Bloody Mary

La puerta del departamento se abrió, mostrando un muy sencillo hogar, que ahora no podría mantener sin los trabajos de su “amigo”, el decaído Gabriel entró sin encender la luz no estaba de ánimos, podía sentirse más cómodo de esa manera, pero un brillo en el cuarto llama su atención, en pocos instantes puede ver a un hombre, era Jack.

—¡Hola Gary! — saludo el desconocido, el abogado pudo sentir el peligro, Miller olfateo el aire.

—Pero que delicioso aroma irradias, miedo — el extraño hablaba con deleite, los nervios de Oldman estaban de punta.

—¿Quién eres? ¿Eres socio de Albert? — pregunto con su menguante voz afligida por el miedo.

Jack soltó una carcajada.

—¡Albert! Ese parásito sin talento — la risa de Miller inquietaba al abogado.

—No, yo soy Jack Miller, alguien con grandes metas, alguien que desea fervientemente tu cooperación — su anuncio llamo la atención del Gabriel.

—Vengo con una atractiva propuesta de negocios —el abogado pudo ver más claro al intruso, un hombre de traje, atractivo cerca de sus treinta y con un yeso en su brazo.

Jack mostró su portafolio colocándola sobre una silla, de inmediato saca una hoja, la cual la estiró hasta el recién llegado Oldman.

—¿De que se trata? — su pregunta quedo corta al ver la hoja, miro asombrado a Jack, parecía querer decir algo pero solo su boca se movía sin sacar palabra alguna, Miller le soltaba una sonrisa sabía perfectamente que lo tenía en la palma de su mano.

Se trataba de un promocionar de la candidatura a gobernador de Nueva Brecha con la imagen de Gabriel Oldman, de la impresión fue a dar contra la pared.

—Debes saber que las elecciones se aproximan y tú tienes lo que busco — contaba Jack, pero Gabriel estruja la hoja.

—¿Yo? ¿Cómo candidato? ¡No soy conocido y la única reputación que me cargó es de un perdedor! — su respuesta fue explosiva.

—No, existe más formas de verlo — su tono calmado hizo que Gary le permitiera continuar — tu has sido un luchador incansable por la justicia aún de aquellos que son olvidados ¿Qué cambio para que dieras el salto a la candidatura? Yo.

—Me quieres en la cima para usarme— concluyó el abogado.

—Todo tiene un costo, tu ganas estatus, dinero y a tu hija — Gabriel se alarmó al escuchar esas palabras.

—¡¿Mi hija?! — parecía dispuesto a enfrentar a Jack, este último quedó sin palabras al ver su entrega.

—N-nada estará fuera de tu poder Gabriel — dejo en claro que no era una amenaza, ambos se calmaron.

—¿Y si no gano las elecciones? — Miller sintió un alivio al escuchar esa pregunta.

—Te pagaremos, vivirás cómodamente por tu cooperación — Oldman le miro por un momento — si esos ojos son los que me hicieron elegirte, ellos muestran que has sido capaz de ver el mundo tal cual es, tu seriedad es un buen acompañante para esos ojos, una que atraerá a las personas, por qué verán lo que yo.

—Bien señor Miller, estoy dispuesto a cooperar — extendió su mano y enseguida Jack la estrecho.

—Entonces es hora que sepas la verdadera naturaleza de tu socio — su apariencia cambio, su piel se volvió escamosa, su boca se amplio y su mano se volvió una garra, Gabriel intento liberarse del temible agarré, pero le sujetaba con una fuerza superior.

—Soy un monstruo, una criatura de la noche, un devorador de hombres — sus fauces se acercaron al rostro de Oldman, se alejaba lo más posible.

—¿Cooperaras? O ¿Serás fiel aquellos que te repudiaron? ¿Los que te abandonaron? ¿Los que te dejaron en este chiquero? — la anómala voz tenía razón — La vida te ha aplastado, te han arrebatado lo único que querías, únete y tu hija tendrá protección.

—Si ustedes gobiernan… ¿Qué sucederá? — no podía evitar pensar en que situación acabaría la ciudad.

—Sera una ciudad de monstruos, una donde nadie sabrá que a su lado viven criaturas de horror, será una ciudad tranquila y segura, donde el crimen desaparecerá, todo el cáncer de esta ciudad será borrado — Gary miraba con atención al monstruo, no podía imaginar que esas palabras fueran ciertas.

—¿Cómo puedo creer? ¡¿Solo mírate?! — tras la pregunta Jack lo soltó.

—El mundo es más grande de lo que imaginas, tu pequeña burbuja te hizo creer que solo ustedes eran los únicos seres pensantes.

—¡Si eso es cierto dime! ¡Dime por qué me escogiste! — tras su exigencia se hizo un pequeño silencio.

—Bien, lo diré — sin pensar mucho escogió las palabras adecuadas, lo necesitaba y solo la verdad podía hacerle quedarse.

— Eres un monstruo en un cuerpo humano.

Las palabras dieron en el clavo, era cierto y lo sabía en su interior, por fuera era un hombre optimista, con una amable sonrisa, pero por dentro estaba enojado, enojado con el mundo, con las familias unidas, con las personas que les iba de maravilla en sus idóneas vidas, con las parejas que tenían hijos saludables. ¡Todo era una mierda!

—Si los odio, odio a todo el mundo a mi alrededor, detesto el destino que le tocó a mi hija, incluso me guardo rencor por ser como el resto — cubrió su rostro con sus manos, siempre quiso ignorar lo que en el fondo sentía, quería seguir hasta el final con aquella máscara estúpida.

—Espero estés satisfecho — su apariencia volvió a ser la de Jack Miller, tomo sus cosas y se dirigió a la puerta.

—¡Espera! — pidió Gabriel, ciertamente Jack se detuvo.

—¿Qué pasa? — hizo la pregunta sin mirar atrás — nuestra alianza se ha formado, espera mis instrucciones.

—Si, pero si tú serás el rey de está ciudad eso me deja a mi…

—Esto es solo el principio Oldman, tú serás el príncipe del mundo — tras está declaración el monstruo sale del departamento.

—Pero que digo ¿El mundo? Debo estar fantaseando con mi reciente éxito — dijo con añoranzas el monstruo apoyándose con la puerta.

Tras la puerta Gabriel se tumba en el suelo y saca un cigarro, aún en la oscuridad fuma tras su encuentro con el reptiliano.

—Joder ¿Monstruos? Y yo que pensaba que defendía a seres infames — musitó en la negrura del departamento intentando ocultar su temor.

Miller saliendo del edificio de departamentos se cruzó con Glob, alias Teodoro, al pasar por un callejón.

—Lo hiciste, le revelaste tu naturaleza — su tono no era amenazante, sino de curiosidad.

—Si, tuve que hacerlo, el no es diferente a nosotros, ellos se alimentan de él y eso le hizo odiarlos — Teodoro le miro atento, inmerso en sus pensamientos.

—A muchos no les gustará saber el costo de la alianza y reserva esas palabras de igualdad, si se enterarán te perderían el respeto que apenas ganaste — le dejo en claro que al matar a Scott y vivir le volvió en su líder.

—Pero contigo es diferente ¿No es verdad? — sentía que podía ser el mismo con Glob, este último asintió con la cabeza.

—Ellos son demasiado jóvenes para entenderlo, he vivido tantas cosas que puedo notar que eres el cambio que nuestra especie necesita — Jack le sujeto el hombro en señal de fraternidad.

—¿Esto que siento… es felicidad? — se pregunto sintiendo una sensación cálida por su cuerpo a la par de una fuerza impulsora — ¡Puedo lograrlo! ¡No existe nada que me pueda parar!

—Avísales a todos que el plan… — la plática se vio interrumpida al aparecer la mujer —monstruo— embarazada de la reunión, se le notaba algo pálida.

—Adelante no se detengan por mi… — su voz se notaba claramente cansada.

—Deberías descansar Dayana — recomendó Teodoro, se acercó a ella pero solo recibió una cachetada.

—¡Yo decido que es lo más importante! — dejo en claro la monstruo femenina y continuó

— ¿Cómo te fue con el abogado?

—Todo marcha según mi plan, pronto Gabriel Oldman será el hombre de la ciudad — contesto Jack, Dayana soltó un suspiro.

—Habría preferido que tú fueras el candidato, supongo que todos, tendríamos calma a decir verdad — la mujer miraba el yeso de Miller sin agregar más.

—Deberían estar contentos, por mi plan de respaldo, fue una fortuna encontrar a un humano como el — agrego Jack mirando el edificio.

—Si tú lo dices — tras decirlo se fue del callejón.

—Glob, necesito que la vigiles, algo le está pasando — pidió Miller al ver cómo la cansada mujer se retiraba.

Un Edgar bastante lastimado miraba el edificio, su mano derecha apretaba su brazo izquierdo, parecía roto, al igual que su ropa.

—¡Maldito seas Jack…! Incluso mi plan fracaso, pero el tuyo parece que avanza… — murmuraba Edgar recordando su encuentro con la bruja de los huesos rojos.

Había entrado a la casa, un hogar bastante cálido, todo el ambiente parecía lleno de calma y armonía, lo cual incomodaba a Edgar, miro por todos lados en búsqueda de su anfitriona, sin resultado.

—¡Mayer! ¡Necesitamos hablar! — exclamó hacia las escaleras que llevaban al segundo piso, las maderas temblaron, se sacudían con violencia, rápidamente algo le golpeo en la mejilla haciéndolo ir contra el piso, las maderas le aprisionaron las extremidades con fuerza, enseguida todo volvió a la calma.

Pasos calmados resonaban del segundo piso, bajando por las escaleras.

—Tiempo sin vernos Edgar — la voz de la mujer sonaba llena de vida y arrogancia, muy diferente de cuando les hablo a Jack y a Mary. 

—Si, si muy nostálgico — decía molesto el monstruo — vine por algo que prometí hace tiempo.

—¿Y que es eso? ¿La muerte del licántropo? O ¿El nacimiento de uno nuevo? — le hacía notar que ella veía más de lo que ellos suponían.

—¿Eh? Mira libérame, nunca he sido bueno hablando estando preso — Edgar estaba fastidiado de no poder ver a la bruja más que los pies.

—No, ustedes son un peligro y tú eres el único que sabe de mi paradero o mi existencia en la ciudad, pero eso cambiaría si… murieras — sus insólitas palabras asustaron a Edgar, el suele ser el tipo duro, pero sabía muy bien de lo que esa bruja era capaz.

—¡El nuevo monstruo lidera al grupo! — sus palabras calmaron la ansia de sangre de la bruja.

—¿Solo por eso me visitas? — se sorprendía de tan vaga información.

—¡El tiene un plan para dominar la ciudad! Y lo logrará. Pero cuando sepa de ti ¿Qué crees que hará? No serán solo diez monstruos — el silencio se hizo por un tiempo, luego Edgar fue liberando.

—Vete — su distante habla le calaba hasta los huesos a Edgar, se levantó con aire temerario, la mujer le daba la espalda, lo que irritaba más al nahual.

—¡No! Me niego a irme sin tu ayuda — su voz firme le hizo soltar una pequeña risa.

—Hace unos instantes estabas temblando de miedo y  ahora te llenas de… ¿Valor? — le miro de reojo, ella ya no era más la temible bruja de los huesos rojos, su rostro había envejecido, las arrugas y manchas de edad se asomaba por su piel.

—¿R-realmente eres tú? — Edgar no podía creerlo, esa mujer había aceptado la implacable marcha del tiempo, cuando hace unos años se jactaba de dominar la vejez.

Con un molesto ademán con su mano varios objetos puntiagudos se fueron contra Edgar, apenas pudiendo responder al sorpresivo cubrió sus puntos vitales, su cuerpo recibo las plumas, tijeras, lápices y cuchillos de la casa, la miro cubriendo su cabeza con los brazos, pero fue lanzado contra el techo, con la misma fuerza azotó contra el suelo.

Las delicadas pisadas de la mujer volvieron a sonar.

—Recuerda con quién hablas mocoso arrogante — hablo con una voz chillona como la que se produce cuando raspas las uñas con el pizarrón — no por nada he vivido más de mil años, ustedes los monstruos no son más que brutos tiburones…

Edgar se desmayó tras escuchar eso, luego despertó en un callejón de la ciudad, sin ningún objeto punzo cortante encima.

—Quieres decir que estoy por mi cuenta eh… — golpeo la pared del callejón frustrado.

***

—Gracias por recibirme Padre Tom — agradecía Jack con su única mano.

Estaba en la iglesia, ya eran alrededor de las siete de la noche, el Padre Tom cerraba las puertas del sagrado lugar.

—Ni lo menciones, es un gusto tenerte aquí — respondió con su usual rostro alegre.

—No puedo evitar pensar cada vez que vengo aquí lo torcido que es usted — río un poco el padre tapándose la boca.

—Es todo un alago— se regocijaba, tras ello continuó — los humanos son débiles, necesitan un pilar en el cual apoyarse en la horrenda sociedad que han creado.

—Yo creo que su sistema no es perfecto, pero es idóneo para nosotros — su sed de sangre fue palpable por un segundo.

—Si, no esperaba menos de usted — expresó complacido.

—Pero por lo que vine aquí es para darle las gracias por lo de la reunión — el rostro del padre Tom se enserio — si no fuera por su alegato nunca habrían estado satisfechos.

Una burlona risa lleno la casa de Dios.

—¡Si! ¡Si! ¡¿Quién mejor conoce a sus feligreses que su pastor?! — su desquiciada risa continuó —Todos tenemos un papel que desempeñar mi querido señor Miller, ahora es su turno de mostrarme… — la seriedad volvía a él— el paraíso.

—Todos los sucesos serán documentados, por qué ese es el deber del último hijo de la madre de los monstruos, somos la memoria de nuestra Diosa, nuestra madre — sonaba muy devoto lo cual le hacía entender a Jack el por qué eligió ser el padre de la comunidad.

—Así que también eres como yo, tu también los admiras — pensaba Jack, en pleno sentimiento de confianza volvió a levantar sus barreras — pero Glob me advirtió de ti, tu tomas partido por Edgar y el no es un monstruo que seda su lugar. El se opondrá a mi en cualquier momento, debo estar listo para ello.

***

En una lejana cabaña llegaban los tres cazadores con un gran saco a cuestas, los tres hombres la rodearon y mostraron a su captor, era Rhea, tenía algunos moretones.

—No puedo creerlo ¿Piensan realmente darle una oportunidad? — Frederick le apuntaba con su arma, Rhea le tenía miedo, pero tras escuchar su discusión en la mina tenía calma.

—Viste lo que hizo ¿No? Mato a uno de sus hermanos — aún Eric no podía creer que Gideon le apoyara — pero si nos enteramos que estás comiendo humanos… — miro severamente al monstruo — Y juro por Dios que lo sabremos el, ¡Él! — señaló a Eric, este se sobrecogió al ser señalado — te matarán.

—¡Por favor! — seguía protestando Fred — ¡Esa cosa vive en una mentira! ¡Luce como una mujer pero esas tetas son falsas! ¡Es un travesti!
Gideon y Eric miraron extrañados el cuerpo desnudo de la “mujer”.

—Si, nací como un varón, pero nunca lo fui en realidad… — contaba Rhea — siempre me sentí… diferente, fue entonces que me di cuenta, soy un cambia formas ¡Puedo ser quien soy realmente!

—Que gustos tienes chico — bromeó Gideon.

—¿Pero como supiste? — pregunto Rhea a Fred.

—Fácil, si fueras una hembra ellos te habrían llenado de crías, en cambio estabas aprisionado — reveló Fred.

—Yo… yo no sé como compensarlos… — sus voz brillaba con agradecimiento — si me entero de algún monstruo les avisaré.

Gideon guardaba silencio.

—¿Vamos vender a tu propia gente? — se burlaba Frederick.

—Serias de gran ayuda — respondió Eric.

El joven cazador no sé imaginaba lo importante que se había vuelto para Rhea, ella sentía que le debía todo a él y estaba dispuesta a todo para hacérselo notar.

Tras recibir ropas, alimentos, dinero y un celular, Eric la llevo a la ciudad más cercana para dejarla vivir.

—¡No te conozco Gideon! ¡Parece que un cambia formas te sustituyó! — exclamaba molesto el mitad monstruo.

—Esta es una lección para Eric, esa jodida cosa matará y entonces el chico crecerá, entenderá que un monstruo es un monstruo — explico mirando el exterior desde la ventana de la decadente cabaña.

—Me había preocupado, creí que mi mejor aprendiz se había ablandado — respondió tranquilidad.

—No… todo monstruo merece la muerte, tu incluso Fred, solo vives por qué buscas a la causante de toda tu desgracia — dejaba claro el resentido hombre.

—Si..  la mujer que abandono su humanidad, la mataré para salvar mi alma manchada — extendía sus brazos entregándose a su deseo.

***

En Nueva Brecha Jack llega por la noche a su hogar, camino desde la iglesia, pero se topó con una sorpresa, alguien lo esperaba en el portón de su hogar.

—¡¿Tan pronto hizo su movida?! — se preocupaba de Edgar, pero la silueta se percató de él.

—¡¿Jack?! — pregunto una voz femenina.

—¡No puede ser! ¡Mary Black! ¡Me olvidé de ella por completo! Pero ella no me es útil por el momento — pensaba el monstruo con cuidado sus siguientes pasos.

Pero apenas la vio bien su mente quedó en blanco, ella estaba llena de moretones, su rostro estaba hinchado y podía oler la sangre molida debajo de su ropa.

—¡¿Qué te paso?! ¡¿Alguien te atacó?! — la mujer ignoro sus preguntas y se abrazo a Jack.

—¡¿Acaso?! ¡¿Ella se siente segura conmigo?! — el monstruo nunca antes había experimentado aquella cálida sensación, el siempre fue el protegido por eso podía figurarse el sentir de Mary hacia él — Ella me ve como un hombre. Creí estar listo para esto, pensé conocer las necesidades de otros y sentir la autosatisfacción obtenida al cumplir dichas necesidades… pero…

Mary abrazo con fuerza a Jack, el hizo algo sin pensar la abrazo tiernamente, sorprendido decidió saber el estado de la mujer, con solo abrir un poco su boca, su lengua fue capaz de oler la tristeza y enojo, no frustración de la que pasaba.

—Ella… ¿Realmente no es necesaria? —una inquietante duda abordaba al monstruo.

—Pasa a mi casa — le pidió Jack con un trato amable, Mary asintió con la cabeza.

—¡¿Pero que estoy haciendo?! — se preguntaba incrédulo de su actuar.

Ambos ingresaron a la casa de Miller, pocos ojos indiscretos se percataron del acontecimiento, una era la señora Black, quien espió el encuentro desde su ventana y el otro oculto entre los arbustos vecinos Edgar.

—Una mujer eh… — el nahual creía encontrar una debilidad.

Las palabras de años atrás volvían a la nerviosa mente del reptiliano, en la época de cuando su padre vivía.

—Hijo, se que algún día te volverás en un adulto, sabrás moverte en la jungla de concreto y a engañar a los humanos, pero… — la voz de su padre sonaba temerosa — No debes enamorarte de una humana.

Jack sudaba, dudoso de si mismo, el no era el mismo y eso temía, el temor de su padre podría estar ocurriendo, el monstruo nunca ha estado enamorado, para empeorar las cosas su mente estaba nublada, no recordaba bien su plática con su padre del tema, estaba solo, solo con esa hembra.

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