013. Request for Help
( CAPÍTULO TRECE )Pedido de Ayuda
⟡ Temporada 1 ; Capítulo 05-06
⟡ Capítulo NO editado
Soo-min regresó al almacén acompañada de Woo-jin mientras que Geon-woo ya había regresado y observó el ingreso de sus amigos que estuvieron afuera por un rato, se enfocó en el rostro de la chica que no se veía en sus mejores condiciones y parecía que había perdido la energía. Cuando llegó y vio que ninguno de los dos estaba, fue en búsqueda de ambos para alertarles que el señor Choi había llegado y los vio abrazados pero trató de ser silencioso cuando los encontró, permaneció unos segundos antes de retroceder de regreso al almacén. No creía que tuvieran algo pero no le agradó la vista a pesar de que no estuvieran haciendo nada malo, de repente sintió unos pequeños rastros de envidia por la cercanía.
El señor Choi fue ayudado por sus amigos a sentarse en una silla frente a donde Jang-do se encontraba amarrado, demandó con su mano que le quitaran la cinta adhesiva de sus ojos y de su boca. El secuestrado repasó su mirada en todos los presentes, específicamente en las personas que le hicieron el daño físico durante los últimos minutos y parecían demasiado tranquilos.
—Creo que, de todos los hombres de Myeong-gil, eres el que mejor lo comprende -El señor Choi le habló–. Myeong-gil es un hombre muy violento y cruel, pero es capaz de leer a la gente como un libro y sabe cómo ganárselos. Así que Kim Jun-min y Kang In-beom probablemente crean en él, pero tú eres listo. Lo conoces mejor que ellos. Myeong-gil nunca entiende nada con el corazón, sino fríamente, con la cabeza -Esa narración le parece demasiada conocida a Soo-min, quién conoce a alguien igual o peor que Myeong-gil–. Siempre calcula cómo manipular a la gente para su provecho. Sin embargo, aún sabiendo eso, fuiste a trabajar para él. ¿Por qué? -Hace una pregunta retórica al aire–. La primera razón fue por el dinero. Te pagó en un año lo que una corporación te habría pagado en cinco. Graduarte de la Universidad de Policía era tu boleto a la autoridad, pero te echaron. Ganar dinero era tu única opción -Hace una breve pausa. Jang-do lo escucha con atención pero no emite ni un solo sonido–. La segunda razón es la verdadera razón por la que decidiste trabajar para él. Sabías que no dejarías que Myeong-gil te usara. Estabas seguro que no perderías contra un criminal. Si Myeong-gil encontraba una razón para matarte, solo tenías que huir al sudeste asiático con el dinero que habías ganado -El señor Choi se inclina hacia Jang-do–. Me gusta mucho tu plan, pero si tomo una foto de ti ahora y se la envío a Myeong-gil, y le digo que lo delataste sobre la gente que te hizo matar, sin duda confiará en mí porque tu estado actual es motivo suficiente para que hables. Myeong-gil volverá a llamar a los hombres que envió para buscarte y soltará a una manada de sabuesos para que te maten y entierren. Esos tipos no te darán tiempo para explicaciones por órdenes de Myeong-gil. A Myeong-gil no le interesa la verdad, es más seguro enterrarte. La persona que mejor conoce los crímenes que cometió Myeong-gil no es Kim Jun-min ni Kang In-Beom, eres tú -Jang-do estaba temblando de miedo y se sentía acorralado porque todo lo que el señor Choi estaba hablando era real–. Conoces a Myeong-gil tanto como yo. Si le plantara la más mínima duda sobre ti, Myeong-gil te mataría.
—Mierda -Maldice mientras mira a todos lados sintiendo perder el control–. Espera. ¿Por qué debería morir? -Yang-jung se levanta de su asiento dispuesto a golpearlo pero el señor Choi lo detiene–. ¡Mierda!
—Im Jang-do -El señor Choi exclama y lo abofetea para que se calme–. ¡Escúchame bien! Si no te espabilas ahora, ¡morirás de verdad! Dime todo lo que sabes. A cambio, te enviaré a un país seguro con suficiente dinero para toda tu vida. Myeong-gil aprendió todo de mí. Conozco lugares de los que él no tiene idea. Te lo prometo -Jang-do permanece en silencio–. Ibas a irte de todos modos. Ahora es tu oportunidad.
—Si te digo todo, ¿cuánto me darás? -Yang-jung se quita el guante negro y le aprieta la garganta ahorcándolo.
—Responde rápido y sinceramente -Advierte. Lo suelta y Jang-do empieza a toser sin parar.
—Acabaré con Myeong-gil y Smile Capital para siempre -Sigue hablando el señor Choi–. Luego, te enviaré a Guam. Conozco gente allí. Te daré el apoyo que necesites para empezar de nuevo allí.
Jang-do repasa su mirada en los hombres que tiene en frente, aquellos que lo estuvieron torturando por minutos y estaban dispuestos a asesinarlo en cualquier momento. Mira a las personas que están detrás del señor Choi pero su mirada permanece más tiempo en la única chica que se encontraba ahí entre los dos chicos que estuvieron causando problemas desde un principio. Soo-min le corresponde la mirada y frunce sus cejas confundida por su accionar, ve que él la reconoce con familiaridad y ella no comprende la razón por la cuál podría mirarla así.
—Dale ropa -Ordena el señor Choi y Do-yeong es quien se levanta de su asiento para cubrirlo con una casaca impermeable azul. El hombre saca su teléfono y empieza a grabar la confesión de Jang-do–. ¿Hace cuánto que trabajas para Myeong-gil?
—Cinco años.
—¿Qué haces exactamente?
—Hago que los negocios ilegales del Sr. Kim pasen desapercibidos, evito que todo salga mal si la policía empieza a investigar.
—¿Tu contribución personal?
—En casos pequeños, nos ocupamos In-Beom y yo, pero, en general, usamos la compañía del señor Kim.
—¿"Casos pequeños"? -Cuestiona el anciano.
—Por ejemplo -Hace una pausa para quejarse de dolor–. hacer vídeos para extorsionar gente.
—Amenazaste al grupo Lil, ¿no? -El silencio de Jang-do fue suficiente respuesta para el hombre que tenía en frente–. ¿Qué hiciste?
—El señor Kim me obligó -Aclaró pero luego miró nuevamente a Soo-min, ella no se encontraba cómoda con las miradas que el hombre le daba y esa sensación de familiaridad que él expresaba.
—No te preguntó quién, sino qué hiciste -Yang-jung interviene con hostilidad. Jang-do miró a diferentes lados un poco nervioso y casi avergonzado antes de contestar.
—Filmé al heredero del Grupo Lil
—¿Qué filmaste? -Sigue preguntando el hombre que tiene a su lado.
—Lo desnudamos y lo filmamos -Contesta con dificultad casi como si estuviera arrepentido por haberlo hecho.
—¿Por qué?
Jang-do se mantiene en silencio negándose a responder por unos segundos.
—Cuéntame todo desde el principio -El señor Choi pide esta vez.
—Se está construyendo un hotel lujoso de 40 pisos en Gangnam. Pero, después del COVID-19, la compañía a cargo quebró -Responde luego de tomar aire agarrando valentía–. El heredero del Grupo Lil iba a ocuparse y el Sr. Kim supo que le faltaban 100 mil millones
—¿Cómo lo supo?
—El edificio había estado abandonado e intervino el municipio. Buscaban a alguien con efectivo, un asambleísta que juega golf con el Sr. Kim lo recomendó al alcalde -Cuenta brevemente–. El señor Kim sueña con construir un casino en un hotel. El municipio le daría un permiso para un casino para extranjeros, así que se entusiasmó. Pero el heredero del Grupo Lil quiso echarse atrás y el señor Kim ordenó que lo hiciera cooperar.
—¿De cuántas personas grabaste vídeos?
Jang-do mira a Soo-min por unos segundos y traga en seco antes de responder para luego mirar a otro lado avergonzado.
—Cincuenta.
—¿Myeong-gil tiene esos vídeos?
—Sí -Contesta con seguridad–. Para él, la debilidad es una fuente de ingresos. Además, nunca comparte nada que valga dinero.
—¿Dónde está esa información?
—Tiene un disco duro en una caja fuerte en su habitación, una caja fuerte inteligente de Alemania. Se abre al acercar la vena de su brazo derecho. Si surge algún problema, puede incinerar el contenido remotamente con su teléfono -Geon-woo y Woo-jin se miran preocupados por lo que están escuchando y es que recuperar ese disco duro será un gran problema–. La parte superior contiene combustible líquido, caerá y se incendiará con solo tocar un botón.
—Sabe que el disco duro es un arma de doble filo -Deduce el señor Choi.
—Es un arma para él, pero evidencia para la policía.
—¿Esa empresa de servicios es una pandilla? -Yang-jung le pregunta y cruza sus brazos esperando a su respuesta.
—Sí -Responde Jang-do luego de mirarlo brevemente.
—¿Cuántos son?
—Creo que unos treinta, pero llamarán más si es necesario.
—¿Quién es el jefe?
—El señor Jung, el presidente. Es el carnicero del señor Kim. Era luchador de artes marciales, lo expulsaron por matar a golpes a un luchador en un combate.
—Mierda -Murmura Woo-jin al lado de Soo-min, quién lo mira unos segundos por su maldición.
—El señor Kim lo reclutó -Sigue contando Jang-do.
—¿Cómo se deshacen de los cuerpos? -Do-yeong pregunta por primera vez.
—El señor Jung se encarga de eso.
—Dime lo que sabes -Exige el anciano.
—Hace unos tres años, el señor Kim estaba bebiendo y se enfureció, y mató a golpes a alguien. Yo estaba cerca, me ocupé de todo hasta que llegó el señor Jung. Llamó a un camión de pescado de tres toneladas con un acuario y se llevó el cuerpo. Por cómo hablaba con el conductor, parecía ser un cliente habitual.
—¿Sabes su nombre? -Yang-jung es quién pregunta esa vez.
—Ha pasado mucho tiempo.
—Ya veo -Asiente el señor Choi–. Conozco un hospital en Incheon. Llamaré a su ambulancia, descansa. Cuando el trabajo esté hecho y todo esté arreglado, te conseguiré un pasaporte y un vuelo.
El cuerpo de Jang-do se relaja notoriamente e incluso se puede percibir la enorme desaparición del peso en sus hombros, huiría lejos del negocio de Myeong-gil justo como planeaba desde hace un tiempo aunque tendría que esperar un tiempo hasta que el señor Choi pueda arreglar todo.
—No contactes a nadie -Yang-jung se inclina hacia él para advertirle con severidad–. O Myeong-gil te encontrará -El hombre asiente levemente estando de acuerdo.
—Me llevaré tu teléfono -Avisa Do-yeong tomando el aparato en una mano y guardándolo en el bolsillo interno de su chaqueta negra.
—Una última pregunta -El señor Choi se inclina hacia él–. ¿Dónde está el oro de Myeong-gil?
—Solo In-beom sabe de eso.
—¿Cuál es su relación?
—El señor Kim solo confía en él. Se conocieron en prisión. Se salvaron la vida el uno al otro muchas veces. In-beom está dispuesto a morir por él. No sé todo sobre el Sr. Kim pero In-beom es como su hermano, estoy seguro.
El momento de interrogatorio a Jang-do terminó con la última pregunta del señor Choi. Desataron al hombre de Myeong-gil mientras que este no dejaba de mirar a Soo-min, ella sentía el peso de sus ojos encima y cada vez que lo miraba de reojo lo encontraba con su atención puesta encima suyo. Nunca antes lo había visto pero la forma en cómo la miraba parecía que la conoce de algún lado. Si fue hombre de Myeong-gil debe ser que estuvo investigando a Hyun-bin porque son enemigos naturales por territorio, así que pudo ser que dio con ella en algún momento y por eso la veía con tanta familiaridad porque la reconoció. ¿Diría algo? ¿Le avisaría a alguien de Smile Capital de que ella se encontraba ahí? Pondría su vida en peligro si se comunicara con alguien pero uno nunca puede saber los límites de una persona.
Soo-min abandonó el almacén con ese sinsabor en sus labios, no dejaba de pensar en eso incluso cuando se subió a la camioneta junto a sus amigos y los amigos del señor Choi que fueron en los asientos delanteros. Tenía la necesidad de preguntarle a Woo-jin si vio la forma en cómo Jang-do la miraba pero no quería alterarlo con suposiciones suyas, podrían llevar a ningún lado y lo alertaría por cuestiones banales.
La camioneta llega a la casa del señor Choi seguido del auto donde iba el anciano con Hyeon-ju, quién permaneció en el vehículo luego de haber salido del almacén durante la tortura de Jang-do. Fueron todos al sótano del anciano en el cuál se reunieron para conversar sobre el interrogatorio y beber algo mientras transcurría la conversación.
—Si fuera Kim Myeong-gil, habría llevado el disco duro a un lugar más seguro, por si Im Jang-do revelaba sus debilidades -Yang-jung le dice al señor Choi.
—¿Crees que se daría ese lujo? -Do-yeong a su lado le pregunta inclinándose hacia adelante–. Lo atamos de manos y pies. No le queda nadie a quien movilizar, excepto Jung. Además, Kim no le confiaría esa información a cualquiera.
—No tiene que estar muy lejos -Contradice Yang-jung–. Podría estar en su maletero, no lo sabríamos.
—Si nos ganáramos a un enemigo suyo, llevaríamos la ventaja -Mira unos segundos a Soo-min pero la chica niega levemente tratando de no levantar sospechas frente a las personas que no sabían sobre su verdadera identidad. Sabía que el anciano se estaba refiriendo a Hyun-bin pero eso jamás sucedería, no se expondría a que pida algo a cambio. El hombre respeta la rápida respuesta de la joven, por lo que carraspea antes de hablar–. Y, para eso, necesitamos el disco duro. Contiene información de las víctimas a quienes chantajea. Compartimos el motivo con esa gente. Habrá mucha gente poderosa, como el heredero del Grupo Lil. Cuanto más dure esta pelea, peor para nosotros. Myeong-gil ya debe tener una vasta red de contactos. Ya habrá comprado a todos los policías, fiscales y políticos posibles. Si bajamos la guardia un segundo, perderemos la ventaja.
—Claro -Asiente Yang-jung estando de acuerdo.
—Pero es cierto que matamos a tres de sus cómplices, ¿no? -Hyeon-ju le pregunta a su abuelo. El anciano asiente–. Al pensar mucho en el futuro, sientes ansia. Me parece que estamos bastante bien. Nadie salió herido hasta ahora.
—Así es -Corrobora Woo-jin generando algunas sonrisas de los presentes para aliviar el ambiente tenso.
—Hagamos una cosa a la vez -Sugiere la chica que está al lado de Do-yeong–. Destruyamos a Kim Myeong-gil y luego a su compañía. Además, ahora que no están Im Jang-do y Kim Jun-min, Kim Myeong-gil debe estar perdido.
—Supongo que tienes razón -El señor Choi mira a Yang-jung, quién asiente dándole la razón.
—Bueno... -Hyeon-ju mueve sus manos hacia los chicos que tiene enfrente siendo una señal y Woo-jin se levanta de su asiento con un vaso de alcohol en una mano.
—Señor Choi, queridos superiores -Woo-jin hace una reverencia total hacia sus mayores–. Quería proponer un brindis por nuestra seguridad y nuestro objetivo. Cuando diga: "Busquemos ese disco duro", agreguen: "Kim Myeong-gil está acabado" -Sus palabras generan risa entre todos–. Comencemos. Levanten sus copas -Todos obecen tomando sus respectivas copas–. Busquemos ese disco duro.
—Myeong-gil está acabado -Dijeron todos al mismo tiempo y extendieron sus copas al frente chocando entre ellas en un brindis de celebración.
La noche transcurrió entre conversaciones aleatorias y muchas bebidas pero al ambiente era agradable entre todos, por primera vez dejaron de lados sus planes para destruir a Myeong-gil y decidieron disfrutar del momento de la compañía de los presentes. Soo-min olvidó todos sus problemas, todo parecía demasiado reconfortante justo como esos pequeños momentos cuando salía con los chicos antes de que Smile Capital llegara a sus vidas, había extrañado sentirse liviana por un tiempo aunque la bebida estaba presente en esa oportunidad y ella no era una persona que disfrutara de beber pero esa sería su excepción.
Por primera vez, desde que se conocieron, Soo-min entabló una conversación con Hyeon-ju que resultó bastante bien aunque no fue extensa. Al menos no sintió la necesidad de abalanzarse contra ella para golpearla y eso ya era un progreso, estaba segura que podría ser igual estando un poco más sobria pero eso ya sería en otra oportunidad.
Soo-min se detuvo unos segundos a mirar a su alrededor y vio lo felices que eran todos así como reconoció lo mucho que empezaban a significar para ella. Hace unos meses no se hubiera imaginado rodeada de tanta gente que la recibió bien, siempre fue ella sola junto al buen trato del señor Park pero ahora contaba con todas esas personas que velaban por su bienestar y por primera vez sentía lo que era sentirse bien con un grupo de personas que se cuidaban unos al otro como una verdadera familia.
Familia. ¿Ellos eran su familia? Hyun-bin le dijo que eso serían cuando se vieron por primera vez, pero él nunca le dio la verdadera experiencia de unión y normalidad. El señor Choi era la primera y única persona capaz de darle esa calidad que Soo-min se merecía en un principio.
La chica saca su teléfono y viendo doble logró dar con el contacto de la persona que menos esperaba recurrir pero sentía que la situación lo ameritaba, así que tecleó en su pantalla el mensaje que le mandaría y lo envió sin pensarlo dos veces.
"Necesito tu ayuda con Myeong-gil"
Miró la pantalla de su teléfono durante unos segundos debatiéndose si fue una buena decisión haberle mandado ese mensaje fuera de sus cinco sentidos y cuando estaba por arrepentirse, obtiene una rápida respuesta por el lado de la otra persona en la conversación.
"Me ocuparé de eso.
Mandaré a Min-jae a que se encargue de ti"
Se sorprendió no solo por su rápida respuesta sino porque no pidió verse antes de aceptar ayudarla ni le dio una dirección con una hora en específico a la cual verse, simplemente aceptó sin darle vueltas al asunto o insinuar que quería algo a cambio. ¿Estaba realmente en sus cinco sentidos? ¿Era producto del alcohol que estaba alucinando? No lo encontraba coherente pero tampoco quería buscarle una rama más al asunto llevándola a sobrepensar todo, así que solo apagó su teléfono y dejó su mirada perdida en el suelo durante unos largos segundos en los que pensaba si todo era real, incluso llegó a pellizcarse un poco para asegurarse que no estuviera soñando.
Sube al primer piso de la casa diciendo que se encontraba bien cuando sus amigos se levantaron para preguntarle si sucedía algo. Dando pasos arrastrados y tratando de no caerse al todo darle vueltas, sobrevivió a subir las escaleras y llegar a la cocina donde bebió dos vasos de agua para tratar de contrarrestar los efectos del alcohol en su sistema. Se lavó el rostro con agua para tratar de reaccionar un poco y así pasó también por su cuello porque sentía su cuerpo ardiendo en calor por la pequeña ebriedad. No estaba mal pero sentía todo dar vueltas y no podía hablar con normalidad, era cómo si lo hiciera en cámara lenta.
Miró por la ventana de la cocina que daba hacia el patio trasero y se percató de una sombra que se movía por ese lado, la chica trató de ver mejor e incluso parpadeó repetidas veces asegurándose de que no sea su estado tratando de jugarle una mala pasada pero de pronto vio una silueta formada por las luces del alumbrado público del vecindario. La chica toma uno de los cuchillos que se encontraba cerca y decide salir por la puerta trasera de la casa que se encontraba cerca.
Todo era silencio en el patio trasero y tenía el cuchillo listo para apuñalar aunque no supiera exactamente como hacerlo sin terminar lastimada en el proceso. Da varios pasos tratando de no hacer mucho ruido hasta terminar en el medio del patio donde mira a todos lados pero no encuentra a nadie ni escucha algo, por lo que se convence de que era algo de su cabeza y que realmente no había nadie. Gira sobre su lugar para regresar a la casa pero alguien le quita el cuchillo rápidamente y lo coloca sobre su garganta, todo en cuestión de un segundo dejando que la chica se sorprendiera y tardara en reaccionar teniendo al intruso frente a ella.
—Siempre con la guardia abajo -Se burla el chico alejando el cuchillo del cuello de Soo-min. La pelinegra vuelve a respirar al ver de quién se trataba y ya no corría peligro de morir–. ¿Estuviste bebiendo?
—Sí, esa es mi excusa por la cual no terminé apuñalándote en el corazón -Responde la chica tratando de que sus palabras no sonaran tan arrastradas y fueran a la velocidad adecuada.
—¿Entonces siempre estuviste bajos los efectos del alcohol? -Inquiere con una pequeña sonrisa que se desliza sobre su rostro mientras la chica suspira.
—Sé que me estás siguiendo y todo eso -Mueve su mano restándole importancia–. Pero, ¿qué haces aquí? Encima con ese buen humor que no te queda para nada.
—Me dijo que le escribiste -Soo-min aprieta sus labios volviéndolo una línea recta mientras mira el suelo–. Le pediste ayuda para acabar con Myeong-gil. Pensé que no querías volver a verlo nunca más.
—Por eso le escribí y no fui a tocarle la puerta de su casa -Responde con ironía pero Min-jae la mira con seriedad dándole a entender que hablaba en serio–. Sí, necesitamos una ventaja del enemigo de Myeong-gil y él fue la única persona de la cuál tengo entendido que es su enemigo. El enemigo de mi enemigo es mi amigo, ¿no?
—¿Nadie te obligó a hacerlo? -La chica niega.
—De hecho, nadie sabe que lo hice -Aclara sorprendiendo al chico–. Se los diré mañana cuando estén más sobrios, espero que puedan confiar en mí luego de eso. No estoy segura si tomarán bien el hecho de que nos esté ayudando un criminal igual o peor que Myeong-gil.
—¿No saben sobre ti?
—Solo el señor Choi -Responde–. El resto no tiene ni idea, o al menos eso quiero creer -Mete sus manos dentro de los bolsillos de su chaqueta–. Dijo que ibas a venir pero no creía que fueras tan rápido, ¿y por qué entraste así? Pueden pensar que eres un ladrón.
—Nunca te dejé, Soo-min -Confiesa ganándose una mirada anonadada de Soo-min–. Hyun-bin me ha mandado a vigilarte algunas veces durante estos últimos años pero yo lo hacía por mi cuenta en mis ratos libres -Da un paso hacia ella acortando la distancia. Acerca lentamente su mano hacia el hombro de la chica tocándola luego de años viéndola de lejos–. Puedes haberte peleado con Hyun-bin y dejado atrás el negocio pero yo jamás te he abandonado, Soo-min. Te lo dije hace mucho tiempo pero tú eres mi hermana menor y siempre será así, aunque me encuentre siete metros bajo tierra -La chica lo mira sintiendo su ojos empezar a picar y las lágrimas acercándose–. Prometí seguirte hasta el fin del mundo si fuera necesario, y lo cumpliré.
Soo-min vuelve a mirar en él al chico que se encargó de protegerla estando en un lugar rodeada de puros hombres de mal vivir con diferentes costumbres, ella era tan solo una niña cuando llegó a ese mundo y la única persona que se encargó de protegerla desde adentro fue Min-jae. El primer tiempo creyó que fueron por órdenes de Hyun-bin que él hacía eso pero pronto la verdad fue revelada y es que él en algún momento perdió a su hermana menor, no la pudo proteger y el conocer a Soo-min pudo ver en ella la oportunidad de hacer las cosas bien. Siempre fueron ellos contra todo pero se separaron el día que ella abandonó el negocio y salió en busca de una vida normal, no quería verlo porque sabía que le recordaría a todo eso que le hizo daño durante mucho tiempo pero en silencio lo extrañaba a veces.
Min-jae nunca fue malo con ella y nunca lo sería, siempre la protegió y lo haría hasta en su último aliento.
La chica lo sorprende con un abrazo que es correspondido por el chico unos segundos después en los que asimiló lo que estaba ocurriendo. La pequeña Soo-min era quien abrazaba y se aferraba a él pero conforme fue endureciéndose por todo lo que vio en ese mundo, dejó de ser alguien afectiva y se centró en solo sobrevivir para hacer feliz a Hyun-bin. Ese era un abrazo de ella que regresaba a él luego de muchos años y se sentía tan bien.
—No menciones nunca que hice esto, estoy ebria -Amenaza Soo-min antes de separarse provocando una leve risa en el chico.
—No lo haré -Levanta ambas manos en señal de inocencia y retrocede los pasos que antes avanzó.
—Creo que debería volver adentro, deben preocuparse por mi ausencia -Señala la chica hacia el interior de la casa y pasa por el lado de su amigo–. Trata de no ser demasiado mientras me vigilas, no quiero rendir explicaciones a nadie.
—Está bien, jefa -La mira caminar hacia la puerta trasera de la casa pero la llama antes de que ingrese–. Soo-min -La chica gira a él de inmediato–. Dale una oportunidad. Está arrepentido por todo lo que hizo estos años -La sonrisa de la mencionada se va apagando hasta quedar en nada–. Te lo digo con honestidad, sabes que no soy capaz de mentirte y nunca lo haría.
—Pero serías capaz de hacer lo que sea si él te lo pide -Contradice la chica.
—No lastimaría a mi familia ni aunque me pusieran una pistola en la cabeza -Min-jae la observa en silencio pero no tiene respuesta de ella, por lo que se acerca y coloca algo en la mano de la chica–. Me pidió que te diera esto como una forma de ofrenda de paz -No hacía falta que la chica lo viera, sabía de lo que se trataba ese papel doblado en dos–. Piénsalo, respetará la decisión que tomes.
Min-jae la mira una última vez antes de darse la vuelta regresando hacia la oscuridad del patio trasero perdiéndose ahí dejando a la chica en el mismo lugar. Soo-min ingresa a la casa luego de unos segundos y coloca el papel dentro del bolsillo de su chaqueta mientras se dirige hacia las escaleras que la llevan hacia el segundo nivel.
Ese último tema de conversación la dejó pensando. Conocía lo persuasivo y manipulador que podría ser Hyun-bin con tal de conseguir lo que quiere, temía que ese cuento de que había cambiado sea una trampa para atraerla de vuelta al lugar que le pertenece y no soltarla jamás. Era capaz de hacer muchas cosas por cumplir con sus objetivos y aunque nunca había utilizado sus habilidades crueles para hacerle daño directamente a ella, aún tenía sus dudas sobre la veracidad de esa versión nueva de él en el que mostraba arrepentimiento por primera vez. ¿Será verdad? Una parte de ella quería comprobarlo pero el otro lado le gritaba de que pensara en la posibilidad de que sea una trampa.
Subió las escaleras con eso dando vueltas en su cabeza que no se percató de que Geon-woo iba subiendo del sótano y la vio caminar bastante pensativa. La chica ingresó a su habitación mientras el chico la seguía de cerca tratando de ver si se encontraba bien, incluso se detuvo en el umbral de la puerta viéndola sentarse en su cama mirando un punto fijo en el suelo. Toca la puerta un par de veces trayéndola a la realidad y llamando su atención de inmediato.
—Geon-woo -Dice la chica al verlo de pie en su puerta–. Ven, pasa.
El chico obedece un poco indeciso pero lo hace cerrando la puerta a sus espaldas y dando pasos cuidadosos hacia la chica que se veía fuera de su realidad pero estaba consciente de muchas cosas, al menos ya no se notaba que estaba bajo las influencias del alcohol como antes.
—¿Está todo bien? -El chico le pregunta y lo único que recibe a cambio es una corta risa cargada de ironía.
—Siempre haces la misma pregunta y yo te miento, pero parece que no aprendes la lección -Gira a mirarlo. El chico baja la cabeza de inmediato al notar lo tonto que fue y lo mucho que ella tenía razón.
—Lo siento -Dice arrepentido luego de reconocerlo.
—No, hoy estás de suerte. Tu insistencia por fin tendrá un punto final -La mira confundido por sus palabras pero la decisión de la chica parecía apuntar a un lado en específico–. ¿Quieres saber todo de mí? Bueno, te contaré todo lo que quieres saber y me dirás si realmente puedo encontrarme bien -Se mueve en su lugar al borde de su cama preparándose para confesarle todo cortando las ganas de seguir soportando el silencio–. Nunca tuve lujos pero tampoco mendigaba por comida, vivía en un término medio con mis padres. Un día llegué de la escuela y me encontré con un pastel de chocolate sobre la mesa, aquellos que solo mi madre preparaba para eventos especiales pero ese día no era uno de ellos. Le pregunté por qué lo hizo pero ella simplemente me respondió que estaba de buen humor y me sonrió. Ellos comieron de ese pastel pero yo no quería porque tenía el estómago lleno, a pesar de eso les dije que sí había comido un pedazo -Hace una breve pausa luego de suspirar–. Comí del postre varios minutos después que ellos y cuando sentí que el estómago me dolía fui a buscarlos a su habitación pero ellos... ellos estaban en el suelo cubiertos de espuma blanca que salía de sus bocas -Geon-woo la miraba perplejo escuchando todo lo que ella le estaba contando. Dio pasos hacia donde se encontraba y se sentó lentamente a su lado–. Habían envenenado ese pastel y quería que muera con ellos.
La pelinegra estaba al borde del llanto de solo contar su historia en voz alta revelando esa parte suya que se esforzaba por mantener en secreto de todas las personas que conocía, solo lo sabía Hyun-bin, Min-jae y Woo-jin. Geon-woo era el nuevo nombre que se sumaba a la corta lista de personas que verían la verdad detrás de una persona que siempre se esforzó por cubrir quién es.
—Soo-min...
—Mis padres murieron y quisieron matarme porque mi padre se endeudó con una gran cantidad de dinero de la cuál nunca vi ni aproveché de lo más mínimo. Mi padre pidió mucho dinero pero siempre vivimos en las mismas condiciones. Mis padres quisieron matarme para que los prestamistas no me hicieran la vida imposible cobrando la deuda -Suelta una risa irónica–. Estuve algunas semanas en un orfanato hasta que alguien llegó a visitarme diciendo que conocía a mi padre y él quería hacerse cargo de mí para cuidarme -Niega antes de bajar la cabeza–. Jeon Hyun-bin me adoptó, no de manera legal pero lo hizo. Me mantuvo con él desde entonces pero no me trató como una simple niña y es que él tampoco era un padre normal que no podía tener hijos, era un criminal de alto nivel y yo caí en sus manos tan solo cuando tenía diez años de edad -Geon-woo se mantiene atento a cada palabra de la chica haciendo el esfuerzo por imaginarse el dolor por el que ha pasado–. Desde entonces he visto la manera en como tortura a las personas que le deben dinero, orillándome a seguir sus pasos y ver como funciona el negocio para ocupar su lugar. No tuve una infancia normal, como puedes ver. Me dediqué a aprender a limpiar, cocinar y ocuparme de todo para los hombres que trabajan con él. Tuve suerte de conocer a Min-jae, es mano derecha de Hyun-bin y a quién conociste ese día en mi apartamento, él se ha encargado de protegerme de todos aquellos que pretendían hacerme daño dentro. Es como mi hermano mayor -Sonríe de lado al contarle sobre él–. Hace tres años que logré liberarme de Hyun-bin, salí completamente de ese mundo que me ha dejado muchos traumas y experiencias terribles durante tantos años. Por esa y muchas más razones no logro confiar en nadie y discúlpame si de verdad no he alcanzado a tener la suficiente confianza contigo...
—No, Soo-min -El chico niega repetidas veces y la toma de las manos llamando su atención–. Está bien. Te dije que podrías decírmelo en el momento que te encontraras dispuesta a hacerlo y me alegro que confíes en mi de esta manera -La chica lo mira reteniendo las ganas de derrumbarse frente a él–. No puedo hacer ni la idea de las cosas horribles por las que haz pasado pero ten presente que siempre estaré aquí por si necesitas hablar de eso en algún momento. Yo no juzgaré nada de lo que hayas hecho, solo sé de las buenas intenciones que tienes y eso es suficiente para mi.
—Gracias, Geon-woo, por todo -Dice la chica mientras el mencionado deja que su mirada repase todo el rostro de la chica siendo consciente que es la primera vez que la tiene así de cerca–. Por seguir insistiendo, por tenerme paciencia y nunca dejarme atrás. Probablemente a cualquier persona le haya cansado convivir con un misterio y hostilidad.
—No hay nada por lo cual agradecer. Te dije que somos amigos, ¿no?
—Sí, eso -La chica parpadea unas cuantas veces tomando su distancia al escuchar ese término salir de su boca. Le provocaba molestia escucharlo definir su relación de esa manera aunque eso es lo que son, ¿no?–. Sí, supongo que somos amigos.
Geon-woo también sintió la misma molestia al escucharla. Saliendo de su boca no tenía el mismo impacto a como ella lo dice y ahora es cuando se percata de lo terrible que suena, como si no encajara en el término correcto para ambos.
—¿El tatuaje tiene que ver con ellos? -Geon-woo cambia el tema de conversación rápidamente.
—Sí -Responde. Se deshace de la chaqueta negra que tiene encima y le enseña su antebrazo en el cuál estaba tatuado el escorpión–. Es una marca. Lo llevan todas las personas que pertenecen a la pandilla de Yuham pero solo somos dos personas que lo llevamos en el antebrazo, Min-jae y yo. El resto lo tiene más arriba antes de llegar al hombro.
El chico mira la tinta negra en el brazo totalmente descubierto de la chica al encontrarse vestida con una camiseta de tirantes. Lleno de duda dirige su mano hacia el antebrazo de la chica para detallar el recorrido que hizo la tinta del tatuaje en su piel pero ese simple contacto hizo que la chica sintiera disparar descargas eléctricas desde esa zona. Lo miró con un poco confundida por la reacción de su cuerpo mientras él ignoraba totalmente lo que sucedía a su alrededor y estaba concentrado en ver con detenimiento el tatuaje de ella.
Soo-min no le quitó la mirada de encima viendo el perfil de su rostro, aquel donde atravesaba la cicatriz que Myeong-gil le hizo esa noche que atacó la cafetería. A pesar de aquella gran cicatriz que llevaba en su rostro, todo el resto de sus facciones eran delicadas pero casi perfectas, incluso podría apostar que tocar la piel de chico sería como acariciar la tela más tersa que pueda existir en el mundo.
Geon-woo levantó la cabeza encontrándose con la mirada de Soo-min puesta en él, tenerla en contacto visual lo puso nervioso por la cercanía. Su corazón empezó a latir con rapidez mientras ella no hacía ni decía nada, solo tenía los ojos puestos en él aumentando la tensión en el ambiente y agotando la paciencia del chico que esperaba algo de ella. Abre la boca dispuesto a hablar para romper con el ambiente que lo ahogaba pero antes que pudiera decir algo, ella se acerca de él de imprevisto juntando sus labios en un beso donde los dos permanecieron quietos por unos segundos.
pay attention 'cause
५🦁★ ASLAN SPEAKS . . .
soy mucho más mala que Hyun-bin JAJJAJAJ
DISCULPEN, EN SERIO, PERO EL
CAPÍTULO YA ESTABA POR LLEGAR A
LAS 6000 PALABRAS Y YA ES MUCHO PARA MÍ
prometo que les daré más el siguiente
capítulo pero preparen los pañuelos porque
sabemos todo lo que se viene luego de
ese brindis T_T
estaba pensando en seguir el capítulo con
detalles más spicy o solamente saltarme
al día siguiente, ustedes díganme :D
espero que les guste y no se olviden de
comentar, votar y compartir esto.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top