012. Torture Methods

CAPÍTULO DOCE )Métodos de Tortura
⟡ Temporada 1 ; Capítulo 05
⟡ Capítulo NO editado

Cualquier intento de sacar sus pertenencias de su apartamento quedó en el pasado, incluso hasta se había olvidado de aquello desde el segundo que Min-jae le dejó ese anillo sobre su mano. Le tomó algunos segundos recuperar la consciencia y notar la gravedad del asunto que empezaría a rondar a su alrededor, no solo tenía que preocuparse de Smile Capital sino que también se suma alguien de su pasado que quería mantenerlo muy en lo profundo de su memoria sin opción a poder recordarlo pero parece ser que nunca sería capaz de librarse de aquellas personas que le arruinaron la vida.

Seguir huyendo no servía de nada, tenía que enfrentarlos y acabar con ellos de una vez por todas.

—¿Estás bien? -No gira a verlo. Esa pregunta ya sonaba bastante gastada en la boca de Geon-woo pero lo entendía, últimamente le estaban sucediendo demasiadas cosas a la chica y ella no era alguien que posee la opción de contar todo deliberadamente. Es un enigma andante.

—Sí -Contesta simplemente dándole la misma respuesta que siempre, mintiéndole de la misma manera que Geon-woo sabía–. He tenido mejores días.

—¿Puedo preguntar qué es lo que te dio? -Geon-woo pregunta luego de pensarlo un poco y aunque esperaba una completa respuesta negativa, se atrevió a hablar. Soo-min se mantuvo en silencio peleando consigo misma en si debería decirle la verdad o no.

Estaba cansada de sí misma. Por muchos años aprendió a ocultar de donde provenía pues no tenía a nadie que se preocupara por ella pero ahora era todo diferente, tenía a Woo-jin y Geon-woo clavados en sus vidas mucho más que cualquier otra persona que haya conocido. Conoció a Woo-jin durante sus días más oscuros y él siempre estuvo al tanto de la situación, no había ningún obstáculo de por medio en ser sincera con él pero con Geon-woo todo era diferente. Él llegó a la vida de ambos siendo un libro abierto, sin temer de que el resto supiera sobre su vida e incluso todos estaban en medio de la tragedia que le ocurrió hace unas semanas atrás.

Geon-woo dejó que los dos ingresaran a su vida sin trabas mientras que Soo-min evitaba que él conociera más de ella.

Todo era tan difícil cuando por mucho tiempo estuvo reprimiendo muchas cosas.

—¿Significa algo peligroso? -Vuelve a preguntar el chico y Soo-min detiene su caminar obligándolo a hacer lo mismo.

—Geon-woo -Se planta frente a él llamando su atención por la repentina cercanía que ella marcó–. Prometo que te contaré todo en algún momento pero no ahora. Simplemente no me encuentro segura de hacerlo y me parece una injusticia porque tú has permitido que ingrese en tu vida, involucrarme en tus problemas y ayudarte con eso pero yo no estoy haciendo lo mismo -El chico mira por primera vez algo mucho más allá que simple neutralidad en Soo-min.

Soo-min siempre se mantiene neutral, sin demostrar alguna emoción en su rostro más que alguna que otra risa en situaciones determinadas pero aún así no desprendía nada y eso que Geon-woo nunca le quitaba la mirada de encima cuando estaban juntos. Solo hubo una ocasión en la cual notó un sentimiento vivo en el brillo de sus ojos: esa noche en el hospital cuando fue atacado por primera vez por Smile Capital. Ahora logró reconocer que la chica desprendía varios sentimientos como frustración, desesperación y temor.

—Está bien -Contesta Geon-woo manteniendo la tranquilidad que lo caracteriza–. No pido nada a cambio ni que te sientas presionada, Soo-min. Aquí estaré cuando te sientas lista para hablar conmigo -Le sonríe levemente mientras que la pelinegra lo mira con detenimiento–. Somos amigos, ¿no?

Esa última pregunta confunde a la chica pero carraspea y desvía la mirada tratando de que no sea demasiado obvio su reacción al escucharlo, vuelve a mirarlo un par de segundos después cuando tiene todo bajo control.

—Sí, claro -Intenta sonar lo suficientemente creíble y espera que su expresión no haya sido captada por el chico. Retrocede unos pasos tomando distancia de él un poco avergonzada y se da la vuelta siguiendo con su camino–. Hay que irnos. Woo-jin empezará a enloquecer sino llegamos rápido.

Dejaron todas las cosas de Soo-min en su apartamento, ya tendrían tiempo para regresar con respaldo o hasta con una de las camionetas del señor Choi para que sea más fácil de transportar todo. Woo-jin les mandó un mensaje diciéndoles que se encontraban en casa acompañado de Yang-jung y aclaró que debían llegar rápido porque no era de marines dejar esperando a su superior, eso último fue dirigido a Geon-woo.

Atravesaron el terreno de la casa del señor Choi hacia el patio trasero del lugar dónde ya se encontraban los hombres esperando que lleguen los dos restantes. Solo bastó colocar un pie en el lugar para percibir que el ambiente estaba tenso sumergido en un silencioso bastante sepulcral, algo raro teniendo en cuanta que Woo-jin podría hablar hasta por los codos si fuera posible. El chico casi se pone a llorar de felicidad al ver a sus amigos llegando, fue una tortura no poder hablar durante mucho tiempo y es que Yang-jung lo había mandado a callar en la primera palabra que el chico dijo cuando llegaron.

No soportaba escuchar al chico parlanchín.

—Gracias a Dios -Suspira Woo-jin acercándose a Soo-min mientras que Geon-woo se disculpaba con Yang-jung por la tardanza de ambos–. ¿Dónde fueron? ¿Por qué demoraron tanto?

—No puedo contarte aquí -Mira a todos lados asegurándose que ninguno de los otros dos hombres restantes pudiera escucharla–. Pero estoy en graves problemas. Probablemente todos lo estemos pero quiero creer que solo vendrá por mí...

—¿De quién estás hablando, Soo-min? -La pelinegra mete su mano dentro del bolsillo de su pantalón y lo retira con el puño cerrado, al abrirlo enseña el anillo que Min-jae le había dado unas horas antes. El chico baja la cabeza encontrándose con el anillo brillante y tuvo que hacer un poco de memoria para recodarlo, había pasado unos años desde la última vez que vio eso y se sorprendió al reconocerlo–. Soo-min...

—¿Terminaron de hablar? -Yang-jung interrumpe a Woo-jin antes de que siguiera hablando. Ambos jóvenes giraron hacia el mayor que los miraba con reproche, hicieron una reverencia en forma de disculpa y se acercaron a él mientras Soo-min regresaba el anillo de nuevo a su bolsillo.

Había una llanta da auto atada algunos pedazos de madera que sostenía el caucho con soga amarradas fuertemente para evitar que se cayera, probablemente sea algo que deberán utilizar para el entrenamiento con el arma blanca. Soo-min tuvo que mover su cabeza de un lado a otro para dispersar sus pensamientos y centrarse en lo que estaba por hacer, no quería distraerse con sus nuevos problemas y tenía que prestar atención al plan que se daría esa misma noche.

Yang-jung le entrega un gran cuchillo a cada uno con el que podrán practicar.

—Los cuchillos de sashimi no tienen protección entre el puño y la hoja -Yang-jung explica mientras su dedo recorre la hoja del gran cuchillo que sostenía en una mano–. La hoja no es para apuñalar -Explica pero parece que los tres jóvenes no entienden, así que da un paso acercándose hacia la herramienta de entrenamiento improvisada–. Miren. Si apuñalan fuerte con esto -Intenta clavar la punta del cuchillo en la llanta pero esta no penetra el caucho–. La mano se desliza hacia adelante y se lastiman los dedos. Para apuñar con esto, deben sostener la parte trasera -Su mano libre sostiene fuertemente su muñeca y vuelve a intentar insertar la punta del cuchillo y así logra que ingrese un poco.

El mayor se da vuelta hacia ellos y alza el cuchillo a la altura de su rostro tomándolo cómo si estuviera preparado para apuñar algo.

—Si alguien hace esto, ¿a qué apunta? -Les pregunta alternando su mirada entre los tres.

—Intenta cortarme la mano o la muñeca -Responde Geon-woo con simpleza sorprendiendo a Woo-jin y Soo-min, este último mira a su amiga como pidiéndole explicaciones pero ella encoge sus hombros sin saber tampoco de donde él sabe esa información.

—Correcto -El hombre le da la razón–. No será un corte profundo. Es como cuando un boxeador de larga distancia lanza jabs suaves -Hace la demostración como si estuviera lanzando leves golpes.

—¡Ya veo! -Woo-jin por fin logra entenderlo y repite el mismo movimiento con el cuchillo que sostiene en su mano derecha.

Los chicos repitieron el breve entrenamiento de Yang-jung que solo consistía en un tipo de manera para apuñalar a una persona con el cuchillo de sashimi que eran demasiado grandes, probablemente el doble de tamaño que un cuchillo normal pero tenía sus secretos. Soo-min logró superar un entrenamiento con arma por primera vez en su vida y no pensó en ningún momento en lo mal que se sentía al saber que estaba aprendiendo eso para lastimar a alguien. Esa ocasión era diferente, Soo-min estaba preparándose para acabar con los de Smile Capital pero también eso podría servirle para acabar con el peligro que ahora la amenazaba de cerca.

Si era cierto que había vuelto por ella, tendría que aprender todas las formas existentes de defenderse porque no hay aprendizaje que ella tiene hasta ahora para lograr salir con vida.

Ya era de noche para cuando el entrenamiento había acabado para ellos, se subieron al auto de Yang-jung y el hombre los llevó hacia el punto que les correspondía según el plan que elaboraron. Los tres chicos iban en la parte trasera de la camioneta negra, ninguno quiso ocupar el lado del copiloto porque sabían que se verían obligados a hablar con el que conducía para evitar tener un ambiente incómodo aunque lo fue de igual manera.

—Esperemos aquí -Comenta Yang-jung una vez que estaciona el auto cerca al hospital donde se encontraban los matones lastimados de Smile Capital.

Hubo un punto en el que Yang-jung se bajó a comprar algo de beber para los jóvenes que traía a bordo en los asientos traseros de la camioneta solo para intentar huir del silencio que se había instalado en el interior. Los chicos quedaron solos pero ninguno habló, más que Woo-jin que seguía alardeando de lo bien que había aprendido a manejar el cuchillo mientras que Soo-min le daba la contraria diciendo que lo que aprendieron no demuestra ni el 10% de lo bueno que puede llegar a ser con un arma punzocortante.

Al cabo de unos minutos, el hombre regresó con una bolsa negra y les entregó a cada uno su respectiva bebida en lata.

—Escuchen -Llama su atención–. Para sobrevivir en este trabajo, deben vender todo lo que tienen. Sus puños. Sus almas. Sus sueños. Vendan todo y vivirán, pero no traicionen a sus amigos y familiares. Es mejor morir que vivir así.

—Sí, señor -Los tres responden al mismo tiempo.

—Cuando entre al hospital y les diga que huyan, no discutan, huyan -Casi fue como una orden–. Yo me encargaré de todo. ¿Entendido?

—¿No dijo que no abandonáramos a nuestros amigos y familiares? -Replica Woo-jin inclinándose hacia el asiento del piloto.

—Soy un criminal -Responde mirándolo por el retrovisor–. Estamos en el mismo barco ahora pero no somos familia -Pausa un par de segundos pero su respuesta fue suficiente para desanimar a los dos chicos que bajaron sus cabezas apenados como si hubieran soñado con tener la oportunidad de ser amigos del mayor–. No volveremos a vernos cuando esto acabe. Ni se les ocurra encariñarse, ¿entendido? -Ninguno de los tres responde aunque es Soo-min la única que asiente. Yang-jung gira hacia los asientos traseros mirando a los otros dos que no respondieron–. ¿Entendieron?

—Sí, señor -La voz de Woo-jin sale bastante triste. Yang-jung desvía la mirada hacia el chico que está en el otro extremo.

—Sí, señor -Asiente Geon-woo.

No volvieron a formular pregunta alguno mientras los minutos pasaban esperando a que haya alguna llamada por parte de Do-yeong o movimiento en el hospital que estaban vigilando pero nada parecía ocurrir de ninguno de los dos lados. Soo-min tenía apoyada la cabeza contra el cristal de la ventanilla dejando que el sueño la dominara por unos minutos antes de abrir sus ojos regresando a su posición de alerta pero volvía a darse por vencida y dormía, así sucesivamente hasta que el sonido de un teléfono la regresó por completo a la consciencia.

Abre los ojos viendo que el teléfono que sonaba era el de Yang-jung.

—Sí -Responde a la llamada–. ¿Estás bien? De acuerdo -Hace breves silencios por cada pequeña frase formulada. Al final cuelga dejando su teléfono a un lado para luego sacar uno de sus cuchillos escondidos y lo coloca dentro de su chaqueta negra. Gira hacia los chicos antes de hablarles–. Vamos.

Los tres jóvenes bajan de la camioneta y se colocan sus respectivas mascarillas negras, cierran las puertas de la camioneta y caminan siguiendo a Yang-jung hacia la entrada principal del hospital. Ingresan al edificio viendo que habían pocas personas en el primer nivel, un par de hombres en la sala de espera cubriendo bien de que se trataba de un hospital normal y no dónde albergaban a varios criminales. Se dirigen hacia los ascensores pero se detienen cuando Yang-jung lo hace

—Era Im Jang-do -Les informa a los chicos al ver que un hombre subía por el ascensor que vieron cerrarse cuando llegaron. Abren la puerta hacia las escaleras de emergencia y suben a toda prisa tratando de alcanzarlo o al menos ver a qué piso se estaba dirigiendo.

Subieron varios pisos a toda velocidad, incluso ingresaron a algunos tratando de tomar el ascensor pero este se encontraba ocupado sin detenerse. Llegaron al séptimo piso e ingresaron a este encontrándose con la figura de Jang-do por entrar a esa área, Yang-jung lo golpea por un lado haciendo que suelte la bolsa de comida que llevaba en una mano y entre los cuatro lo arrastran de vuelta a las escaleras de emergencia mientras la recepcionista del nivel llama por ayuda al ver como estaban secuestrando a una persona por lo que debían apurarse en huír.

Bajan las escaleras rápidamente pero antes de bajar un piso, la puerta de las escaleras de emergencia se abre mostrando a un hombre vestido en bata azul y mirando la escena confundido.

—¿Quiénes diablos son? -Les pregunta pero Woo-jin corre hacia él junto a Geon-woo mientras que Jang-do aprovechó para patear el abdomen de Soo-min haciendo que lo soltara y le soltara un golpe a Yang-jung.

Soo-min se golpeó la espalda baja contra los escalones de la escalera mientras que Yang-jung fue detrás del chico que se escapaba, al cuál pateó por detrás haciendo que se estrellara contra una pared y aún así intentara escaparse a duras penas por el golpe en la cabeza que recibió. Yang-jung baja las escaleras con tranquilidad siguiendo al desesperado hombre que buscaba defenderse de alguna manera pero por su estado vulnerable era imposible hacerlo. Le dio pelea a Yang-jung pero este estaba perfectamente bien, así que esquivó algunos golpes y dio otros hasta empujarlo escaleras abajo terminando por agotar cualquiera de sus energías.

La chica del grupo fue ayudada por sus amigos a levantarse y bajaron las escaleras para ayudar a Yang-jung pero vieron que el hombre le dio un último golpe en el rostro a Jang-do para desmayarlo, logrando su cometido.

—Vamos -Ordena Yang-jung entre respiraciones agitadas.

—Sí, señor -Los jóvenes les responden en las mismas condiciones.

Se las arreglan para cargar el cuerpo inconsciente de Jang-do y una vez que están en el primer nivel, lo colocan en una silla de ruedas y rápidamente lo sacan del edificio tratando de no levantar sospechas aunque ya el personal de Smile Capital fue alertado por la presencia de intrusos en sus instalaciones. Meten a Jang-do en el maletero y suben al vehículo, saliendo a toda velocidad del lugar antes de que vinieran los problemas en grandes cantidades.

Avisan al señor Choi que el plan salió perfectamente y que estaban dirigiéndose hacia el punto de encuentro. Los jóvenes recuperaron el aliento que perdieron en ese breve encuentro de golpes y empujones aunque a comparación con otros encuentros violentos, este fue el menos doloroso y al menos no dejaría marcas en sus cuerpos.

Yang-jung condujo por diferentes calles de la ciudad llevándolos hacia las afueras, casi en una zona industrial donde todo estaba rodeado de fábricas donde no habían viviendas y sería menos probable que alguien escuche o vea algo de los movimiento sospechosos que estaban haciendo en una sola noche. La camioneta ingresó a un espacio amplio donde había una pequeña edificación de dos niveles aunque tenía más la pinta de ser cómo oficinas pero estaban descuidadas, por lo que ya debían tener un tiempo sin ser utilizadas.

Bajan de la camioneta viendo que Hyeon-ju y Do-yeong ya habían llegado de su propio trabajo con sus respectivas motocicletas para cada uno. Todos se acercan hacia el maletero de la camioneta viendo el cuerpo inconsciente y amarrado en cinta de uno de los matones de Smile Capital. Do-yeong le revisa algo en el rostro y luego se asegura que tenga pulso, se aleja del hombre una vez que siente sus latidos.

—¿Lo ponen aquí? -Señala una carretilla de construcción que encontraron por ahí.

—Sí -Asienten Woo-jin y Geon-woo, quienes cargan al hombre y lo colocan dentro de la carretilla para transportarlo sin cargarlo.

—¿Dónde está la sal? -Yang-jung le pregunta a su amigo, este mira a los jóvenes presentes antes de responder.

—Arriba -Señala a las oficinas del segundo piso.

—Hagan agua salada -Les pide alternando su mirada entre los tres jóvenes que lo acompañaron al hospital mientras que Do-yeong negó y se tomó el puente de su nariz sabiendo la idea de su amigo y estando en desacuerdo con eso–. Viertan toda la sal en una cubeta.

—Sí, señor -Dijeron los tres al unisonido y se dirigieron hacia las oficinas del segundo nivel.

—Está en el rincón -Añade Do-yeong.

Los tres chicos suben las escaleras hacia las oficinas y al ingresar se encuentran con Hyeon-ju sentada en una de las sillas vacías que había alrededor de una pequeña mesa verde. Se notaba bastante triste, como si algo malo hubiera ocurrido.

—Hyeon-ju, ¿estás bien? -Geon-woo fue el primero en acercarse rápidamente a verificar el bienestar de la chica, quien se levantó de su asiento al ver a los chicos entrar.

—Sí, ¿ustedes están bien? -Les pregunta.

—Sí -Asiente el chico.

—Tenemos a Im Jang-do -Añade Woo-jin–. ¿Y Kim Jun-min?

—Estaba afuera, no lo vi, pero dijo que lo atrapó.

—Por casualidad, ¿lo mató? -Geon-woo y Woo-jin miran a Hyeon-ju expectantes por su respuesta. La chica no dice nada, se queda en silencio mira a otro lado siendo suficiente respuesta para la pregunta de Woo-jin–. Hagamos el agua salada -Le dice a Geon-wo, quien asiente y se dedica a buscar la sal en las esquinas donde dijo Do-yeong que se encontraba. Woo-jin encuentra la bolsa de sal mientras que Geon-woo encuentra una cubeta–. Podemos utilizar esto. ¿Y el agua?

—Hay abajo -Le indica Soo-min.

—Bajemos -Geon-woo y Soo-min obedecen dirigiéndose hacia la salida de la oficina–. Hyeon-ju, vamos.

Llegaron a un pequeño caño dónde dejaron la cubeta que estaba llena de sal y llenaron el recipiente de agua justo como les pidieron. Ingresaron al gran depósito que había al lado de las oficinas y al ingresar vieron a Jang-do amarrado a una silla con los ojos y boca cubiertos por la misma cinta adhesiva que le colocaron al secuestrarlo. Soo-min ve la escena y se le hace demasiado familiar, teniendo algunos recuerdos de las veces que Hyun-bin la hizo participe de esos secuestros para que se fortaleciera y viera el otro lado del negocio. Un escalofrío recorre su cuerpo al recordarlo pero decide creer que todo era diferente en manos del señor Choi, ¿no?

Los mayores estaban sentados a cada lado de Jang-do, el cuál solo contaba con una camiseta blanca y ropa interior negra. Les indicaron a los jóvenes donde dejar la cubeta de agua salada y trataron de no ver la escena con mucho detenimiento porque no se sentía cómodos con eso, era la primera vez que veían algo así.

—Ven aquí y observa -Yang-jung le dice a Hyeon-ju, quién pretendía irse pero se detuvo al escucharlo.

—¿Por qué? -La pelinegra cuestiona.

—Lo ordenó el señor Choi.

Los jóvenes miran al cuerpo lastimado de Jang-do amarrado a la silla y debido a su postura era evidente de que estaba consciente, estaba tranquilo a pesar de la situación en la que se encontraba y no buscaba la manera de liberarse como una persona normal haría. Diversas imágenes llegaron a Soo-min, diferentes personas atadas en la misma silla tratando de gritar y removerse en la silla buscando liberarse pero nunca tuvieron éxito de hacerlo mientras sus captores permanecían tranquilos observando los inútiles esfuerzos que hacían. Eran múltiples las veces que Soo-min había presenciado algo así, no recordaba la edad exacta de la primera vez que Hyun-bin la obligó a verlo pero sabía que era alguien con un poco de inocencia en ese entonces.

—Odio cuando la gente abre la boca y luego vuelve a cerrarla -Comenta Yang-jung mientras se colocar unos guantes negros–. Cuando estés decidido a contarme todo, asiente con la cabeza. Si dices que hablarás y luego te niegas, te rebanaré los labios. ¿Entendido?

Do-yeong encendió una máquina que servía para pulir madera, aquel sonido que hizo el pequeño aparato alertó a Jang-do pero aún así no se movió de la silla.

—No quiero estar aquí -Soo-min le murmura a Woo-jin lo suficientemente bajo solo para que los dos lo escucharan.

—Se molestarán con nosotros si nos vamos -Woo-jin responde al mismo tono de su voz mirando de reojo a su amiga que no se encontraba bien, veía como su pecho perdió la constancia y daba respiraciones agitadas. Hay ciertos temas que son delicados para ella y ese es uno de ellos, por lo que la toma de la mano entrelazando sus dedos con los de ella sorprendiéndola por su accionar–. Aprieta tan fuerte quieras para soportarlo, ¿sí?

Soo-min mira a su amigo y asiente ante su forma de ayudarla. Relaja su cuerpo lo más que pueda pero le es imposible cuando la máquina es colocada en el interior del muslo de Jang-do sacándole gritos ahogados al hombre por el dolor de ser lastimado de esa manera, la chica aprieta la mano de su amigo con fuerza y su respiración dejó su intento por permanecer regulada. Retiran el aparato enseñando un gran circulo de sangre y carne viva que apareció en la zona afectada, Yang-jung remueve el agua salada y toca la herida a palma abierta haciendo que el hombre amarrado volviera a gritar del dolor.

Entendía el término de "tortura" porque lo vio tantas veces y de diferentes maneras pero lo que veía estaba casi a la altura de métodos que Hyun-bin sería capaz de hacer. Nunca creyó que esos dos hombres fueran capaces de realizar algo así con total normalidad como si estuvieran acostumbrados a hacerlo, especialmente Do-yeong.

Volvieron a hacer el mismo método una vez más que Jang-do se negó a hablar pero en esa ocasión dejaron la máquina más tiempo en contacto con la piel, por lo que el hombre siguió gritando y sacudiéndose de un lado a otro. Soo-min volteó la cabeza hacia a un lado intentado no ver esa escena mientras que sus oídos eran alimentados por los gritos ahogados y el sonido de la máquina perforando la piel de una persona. Yang-jung recolectó una cantidad de sal sólida y la dejó sobre la herida volviendo a hacerlo gritar de dolor.

Hyeon-ju no soportó el inicio de la tercera herida, por lo que salió corriendo fuera del almacén y Woo-jin le indicó a su amigo que fuera detrás de la chica. Soo-min salió por el otro lado del almacén soltando la mano de su amigo en el transcurso, su pecho se sentía oprimido por una fuerza invisible y le era casi imposible respirar. Woo-jin fue detrás de su amiga encontrándola arrodillada en el suelo haciendo sonidos estrangulados como si no pudiera respirar por lo que se acercó e inclinó hacia ella viendo que la chica tenía una mano en su pecho el cuál subía y bajaba con violencia.

—Soo-min -La llama pero la chica no podía emitir ni una palabra, su boca solo soltaba arcadas sintiéndose ahogar y se preocupó por su bienestar–. Vamos, Soo-min. Respira conmigo -El chico respiró hondo y dejó escapar su respiración lentamente enseñándole como hacerlo movimiento por movimiento–. Inhala y exhala, repítelo -Colocó una mano en la espalda de la chica y volvió a hacer ese ejercicio de respiración que Soo-min se esforzaba por imitar pero su condición no ayudaba mucho. La chica dio toda su fuerza interior para intentar calmarse con el ejercicio que su amigo le estaba enseñando repetidas veces–. Tú puedes hacerlo.

Aún con su cuerpo temblante, Soo-min fue dejando atrás toda esa sensación de miedo permitiendo que tomara el control de su cuerpo paulatinamente. Su respiración dejó de ser acelerada y la opresión de su pecho dejó de estar presente por cada ejercicio de respiración exitosa que tenía. Al cabo de unos segundos más, la chica ya se encontraba mejor aunque su cuerpo tenía pequeños espasmos bajo la mano de Woo-jin que permaneció en todo momento en la espalda de su amiga. Al verla mejorar, movió su mano de arriba a abajo como un gesto de apoyo y reconfortante haciéndole saber que todo estaba mejor.

La chica quiso levantarse por lo que Woo-jin lo hizo primero y la tomó de una mano ayudándola a reincorporarse lentamente hasta que ambos estaban de pie de nuevo. Lo miró con los brillosos antes de lanzarse a abrazarlo, el chico se quedó sorprendido pero le correspondió el abrazo de inmediato. Había visto interminables veces el lado vulnerable de Soo-min incluso esos momentos donde los ataques de pánico predominaban en ella. Aprendió a poder lidiar con ello para ayudarla porque ella merecía que la ayudaran por primera vez en su vida, y Woo-jin se juró ser esa persona que siempre estuviera ahí para ella.

pay attention 'cause
५🦁★ ASLAN SPEAKS . . .

estamo' de vueltaaaaaaa

ahora sí trataré de actualizar más seguido
porque estoy de vacaciones oficialmente y,
para suerte de ustedes, mis vacaciones duran
más de un mes así que aquí estamos a todo dar :D

quiero plasmar la amistad de Woo-jin y Soo-min
lo mejor que pueda porque ese par ese el verdadero
dúo que se merece todo, les lloro T_T

espero que les guste y no se olviden de
comentar, votar y compartir esto.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top