiera me doy cuenta de que lo hago, Josh. Pero tampoco voy a parar porque tú me lo digas.

—Muy bien, pues atente a las consecuencias.

Nos quedamos unos segundos en silencio, sin dejar de mirarnos de manera provocadora, y yo no puedo evitar sonreír. Esto es divertido, saber que le pongo tanto como ella a mí me da una seguridad que me encanta. Baja la mirada a mi sonrisa y se muerde el labio, cerrando los ojos una vez más cuando llevo el pulgar hasta él.

—Te he dicho que no hicieras eso.

Coloco una mano tras su cuello y la atraigo a mí juntando mis labios a los suyos. No opone resistencia en ningún momento, al contrario, su lengua acaricia mi labio inferior y sé que busca la mía, así que entreabro la boca para dejarla entrar. Rodea mi cuello con sus brazos y mis manos descienden hasta su culo. Lo aprieto con furia y ella gime sobre mis labios. Mi polla se pone dura al escuchar ese sonido salir de su boca, la empujo y caigo sobre ella en la cama. Esto está mal. Esto está muy mal. Rick podría entrar en cualquier momento.

La separo de mí con suavidad, y veo sus ojos oscuros debido a la excitación y su boca entreabierta deseando más.

—Wendy, esto está mal... perdona. Yo... joder.

Me levanto y salgo por la puerta sin volver a mirarla, guardo la pasta que he dejado sobre la mesa del salón y cojo el casco de mi moto antes de salir para llamar al ascensor. Saco mi móvil y escribo a Jenna.

4.10pm Yo
¿Dónde estás?
4.12 Jenna
En casa de Amber. En un rato voy para allá.
4.12pm Yo
No. Quédate ahí, paso a buscarte.

Conduzco hasta su casa y le escribo otro mensaje para que salga. Avanza por la acera taconeando y con una sonrisa seductora, como siempre. Se acerca para besarme pero me aparto y le ofrezco mi casco, antes de subirse en mi moto sin rechistar. Siempre vuelvo a ella o a su hermana porque ambas conocen mi estúpido carácter y saben cuándo no deben llevarme la contraria.

Cojo un desvío y aparco en el callejón de una estación de servicio. Ella se baja y se quita la mochila para entregarme lo que hay dentro.

—No, no te he traído aquí para eso —le digo con voz áspera.

—Ya veo —sonríe y se apoya en la moto para tirar de mí y besarme.

—Sin besos —le indico apartando la cara.

Ella pone los ojos en blanco y baja su boca hasta mi cuello. Rodeo su cintura y bajo mis manos hasta su culo mientras ella acaricia mi rostro con las suyas, buscando mi boca, pero la sujeto del pelo y le doy un pequeño tirón para alejarla.

—He dicho sin besos.

Me empuja contra el coche que tenemos detrás y se arrodilla frente a mí. Desabrocha mis vaqueros con agilidad y me los baja al igual que los bóxers. Acaricia la punta con suavidad pero agarro su pelo y su cabeza y la empujo para que se meta mi polla en la boca de una puta vez. No estoy para juegos.

Me la chupa durante unos minutos, en los cuales intento sacar a la mocosa de mi cabeza. Fracaso estrepitosamente. Le tiro del pelo para que se levante, y veo cómo sus ojos me miran rogándome que la toque, pero no me apetece, solo quiero correrme. Desahogarme. Le doy la vuelta y sujeto sus manos para que las apoye contra la pared. Me agacho para coger un condón del bolsillo de mis pantalones y me lo coloco con rapidez. Bajo sus pantalones y hago a un lado sus bragas para metérsela deprisa. Ella gime de placer, aunque la verdad es que no estoy pensando en si está disfrutando o no. Si fuera Wendy... ¡Agh, maldita sea!

Agarro el culo de Jenna con fuerza, empujándola hacia delante cada vez que se la meto con fuerza. Furioso conmigo mismo.

—Sí, Josh... no pares.

—Mierda. Solo... cállate —gruño con los dientes apretados.

No quiero escuchar su estúpida voz. Solo quiero quitarme este maldito calentón que he cogido con esa mocosa. No la soporto. No soporto ser tan débil cuando la tengo cerca. No soporto tener unas ganas desesperadas de besarla cada vez que cierra los ojos, y soporto mucho menos el estar follándome a Jenna y estar pensando en ella.

En cuanto recuerdo su hermoso trasero y sus caderas moviéndose y restregándose contra mí aquella noche, mis embestidas se hacen más fuertes y me corro sin poder remediarlo. Gracias a Dios, Jenna también lo hace, porque si no cualquiera la hubiera aguantado después.

WENDY

—Wendy, esto está mal... perdona. Yo... joder.

Josh se levanta y se marcha. Así, sin más. Escucho la puerta de la calle y me levanto sin saber cómo sentirme. Me besa y se va así como si nada... Estoy harta de esta puta mierda. De pronto echo de menos a Connor.

Un par de días después de que Josh le pegara y de que le dijera que aquel mensaje se lo había enviado él, me llamó y me dijo que estaría fuera durante dos semanas por temas con el equipo de futbol. Así que llevo desde entonces sin hablar con él. Desearía que estuviera aquí para poder despejar mi mente por un rato...

Me doy una ducha y al salir escucho mi móvil. Un mensaje.

4.51pm Tiff
Winni, la fiesta empieza a las once. ¿Ya has hablado con tu hermano?
4.52pm Yo
No, Tiff... aún no. Voy a hablar con él ahora, cuando acabe te escribo.
4.52pm Tiff
Ok, suerte.

Me armo de valor y subo las escaleras de caracol para hablar con Rick. Está golpeando el saco de boxeo y totalmente sudado. Le observo unos segundos y sonrío con nostalgia, le he echado de menos todo este tiempo que he estado en París.

—Ricky... —Entrelazo mis dedos, nerviosa.

—¿Qué? —pregunta sin detenerse.

—Esta noche es la fiesta de los novatos.

—Ya lo sé.

—Voy a ir. —Se detiene y me mira.

—¿Con quien?

—Con Tiffany y Becca. Bueno, y todas la demás.

—¿A qué hora vas a volver? —Camina hasta la mesa que hay contra la pared y le da un trago de agua a su botella.

—No lo sé, Rick... cuando se vayan todas.

—Bien.

—¿Bien?

—¿Qué esperabas? —pregunta acercándose a mí.

—No sé... que me dijeras que no podía ir.

—Tienes razón en que ya no eres una niña, Wen. Es solo que me aterroriza saber que pueda ocurrirte algo o te puedan hacer daño. —Me rodea con sus brazos y besa mi cabeza.

—Agh, cochino. ¡Suéltame, estas todo sudado! —el ríe y me aprieta más contra su pecho.

Después de prepararme durante dos horas y vaciar el armario para escoger lo que me voy a poner, decido que un vestido es lo más correcto para la ocasión. Me despido de mi hermano y conduzco mi BMW hasta la casa de Tiff para recogerla.

Llegamos al lugar donde se celebra la fiesta, la cual ya está a rebosar. Hay gente en la piscina, en el tejado, en el jardín y dentro de la casa, sobre todo dentro de la casa. Bueno, más bien es una especie de mansión que usan como hermandad.

Cuando entramos, me quito la cazadora y un chico se acerca sonriendo.

—¡Jordan! —Tiffany se lanza sobre él y le abraza. El me mira mientras le devuelve el abrazo y yo le sonrío —Jordan, ella es Wen. Wen, mi primo, Jordan.

—Un placer —digo acercándome para darle dos besos.

—El placer es mío.

—Bueno, ¿dónde están las bebidas en esta casa? —pregunta Tiff.

—Venid conmigo.

Ella pasa por delante y él acaricia mi cintura dejándome pasar primero. Camina detrás de mí, siento su mirada fija en mi espalda. ¿O es en mi culo? La verdad es que no me extrañaría nada porque este vestido que me he puesto me queda muy bien. De hecho, por eso me lo compré. Es blanco y bastante corto, con un fruncido justo encima del culo, de donde salen unos tirantes que llegan hasta delante, dejando casi toda mi espalda al descubierto.

—¿Qué queréis beber? —nos pregunta Jordan mientras coge unos vasos rojos de plástico.

—Ron.

—Yo, vodka —contesta Tiff.

Me fijo mejor en él, ahora que hay más luz. Es rubio y con unos ojos tan azules cómo el cielo. De un color parecido a los de Connor, solo que él es moreno de pelo y de piel, mientras que Jordan es muy blanco. Tiene la nariz ligeramente respingona y varias pecas esparcidas por la cara, lo que le da un aire aniñado. Es todo lo contrario a Josh, que tiene unas facciones duras y definidas. ¿Por qué coño piensas ahora en Josh? Cuando mi conciencia tiene la razón, hay que dársela. Necesito desconectar un poco, y sobre todo de él.

—Ten —dice Jordan dándome el vaso.

—Gracias. —Lo acepto con una sonrisa.

Seguimos bebiendo un rato más y riéndonos de las novatadas que les están haciendo a los... novatos. Obviamente. Agradezco a Jordan más de una vez por no dejar que nos envuelvan en papel de váter y nos tiren a la piscina.

Tres copas después le pregunto dónde está el baño, me dice que hay dos abajo y tres arriba, que vaya al que quiera, así que sujeto mi vaso —porque no pienso dejarlo por ahí—, y subo a la planta de arriba, esquivando a borrachos y pervertidos. Salgo del baño después de hacer pis y retocarme el maquillaje. Cuando voy a volver a bajar, escucho ruido dentro de una habitación que tiene la puerta ligeramente abierta. Me asomo por si alguien tiene problemas, pero mucho más lejos de la realidad. Ver a Josh empotrando a esa desconocida pelirroja contra el armario... me produce nauseas. El vaso se me cae de las manos y ambos levantan la vista.

—Pe-perdón —digo saliendo a todo correr.

Vuelvo al piso de abajo y me adentro en la pista de baile. Arrastro a Tiffany conmigo después de ver a mi hermano comiéndose a ¿Vicky? Quien sea. Él solo me mira y me sonríe antes de volver a cerrar los ojos y enterrar la cabeza en su cuello. Imagino que ya está lo suficientemente colocado cómo para que le dé igual que le vea en esas condiciones. Maldigo interiormente por no haber conseguido marihuana para esta noche.

—¿Tu primo tiene algo que nos pueda colocar? —le pregunto a Tiffany por encima de la música.

—¿Cómo qué? —Eleva una ceja.

—María.

—¿Fumas? —pregunta con picardía.

—¿Tú?

—¿Tú? —ríe y yo asiento— Vamos a pedirle.

Jordan nos da tres porros ya hechos, y se niega a que le pague. Le doy las gracias y volvemos a bailar. Lo enciendo mirando hacia el sofá donde estaba mi hermano pero ya no hay rastro de él. En su lugar está Josh, dejándose besar por la chica de pelo rojo. Nuestras miradas se cruzan y de pronto aprieta la mandíbula mirando a mi espalda. Voy a girarme cuando siento unas manos en mi cintura.

—Tu culo es incluso más precioso dos años después —susurra alguien en mi oreja.

—¡Connor! —Me doy la vuelta y le abrazo, saltando sobre él justo cómo la primera vez.

—¿Qué tal, preciosa? Ese vestido te queda... —Me baja para separarse, sujetando mi mano y mirándome de arriba abajo con descaro, mientras desliza la lengua por sus labios—. Ven conmigo.

—¿Tiff, te importa si...? —Me giro hacia mi amiga.

—Tranquila —dice sonriendo—. Voy a buscar a Becca.

Dejo que me guíe, no sin antes girarme para ver si Josh continúa mirando. Sonrío al ver cómo sus puños están ahora mucho más apretados y no aparta la vista de nosotros.

Entramos en una habitación de la planta superior, contigua a donde estaban Josh y la pelirroja. Connor saca una bolsita de plástico de su bolsillo delantero y me mira con una sonrisa malvada, mientras tira de mí hacia la cama. Saca una pastilla y me la muestra. Es de un color rosáceo con el dibujo de una Kitty en el centro.

—¿Qué es?

—Éxtasis.

Nunca lo he probado, pero Amy, mi amiga del internado, lo hizo una vez y me dijo que se sintió muy extraña.

—¿Qué hace? —Levanto la vista de la pastilla a él.

—Produce euforia, facilita las relaciones y te excita... mucho —aprieta mi cintura atrayéndome a él.

Pone una en la punta de su lengua y me sujeta de la barbilla acercando su boca a la mía. No aparta su mirada de mí ni un momento y un brillo oscuro sale de sus ojos. Su lengua entra en mi boca, pasándome la pastilla, la cual trago sin dejar de besarle. Connor sonríe sobre mis labios, se separa unos segundos para tomarse una él y vuelve a besarme, con más decisión esta vez. Sujeta mi culo con firmeza y lo aprieta acercándome a su erección. Joder, hace dos semanas que me acosté con él y aún no puedo olvidarlo.

Me empuja sobre el colchón y me mira mientras se desabrocha los pantalones, con una expresión seria pero excitante. Tanto que comienzo a sentir la humedad entre mis muslos. Se tumba sobre mí, abriendo mis piernas y rozando su polla contra mi pelvis.

Está besando mi cuello con impaciencia cuando la puerta se abre de par en par y alguien tira de él, dejándome de pronto fría y desprotegida. Sin decir nada, Josh lanza un puñetazo en la cara de Connor pero éste lo esquiva. Otro chico que no había visto nunca pero se parece demasiado a Connor, entra y sujeta a Josh poniéndole los brazos en su espalda. Connor se acerca a él y le da un puñetazo en el estómago.

—¡Para! ¡Connor, basta! —suplico bajándome el vestido.

No me hace caso, no creo ni que me escuche. Está furioso.

Salgo de la habitación y veo a mi hermano apoyado en la barandilla, hablando con otra chica distinta a la de antes. Corro hacia él, que se pone alerta cuando ve mi expresión.

—¿Qué pasa?

—¡Corre! ¡Es Connor! ¡Otro chico y él están pegando a Josh!

Mi hermano tira el cigarro al suelo y corre detrás de mí. Hay gente apelotonada en la puerta de la habitación, animando la pelea. Rick aparta a todos de un empujón y entra. Agarra por el cuello al chico que está sujetando a Josh y lo estampa contra la pared. Josh trata de incorporarse y a duras penas lo consigue. Sacude su cabeza de un lado a otro tratando de despejarse y cuando ve sangre cayendo de su nariz, su rostro cambia. Se convierte en una bestia. Levanta una pierna de lado y le pega una patada a Connor, lanzándole contra la pared.

—¡Parad ya!

Nadie me escucha. De pronto, Jordan y sus amigos aparecen y les separan, no sin esfuerzo. Sacan a Josh y a mi hermano, y dejan a Connor y al otro chico en la habitación, tratando de que todos se calmen. Tiffany tira de mí para que les siga pero estoy paralizada.

—¡Vamos! ¡Muévete! —Siento que me zarandea pero yo no puedo dejar de mirar a Connor, que lucha por soltarse y volver a por Josh— ¡Wendy, maldita sea! ¡Muévete!

Reacciono, la miro y salimos corriendo en busca de Josh y mi hermano.

—¿¡Dónde está mi hermana!? ¡No pienso irme sin ella! —Le escucho gritar mientras bajo las escaleras.

—¡Estoy aquí, Ricky! Vámonos.

Me despido de Jordan y de Tiffany pidiéndoles perdón y entro en mi coche. Sigo a mi hermano y a Josh, que sinceramente no sé ni cómo es capaz de conducir esa estúpida moto después de la paliza que le han dado. Se detiene en un semáforo junto a mi ventanilla pero ni siquiera me mira. Comienzo a notar que la vista no me funciona a la perfección, y entonces recuerdo todo lo que he tomado esta noche. Necesito llegar a casa ya.

JOSH

Después de follarme a la pelirroja, de la cual no sé el nombre, y de que Wendy nos haya visto, bajo y me siento en el sofá. Rick choca mi mano y sube con Jenna al piso de arriba. Encuentro a Wendy bailando con su nueva amiga, que tampoco está nada mal... Pero nada comparable con la mocosa. La pelirroja es demasiado pesada, ya nos hemos acostado, joder, que me deje en paz. Pero no, aquí sigue lamiendo mi cuello. Mi polla se endurece cuando sigo los movimientos del culo de Wendy, dentro de ese ridículo vestido que se ha puesto. Para llevar eso, bien podría haber venido en bikini. Por detrás de ella aparece ese jodido cabrón. Sin poder evitarlo aprieto la mandíbula y veo cómo ella salta sobre él. Me cago en la puta. Los dos desaparecen por las escaleras y no puedo evitar quitarme de encima a la puta pelirroja, la cual me está rayando demasiado.

—Lárgate.

—Llámame —dice guiñándome un ojo.

Me hago un porro intentando controlar mis impulsos de subir ahí y destrozar a ese hijo de puta. Se la va a follar. Se la va a follar otra vez, maldita sea.

Termino el porro pero me doy cuenta de que eso no va a ser suficiente, así que coloco un poco de polvo blanco sobre la mesa de cristal, formando tres rayas. Me meto dos, dejando una para Jay que viene hacia mí.

—¿Dónde vas, colega? —me pregunta.

—A romperle la cara a Connor.

—Me parece bien —dice con una carcajada.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top