07. Identity Thieves
( CAPÍTULO SIETE )Ladrones de Identidades
⟡ Temporada 1 ; Capítulo 02-03
⟡ Capítulo NO editado
Estaban esperando por largos minutos pero el tiempo dejó de ser torturador cuando Woo-jin sacó un archivador de uno de los estantes y este desprendió grandes cantidades de dinero. A pesar que Soo-min les dijo muchas veces que dejaran el dinero en su lugar, los tres se encontraban sentados contando los fajos de dinero que había en cada archivador del estante que tenían enfrente. Era mucho dinero, Soo-min no recordaba hace cuanto tiempo había contabilizado esa cantidad tan fuerte de dinero.
—17 mil millones. 18 mil millones -Woo-jin estaba a su derecha señalando cada archivador llevando un orden con demasiada concentración. Soo-min y Geon-woo estaban sentados escuchando con atención las cantidades que su amigo contaba–. 21 mil millones. 22 mil millones.
—Woo-jin -Llama Geon-woo luego de un largo rato en que el mencionado estuvo contando–. Para ser sincero, conozco a Hyeon-ju.
—¿Qué? -Woo-jin y Soo-min preguntan al mismo tiempo confundidos por lo que les confesó de pronto.
—¿Qué quieres decir? -Agregó Woo-jin mirando con intriga a su amigo.
—Cuando fui a tu casa hace unos días, ella perseguía a un indigente, la seguí y me paralizó con una pistola eléctrica.
—¿Te paralizó? -Pregunta Woo-jin sorprendido por lo que le contaba su amigo. ¿En serio alguien lo había electrocutado? Eso no sonaba bien en lo absoluto, el chico ya tenía mucha mala suerte en los últimos días y se ponía mucho peor.
Geon-woo mira a su amigo, aprieta los labios en una delgada línea y asiente repetidas veces dándole respuesta a la pregunta que le hizo.
—Entonces, ¿se pelearon?
—No, solo me maldijo. Solo eso -Responde el chico con tranquilidad causando un poco de gracia en Soo-min. Fue un simple acto casi similar a una sombra levantando la comisura de los labios de la chica pero ese gesto tan basto fue suficiente para causarle una pequeña descarga eléctrica en su cuerpo.
Cualquier pensamiento de Geon-woo se dispersa cuando se percata que alguien camina por el pasillo hacia la librería y junto a Woo-jin se levantan del sofá negro inmediatamente cuando ven que la puerta es abierta dejando que la chica desconocida ingresara. Soo-min captó su cabello corto similar a la de algunos hombres pero sus rasgos hacían la diferencia y no se notaba demasiado feliz ni tranquila, parecía enojada por algo debido a sus expresiones faciales endurecidas, la forma en cómo abrió la puerta y se acercó a ellos dando fuertes pisadas.
Geon-woo y Woo-jin hicieron reverencias mostrando respeto y educación hacia la persona que les aprobaría para el trabajo que tanto buscan.
—Hola, Hyeon-ju -Woo-jin le sonríe a la chica utilizando sus habilidades sociales y amables para poder agradarle aunque Soo-min reconocía a las personas cómo ella y Hyeon-ju es alguien difícil de roer–. El mismísimo señor Choi nos escogió para que pudieras trabajar segura -Alza ambas manos juntando sus dedos índice y medio formando un hashtag–. Hashtag, guardaespaldas. Hashtag, sé mi empleado de seguridad. Hashtag, gerente. Hashtag, tus muchachos.
Soo-min aún permanecía sentada en el sofá mirando la escena desde lo lejos y tuvo que subirse la mascarilla un poco para poder reírse sin ser notada. Era demasiado cómico todo porque se hacía una breve idea de lo que Hyeon-ju podría hacerle a Woo-jin frente a esa terrible presentación más cuando la joven desconocida suspiró y rodó los ojos con fastidio por el ánimo terriblemente emocionante que estaba utilizando el chico.
—Piensa en nosotros como tus muchachos. Mucho gusto -Estiró una sonrisa pero sin embargo el ambiente se quedó en silencio, uno bastante incómodo si es que le preguntan a Soo-min–. Solo dilo. Nos encargaremos de todo lo que necesites.
—No necesito nada -Por fin logra hablarle a Woo-jin bastante neutral.
—Sí, de ahora en adelante, dinos lo que necesites.
—No. No necesitaré nada en el futuro, váyanse
Woo-jin toma aire y gira a mirar a Geon-woo a su lado a quién le cambió la cara por completo. Ya no estaba emocionado cómo antes porque ahora veía un poco más el panorama completo de la situación y es que la chica no parecía contenta con tenerlos a ambos ahí por lo que hay grandes posibilidades de que les niegue el trabajo. Soo-min también pensó en aquello por lo que sintió un poco de preocupación al saber que Geon-woo tendría que devolver todo el dinero que el señor Choi le dio cómo adelanto para pagar las deudas y lo peor es que no era una cantidad pequeña, podría demorarse un buen tiempo en recolectar todo para pagarle y eso es lo menos que tenían.
—¿No te agradamos? -Woo-jin le pregunta a Hyeon-ju manteniendo el mismo tono agradable de antes.
—¿Cómo me agradarían si no los conozco? -Refuta teniendo totalmente la razón-. No los necesito.
—No nos has visto trabajar -Contesta pero había perdido la amabilidad en su voz, ahora era un poco más serio–. ¿Cómo sabes que no nos necesitas?
—He trabajado sola sin problemas hasta ahora, estoy segura de que no los necesito -La chica le responde de una forma bastante hostil y todo apuntaba a que la situación va a cambiar para mal–. Y odio a la gente que discute.
—No intento discutir...
—Eso se llama discutir -Lo interrumpe antes que intente contradecirla y Woo-jin cierra la boca–. Por favor, váyanse.
Soo-min aleja su espalda del respaldar del sofá perdiendo la emoción por ver discutir a Woo-jin con Hyeon-ju, ya tendría tiempo para esperar eso pero ahora no era el momento de disfrutar las discusiones ajenas y más cuando Geon-woo parecía bastante afligido porque su amigo no había logrado convencer a Hyeon-ju y la chica parece bastante decidida a que no necesita a nadie. ¿Podría ayudarlos? Si Hyeon-ju es bastante similar a ella no tendría oportunidad de convencerla, fracasaría notablemente y llegarían hasta pelearse de alguna manera ya sea verbal o física. Empeoraría las cosas pero tampoco soportaba quedarse ahí viendo cómo sus amigos se hunden así que hizo funcionar sus neuronas para encontrar una respuesta.
—El señor Choi dijo que podíamos quedarnos -Comenta Woo-jin.
—¿No querías persuadirme? -Woo-jin no responde y eso los perjudica más–. Empiezas a mentir, carajo. Creí que solo tus zapatos eran falsos -Soo-min frunce sus cejas al escucharla y se levanta del sofá dando pasos lentamente hasta colocarse detrás de sus amigos–. Vete -Woo-jin bajó la cabeza y no dijo nada por la pequeña humillación–. ¡Dije que te fueras! ¿Acaso no me oyes? -Empuja levemente el hombro de Woo-jin con el casco de motocicleta que llevaba en una mano–. ¡Lárgate! ¡Maldición!
El chico la mira y conteniendo alguna que otra lágrima de frustración por haberse callado frente a tal humillación pero también por haber fracasado en una situación que requería salvar de alguna manera u otra porque era lo único que tenían para salvar a Geon-woo y su mamá. Soo-min cierra ambas manos con fuerza tratando de calmar sus impulsos por empujar a la chica y plantarle un buen golpe en la cara justo cómo ese tipo de abusadores que la criaron pero pensó en su calma y en las consecuencias que eso puede traer así que se centró en mantener la calma, pensar un poco más antes de reaccionar y una vez que Woo-jin abandona la librería, ella da un paso adelante.
—¿Quién te crees que eres? -Se dirige a Hyeon-ju directamente captando su atención–. Créeme que sino tuviéramos la necesidad de venir hasta aquí a pedirte una oportunidad de trabajo, no lo haríamos -Hyeon-ju suspira y mira aburrida hacia la pelinegra que contaba internamente para no abalanzarse hacia ella–. Porque a trabajar con personas cómo tú prefiero mendigar en las calles pero lamentablemente en la situación que estamos no nos da lo suficiente para arreglar nuestros problemas y el tiempo va en nuestra contra.
—¿Y tú quién eres? -Enfrente Hyeon-ju dejando de apoyar su peso en una sola pierna para mostrarse recta mientras que Soo-min sólo infló su pecho mirándola por debajo de sus pestañas cómo si fuera inferior a ella–. ¿Quién te crees también para hablarme de esa manera? Si antes no quería conocerlos, ahora no quiero verlos. ¡Lárguense!
Soo-min abre la boca para poder decirle que se fuera al Diablo pero de pronto ve de reojo cómo Geon-woo se arrodilla en el suelo casi suplicándole a Hyeon-ju. La pelinegra lo mira sorprendida y coloca una mano en su hombro para hacer que se levante pero este se niega rotundamente permaneciendo en el mismo lugar.
—Realmente necesito este trabajo -Geon-woo se las arregla para que su voz no se fragmente-. Úsame por un mes. Si no soy de ayuda, me iré -Las lágrimas resbalan por sus mejillas–. Solo un mes, te lo ruego.
—Disculpa -Dice Hyeon-ju–. Si necesitas dinero, mi abuelo te lo prestará -Cambió su tono de voz a algo más tranquilo pero igual sonaba forzado cómo si estuviera comprometida a hablarle bien luego de verlo ahí de rodillas pidiéndole que lo acepte–. Le hablaré bien de ti, así que vete. Esto es incómodo.
Soo-min suelta resopla al escuchar lo último que dijo y toma del brazo a Geon-woo para que este se levente del suelo. Woo-jin ya fue humillado por esa chica, no dejaría que pase lo mismo con Geon-woo de esa forma mucho peor en el que se mostraba vulnerable.
—Vamos, Geon-woo. No piensa ayudarnos, encontraremos trabajo y dinero en otro lugar -Le pide a su amigo pero este no da su brazo a torcer, permanece hincado en el asfalto.
—El señor Choi ya me dio un adelanto de dos años -Comenta y levanta la cabeza enseñando mejor su rostro cubierto de lágrimas por encima de los moretones que adornaban su piel–. Smile Capital engañó a mi mamá y ella pidió un préstamo. La deuda se elevó a 100 millones, y la pagué esta mañana con el dinero que me dio el señor Choi. Si tengo que devolver el dinero, estaré en graves problemas. Por favor, te lo ruego.
El rostro de Hyeon-ju cambió en el segundo que Geon-woo le contó con brevedad en el problema que se había metido junto a su madre. Cuando el chico deja de hablar, ella toma aire relajando sus expresiones faciales y mira a Geon-woo en el suelo.
—Levántate. Vamos a comer -Pide utilizando un voz más tranquila. Geon-woo levanta su cabeza para mirarla estupefacto y Soo-min gira su cabeza a mirarla igual de sorprendida por su cambio de actitud.
Habían logrado avanzar notablemente y el giro de la situación fue de 180° pero sin embargo Soo-min no dejaba calmar sus ganas de golpearla por haber ocasionado tanta humillación junta y que sus amigos se vieran perjudicados emocionalmente de esa manera. Aún así tuvo que regirse a la decisión de sus amigos y eso involucraba aceptar la propuesta de ir a comer con ella.
Fueron a un local de comida rápida de hamburguesas. Con mucho recelo y sin nada de confianza, Soo-min se vio obligada a dejar que Geon-woo y Hyeon-ju se quedaran en una de las mesas vacías del local para conversar mientras que ella y Woo-jin hacían los respectivos pedidos en la barra principal. La pelinegra giraba su cabeza de segundo en segundo para asegurarse que todo iba con normalidad, temía que ella vuelva a lastimar a alguno de sus amigos con sus palabras o acciones que resultaban bastante hostiles. ¿Realmente se veía así cuando conocía a alguien? No, ella tiene un poco más de piedad y se permitiría darles una oportunidad si vienen a casi suplicarle por trabajo.
Woo-jin miró a su amiga que estaba bastante atenta hacia la mesa dónde se encontraba Geon-woo y Hyeon-ju conversando de algo que no lograban escuchar debido a la distancia pero la pelinegra estaba demasiado atenta cómo si pudiera escucharlos.
—¿Qué sucede? -Escucha que Woo-jin le pregunta al lado y gira hacia él de inmediato–. ¿Por qué los miras tanto?
—La estoy vigilando -Aclara centrando su atención al frente pero luego gira a verlos un segundo más–. No confío en ella luego de lo que hizo en la librería.
—Olvídalo, ahora le agradamos más -Woo-jin dirige una mirada hacia los otros dos un segundo antes de volver a hablar–. O le agrada más Geon-woo. El punto es que hay posibilidad de poder obtener el trabajo y es lo único que me alivia ahora.
—No puedo sacarme de la cabeza de un segundo a otro a las personas en las que no confío -Comenta con seriedad mientras mira al frente dejando de lado a Geon-woo y Hyeon-ju que parecía mantener una conversación tranquila aunque el chico mantenía la cabeza inclinada hacia abajo.
—Suenas tenebrosa cuando dices eso -Golpea su codo con el de ella de forma juguetona mientras ríe levemente pero ella no emite sonido alguno–. ¿Por qué de pronto nació en ti ese instinto tan protector? Lo he estado viendo desde hace un par de días, no pienses que no me he dado cuenta.
—No entiendo de lo que hablas -Niega por el comentario pero la verdad es que no entendía a lo que se refería. Ella se sentía normal y tranquila, no había nada nuevo por lo cuál preocuparse de forma emocional y no cree que algo la haya hecho sentir sobreprotectora.
—Desde la noche que Geon-woo llegó al hospital -Woo-jin se apoya en el mostrador para poder ver el rostro de su amiga y ella también pudiera verlo–. Te he notado más preocupada por los dos pero sobre todo por él, ¿está sucediendo algo que no logro enterarme? No digas que son cuentos en mi cabeza porque ya los he visto agarrados de la mano ese día en el restaurante y el otro día preguntó si tú y yo estábamos saliendo.
Soo-min giró a verlo frunciendo sus cejas confundida por todo lo escuchado. ¿Estaba insinuando que ella sentía algo por Geon-woo? Por supuesto que no era eso, ¿cierto? No conocía con exactitud eso de sentir mariposas en el estomago cuando una persona ve a otra ni tampoco había llegado a tener una relación amorosa con alguien, Hyun-bin no permitía que sus hombres le dirigieran palabra alguna a la chica si es que ella no les hablaba primero y apenas la excepción era Min-jae pero eso era diferente, en él siempre vio a un hermano mayor y él también veía en ella a una hermana menor a la cuál protegió en todo momento.
Geon-woo, es un chico demasiado alegre y diferente a todos los hombres que Soo-min alguna vez había conocido, veía en él una luz inexplicable que alumbraba cualquier lugar al que llegara sin hacer mucho esfuerzo, solo bastaba con sonreír para que brillara y te hiciera sentir extrañamente calmado. Eso sucedía con Soo-min pero no significaba nada, ¿cierto? No debería significar algo, no se encontraba en condiciones de poder querer a alguien más allá de una amistad porque su corazón estaba severamente herido. Además, ¿cómo la felicidad cómo Geon-woo podría llegar a interesarse en el desastre de Soo-min? Nadie buscaría complicarse la vida de esa manera, nadie en sus cinco sentidos buscaría entablar una relación amorosa por Soo-min.
—Estás inventando historias en tu cabeza -Sentencia Soo-min con completa seguridad luego de un breve análisis y convencerse de que no sentía nada por Geon-woo.
Woo-jin siguió hablando sin parar diciendo que Soo-min estaba mintiendo pero la chica decidió ignorarlo por completo incluso cuando les entregaron las bandejas con sus respectivos pedidos. Ella lo toma dejando que Woo-jin siguiera hablando por lo mismo, camina siendo seguida por Woo-jin que le juraba que no abriría la boca para nada y que su secreto estaba asegurado con él.
Deja la bandeja en la mesa llamando la atención de los dos que conversaban y para evitar descontrolar sus intentos agresivos hacia Hyeon-ju, se vio obligada a sentarse al lado de Geon-woo incrementando las razones de Woo-jin para que la molestara con eso por el resto del día pero a veces simplemente podría darse el lujo de ignorarlo hasta que él mismo se calle.
—Llegaron las deliciosas hamburguesas -Anunció Woo-jin una vez que su amiga dejó la bandeja sobre la mesa blanca.
—Escúchame primero -Hyeon-ju se dirigió hacia Woo-jin una vez que el chico se sentó a su lado y se quitaba la mascarilla negra para poder comer–. Como saben, mi abuelo ya no es prestamista. Da préstamos sin intereses a personas necesitadas -Empieza a explicar– Pero, a veces, nos topamos con imbéciles que se aprovechan de su bondad. Yang Jae-myeong fue uno de ellos -Pausa un segundo para mirar a las tres personas que la miraban con atención–. Mintió, dijo que su madre debía operarse. Pidió diez millones y se esfumó. Me llevó medio año encontrarlo -Gira a mirar hacia Woo-jin–. Lo vi mendigando frente a una estación de tren. Al principio, pensé que realmente se había vuelto indigente, pero al pasar por ahí, noté los limpios que estaban sus dientes. Así que lo seguí. Descubrí que él y sus matones fingían ser indigentes y les robaban la identificación a indigentes para crear empresas fantasma y abrir cuentas bancarias. Luego engañaban a prestamistas y pedían préstamos de cientos de millones de wones. Esa táctica era tan profesional que pensamos que habría alguien detrás de Yang Jae-myeong.
Toma su teléfono en el que mueve su dedo de un lado a otro por la pantalla en busca de algo para enseñar.
—Descubrí que esta persona tenía lazos con Yang Jae-myeong -Le enseña la imagen de un hombre vestido en traje formal y llevaba lentes–. ¿Lo conocen? -Soo-min niega de inmediato pero al ver que Woo-jin miró a Geon-woo supo que este último si lo reconocía y eso se vio cuando las facciones del chico se endurecieron cómo si le enojara algo de sólo ver su foto.
—Sí.
Ese hombre pertenecía a Smile Capital o tenía algún vinculo con la empresa pero debió estar esa noche en la que Geon-woo fue atacado porque de lo contrario no hubiera reaccionado así.
Para el momento en el que las cosas cambiaron, Hyeon-ju los estaba llevando a algún lugar que los tres chicos no conocían pero a juzgar por la oscuridad de la noche, sería un paseo no tan alegre o con buenas intenciones. Woo-jin había tomado el asiento del copiloto mientras que Geon-woo estaba en los asientos traseros junto a Soo-min, la chica tenía la mirada puesta en la ventanilla a su izquierda en todo momento a pesar que sentía algunas veces cómo el chico a su lado la miraba por unos segundos bastante insistente cómo si le pidiera que girase a verlo pero ella se negaba, no quería que su opinión respecto a sus sentimientos cambiaran.
—Nuestro objetivo es descubrir cuántas identificaciones roba Yang Jae-myeong por noche -Comenta Hyeon-ju mientras conduce y tiene toda su atención puesta en el camino–. Pase lo que pase, que no los vean. Si descubren que los seguimos, todo mi plan habrá sido en vano.
Se estacionaron en un lugar oscuro pero tenían un objetivo y era vigilar la puerta principal de un edificio dónde probablemente saldría Jae-myeong junto a sus matones para ocuparse de robar las identificaciones de más indigentes de la estación de tren. Soo-min mantenía aún la mirada puesta en la ventanilla vigilando hacia el lugar que Hyeon-ju había indicado dónde saldrían los delincuentes pero su vigilia fue interrumpida cuando siente un toque en su antebrazo que la hizo girar de inmediato hacia la persona que tenía al lado, la cuál se asustó por su repentino movimiento y tomó distancia al momento que la tuvo al frente.
Geon-woo la mira sorprendido y traga en seco pensando que la había molestado pero la chica relaja sus facciones para evitar hacerlo pensar de esa manera, no quería que le tuviera miedo cómo sucedía con Hyun-bin.
—¿Qué sucede? -Le pregunta al chico tratando de ser lo suficientemente silenciosa para que las personas de adelante no pudieran escucharlos.
—Eso quería preguntarte, ¿estás bien? No hablaste todo el día -Curiosea bastante nervioso por si Soo-min reacciona de mala manera o malinterpreta todo.
—Estoy bien -Contesta desviando su mirada a otro lado para evitar verlo a la cara–. No hablo siempre, debes ir acostumbrándote.
No dijo nada pero sabía que no debía seguir insistiendo en preguntarle si verdaderamente estaba bien porque iba a obtener la misma pregunta aunque sea una mentira, lo supo desde el momento que miró a otro lado antes de responderle. Dejó a la chica en paz y Soo-min sintió una gran punzada en su pecho al notar que su respuesta no fue la adecuada pero tampoco quería dar un paso atrás, iría contra el hecho de que no estaba empezando a desarrollar sentimientos por él. Tragó su arrepentimiento cómo si se tratara de millones de vidrios pasando por su garganta y volvió a girar su cabeza para vigilar el edificio.
Al cabo de unos minutos vieron cómo una furgoneta negra se detuvo frente a la entrada principal y del edificio salieron varios hombres que ingresaron al vehículo apresurados. Hyeon-ju siguió a la furgoneta una vez que estos se deslizaron por la calle y es así cómo los llevó por diferentes calles con dirección a la estación de tren.
Una vez que esos hombres se detuvieron, también lo hicieron los jóvenes que iban detrás de ellos.
—Hay gorras atrás. Cúbranse la cara -Hyeon-ju les dijo a los chicos.
Geon-woo tomó las gorras negras que estaban detrás, se las entregó a Woo-jin para que se colocar alguna y cuando Soo-min estaba por tomar otra, Geon-woo aleja la gorra evitando que la chica lo tome en su mano.
—¿Qué haces? -Soo-min le pregunta al chico.
—No irás -Responde e inclina el asiento del copiloto para poder salir de los asientos traseros mientras que Soo-min lo ve bajarse del vehículo y escucha que da una risa nasal sin gracia.
—¿De qué estás hablando? Tengo que ir a ayudarlos.
—Geon-woo tiene razón -Woo-jin habla esta vez haciendo que la chica lo mire a él–. No debes ir, puede ser peligroso para ti.
—No estás hablando en serio -El chico encoge sus hombros y cierra la puerta del copiloto dejando a la chica dentro–. ¡Hong Woo-jin! -Hace una reverencia que se capta perfectamente por el vidrio de la ventanilla y junto a Geon-woo siguen a los delincuentes que bajan hacia la estación de tren subterránea–. Idiota.
Hyeon-ju siguió conduciendo por la calle dando vueltas por la misma para no levantar sospechas de las personas que esperaban a los delincuentes en la furgoneta mientras que su acompañante estaba demasiado inquieta pensando en las millones de cosas que pueden suceder ahí abajo y de las cuales ella no podrá hacer el intento de ayudarles. Era imposible quedarse de manos cruzadas, se sentía demasiado impotente casi cómo si fuera a explotar en cualquier momento.
Pasaban algunos minutos que se sentía una eternidad y el auto negro de Hyeon-ju seguía dando vueltas por el lugar dejando que la incertidumbre se apodere del ambiente alrededor de la pelinegra que llevaba en los asientos traseros. La miraba por el espejo retrovisor central de minuto a minuto viendo el rostro pensativo de la desconocida y cómo su pierna se agitaba en señal de nerviosismo pero era diferente, sabía que estaba preocupada por los chicos.
—¿También piensas trabajar conmigo? -Hyeon-ju le pregunta para romper el hielo y distraerla con algo más.
—Te dije que prefiero mendigar antes que hacerlo -La conductora sonríe del lado ante la repuesta– Yo ya tengo un trabajo del cuál ocuparme, sólo los estoy ayudando.
—¿Son tus amigos? -Soo-min asiente y Hyeon-ju ve su respuesta por el espejo retrovisor. Recorren la misma calle de la estación de tren pero llama la atención de ambas cuando ven una ambulancia estacionada cerca al ingreso subterráneo–. Pues tus amigos no saben seguir unas simples ordenes.
—Detente -Ordena la pelinegra al ver la ambulancia y no puede evitar pensar en que algo malo les ha sucedido a sus amigos.
—Sospecharán.
—No me obligues a que sospechen más si salto del auto -Amenaza Soo-min, por lo que Hyeon-ju se estaciona a regañadientes y maldiciendo por lo bajo. Una vez que el auto negro se detiene por completo, Soo-min abandona el mismo corriendo hacia la entrada de la estación descendiendo las escaleras con rapidez sintiendo su corazón empezando a golpear fuertemente contra su caja toráxica.
Recorre los pasillos del lugar poco alumbrado hasta que reconoce a algunos paramédicos levantar el cuerpo inerte de alguien en el suelo con una gran mancha de sangre alrededor. El miedo de ver el rostro de alguno de los chicos crecía por cada paso que daba para mirar más de cerca pero no reconoció a la persona que atendían, tratándose de un hombre anciano con los ojos cerrados y de ropa bastante antigua combinado con suciedad por su vida en la calle. Sintió una ola de alivio inundarla al ver que no se trataba de ninguno de los dos chicos sino de un indigente que probablemente salió lastimado en el transcurso.
—¿Soo-min? -Escucha a sus espaldas y gira hacia el llamado de su nombre encontrándose con la presencia de sus dos amigos mirándola confundidos. La chica camina hacia ellos apresurada repasando la mirada por todo sus cuerpos en busca de alguna herida o algo peor no había nada por lo cuál preocuparse–. ¿Qué te sucede?
—Pensé que les había sucedido algo malo -Le responde a Woo-jin luego de terminar de hacer una rápida inspección por Geon-woo–. Vi la ambulancia afuera y...
—Te preocupaste por nosotros -Completa Woo-jin pero no era lo que Soo-min quería decir en realidad aunque si era lo que había sucedido. Se sintió preocupada por los dos–. Está bien, no lo digas pero los tres sabemos que fue así.
—Woo-jin -Advierte Soo-min cambiando su expresión a una más seria pero el chico solo le sonríe y aprieta su mejilla antes de que la chica pudiera golpearlo por eso.
—Vamos. Hyeon-ju nos está esperando en la librería -Llama el chico tomando la delantera por unos cuantos pasos.
Geon-woo mira a Soo-min unos segundos antes de sonreír y seguir a Woo-jin dejando a la chica atrás bastante confundida por lo último. ¿Por qué le sonrió de esa manera? No había razón para hacerlo pero para el chico fue diferente, ese acto de preocupación denotaba que Soo-min había regresado a la normalidad y ya no estaba demasiado alejada cómo antes. Sobre todo se enteró que la chica poco a poco dejaba caer su apariencia dura para mostrarse cómo una persona con sentimientos hacia sus amigos.
pay attention 'cause
५🦁★ ASLAN SPEAKS . . .
estoy con una gripe que por cada estornudo
se me va un pedazo de mi alma, ayuda
disculpen la tardanza, admito que ayer he procrastinado
luego de llegar del instituto y bueno JAJA
si todo va bien, hoy podrían tener capítulo doble si es
que la gripe no me mata antes llevándose mi inspiración, así que no les aseguro nada T_T
espero que les guste y no se olviden de
comentar, votar y compartir esto.
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