Cap3 [Escudo VS Lanza]
En el grandioso salón del castillo de Melromarc, las luces brillaban con esplendor mientras la música llenaba el aire. La atmósfera estaba cargada de celebración, con nobles y caballeros disfrutando de la opulenta fiesta en honor a la reciente victoria sobre la Ola de la Calamidad. Motoyasu, Ren e Itsuki se encontraban en el centro de atención, siendo ovacionados como héroes. Sus hazañas eran alabadas, y la gente los rodeaba, admirándolos y celebrándolos.
Entre la multitud, CJ, el Héroe del Escudo, se mantenía apartado. Observaba con una mezcla de aburrimiento y desdén el espectáculo que se desarrollaba ante él. No compartía el entusiasmo de los demás. Mientras todos festejaban, CJ tenía otras ideas en mente. Decidió dar un paseo por el salón, buscando algo que rompiera la monotonía.
**El Grafiti del Héroe del Escudo**
Sus pasos lo llevaron hasta una gran pintura del rey Aultcray. Sin pensarlo dos veces, CJ la derribó al suelo, atrayendo la atención de los presentes. Los murmullos de asombro se extendieron por el salón mientras CJ sacaba un bote de pintura y comenzaba a hacer un grafiti en la pared.
-Raphtalia, ven aquí -llamó CJ con una sonrisa pícara.
La joven demi-humana se acercó, curiosa.
-¿Qué estás haciendo, maestro CJ?
-Te estoy enseñando algo útil -respondió CJ, entregándole un bote de pintura-. Vamos a marcar nuestro territorio.
Raphtalia, algo perpleja al principio, comenzó a imitar los movimientos de CJ, trazando líneas y formas en la pared del castillo. Los nobles y caballeros observaban horrorizados la flagrante falta de respeto hacia el rey. Sin embargo, nadie se atrevía a intervenir, conscientes del poder que CJ poseía y del delicado equilibrio que mantenía la tregua con él.
**El Plan del Rey**
En otra parte del salón, el rey Aultcray observaba la escena con furia contenida. No podía tolerar semejante afrenta, pero sabía que un enfrentamiento directo con CJ podría ser desastroso. Mientras su mente tramaba un plan, su hija, la princesa Malty, se le acercó y le susurró algo al oído.
El rey asintió lentamente, una sonrisa astuta curvando sus labios. Tenía una idea para deshacerse del Héroe del Escudo sin romper la tregua. Su mirada se dirigió a Motoyasu, el Héroe de la Lanza, quien continuaba disfrutando de la atención de sus admiradores.
**El Desafío de Motoyasu**
Mientras CJ y Raphtalia se deleitaban con los festines del castillo, Motoyasu se acercó con paso decidido. Sin previo aviso, lanzó su guante a los pies de CJ, atrayendo la atención de todos los presentes.
-¡CJ, te reto a un duelo! -declaró Motoyasu con voz firme-. Raphtalia es tu esclava, y no permitiré que la mantengas cautiva.
CJ se encogió de hombros, aparentemente indiferente.
-Sí, ¿y qué? -respondió con desdén-. ¿Tienes algún problema con eso?
Motoyasu se enfureció ante la actitud de CJ.
-¡La esclavitud es mala! -gritó Motoyasu, su rostro enrojecido de ira.
-Melromarc permite la esclavitud -replicó CJ, calmado-. Así que, ¿cuál es tu punto?
-Como héroes, no podemos tener esclavos -insistió Motoyasu-. Debemos ser un ejemplo para los demás.
CJ soltó una carcajada.
-Pues ahora sí los hay. ¿Quieres hacer algo al respecto?
Motoyasu apretó los puños, decidido a no dejarse intimidar.
-¡Te reto a un duelo, aquí y ahora!
CJ suspiró, visiblemente aburrido.
-No estoy interesado en golpear a un niño malcriado como tú.
**El Rey Interviene**
En ese momento, el rey Aultcray se adelantó, aprovechando la oportunidad.
-¡Autorizaré el duelo! -declaró con autoridad-. Que sea una batalla justa y honorable.
Los caballeros del rey comenzaron a acercarse a Raphtalia, intentando separarla de CJ. Pero antes de que pudieran tocarla, CJ sacó su arma de fuego y los eliminó con precisión. Los nobles y caballeros se quedaron en silencio, atónitos ante la brutal eficiencia de CJ.
-¿Acabó la tregua con ustedes? -preguntó CJ, apuntando su arma hacia el rey-. ¿Quieren declarar la guerra?
El rey, asustado, negó con la cabeza rápidamente.
-No, no queremos guerra.
Motoyasu, aún con algo de valor, alzó la voz.
-¡Solo eres fuerte por esas armas! ¡Pelea sin ellas, si tienes el valor!
CJ, ya harto de la insolencia de Motoyasu, activó su truco de supergolpes. Con un solo golpe, envió a Motoyasu volando por el salón, estrellándolo contra una pared. El héroe de la lanza quedó malherido, incapaz de levantarse. Los presentes no podían creerlo. CJ había derrotado a Motoyasu de un solo golpe.
Ren e Itsuki, viendo la situación, decidieron no intervenir. Sabían que enfrentarse a CJ sería una sentencia segura.
**La Humillación del Rey**
CJ, aún con su arma en mano, se acercó al rey.
-¿Quieres romper la tregua? -preguntó con voz amenazante.
El rey, más asustado que nunca, cayó de rodillas.
-No, por favor. No romperemos la tregua.
CJ sonrió con desdén.
-Has violado los términos de la tregua. Tendrás que compensarlo.
Se volvió hacia Raphtalia y luego nuevamente al rey.
-Quiero que le des 100 monedas de oro a Raphtalia, por intentar amenazarla.
Humillado, el rey ordenó a sus caballeros que trajeran las monedas. Con el rostro pálido y los ojos llenos de resentimiento, vio cómo CJ y Raphtalia abandonaban el castillo con las 100 monedas de oro, dejando a los nobles y caballeros impotentes y llenos de temor.
CJ, con Raphtalia a su lado, se alejaba del castillo, habiendo dejado una marca imborrable en la historia de Melromarc.
**Recaudando Dinero y Confesiones de Amor**
CJ y Raphtalia recorrían las propiedades de CJ, recolectando los ingresos y manteniendo todo bajo control. Cada lugar que visitaban era una oportunidad para ver la influencia de CJ en el reino. Raphtalia no podía evitar sentir una profunda admiración por su maestro. No solo la había defendido de los caballeros del rey, sino que también la trataba con un respeto y cariño que ella nunca había conocido.
A medida que pasaban los días, Raphtalia se daba cuenta de que sus sentimientos hacia CJ iban más allá de la gratitud. Sentía una atracción inexplicable, una calidez en su pecho cada vez que él estaba cerca. Era amor, aunque ella no lo comprendía del todo. Lo que Raphtalia no sabía era que la habilidad de las 50 ostras de CJ estaba teniendo un efecto en su corazón y cuerpo.
Un día, Raphtalia le pidió a CJ un tiempo libre. CJ, aunque extrañado, aceptó.
-Por supuesto, Raphtalia. Tómate el tiempo que necesites -dijo CJ, observándola con curiosidad.
Raphtalia corrió a través del mercado, buscando un regalo perfecto para CJ. Sabía que quería demostrarle su aprecio y sus sentimientos, aunque no sabía cómo hacerlo exactamente. Después de mucho buscar, encontró un vendedor que ofrecía huevos de monstruos por lotería. Decidió probar suerte y compró uno.
Al caer la tarde, Raphtalia regresó a la mansión. Nerviosa y con las mejillas sonrojadas, se acercó a CJ.
-Maestro CJ, tengo algo para ti -dijo, presentándole el huevo-. Lo compré por lotería. Podría ser un filolial, o tal vez... un dragón.
CJ tomó el huevo con cuidado, entendiendo el gesto de Raphtalia.
-Gracias, Raphtalia. Este es un gran regalo -dijo, sonriendo-. Y también... quiero que sepas que te acepto como mi novia.
Raphtalia sintió una oleada de felicidad, y sus ojos brillaron de emoción.
**Inspección en Riyutte**
CJ y Raphtalia viajaron a una de las propiedades en el pueblo de Riyutte para hacer una inspección. El lugar estaba en orden, y decidieron quedarse allí para pasar la noche. Al amanecer, CJ notó que el huevo de monstruo comenzaba a romperse. Con asombro, vio cómo un pequeño filolial emergía del cascarón.
-¡Mira esto, Raphtalia! -dijo CJ, sonriendo mientras sostenía al pequeño filolial-. Parece que hemos tenido suerte.
Raphtalia sonrió, sintiéndose feliz de haber elegido el regalo perfecto. En los días siguientes, CJ cuidó al filolial, observando cómo crecía rápidamente. En poco tiempo, el filolial alcanzó un tamaño considerable.
**Encuentro con Motoyasu**
Un día, un aldeano llegó corriendo, informando a CJ que el Héroe de la Lanza estaba en el pueblo. CJ se dirigió al lugar, donde encontró a Motoyasu y la princesa Malty anunciando que esas tierras ahora le pertenecían a Motoyasu y que impondrían un peaje de varias monedas de plata.
Los aldeanos, viendo que el peaje era excesivo, estaban a punto de rebelarse. Pero Malty los amenazó con los caballeros del reino. Justo en ese momento, una voz firme los detuvo.
-¡Deténganse! -dijo CJ, avanzando con confianza-. Estas tierras son mías. No interfieran en mis negocios.
Motoyasu y Malty, al ver a CJ, ordenaron a sus caballeros retirarse. La presencia de CJ era suficiente para espantarlos. Los aldeanos, agradecidos, rodearon a CJ, expresando su gratitud.
**La Transformación de Filo**
Una mañana, CJ y Raphtalia despertaron para encontrar a una niña con alas blancas junto a ellos. La niña abrió los ojos y miró a CJ.
-Amo CJ, tengo hambre -dijo la niña, con una voz dulce.
CJ quedó atónito al darse cuenta de que su filolial, Filo, se había transformado en una niña con alas. Raphtalia también estaba sorprendida, pero sonrió al ver la expresión en el rostro de CJ.
-Parece que tenemos una nueva integrante en nuestra familia -dijo Raphtalia, acercándose a Filo.
CJ, aunque aún sorprendido, sonrió.
-Sí, y haremos todo lo posible para cuidarla.
Juntos, CJ, Raphtalia y Filo comenzaron un nuevo capítulo en sus vidas, enfrentando desafíos y aventuras con la misma determinación y valentía que siempre habían mostrado.
**La Reina y su Espía**
En un lejano reino, donde las chimeneas de las casas escupían columnas de humo al cielo, la reina Mirellia de Melromarc permanecía en la torre más alta de su castillo. La habitación estaba impregnada de un aire de preocupación mientras ella esperaba a su espía. Afuera, en la ventana, apareció una figura encapuchada, ágil y silenciosa, como una sombra en la noche.
-¿Son ciertos los rumores sobre el Héroe del Escudo? -preguntó la reina, su voz temblando ligeramente con preocupación y autoridad.
La espía, una mujer de mirada penetrante y movimientos precisos, asintió lentamente.
-Sí, su Majestad. Todo es cierto. El Héroe del Escudo ha sido traicionado por el rey y la princesa Malty. Intentaron eliminarlo enviando a los caballeros y nobles más leales, pero él los derrotó sin piedad. El castillo quedó parcialmente destruido en la batalla.
La reina apretó los labios, furiosa por la imprudencia de su esposo y su hija.
-Continúa, quiero saber todos los detalles.
-CJ, el Héroe del Escudo, no solo se defendió -continuó la espía-. Construyó un imperio dentro de Melromarc, fortificando su posición. Eliminó a un equipo especial de caballeros conocidos como los Ballas. La situación se volvió tan desesperada que el rey y la princesa tuvieron que llegar a una tregua con él para evitar su propia aniquilación.
Mirellia cerró los ojos, intentando calmarse. La ira hacia su familia por provocar tal desastre era palpable.
-¿Cómo es posible que hayan sido tan estúpidos? -murmuró para sí misma, antes de mirar nuevamente a la espía-. ¿Y cuál es la situación actual?
-El Héroe del Escudo respeta la tregua, por ahora. Ha defendido el pueblo de Riyutte contra la Ola y venció al jefe de la Ola él solo. Los aldeanos lo ven como su protector, y su influencia crece día a día.
La reina se tranquilizó un poco al escuchar esto. Si CJ estaba protegiendo el reino de las Olas, quizás aún había esperanza.
-Sigue vigilando al Héroe del Escudo -ordenó la reina-. Informa de cualquier cambio significativo. No podemos permitirnos más errores.
La espía asintió, desapareciendo de la ventana tan silenciosamente como había llegado. La reina Mirellia se quedó sola en la torre, sumida en sus pensamientos. Miró por la ventana, observando las chimeneas humeantes del reino, una metáfora de los problemas que enfrentaban.
-Ojalá estas negociaciones con los otros reinos terminen pronto -susurró para sí misma-. Necesito regresar y apoyar al Héroe del Escudo, antes de que cause más daño o decida volverse completamente contra nosotros.
Con una determinación renovada, la reina Mirellia se preparó para enfrentar los desafíos que le esperaban. Sabía que el equilibrio del reino dependía de su habilidad para manejar la situación con CJ, el Héroe del Escudo, y evitar que las tensiones internas destrozaran a Melromarc desde dentro.
Fin del cap3.
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