03. Human Feelings
( CAPÍTULO TRES )Sentimientos Humanos
⟡ Temporada 1 ; Capítulo 02
⟡ Capítulo NO editado
Los latidos del corazón de Ha Soo-min golpeaban contra su caja toráxica pero también podía escucharlos en su cabeza por cada paso acelerado que daba con dirección hacia el hospital mientras millones de pensamientos desesperados cruzaban por su cabeza. La manera salvaje en el que su corazón golpeaba sólo se daba cuando corría a grandes distancias cómo la que estaba recorriendo pero sabía que sus latidos desenfrenados no se debían a la actividad física por completo, era al hecho de que le había sucedido algo a quién conocía por más mínimo que sea el tiempo por el que se conozca.
No importa que no se conozcan lo suficiente, Geon-woo no era una mala persona y supo lograr agradarle de alguna manera a alguien tan complicada cómo lo era ella. El poco tiempo que estuvo con él le recordó demasiado al señor Park y esa atracción inexplicable de calma que brindaba a quienes estaban a su alrededor, por lo que personas cómo ellos hay pocos y no se deben dejar soltar tan fácil, más si se trataba de un alma tan atormentada y adolorida cómo ella.
Llega hacia la recepción del hospital esquivando a varias personas que ingresaban y otras que salían. Logra hacerse entender a pesar de su respiración agitada y pregunta por el nombre de su amigo, la enfermera que atendía en ese espacio le dijo que estaba en la sala de emergencias y sólo recibió un agradecimiento a cambio antes de que la joven saliera corriendo en dirección al lugar indicado.
Aparece en la sala de emergencia dónde múltiples voces se escuchaban el mismo tiempo entre los doctores, enfermeras y hasta los mismos pacientes pero el olor particular a alcohol y medicamentos inundó las fosas nasales de Soo-min a pesar que llevaba su mascarilla puesta. De fondo escuchó algunos gritos y llantos de dolor provenientes tanto de las personas internadas cómo alguno que otro familiar que acompañaba, ese tipo de sonidos siempre sería familiar para ella ya sea proveniente de terceras personas o de sí misma.
—Hola -Detiene a una enfermera que pasó por su lado–. ¿Kim Geon-woo se encuentra aquí?
La enfermera revisa el tablero que tenía en sus manos y llevaba las hojas de ingreso de todos los pacientes que había atendido en las últimas horas. La única mujer que se encontraba sentada en la banca de espera se levanta de su asiento al escuchar que alguien buscaba a su hijo, gira su cabeza hacia la joven pelinegra que no conocía pero preguntaba por el joven.
—¿Por qué buscas a mi hijo? -Pregunta la mujer llamando la atención de las dos jóvenes. La enfermera se disculpa por lo bajo y se retira al no ser ya necesario responder a la pregunta que le hicieron–. ¿Quién eres?
—Hola -Hace una corta reverencia y al reincorporarse ve a la mujer, sólo hacia ver sus ojos para notar lo desesperada y preocupada que estaba–. Soy Ha Soo-min, amiga de Geon-woo.
—Ha Soo-min -Repite el nombre de la chica mientras piensa si se le hace conocido el nombre pero luego termina negando–. Nunca he escuchado tu nombre, ¿en serio eres su amiga? ¿Vienes a lastimarnos más?
—No...
La chica se interrumpe a sí misma cuando ve que Geon-woo camina hacia ambas mujeres. Tenía su sudadera gris con grandes marcas de sangre que cayeron por gotas desde el lado derecho de su rostro y en la zona afectada tenía una gasa blanca cubierto gran parte de su rostro al lado del ojo. Su madre camina hacia Geon-woo y acaricia su rostro con cuidado antes de empezar a sollozar avisando de que el llanto se acercaba a ella, ¿qué les habría sucedido?
—Lo siento -Dice su madre antes de empezar a llorar mientras que Geon-woo negaba repetidas veces y abrazó a su madre para calmarla.
—Vámonos -El chico toma el bolso de su madre que estaba a un lado de la banca de espera. Dan unos cortos pasos hasta que el chico se detiene frente a Soo-min–. ¿Qué haces aquí?
—Cuando salí del restaurante vi que tenía una llamada perdida tuya, volví a llamar y me respondieron del hospital diciendo que te estaban suturando el corte -Carraspea antes de seguir hablando–. Vine corriendo.
—¿Corriendo? -Pregunta levemente sorprendido por la confesión de la chica, quién se arrepiente de inmediato por haberlo dicho.
—No quedaba tan lejos -Le resta importancia–. No creo que sea el momento correcto para preguntarte qué sucedió así que mejor me voy -Desliza su mirada hacia la señora–. Disculpe por haberla molestado -La mujer sólo asiente mientras limpia sus lágrimas–. Descansa, Geon-woo. Hablaremos luego.
Soo-min estaba por girar para regresar por donde vino pero le hablan.
—Gracias, Soo-min -Mira a Geon-woo al escucharlo–. Por haber venido.
Ella sólo asintió antes de retomar su camino hacia la salida de la sala de emergencias dejándolos atrás.
No pensaba que las cosas terminaran así pero debió imaginarse que la madre del chico estaría presente cuando esperaba saber lo que le había sucedido a su amigo. Tendría mucho tiempo para poder preguntarle por lo ocurrido aunque no lograba sacarse de la cabeza el miedo que sintió la mujer cuando le preguntó si ella estaba ahí para hacerle más daño, ¿alguien le había hecho eso a Geon-woo? ¿Quién los había lastimado? Todo parecía indicar que la señora también estuvo presente cuando le cortaron el rostro a su hijo y de alguna manera se culpaba por eso.
Soo-min camina hacia la parada de autobuses más cercana y por suerte el bus que la levaba a casa llegó a los pocos minutos en los que ella se sentó a esperar. Fue sola en el transporte público y es que ya era el último que pasaría debido a las altas horas de la noche.
No podía dejar el tema de Geon-woo atrás incluso luego de haber bajado del transporte público que la dejó en la parada de autobuses cerca a su casa. Camina por las solitarias y oscuras calles de su vecindario y es que se supone que nadie debería estar caminando a esas horas debido al toque de queda aunque ella tenía un salvoconducto gracias al restaurante y el que podría hacer uso si es que un policía la interceptaba aunque en una situación cómo esa siendo mujer, que la policía te detenga era lo menos que debía preocupar.
Lo único que se escuchaba eran sus pasos contra el asfalto y el tintineo de las llaves que estaba en el bolsillo de su campera pero sólo bastó que la chica mirara de reojo para darse cuenta que su sombra no era lo único que se proyectaba por la luz del alumbrado público. Mira a su alrededor rápidamente analizando el espacio en el que se encontraba e ideando a la misma velocidad la manera de poder encontrar algo con lo cuál defenderse hasta que ve una caja de botellas de vidrio que algunas personas colocaban para el reciclaje.
En el momento que pasa por el contenedor, Soo-min estira su mano rápidamente tomando una botella con una mano y la rompe contra un poste de luz girándose hacia la persona para amenazarlo con el vidrio puntiagudo pero lo baja lentamente al darse cuenta de quién se trataba.
—Maldito idiota, ¿qué te sucede? -Gruñe pero sin embargo aún mantiene la botella en su mano.
—¿Dónde estabas? -Le pregunta colocando ambas manos dentro de los bolsillos de sus pantalones negros de algodón.
—No es tu problema. Lárgate -Demanda dándole la espalda pero pronto escucha sus pasos empezar a seguirla. Deja salir el aire de sus pulmones violentamente por su nariz.
—Tenías que llegar hace dos horas, Soo-min. ¿Dónde estabas? ¿Te metiste en problemas?
—Déjame en paz, Min-Jae. No busques que te corte la garganta en serio.
—Ambos sabemos que no eres más fuerte que yo -Se permite sonreír de lado al recordar esos momentos exactos en los que peleaba con Soo-min pero él siempre terminaba ganándole.
—Si estás aburrido, puedes dejar de perseguirme cómo mi maldita sombra e ir a besarle el trasero a tu jefe, ¿no lo crees? -Ella gira hacia él una vez que llegó a la puerta principal del edificio dónde vivía, por lo que ambos se detienen–. Además, podrías decirle que me deje en paz y así tú podrías ocuparte de otras cosas más importantes que preocuparte por la hora a la que llego a casa.
—No es solamente eso, Soo-min -La mencionada levanta una ceja interrogante pero no es visible por el flequillo que lleva sobre sus cejas–. Estoy aquí también para cuidarte.
—¿En serio? -Se burla con sarcasmo–. Seguro se ha metido en problemas -El silencio del joven llevó a confirmar lo que la chica dijo–. ¿A quién le robó? ¿A quién le quitó el territorio? Mejor aún, ¿a quién mató?
—Creí que ya no te importaba nada de lo que pudiera sucederle.
—Y sigue sin importarme -Añade con seguridad de sus palabras–. Pero cuando se interpone en mi camino y empieza a fastidiarme todos los días, se convierte en un problema mío aunque no quiera lidiar con ello -Responde y luego arroja la botella que llevaba en la mano, haciendo que se rompa en millones de pedazos una vez que impactó contra el suelo–. No busquen que me enoje de verdad, así que evite arrastrarme con sus problemas porque yo ya no tengo nada que ver con él.
Soo-min lo mira por última vez antes de adentrarse al edificio y subir las escaleras con dirección hacia su apartamento en el cuarto piso. Una parte suya creía plenamente que fue dura con él porque al mirar en el pasado tenían una amistad grandiosa, fue la única persona que le ayudó a sobrellevar tanto tiempo sometida a la prisión y todo el sufrimiento por el que pasó pero si quería cortar cualquier lazo con ese pasado que seguía haciéndole sombra, tenía que eliminar todo lazo que la amarraba y eso incluía romper con su amistad por más duro que sea.
Mira por uno de la ventana de las escaleras que tiene vista hacia la calle y ve cómo Min-jae se aleja lentamente del lugar regresando por el mismo camino que recorrió junto a ella. La joven suelta un suspiro lamentándose todo a lo que se veía obligada simplemente para protegerse a sí misma y tener una vida tranquila de la cuál no estaba tan satisfecha pero al menos era libre.
Min-jae sólo apareció los últimos años cuando había problemas y alguien iba detrás de su jefe, por lo que Soo-min tendría que ir con cuidado porque, aunque no lo quiera, ella todavía seguía vinculada a él.
Soo-min una vez más estaba en un hospital sentada en la sala de espera teniendo a su lado a Woo-jin que sostenía un par de hojas, habían llegado para acompañar a Geon-woo a que se revise la herida y puedan cambiarle el vendaje. Ambos estaban revisando el contrato que la madre de Geon-woo había firmado hace unos días atrás que desencadenó el ataque a la cafetería que le pertenecía a la señora y dónde le cortaron el rostro al joven boxeador que sólo buscaba defender a su madre y el negocio que se encargaron de formar con mucho esfuerzo.
La chica sólo sentía cómo su sangre hervía a gran nivel por cada palabra que leía del contrato y en la forma tan cruel en cómo se habían aprovechado de la inocencia e ignorancia de esa pobre mujer. Lo más indignante y frustrante era saber que así cómo la madre de Geon-woo, muchas más personas cayeron en la misma estafa y pronto también quedarían endeudadas con una gigantesca cantidad de dinero viéndose en la desesperación de pedir más deudas a otros usureros o hasta pidiéndoles más dinero a ellos para intentar pagar lo que deben, volviéndose un círculo vicioso en el que no lograría salir jamás mientras esos estafadores seguían robándole a las personas más humildes y con muchas necesidades.
Tipos de personas así siempre terminaban hiriendo a sus deudores golpeándolos, yendo detrás de sus familiares y destruyendo todo lo que les pertenecía ellos con la intención de que causar miedo y que eso los lleve a la desesperación de conseguir el dinero por cualquier miedo. Soo-min conocía perfectamente cómo actuaban luego de la estafa y querían buscar más dinero, ella vivió muy de cerca toda esa sangre, dinero sucio y lágrimas que venían de esas personas inocentes y desesperadas.
—¿Qué opinas? -Woo-jin le pregunta a su amiga al lado sin quitar la mirada de las hojas.
—Me genera impulsos homicidas -Responde con sinceridad y apretando los dientes fuertemente–. Quiero encontrarlos y darles su merecido. Son unos malditos imbéciles.
—Soo-min -Escuchan la voz de Geon-woo que salió de la consulta y el chico camina hasta sentarse en una de las sillas frente a ellos.
—¿Estás bien? -Woo-jin le pregunta a su amigo una vez que lo tiene enfrente.
El chico ya no era el mismo, había perdido ese brillo alegre de sus delgados ojos y sólo miraba todo con tristeza. Habían hematomas alrededor de sus ojos producto de los golpes que le provocaron al intentar defender el negocio de su madre pero esas personas le llevaron ventaja.
—Déjame ver -Pide Woo-jin luego de no recibir respuesta por parte del chico que estaba cabizbajo.
—No.
—Déjame ver -Insiste el chico y Soo-min estaba por golpearlo si volvía a pedirle que lo hiciera pero Geon-woo cede ante su petición, mira a ambos lados antes de bajarse la mascarilla y retirar un poco el nuevo vendaje para enseñarle el corte suturado recientemente–. Cielos.
—Desgraciados -Soo-min gruñe al ver el daño irreversible que le hicieron al chico. No era capaz de imaginarse si tan sólo el corte pudo ser un poco más a la derecha, pudieron dejarlo sin un ojo.
—¿Cuántos puntos?
—Treinta -Responde Geon-woo luego de volverse a colocar el vendaje.
—Cielos. Esos hijos de puta -Resopla Woo-jin–. Esto me pone furioso -Estaba demasiado enojado por toda la situación. Soo-min tuvo que calmarlo cuando se lo dijo porque el chico no dejaba de preguntar quién fue el responsable para ir a hacerlos pagar por el daño–. Denunciémoslo.
—Ni hablar -Soo-min dice de inmediato–. Personas cómo él no lograrán caer sólo con una denuncia a pesar de los daños. Lo único que tenemos cómo prueba es el contrato pero es suficiente para que logren salir impunes -Explica brevemente mientras señala las hojas que llevaba en la mano–. Tienen el suficiente dinero para comprar a cuantos abogados deseen y sobornar a quienes quieran. Sólo sería ir a toda velocidad hacia una pared y esperar estrellarte.
—No tendríamos que darnos por vencidos -Insiste Woo-jin mirando a su amiga–. Podemos seguir peleando hasta que alguien pague por lo que le hicieron.
—No puedo -Interviene Geon-woo antes de que Soo-min hablara.
—¿Por qué no?
—Pondría en peligro a mi mamá.
—Mierda, increíble -Woo-jin resopla dándose por vencido.
—¿Revisaron el contrato? -Geon-woo alterna su mirada entre Soo-min y Woo-jin, quienes asienten.
—Mira -El chico se inclina más cerca para poder enseñarle el contenido del contrato–. Nunca hemos oído hablar de una cuota de prórroga. Debes de pagar el 10% del capital cada semana hasta pagar el préstamo. Tu mamá pidió un préstamo de 50 millones, la cuota es de cinco millones. Cuando no haces un pago, se duplica.
—La tasa de intereses pasa de ser de 5% a 20% -Añade Soo-min llamando su atención–. Colocaron todas esas especificaciones en la letra más pequeña para que no sea detectable en la primera rápida revisión, así que cualquier persona con falta de experiencia con prestamistas o con la ausencia de un abogado para que revise el contrato, pudo haber firmado sin problema.
—Es una estafa, tu mamá no tenía oportunidad -Concluye Woo-jin mientras Geon-woo baja la cabeza al escucharlos. Se había metido en un gran lío.
—¿Qué hago?
—Págalo de inmediato -Responde su amigo–. El interés subirá a 100 millones. El aval es tu casa.
—No tenemos el dinero -Geon-woo se encontraba devastado con la situación, lo superaba por mucho y pronto empezaría a desesperarse por la gran cantidad que su madre le debería a esos hombres.
—Maldición -Woo-jin vuelve a bajar la cabeza–. Carajo, en serio.
—Claro que no tienen esa cantidad de dinero, sino tu mamá no estaría recurriendo a un prestamos de 50 millones -La chica suspira apoyándose contra el respaldar de la silla–. ¿Dónde conseguiremos el dinero ahora?
—Comamos primero -Sugiere Woo-jin de un momento a otro y la chica se vuelve a reincorporar haciendo que él gire hacia ella para encontrarse con su mirada desaprobatoria por lo que dijo–. ¿Qué? Tenemos que pensar en una solución y mi cerebro no funciona con mi estómago vacío.
—Entonces debes tener hambre todo el tiempo, ¿no? -Él le corresponde la mala mirada de la misma manera.
—¿Qué quieren comer? Yo invito.
—Ojo de costilla -Los ojos de Geon-woo recuperaron su brillo por unos segundos al responder.
—¿Tienes energía para bromear? -Lo regaña y Soo-min sonríe un poco.
—Quiero ojo de costilla -Lo ignora y el tono de su voz casi suplicante junto al aspecto de su rostro hacia que cualquiera cediera a su petición.
—Está bien -Asiente Woo-jin–. Comamos cerdo salteado, es rico como el ojo de costilla.
—Está bien -Acepta aunque no se siente del todo feliz.
Pronto abandonan el hospital con dirección hacia el pequeño restaurante que Woo-jin frecuentaba y al que alguna que otra vez había llevado a Soo-min para compensarla cuando lograba hacerla enojar, también para intentar pedirle algún favor. La chica ya conocía a la dueña del lugar, era una señora bastante servicial y por alguna extraña razón que la joven no entendía, le guardaba un gran cariño a Woo-jin y siempre le daba un poco más de cerdo salteado una vez que el chico terminaba con su porción.
Woo-jin intentaba levantarle el animo a su amigo aunque parecía una tarea imposible puesto que Geon-woo había dejado de ser el mismo de un día al otro y no era para menos, debió ser demasiado duro vivir todo ese trágico momento en el que tu vida estuvo colgando de un hilo más teniendo en cuenta que nunca antes te habías involucrado en algún problema de gran magnitud cómo esa. Soo-min podía sentir lo mismo que él porque alguna vez lo experimentó y porque también lo ha visto en otras personas incontables veces, sabía que su vida ya estaba embarrada de miseria y pronto todo sería desesperación por buscar el dinero suficiente antes del tiempo determinado para que la deuda no aumente.
Agregando el hecho de que depende de tu cumplimiento, salvarías el bienestar de la persona que más te importa.
—Hola -Saluda Woo-jin al abrir la puerta del restaurante, seguido de Soo-min cuando Geon-woo se hizo a un lado para que ella pase primero–. Que gusto verte.
—Cielos -Expresa la mujer con emoción separándose del joven y enfocándose en los dos que lo acompañaban–. Trajiste a la chica de bonita sonrisa.
—Hola, señora -Saluda Soo-min con una pequeña reverencia pero la mujer la envuelve en un abrazo que la toma de sorpresa, por lo que ella le corresponde por educación aunque no con la misma intencidad.
—¿Quién es tu nuevo amigo? -Pregunta al separarse de la chica y ver a Geon-woo a su lado.
—Hola -Él hace una reverencia saludándola.
—Es mi amigo boxeador -Responde Woo-jin mientras camina entre las mesas vacías hasta buscar en la que se sienta siempre.
Geon-woo se sentó en la mesa y Woo-jin salió a hablar por teléfono mientras que Soo-min se dirige al baño para lavarse las manos. Una vez que sus manos están limpias, se mira en el pequeño espejo del baño y quita la mascarilla blanca que llevaba por obligación en el hospital, dirige una mano hacia el lado derecho de su rostro recorriendo con su dedo índice el trayecto por el que tuvo que pasar el borde del cuchillo para cortar el rostro de Geon-woo. No era capaz de imaginar el dolor infernal por el que habrá pasado al sentir tremendo daño, de sólo hacer el intento de pensarlo y recordar la herida suturada que les enseñó, la chica volvía a sentir ganas de golpear algo.
Abandona el baño encontrándose con Geon-woo que hablaba por teléfono con su madre pero se despide de ella al ver que la chica se acercaba a él.
—Mamá, te llamaré cuando esté en camino a casa -Fue lo último que dijo antes de acabar con la llamada y deja su teléfono a un lado.
—Debe estar muy preocupada y aterrada -Geon-woo asiente dándole la razón mirando sus manos que estaban sobre la mesa–. No es para menos. Si llegan a tu negocio, lo destruyen todo, viene tu hijo para intentar ayudarte y terminan torturándolo -Cuenta los sucesos lentamente mientras pequeños recuerdos llegan a la cabeza del chico–. Cualquier persona cómo ustedes temblaría de miedo de sólo pensarlo.
—¿Y tú? -Pregunta y levanta su mirada para ver el rostro de ella–. ¿Qué harías?
—Los buscaría y haría pagar -Contesta tranquilamente–. Pero cómo lo hicieron con personas inocentes, los haría pagar con sangre.
Geon-woo la mira bastante sorprendido por su respuesta y es que no creía que la chica fuera capaz de pensar de esa manera. Sabía que era alguien bastante reservada y a simple vista sabías que te haría algún daño si te acercabas más de lo que ella te permitía pero conforme vas hablando con ella, logras entender que no es tan dura cómo se ve. Lo estaba sorprendiendo en poco tiempo pero nada podría compararse con la noche anterior cuando le confesó haber llegado corriendo al hospital para ver cómo se encontraba luego del ataque, nadie antes había hecho algo similar por él y se dio cuenta que Soo-min era una gran persona pero probablemente tiene miedo a interactuar con las personas.
¿Qué le habrá sucedido? ¿Qué hay realmente dentro de alguien cómo ella? Cada centímetro de su presencia da alerta de peligro y misterio cómo si escondiera muchas cosas.
—No puedo hacerlo -Niega el chico.
—No, claro que no -Soo-min le da la razón–. Porque no eres cómo yo -Él no desvía su mirada pero siente que sus ojos empiezan a arder un poco y la vista se vuelve vidriosa–. Eres mucho mejor y habrá manera de salir de esto. Woo-jin y yo te ayudaremos con todo lo que esté en nuestras manos y más allá para sacarse de este lío -Se inclina hacia adelante viendo cómo las primeras lágrimas del chico se deslizan por sus mejillas. Hace un movimiento que no se veía capaz de hacer ni en sus más extraños pensamientos y coloca sus manos sobre las de él–. Ya no estás solo, Geon-woo. Tienes a Woo-jin -Asegura. Una voz en su interior le dice que no siga hablando pero decide ignorarlo–. Me tienes a mí.
Ambos estaban en un momento de vulnerabilidad demasiado evidente, a uno le costaba más que otro ser sincero con sus sentimientos y dejarse llevar por ello pero ahí se encontraba, dejando ver su parte humana y olvidando el aspecto desinteresado que lleva a todos lados. Le es imposible no recordar que alguien le dijo las mismas palabras pero sus intenciones fueron diferentes, no la quería ayudar simplemente porque sintió pena por ella y algo en su corazón de piedra se conmocionó, tenía un plan diferente para su futuro y dejó caer oscuridad sobre su joven vida.
Esa ocasión era diferente, Soo-min jamás se dejó llevar por esa oscuridad en la que le obligaron a vivir y estaba decidiendo hacer todo lo contrario a lo que le enseñaron durante su crianza: ayudar a las personas que realmente lo necesitan.
—¿Qué sucede? -Woo-jin regresa al restaurante pero tiene la mirada puesta en las manos juntas de sus amigos, por los que Soo-min retira las suyas de inmediato cómo si el tacto de Geon-woo la hubiera quemado–. ¿Qué está sucediendo aquí? ¿Me he perdido de algo importante? -Su expresión de confusión es evidente mientras camina hacia ellos–. Sólo salí un momento y tienen sus manos juntas, ¿por qué?
Soo-min deja que Woo-jin siga hablando hasta que es interrumpido cuando la señora llega con las bandejas de comida llenas de cerdo salteado por lo que él se distrae para decirle a Geon-woo que sea el primero en probar el cerdo.
Ella ayudaría a Geon-woo sin importar cuántas puertas tenga que tocar y cuantos huesos tenga que romper, ya estaba cansada de los que se aprovechan de los inocentes.
pay attention 'cause
५🦁★ ASLAN SPEAKS . . .
se vienen cosas nskndkj
principalmente porque no actualizo
muy seguido pero por aquí trataré
de subir capítulos diarios al menos esta
semana antes de que se vaya el hype :D
les pido que me avisen si encuentran en
la plataforma alguna fic que sientan que
tenga algún parecido con esta ya sea en
cuestión de trama, sucesos y gráficos.
si encuentran alguna, pueden escribirme al
privado o a mi cuenta de instagram que está
en la bio de mi perfil porque a veces wattpad
no me avisa de los mensajes que me llegan.
espero que les guste y no se olviden de
comentar, votar y compartir esto.
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