Parte 31
Ary no sentía cansancio, tampoco sentía los cortes en sus piernas, o en sus brazos o en su espalda, no había debilidad en su cuerpo, solo era consciente de que debía atacar y asesinar, atacar y asesinar, atacar sin parar, no había ningún otro pensamiento en su mente.
No se detuvo hasta que asesino a todos los cazadores a su alrededor. Cuando ya no hubo ningún movimiento más, se quedó de pie en medio de su matanza y observó sin expresión alguna los cadáveres de sus adversarios. Los miraba pero no podía reaccionar, no sentía nada, no oía nada más que su acelerado corazón. Cerro los ojos y empezó a acompasar su respiración, instantes después el sonido del fuego consumiéndolo todo lleno sus oídos, oyó su nombre y abrió los ojos sin dejar de mirar hacia el cielo. Me voy a ir derecho al infierno pensó Ary al recordar lo que había hecho. Oyó su nombre nuevamente y bajo la vista para buscar de donde provenía la voz. Vio a su madre mirándola mientras la llamaba una y otra vez. Ary abrió mucho los ojos y miro nuevamente los cadáveres de los cazadores. Miro a su madre nuevamente y se sintió sucia, avergonzada, se sintió un monstruo ante sus ojos. Su madre estiro una mano hacia ella y volvió a repetir su nombre. Ary dejó caer la espada y empezó a caminar lentamente en dirección hacia ella. Cuando llego a su lado se dejó caer y la ayudo a volverse para quedar sobre su espalda. Cuando vio las dos puñaladas en su pecho empezó a llorar desesperadamente, su madre iba a morir y el último recuerdo que tendría de su hija para llevarse al más allá, era el de su pequeña siendo tan despiadada como su padre.
Ary escondió la cabeza en el pecho ensangrentado de su madre y lloró sin consuelo rogando ser ella quien muriera, ella quien sufriera y no su madre.
Sintió la caricia en su cabello y se estremeció, no merecía su cariño o sus manos tratando de darle consuelo, era un monstruo como su padre, como los vampiros, no era buena, era como todos ellos.
Se atrevió a levantar la vista y no vio reproche o rechazo en sus hermosos ojos, se apresuró a besar su frente y a pedirle perdón por no haber llegado antes a ella para haberla sacado de allí.
Su madre acarició su rostro y le dijo que no había nada que perdonar, había llegado y eso era lo que importaba. Le dijo lo orgullosa que estaba de ella y que no se arrepintiera jamás de lo que había hecho. Ary asintió sin ser capaz de decir nada. Beso nuevamente la frente de su madre y junto su frente con la de ella. Le dijo varias veces que la quería y siempre la iba a querer. Sonia toco uno de sus chamuscados risos y le dijo que Argos también tenía el cabello rizado, se parecía mucho a ella.
Ary se escondió nuevamente en el pecho de su madre y le rogó que no muriera, que no la dejara. Sonia acariciaba su cabeza y le decía que iba a estar bien. Era fuerte y valiente, y sería una muy buena hermana.
Ary no fue capaz de contradecirla pero sabía que se equivocaba. Era una asesina, como podría ser una buena hermana, o una buena persona. Miro hacia un lado y vio a Einar a unos pasos de ellas, lamento la horrible muerte que había tenido el nórdico. Jamás le había perdonado haberla llevado lejos de su madre, jamás lo había querido siquiera un poco, pero no se merecía la horrible muerte que tuvo. Se enderezó y camino de rodillas hasta él y lo arrastro para dejarlo al lado de su madre. Él la había hecho reír nuevamente y estaba segura que había amado a su madre con devoción, lo correcto era que ambos estuvieran juntos al final de sus vidas. Tomo una mano de Einar y la puso entre las de su madre y luego llevo las manos a su pecho. Le prometió a su madre que sería una buena hermana mayor y no dejaría jamás que alguien lastimara a sus hermanitos. Llevo las manos a su mejilla y dejo que las bañaran sus lágrimas. Se estaba despidiendo nuevamente de su madre, y esta vez sería para siempre. No volvería a verla nunca más, no podría volver a sentir sus abrazos o sus palabras de cariño. Aquellos eran los últimos momentos que tenía con ella. Se inclinó para besar su frente y dejarla ir por fin, no quería que sufriera más.
Su madre se sacudió bruscamente y le dijo en voz firme que huyera de ahí enseguida y salvara a sus hermanos que estaban ocultos en una cueva cerca de la cascada. Ary miro en la dirección que miraba su madre y vio a un cazador yendo hacia ellas. Tenía una espada en una de sus manos y un par de grilletes en la otra. Ary sabía lo que aquello significaba. Se la iba a llevar para entregársela a su padre, o a Raquel.
Ary se puso de pie enseguida, no podía permitir que ese hombre se la llevara. Miró a su madre y ella estaba mirando las heridas que tenía. Ary se miró a sí misma y vio la gravedad de los cortes que tenía en el estómago, hasta ese momento no los había visto, las horribles ampollas en sus brazos y manos se veían bastante graves. Incluso de su cabeza goteaba sangre de tanto en tanto pero no sentía el dolor que se esperaría al recibir tales daños. Miro a su madre una vez más y le sonrió. Se alejó de ella y recogió rápidamente la espada de uno de los cazadores que había asesinado.
La levanto en el momento justo para detener el brutal golpe del cazador, peleo lo mejor que pudo pero el hombre tenía demasiada fuerza y a diferencia de ella, él no estaba herido. El hombre le arrebato la espada y le dio una patada en el pecho que la dejo de espaldas en el suelo. Camino hacia ella sin ninguna prisa y cuando llego a su lado, le escupió en el rostro y la llamo puta adoradora de vampiros, levanto su espada y la clavo en su hombro. Ary grito horriblemente y el hombre la empezó a insultar por haberse puesto del lado de los vampiros y haber rechazo su lugar al lado de su padre que servía fielmente a Dios y hacía su voluntad. Le empezó a dar de patadas mientras le gritaba que pidiera perdón por sus pecados. Cuando dejo de golpearla para oír su confesión, Ary se puso a reír y le dijo que lamentaba no ser un vampiro para tener la fuerza suficiente para hacerlo pedazos y destruir a cada cazador en el mundo pues ellos eran los verdaderos demonios. El cazador abrió desmesuradamente los ojos ante aquellas sacrílegas palabras y se abalanzó contra ella para castigarla por sus blasfemias, rodeo el cuello de Ary con ambas manos y empezó a orar en voz alta mientras ejercía cada vez más fuerza en su cuello. Ella estaba a punto de perder el conocimiento cuando el cazador la soltó de repente. Ary abrió sus ojos y vio a madre detrás del cazador con un palo en su mano. El cazador se volvió rápidamente hacia su madre y la apuñalo en el estómago. La tomo del cuello y la arrojó al lado de Einar. Después volvió al lado de Ary y le dio otro par de patadas. La tomó del cabello mientras la seguía insultando y la arrastro lejos de allí. Cuando llegó frente a la pila de cadáveres la levanto por sobre su cabeza y la arrojo encima del montón. Fue en busca de un madero encendido y empezó a encender los cadáveres que había debajo de Ary.
Sonia empezó a perder la conciencia tratando de levantarse para hacer algo por su pequeña que trataba de moverse pero ya no tenía fuerzas para hacerlo. Una vez que el cazador lanzo otro cuerpo sobre el de Ary, Sonia la vio dejar de luchar por su vida. Ary la busco con la mirada y le sonrió luego cerro los ojos. En ese momento las llamas se alzaron y le impidieron volver a ver a su pequeña. Sonia no fue capaz de sopórtalo más, después de aquello no fue capaz de tener los ojos abiertos.
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