𝙻𝚘𝚟𝚎 𝙰𝚏𝚏𝚊𝚒𝚛 𝙸

La noche de ayer fue increíble.

Dormir a su lado era muy reconfortante, sus cuerpos desnudos envueltos entre las sábanas de la cama después de haber hecho el amor hasta el cansancio era un sentimiento que llenaba su corazón de una tranquilidad absoluta.

Yuzu soltó un suspiro al ver a la joven pelinegra mirarla con ternura en sus orbes amatistas, sus labios formaron una sonrisa cuando ella se acercó y depositó un amoroso beso sobre su frente.

"Hey, buenos días nena". Susurró Yuzu mientras le daba suaves caricias a la hermosa pelinegra que se encontraba sobre su pecho.

La azabache la miró y sonrió levemente antes de acercarse a sus labios y besarla apasionadamente, sus labios se movían al compás con los de su amante. Tan suaves y dulces al contacto, cuando sus lenguas se encontraron Yuzu la abrazó por la cintura y la apegó a ella mientras poco a poco se posicionaba sobre el cuerpo de Mei, ese cuerpo majestuoso, delicado y~ tan ardiente.

Yuzu estaba perdiendo el control mientras besaba su delgado cuello dejando leves chupetones, pasando sus manos por sus muslos, susurrándole que la quería y sin despegar sus labios de su cremosa piel.

Los gemidos de Mei aumentaban con intensidad, sus piernas envolvieron la cintura de Yuzu y sus manos se aferraron a su fuerte espalda mientras le pedía jadeante que no se detuviera. Todos estos días sin que ella la tocara fueron un maldito infierno, extrañaba la delicadeza con la que su rubia le hacía el amor.

Sus manos, sus caricias, su fuerte cuerpo sobre el suyo, las bofetadas de sus pieles y las palabras de amor que se decían al hacerlo.

Mei enloquecía cada vez que Yuzu la tocaba, se sentía muy vulnerable ante sus caricias, esos dedos tan expertos rozando su zona más sensible simplemente la llevaban al cielo.

"Hah~ E-espera, Yuzu." Pidió la menor con el rostro ardiendo de la vergüenza, sus labios temblaban cual niña pequeña después de haber tenido una pesadilla.

La rubia recuperó la compostura y la miró, con preocupación en sus ojos verdes al ver los ojos que tanto amaba mirarla con miedo. "¿Qué sucede?" Preguntó con curiosidad al sentir su mano derecha entre las de Mei.

"Tú anoche- Dijiste que querías hablar de algo conmigo, seriamente no dejo de pensar en eso." Mei respondió en voz baja haciendo que la rubia desviase la mirada. 

"Es importante, ¿verdad?" Dijo mientras tomaba a Yuzu de las mejillas con delicadeza. 

"Mírame cuando te hablo, por favor."

Lunes 8:21 A.M   

Los labios de Yuzu la callaron, sus intenciones no eran preocuparla, mucho menos asustarla. Sólo quería decirle que iba a ser fuerte por ambas, y que iba a luchar por su amor cueste lo que cueste. "¿Por qué no hablamos de eso más tarde?" Ella dijo mientras besaba el dorso de su mano con suavidad.

"¿Estás segura?" Mei insistió con un tono preocupado.

Ella sonrió en respuesta mientras entrelazaba sus largos dedos con los de Mei, "Completamente" Dijo antes de volver a unir sus labios con dulzura, lo cual la pelinegra correspondió al instante.

Ambas volvieron a hacer el amor esa fría mañana de invierno.

Lo que nadie sabe es que- Yuzu está siéndole infiel a su novia, ¿Con quién? Su hermana, Mei Aihara.

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Todo comenzó hace cuatro años.
En la universidad de Tokio Yuzu conoció a Shizuma, una chica aplicada y refinada. Sus rasgos eran idénticas a la de una verdadera Diosa griega, su cuerpo traía locos a todos los chicos de aquella universidad. A Yuzu se le caía la baba sin poder negar la belleza de esa chica, siempre intentaba estar cerca de ella.

En las clases de literatura, que eran una de sus favoritas Yuzu cada vez que podía intentaba sentarse atrás de Shizu para poder sacar una conversación. Además su cabello olía muy rico, sólo quería abrazarla por lo bien que se sentía estar a su lado.

Cada vez los sentimientos de Yuzu se intensificaban con cada día que pasaba, no podía estar lejos de Shizuma pues simplemente le entraba una ansiedad que no podía controlar. Sentía celos cuando un chico dejaba una carta de amor dentro de su casillero, y si la miraban con lujuria su sangre hervía del enojo.
Ya era hora de decirle lo que su corazón sentía pues su forma de actuar daba mucho de qué hablar en la universidad.

—Maldición, si tan sólo supieras —Yuzu dejó escapar un suspiro mientras veía a Shizuma sacar una carta junto a una caja de chocolates de su casillero.

»Se ve tan linda sonriendo«

—Yuzucchi

»¡Dios mío!«

—Tierra llamando a Yuzucchi~

»Sus labios rosas, ¿Qué cosa no daría por darle un beso?«

Harumi sonrió burlonamente al ver a su amiga totalmente embobada mirando a la chica más popular de la universidad desde ésta esquina.

—¿Es normal que Aihara-san esté sonrojada?

—No lo sé.

—Parece que le gustó lo que decía esa carta, ¿No lo crees?

—Eso es genial ~

Yuzu sonrió con un leve sonrojo en las mejillas, pues sabía bien quién había escrito esa carta a la perfección. Sentía muchas mariposas en el estómago por el simple hecho de saber que su carta la puso así.

—No me digas qué... Yuzucchi acaso tú-

La rubia inmediatamente cubrió la boca de su amiga con una mano, no quería que alguien se enterase pues sabía muy bien que en el instituto había una persona que rumoreaba cosas sobre ella y Shizuma.

Simplemente no quería meterla en problemas por andar con una chica.

—Vaya, de acuerdo no diré absolutamente nada —Haru dijo una vez Yuzu la haya soltado con un poco de nervios.

—Lo siento si me pongo así, tu sabes que no es fácil, pero-

Ahora fue la castaña quien puso un dedo sobre los labios de su amiga rubia. —Tengo algo qué decirte, antes que nada.

—Huh??..

—Matsuri tiene un plan para que Shizu se de cuenta de lo que realmente siente por ti.

—Haru, ella no siente nad-

—¿Y quién lo decidió? Aihara-san es una chica extrovertida, pero a la vez misteriosa Yuzucchi. Nunca sabrás si no lo intentas, por eso decidí que probarás darle celos con Fujioka-san.

—¡QUÉ!

—Ya, ya Yuzucchi no es para tanto-

—Haru esa tipa intentó violarme, ¿Sabes la gravedad de eso? Me dejó sin camiseta el día en qu-

—Yuzucchi eso no sucedió ~

—¡¿Cómo que no sucedió?! Si no llegaba Katherine a los vestidores ella se hubiera salido con la suya.

—Pero tú no hiciste nada para evitarlo-

—¿Y sabes por qué? Esa tipa me amarró de las manos y me sujetó a uno de los casilleros luego de haberme dado un golpe en la cabeza.

—B-bueno ahora sí te creo, quizá está un poquito loca, pero es tu única opción.

—Paso.

—Cielos Yuzucchi, ¿Entonces qué es lo que harás? —Preguntó la castaña haciendo un puchero con los labios.

—Decirle que la amo y que me vuelve loca desde el primer día en que la vi.

—¿Que tu qué?

—Sí, eso es lo que haré.

Una risa se escuchó de fondo y ambas chicas voltearon para encontrarse a Matsuri bebiendo una botella de zumo mientras caminaba hacia ellas. —Pues te deseo mucha suerte, Yuzu-chan —respondió la pelirosa mientras pasaba un brazo sobre sus hombros juguetonamente.

—Matsuri, ¿Desde cuándo estás aquí?

—Digamos que las estuve vigilando, por cierto tu futura novia se ve muy feliz.

—E-eh, no digas eso —Yuzu desvió la mirada avergonzada.

—¿Le diste un regalito? —La pelirosa preguntó con picardía.

Yuzu tragó saliva mientras negaba en respuesta —Ayer empecé a escribirle una carta, también compré sus chocolates favoritos.

—¿Le dijiste en esa carta que eras tú?

—Anónimo.

—Ya veo —Matsuri sonrió antes de revolotear el cabello de la rubia causando que ésta se riera un poco—. ¿Escribiste todas las fantasías que tienes sobre ella?

—Ja, esas "fantasías" se las pienso hacer cuando ella acepte salir conmigo.

—Uy, me gusta ésta Yuzu.

—¡A mí no! Estás profanando la inocencia de mí Yuzucchi —Haru frunció el ceño mientras alejaba a la pelirosa para poder abrazar a su mejor amiga.

—Oye H-Harumin tus pechos ~ ¡HMM!

—Eso te pasa por caer en los juegos de la enana, si te asfixias no es culpa mía.

—Diablos, te envidio Yuzu-chan. —La pelirosa fingió llorar mientras miraba a la rubia agitar los brazos estando atrapada entre los pechotes de Harumi.

En fin, fue una tarde cómo cualquier otra. 

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Ésta vez Yuzu decidió esperar a Shizu para acompañarla hasta su casa, bueno casa- No era una casa sino más bien una mansión. Era obvio, una reina siempre tiene su propio castillo. 

Las manos de Yuzu temblaban en todo el trayecto. Ese día Shizu estaba con un grupo de amigas, entonces para su mala suerte no podían hablar sin que nadie las escuchara. »Maldición, nunca podemos estar solas«

—Shizu, ¿Quieres ir a la peluquería?

Kotonoha preguntó mientras las otras chicas asentían en respuesta, parecían haberlo planeado desde antes. Yuzu inmediatamente sacó el celular de sus bolsillos y empezó a escribirle a Matsuri, definitivamente su plan no había salido como esperaba. Aunque la respuesta de Shizu la hizo alzar la vista en cuestión de segundos.

—No, lo siento chicas. Tengo que ir a cuidar de mi hermanita, le prometí que estaría todo el día con ella. —Respondió la chica con una encantadora sonrisa.

—N-no sabíamos que tenías una hermana menor.

»¡Wow! Yo tampoco«

—Bueno, quizá es porque nunca me lo preguntaron, —dijo ella con nerviosismo.

—Entonces podemos dejarlo para mañana, ¿qué te parece?

—No sé, les podría avisar —Añadió Shizuma mientras les enseñaba su teléfono, indicándoles que les escribiría en todo caso. 

—De acuerdo Shizu, yo iré a arreglarme las uñas con Koto —Declaró una pelirroja de ojos azules mientras tomaba a Kotonoha del brazo.

—¡Ah! Yo las podría acompañar —Opinó otra chica rubia, pero más baja que Yuzu.

—Vaya, de acuerdo chicas, ¡Qué se diviertan!

Shizuma exclamó mientras agitaba un brazo para despedirse de sus amigas y volteaba a ver a Yuzu, quien se había quedado estática sobre su sitio.

—¿Yuzu? —Susurró la chica de ojos acaramelados, sus labios se curvaron hasta formar una sonrisa al ver que la mencionada había reaccionado con vergüenza—. ¿Te sorprende demasiado que tenga una hermana menor?

—Y-yo eh, ¡Sí! Quiero decir, nunca lo había pensado. —Respondió Yuzu mientras se rascaba la nuca y guardaba su teléfono en los bolsillos de su pantalón.

—Pues sí, tiene catorce años y es muy apegada a mí desde que era una bebé —Sonrió Shizuma dándole un guiño coqueto a la rubia, quien agradeció a todos los santos no darle un derrame nasal ahí mismo—, ¿Te parezco una buena hermana mayor?

—La-La mejor...

—Aww, gracias Yuzu. —Vociferó la chica mientras la tomaba del brazo con suavidad—, ¿Quieres quedarte a almorzar? »¡Genial!«

—Podemos ver una película con mi hermana pequeña, también jugar y hornear pizza —Propuso causando que el corazón de la rubia se acelerara—, ¿Qué dices?

—Me gustaría pasar toda la tarde contigo, ¡E-es una buena idea!

—¿Verdad que sí? —Dijo dándole un beso cerca de la comisura de los labios—, por cierto... Gracias por la caja de chocolates.

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La cara de Yuzu enrojeció hasta más no poder, Shizuma no podía estar hablando enserio. »Estoy alucinando, ¿verdad?«

Ella sonrió intentando no sonar demasiado nerviosa. —¿D-de qué hablas? —Tragó saliva al ver que la castaña abría los ojos con asombro.

—¿No fuiste tú? —Preguntó con cierta desilusión en su tono de voz logrando sorprender a Yuzu.

—Hmm, ¿no?

—Creí que tú habías dejado esa caja de chocolates en mi casillero y...

—Seguro fue uno más de tus fanáticos —Yuzu movió las manos con nerviosismo causando que Shizuma riera dándole un suave golpe en el hombro.

Antes de que la rubia replicara ella se acercó peligrosamente a sus labios. 

—¿Y porqué estás tan nerviosa? —Shizuma susurró sintiendo la cálida respiración de Yuzu sobre sus labios.

... One-chan?

To Be Continued.

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