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Setecientos cuarenta y tres pasos era su récord al caminar y ya lo había roto hace un par de minutos. Las únicas veces que sus pies habían avanzado tanto por el suelo era cuando iba de compras.

-¿Ya casi llegamos? -gimió -Mis pies van a matarme, Jimin.

-Si quiere le pongo una alfombra para que camine, princesa -Respondió Jungkook provocando que los demás chicos detrás de él rieran.

Tae prefirió contar hasta diez e ignorarlo, solo para no quedar mal con su amigo miniatura.

-ya estamos cerca, no te preocupes -la voz de JiMin lograba apaciguar su cansancio por un tiempo pero después volvía a preguntar.

-¿Ya llegamos?

Los chicos que venían detrás de él rodaron los ojos, el camino era muy corto ¿Cómo podía quejarse? Sin embargo, se comían sus pensamientos como un pan con miel al saber que Jimin les regañaría durante un año completo.

-Ya casi -poco sabían que el más bajito también trataba de ser paciente.

¡Mil setecientos pasos! Soporto mil setecientos pasos antes de vislumbrar un par de casas y carreteras que aseguró era el tal "falo grande".

-¿Es ese verdad? -preguntó Taehyung solo para estar seguro que su martirio terminaba.

-si, ya llegamos -luego se dirigió a los chicos de atrás -¿Podrían dejar las cosas en mi casa?

Los demás asistieron mustiando un simple "si".

Taehyung por su parte veía todo a su alrededor cuando se adentraron al famoso pueblito. Las calles no estaban asfaltadas, muy pocas casas estaban pintadas, no parecía haber tiendas por ninguna parte y los caballos eran muchos.
Los árboles seguían siendo increíblemente abundantes, parecía que tenían miedo a cortarlos y había varios niños corriendo de un lado a otro, riendo y gritando.

-Oye, ¿Qué es eso? -preguntó mientras señalaba una especie de ave gorda con una cosa roja colgando de su cabeza.

-Un guajolote ¿No vez? -Jungkook contestó entre dientes.

-Un pavo, Tae-Tae -Jimin aclaró.

Taehyung le dedicó una mirada asesina al "vaquero" quien desgraciadamente no lo vió, pues estaba tan ocupado tratando de no soltar las tres maletas que cargaba.

-¿Y eso de allá qué es? -preguntó el castaño mientras se adentraban más en el pueblo.

-Tres chivos y tres borregos ¿No sabes contar?

-Son un rebaño de cabras y ovejas -Jimin seguía respondiendo con paciencia mientras Jungkook continuaba con su fastidio.

¿Acaso viene de la luna?
¿No le enseñaron en preescolar cómo se llaman los animales?

-Mimi ¿Esa cosa qué es?

El pelinegro volvió a rodar los ojos y estaba a punto de respóndele cuando Jimin se adelantó.

-Es un columpio. De la hermana de Hoseok, por cierto.

-¿Qué es la cosa que llevan en su cabeza?

-Una cubeta, alteza -volvió a decir el pelinegro.

-Las personas suelen cargar baldes de agua en la cabeza, se cansan menos -explicó casi con ternura el peli-naranja, un contraste muy grande con Jungkook.

Taehyung siguió mirándolo con odio en sus ojos y el vaquero siguió ignorandolo casi todo el tiempo, hablándole solamente para burlarse de su poco conocimiento en ciencias naturales.

-Esperenme aquí, creo que deje las llaves en el consultorio -volvió a hablar JiMin hacia todos los presentes.

Tae dudó si quedarse o ir con él, pero la primer decision se plantó cuando sus dudas volvieron.

-¿Y eso qué es? -preguntó el castaño al ver una pequeña "casita" casi en medio, semi cubierta.

Todos rodaron los ojos, hartos de tan preguntón muchacho

Hoseok, uno de los presentes, puso los ojos en blanco, pero después de pensarlo respondió con una inusual sonrisa:

-es el baño

Los ojos de Taehyung se abrieron a más no poder, pareciendo dos platos de porcelana fina ¿Qué habían escuchado sus oídos?

-Un... ¿Qué?

-Un baño, EL baño. Lo usamos todos los que vivimos aquí.

Todos los presentes se miraron complices y Jungkook estaba tan feliz que por poco se carcajea.

El enlodado, por su parte, hizo una mueca, la más deforme para su cara. ¿Ese chico estaba hablando en serio?

-Perdón por la tardanza - llegó diciendo Jimin - ¿Paso algo? -preguntó después, cuando notó la extraña felicidad de los chicos y la cara de sapo que puso Taehyung.

-Yo... -comenzó diciendo su amigo pero fue interrumpido por el "vaquerito"

-Puedes abrir ya, deje a la "chona" en el campo y no se la vayan a comer.

Jimin asintió y se apresuró a abrir el candado que tenía la puerta.
El castaño entró en silencio, aún procesando lo que Hoseok le había dicho, preguntandose si su cariño por su amigo era suficiente como para aguntar...se.

Los demás dejaron más maletas en la entrada, tronando sus huesos para acomodarse la espalda. Se despidieron del más bajito antes de volver a sus labores, bueno, todos menos JungKook.

- ¿Estarás bien, Mimi? ¿No quieres que te ayude con algo?

-Estoy bien, Kookie, mejor ve por la "chona" -le sonrió

-Me refiero a si no quieres ayuda con... Ese-lo señaló despectivamente y Taehyung no lo dejó pasar.

-¡Oye! "Este" tiene un nombre, enjendro.

-¿A quien le dices enjendro, cara de sapo?

¿Sapo?

En verdad le había dicho sapo.

-Al menos parezco un sapo y no un conejo con rabia -se cruzó de brazos y estubo a punto de sacarle la lengua, pero no iba a rebajarse así.

-¿Conejo con rabia? Ahora sí sacaste boleto princesa de lodo -caminaron lentamente hacia el contrario para continuar con sus insultos pero la vocecita de Jimin los detuvo.

-¡Ya! ¡Basta los dos! -miró uno a uno - Tu ve por tu mascota -le dijo a JungKook - y tu desempaca -continuó para Taehyung.

Ambos bufaron con molestia, como dos toros a lo que no dejan cornearse. Pero los dos hicieron caso, se alejaron para mirarse de arriba a abajo, con desprecio, antes de seguir con su camino.

Si, definitivamente esto era la guerra.

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