𝙲𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟾
Capítulo 8: I am ready!
Yuzu Okogi no estaba teniendo la mejor de las suertes al meterse bajo la piel de su profesora y no lo decía solo sexualmente o solo para molestarla, ella quería más, no sabía por qué pero quería más. Lo que también le molestaba era que no podía hablar de esto con nadie, ni siquiera podía bromear con sus amigos y fingir que no le afectaba cuando en realidad sí lo hacía; pero se lo merecía, alguien tan intachable como Mei Aihara sin duda dejaría algo de huella en la desastrosa estudiante.
Pero su profesora ha estado extraña últimamente, más distante y ni siquiera se molestaba porque Yuzu masticara un chicle y hiciera ruido, o incluso cuando se quedó dormida en una de sus clases, nadie la despertó, más tarde se enteró de que los alumnos en realidad se estaban burlando de ella por haberse quedado dormida y algunos intentaban despertarla antes de que la profesora se enfadara, pero parece que Mei les dijo a todos que la dejaran en paz y la dejaran dormir porque ella sería la perjudicada por no ponerse al día con la clase.
Tal vez la señorita Aihara no sintió la necesidad de preocuparse más ya que eran las últimas semanas antes del verano; y esa es la razón por la que Yuzu sigue pensando en lidiar con el conflicto y extrañamente la tristeza dentro de su corazón, mientras se acuesta sobre su cama y mira fijamente al techo, sin siquiera molestarse en ir de fiesta un viernes por la noche.
...
Mei Aihara estaba haciendo todo lo posible para superar este tonto supuesto enamoramiento que tenía por la estudiante rubia, e iba a dar un gran paso invitando a cenar esta noche a esa encantadora mujer rubia. Sabía que ella y Yuzu Okogi nunca podrían ser algo, no sólo porque eran profesora y alumna, sino también porque Yuzu no era la persona adecuada para ella, simplemente no podían serlo, la estudiante era demasiado tonta y salvaje para su propio bien y eso arruinaría a Mei.
Así que ahora mismo, estaba entrando a la elegante cena italiana con Misaki a su lado, ambas mujeres estaban impresionantes, Mei llevaba un hermoso vestido azul ajustado, mientras que Misaki llevaba un vestido color vino oscuro. "Aihara Mei, reservación para dos, por favor". Mei dijo con una ligera sonrisa mientras la recepcionista asentía y básicamente las guiaba a su mesa, la cual estaba en un buen lugar, no muy cerca de todos los demás y junto al ventanal, donde podían tener una buena vista del hermoso paisaje rústico; digamos que cuando Mei Aihara decide salir a cenar y tener una cita con ella, nunca te decepcionará. "Gracias". Murmuró cuando se sentó y le entregaron un menú, también a Misaki.
"Este lugar es realmente encantador". Comentó Misaki con una leve sonrisa mientras mantenía el menú cerrado unos segundos más para mirar a Mei.
Y Mei apartó la vista del menú para mirar a la mujer rubia que tenía delante. "Me alegro de que te guste, querida. Sería una pena decepcionarte". Dijo con una sonrisa burlona antes de guiñarle un ojo coqueto y volver a mirar el menú. No te pases... Pensó para sí misma sin querer otra cosa que soltar un suspiro frustrado, pero se contuvo; sólo estaba siendo coqueta con Misaki porque se estaba obligando a sí misma a que realmente estaba interesada en ella y mantener a la estudiante fuera de su mente, también se aseguró de tomar un trago en su mansión antes de ir a recoger a Misaki, sólo una simple movida para darle valor para continuar con la noche.
Misaki soltó una pequeña risita antes de abrir su menú. "Bueno, pero no me consientas". Replicó la rubia mientras trataba de decidir qué quería cenar, tal vez se decidiría por algo de pasta, después de todo ¿qué sentido tenía venir a un restaurante italiano sin comer una buena pasta?
"Ya veremos".
...
Y Mei ahora sólo estaba consintiendo a Misaki con postres, porque la rubia no estaba segura de qué tipo de postre quería porque todos se veían deliciosos, así que Mei ordenó al restaurante que trajeran un poco de todo, dijeron que no hacían ese tipo de cosas, pero Mei ordenó de nuevo, diciendo que pagaría por todo a precio completo.
Así que ahora mismo Misaki estaba degustando una exquisita tarta de manzana. "Oh dios, esto está delicioso y eso que no soy una gran fan de la tarta de manzana". Habló en voz baja mientras presionaba ligeramente los dedos sobre sus labios.
Mei levantó una ceja mientras intentaba no sonreír. "¿No te gusta la tarta de manzana? Entonces nunca has probado mis tartas de manzana".
"¿Las preparas tú?"
"Sí, las hago, incluso tengo mi propio manzano".
"Vaya, qué bien, quizá tu tarta de manzana sería de hecho mejor ya que eres tú la que cuida las manzanas". Misaki se encogió de hombros. "Me encantaría probarla algún día".
"Tal vez lo hagas". Mei también se encogió de hombros.
Y Misaki sonrió. "¡Genial! Pero hasta entonces..." Ahora estaba cogiendo otro trozo de la tarta de manzana con el tenedor pequeño. "Tienes que probar ésta y juzgarla, quiero ver si de verdad es mejor que la tuya". Sonrió y acercó el tenedor a los labios carmesí de Mei.
Mei miró la tarta de manzana, no había tocado mucho el postre, sólo comió un poco de pudding de fruta de la pasión y luego pidió un café. "Tú y yo no tenemos los mismos gustos, querida. Nunca he comido una tarta de manzana mejor que la mía y estoy segura de que esta no será mejor, pero puede que a ti te parezca mejor."
Misaki frunció ligeramente el ceño. "Mei, por favor, no arruines el momento romántico que estoy intentando lograr".
Y ahora Mei se sintió ligeramente avergonzada. "Oh.."
"Sólo pruébalo". Misaki rió entre dientes y esperó a que la pelinegra probara la tarta de manzana.
Y lo hizo, estaba deliciosa pero obviamente no era mejor que la suya. "Está realmente sabrosa". Dijo después de comer. "Pero la mía es mejor".
"¿Oh? ¿Por qué no me dejas probarla entonces?" Misaki tenía una expresión bastante coqueta que estaba dejando a Mei insegura de lo que realmente quería decir con eso. "Quiero decir, ¿por qué no vamos a tu casa ahora mismo, y preparas una tarta de manzana, yo te ayudaré, por supuesto".
"Tú... quieres comer otra tarta de manzana a..." Ella miró su reloj. "¿A las diez de la noche?"
"Bueno, sí, no hay problema con eso, ¿verdad?" Misaki soltó una risita pero luego recordó que tal vez Mei no estaba lista para tener a Misaki en su casa. "Es decir, si no quieres hacerlo, está bien. Sólo era una idea tonta". Esbozó una sonrisa tímida y se encogió de hombros.
Ahora que Mei pensaba en ello, era cierto que no le apetecía ir ya a casa y dejar que todos los pensamientos problemáticos invadieran su mente nada más entrar en su mansión, así que quizá invitar a Misaki a su casa y pasar un rato más con ella sería una buena idea y quizá una forma estupenda de pasar el resto de la noche. "Querida, no será un problema. De hecho es una idea tonta, pero podríamos divertirnos un poco con eso. Déjame pagar esto y luego podemos irnos".
"¡Genial!" Misaki intentó no mostrar demasiada emoción.
...
Cuando salieron del restaurante y se dirigieron a la mansión de Mei, se pusieron rápidamente a trabajar en su tarta de manzana mientras tomaban un trago de la famosa sidra de manzana de Mei, fue ahora cuando Misaki se dio cuenta de que a esta mujer le gustaban totalmente las manzanas. "Tienes unas manzanas realmente bonitas". Comentó Misaki mientras ayudaba a Mei cortándolas. "Eso sonó peor de lo que pensé.." Soltó una risita burlona.
Y Mei se rió también mientras sacudía la cabeza y preparaba la masa. "Gracias, querida. Me enorgullezco de mis manzanas".
"Pues deberías, no es broma". Misaki miró a Mei y le guiñó un ojo a la pelinegra antes de seguir con su tarta.
Mei no podía negar que no le parecía interesante la forma en que Misaki actuaba a su alrededor, no le parecía 100% bien, pero tampoco le parecía mal, simplemente pensaba que se merecía un respiro y un poco de felicidad por un tiempo, ¿verdad?
...
Cuando la tarta estuvo lista, Misaki no quería otra cosa que comérsela ya, sin embargo Mei le dijo que esperara porque aún estaba muy caliente y le sentaría mal al estómago; así que ahora mismo ambas mujeres estaban en el sofá, básicamente charlando de la vida mientras bebían su sidra y ya iban por el tercer vaso.
"Pero sí, a pesar de toda la ansiedad que a veces tenemos en los desfiles de moda, me encanta mi trabajo, se siente maravilloso cuando todo termina y lees las críticas". Misaki metió las piernas debajo de ella.
"Pues me alegro". Comentó Mei mientras daba un sorbo a su sidra. "Desde que soy profesora las únicas críticas que recibo, son miradas desagradables de los alumnos y a veces bromas que decidieron hacer a modo de alguna venganza que tenían en mente porque al parecer siempre es culpa del profesor cuando el alumno reprueba." Mei se encogió de hombros con un suspiro.
Y Misaki sonrió. "Recuerdo que cuando era más joven, odiaba a un par de profesores pero cuando reprobaba, no les echaba la culpa; aunque había una profesora de física a la que odiaba absolutamente, y ella a mí, nunca supe por qué pero desde el primer día se la pasaba molestándome, incluso cuando yo estaba tranquila en mi lugar sin molestar a nadie."
"No digo que no haya malos profesores, porque los hay, conozco pocos que tienen esa falta de respeto hacia los alumnos solo porque quieren y en su cabeza el profesor es superior así que puede hacer lo que quiera, pero en mi caso trato de no ser grosera con mis alumnos siempre y cuando no me molesten, pero tengo poco carácter." admitió Mei.
"Bueno algunos alumnos se lo buscan". Misaki añadió mientras recordaba algo más. "¡Oh y en mi séptimo grado tuve un profesor de artes que era simplemente un loco! Y cada vez que estaba molesto con un estudiante, hacía esto..." Misaki se acercó a Mei, lo suficiente como para tener las rodillas de ambas mujeres ligeramente una encima de la otra, mientras Misaki acercaba su mano a la frente de Mei y suavemente le daba un golpecito en la frente. "Sólo te daría un golpecito en la frente, pero con más fuerza". Dijo Misaki mientras ahora por fin miraba a los ojos amatistas y su cuerpo no podía moverse.
Mei tragó fuerte cuando la mujer se acercó a ella y cuando sintió las cálidas piernas tocando las suyas ya que ambas seguían con sus vestidos aún puestos, pero Mei estaba en una posición normal sentada, mientras que solo tenía su torso de frente a la rubia, mientras que Misaki se había movido mucho en su asiento y eso hizo que su vestido se subiera levemente y desde que las manos de Mei aterrizaron en su regazo, pudo sentir como sus dedos temblaban al sentir la tentación de solo tocar la suave piel de la otra mujer.
"Bueno, eso no está bien.." Mei finalmente logró murmurar mientras miraba fijamente a los ojos azules y estaba bastante segura de que podían sentir la respiración de la otra.
"No, no está bien." Misaki murmuró también mientras seguía negándose a apartarse, pero la mano que acariciaba la frente de Mei estaba ahora apoyada en el cuello de la pelinegra y su pulgar en la línea de su mandíbula. "¿P-Puedo?" preguntó Misaki un poco nerviosa mientras miraba los labios carmesí de Mei.
Mei se sorprendió de que la mujer le pidiera permiso al principio, pero se negó a decir palabra alguna así que simplemente asintió y respiró hondo para calmar sus nervios antes de humedecerse los labios. Misaki hizo el mismo proceso para calmarse y cuando sus labios estuvieron húmedos por su propia lengua, finalmente los presionó contra los de Mei, dándole un beso suave al principio, que terminó convirtiéndose en uno muy hambriento, mientras soltaban torpemente los vasos de la sidra sin siquiera romper el beso y Mei bajaba a Misaki con ella sobre el sofá; no sabía qué clase de urgencia era esa, pero quería sacarla y rápido.
...
La próxima semana
Yuzu sabía que hoy era el día en el que iba a conquistar a Mei, no iba a soltar indirectas aquí y allá, iba a ir directa al grano y a tener una conversación sincera con la profesora. Así que cuando sorprendió a Mei sola dentro de su aula, la estudiante respiró hondo, entró y cerró la puerta tras de sí.
Mei estaba sumida en sus pensamientos mientras miraba su libro, se estaba tomando este pequeño descanso para sí misma antes de que llegara la hora de su próxima clase; lo que la hizo salir de sus pensamientos fue el sonido de la puerta cerrándose y rápidamente levantó la cabeza para ver quién lo había hecho, y obviamente era la estudiante rubia. "Señorita Okogi, ¿necesita algo?" Preguntó Mei, tratando de sonar lo más profesional posible y despreocupada al mismo tiempo.
Yuzu se aclaró la garganta mientras asentía. "Quería hablar contigo, Mei". Ella se mordió el labio inferior mientras se acercaba a la profesora y desde detrás de su espalda mostró una sencilla rosa con un pequeño lazo verde antes de colocarla suavemente sobre el escritorio de la profesora. "Esto es para usted..." Respiró hondo tratando de calmarse.
Mei enarcó una ceja y se cruzó de brazos cuando Yuzu dijo que quería hablar. "Te escucho". Murmuró y se recostó contra su silla, y lo que Yuzu hizo a continuación la sorprendió por completo, la estudiante básicamente dejó una rosa sobre su escritorio; Mei se quedó mirando la flor con la boca ligeramente abierta, sin saber cómo actuar o incluso decir.
"Estoy aquí para decirte que bueno... en realidad siento algo por ti... no sé por qué, pero lo siento y sí." Yuzu apretó los labios sin saber qué decir a continuación mientras rebotaba ligeramente sobre los talones de sus zapatillas.
Mei por fin se recompuso. "Señorita Okogi, me siento halagada pero... estoy segura de que sólo tienes un simple e inofensivo enamoramiento por tu profesora como pocos alumnos tienen, no es para tanto". Seguía negándose a tocar la rosa y mantenía los brazos cruzados para agarrarse con fuerza a los suyos; no podía creer que Yuzu estuviera aquí mismo confesándole su amor, o lo que fuera que sintiera realmente, pero ahora mismo por su mente pasaban flashbacks de la conversación que había tenido con Himeko. 'Ella hará todas esas tácticas románticas sólo para llevarte a la cama'.
Yuzu frunció ligeramente el ceño. "No es un simple enamoramiento estúpido, Mei. Lo digo en serio. Siento algo por ti, quizá no esté segura de lo que es en realidad, pero quiero... bueno, quiero explorarlo". Se encogió de hombros. "Y estoy segura de que no soy la única que siente algo entre nosotras..." Se atrevió.
Y Mei ya estaba harta. "¡Sí, eres la única, señorita Okogi! No soy un juguete que puedas tomar y descubrir lo que puede hacer". Apretó la mandíbula y finalmente se puso de pie. "Permítame aclarar esto, usted es una estudiante y yo soy su maestra, lo que hicimos antes no tiene ningún significado verdadero, al menos nada que usted pueda relacionar profundamente con los sentimientos. Así que le agradecería que dejara esa tonta idea suya, señorita Okogi y saliera de mi aula porque hemos terminado con esto".
Yuzu intentó no sentirse demasiado dolida por las palabras de Mei, pero iba a darle un golpe bajo a esa mujer. "¡No quería decir eso! Deja de comportarte como una zorra". Yuzu gritó antes de apretar los puños. "¡Quizá el sexo era sólo sexo pero todo lo demás no! ¡Y de ahí es de donde estoy sacando mis pensamientos! Recuerdo cómo me miraste cuando te arreglé el vestido después de comerte, recuerdo lo bien que te sentiste y despreocupada cuando bailamos, recuerdo lo aliviada que te sentiste cuando aparecí para tumbar a ese tipo y recuerdo lo feliz que te sentiste cuando te llevé a casa." Yuzu dio un paso adelante aunque no podía estar más cerca de la profesora debido al escritorio que había entre ellas. "¡Así que esto no es una tontería, mis sentimientos no tienen nada de tontos!".
"¡Basta de tonterías!" Gritó Mei mientras golpeaba su escritorio con las palmas de las manos; se negaba a escuchar cualquiera de las palabras de Yuzu, no quería recordar todo de nuevo de lo que dijo la rubia, no necesitaba sentir esas cosas, simplemente no podía. "Es un simple enamoramiento, señorita Okogi. Soy su profesora, no está bien, podría perder mi carrera y usted también podría estar en problemas". Respiró hondo para calmarse.
"¿Así que es eso? ¿No estás preparada? ¿No quieres salir conmigo por tu trabajo?" Ella preguntó con un tono ligeramente molesto pero con una pequeña esperanza también.
"No, estoy completamente lista para tener una relación". Ella soltó un bufido, sin atreverse a mostrar ninguna debilidad. "Pero incluso si no fueras mi alumna o si yo no fuera tu profesora, simplemente no podría estar contigo. Lo creas o no señorita Okogi, me arruinarías la vida; eres una joven inmadura, egoísta y tonta, estás en esos años que te crees inmortal y que puedes hacer lo que quieras, pero siento decirte que no puedes". Mei señaló con el dedo a la estudiante. "Yo nunca saldría con alguien como tú, nada bueno saldría de eso. A pesar de tu edad, aún no estás preparada para ser adulta".
Y ese fue el límite de Yuzu, sentía que su corazón dolía demasiado, no podía respirar y las lágrimas pedían salir. Abrió la boca varias veces para decir algo pero no le salían las palabras así que solo se dio la vuelta para salir de la habitación pero antes de que pudiera, Mei volvió a hablar.
"Por favor, llévate tu rosa".
"Quédatela". Yuzu casi sollozó y Mei hizo su mejor esfuerzo para no dejar que eso la quebrara.
"Llévese la rosa, señorita Okogi. No saldré de aquí con ella, es inapropiado".
Y Yuzu gimió mientras corría de vuelta al escritorio de la profesora y recogía la maldita rosa. "También es inapropiado follarse a una alumna. Que tenga un buen día, maldita señorita Aihara". escupió Yuzu mientras salía corriendo del aula y cerraba la puerta tras de sí.
Mei se dejó caer en la silla y se apretó el pecho con la palma de la mano izquierda, sintiendo que le dolía el corazón, mientras se golpeaba la cara con la palma de la mano libre, intentando que no se le escaparan las lágrimas. Sólo quería decir la mitad de las palabras que dijo, y tuvo que acallar fácilmente la ligera felicidad que sintió cuando Yuzu le confesó sus sentimientos; simplemente no estaba bien, ella era una profesora, Yuzu era una estudiante y la personalidad de Yuzu nunca encajaría en la vida de Mei, así que debería centrarse en Misaki que no es para nada un mal partido, pasó una gran noche con ella, terminaron teniendo sexo y aunque cuando despertó Misaki no estaba, igual dejó una nota disculpándose por su ausencia pero tenía que ir a trabajar; si fuera Yuzu la rubia no dejaría ninguna explicación ni siquiera se quedaría dormida con ella.
Yuzu solo corrió por los pasillos para salir de una maldita vez del edificio y calmar la ansiedad que le estaba dando, pero al doblar la esquina se chocó con alguien y los papeles volaban por todos lados. "Mierda, lo siento". Consiguió decir sin sollozar mientras moqueaba y ayudaba rápidamente a recoger los papeles cuando levantó la vista, vio que era su profesora de matemáticas, la señorita Seiren, y solo tuvo que preguntar algo. "¿Cree que soy inmadura?".
Seiren gimió odiando el hecho de que alguien chocara contra ella y eso hiciera que se le cayeran los papeles, pero se alegró de que esa persona decidiera ayudarla con ello, pero claro la persona que decidió chocar contra ella fue Yuzu Okogi, estaba a punto de regañar a la alumna, si no se hubiera dado cuenta de los ojos llorosos y el ligero flujo nasal de la alumna, además su siguiente pregunta era simplemente extraña. "Yo... creo que actúas inmadura... pero no lo eres". Seiren no estaba completamente segura de que decir y no quería ponerle las cosas más difíciles a la rubia, aunque no sabía que le había pasado.
"¡Exacto! No soy inmadura, puedo ser una adulta, estoy preparada para serlo". Despotricó Yuzu mientras volvía a moquear y se limpiaba la nariz con la manga larga de su jersey.
Seiren arrugó la nariz ante aquello. "Sí, querida, puedes".
"Gracias, señorita Seiren". Ahora se secó las lágrimas. "Toma." Murmuró y se limitó a colocar la rosa sobre el montón de papeles en brazos de la profesora y a continuar su apresurado caminar. Estaba preparada para ser adulta, estaba preparada para todo lo que se le pusiera por delante y se lo iba a demostrar a Mei.
"Yo- Señorita Okogi.." Seiren ahora sólo miraba la rosa sobre los papeles, una rosa bastante pequeña con un adorable lazo verde; estaba completamente perdida con el comportamiento de Yuzu pero debe decir que la rosa es realmente hermosa, así que se la quedará, además tenía un gran lazo verde.
...
Yuzu pasó los siguientes dos días forzando a sus amigos a cantar bien la canción que quería cantar y asegurarse de que cada emoción que sentía se notara cada vez que cantaba, así que ahora mismo estaban terminando de colocar los instrumentos afuera y mientras Jeff se aseguraba de que los bateristas estuvieran lo suficientemente cerca y Killian se encargaba de las bocinas, Yuzu se aseguraba por si veía pasar a la maestra Mei Aihara y llamar su atención, le pidió a Matsuri que hiciera lo posible por traer a la señorita Aihara al patio trasero, pero quién sabe.
Entonces sintió que su teléfono vibraba contra su bolsillo y cuando lo revisó, era un mensaje de Matsuri diciendo que ya estaban llegando al patio trasero así que lo mejor era que Yuzu empezara, y eso fue lo que hizo. "Bien chicos, terminen. Vamos a empezar!" Les advirtió mientras se sentaba rápidamente en un taburete que había detrás del piano transportable que había traído.
Killian asintió y obtuvo el visto bueno de ambos mientras encendía la música y fue a coger su bajo mientras empezaba a tocar junto a sus amigos, mientras Yuzu empezaba a cantar, en el mismo momento en que vio a Mei.
You tell me that you're ready but you just don't know
Me dices que estás lista, pero no lo sabes
My eyes are getting heavy and it's starting to show
Me pesan los ojos y se me empieza a notar
I'd never seen it coming, never seen a thing
Nunca lo vi venir, nunca vi nada
Maybe I'll get through it if it's coming to me
Tal vez lo supere si viene a mí
'Cause I've been so unlucky I don't know what to say
Porque he tenido tan mala suerte que no sé que decir
I'm running out of money, I've been wasting away
Me estoy quedando sin dinero, me he estado consumiendo
I'd never seen it coming, never seen a thing
Nunca lo vi venir, nunca vi nada
Maybe I'll get through it if it's coming to me
Tal vez lo supere si viene hacia mí
Killian y Jeff se prepararon para hacer el estribillo con Yuzu.
We fall (we fall down)
If you fall (we fall down)
If you fall down hard I'll be ready to crawl
And
I'm ready
I'm ready for it
I'm ready
I'm ready for it
I'm ready
I'm ready for it
All
Ella respiró hondo y ahora la miró a los ojos ya que Mei finalmente estaba lo suficientemente cerca y estaba malditamente contenta de que la profesora no decidiera simplemente entrar furiosa al interior del edificio, ella estaba parada allí y escuchando la música, tal vez porque era un estilo diferente y tal vez porque no todos sabían que Yuzu Okogi podía tocar un instrumento tan delicado.
Look me in the eye when I am talking to you
Mírame a los ojos cuando te hablo
It's easy to get nervous I've been feeling it too
Es fácil ponerse nervioso, yo tambien lo siento
Yeah it's kinda crazy
Yeah it's kinda dumb
Never let the pressure overpower the fun
Nunca dejes que la presión domine la diversión
Entonces finalmente apartó su mirada de la profesora para mirar al público y continuar cantando.
Yeah I'm sure your parents might be saying it to you
Sí, estoy segura de que tus padres te lo estarán diciendo
Follow what you love and you will love what you do
Sigue lo que amas y amarás lo que haces
Never let the pressure tell you that you're not
Nunca dejes que la presión te diga que no eres
Capable of being everything that you want
Capaz de ser todo lo que quieres
We fall (we fall down)
If you fall (we fall down)
If you fall down hard I'll be ready to crawl
And
I'm ready
I'm ready for it
I'm ready
I'm ready for it
I'm ready
I'm ready for it
All
Yuzu estaba poniendo verdadero esfuerzo en su canto, no estaba cantando solo por diversión, solo para dejar salir toda la energía que llevaba dentro, esta vez estaba cantando con el corazón y quería que Mei se diera cuenta de eso, quería que la profesora supiera que estaba lista, lista para ser madura, lista para ser adulta, cualquier cosa por ella, siempre y cuando le diera una oportunidad.
Mei se quedó mirando a Yuzu, sin creerse que la alumna hubiera hecho algo así, tenía que admitir que el canto era diferente y no sabía que Yuzu supiera tocar el piano, pero Mei no podía dejarse engañar por esa táctica romántica, no podía aceptarlo, así que tenía que escapar. Se las arregló para pasar a través de un montón de estudiantes y volvió al interior del edificio, sólo quería correr a su coche y dejar esta maldita escuela por el día para que pudiera descargar todo lo que ha estado guardando últimamente.
Cuando Yuzu vio que Mei se iba, ni siquiera terminó la canción, rápidamente dejó de cantar y se levantó del taburete antes de correr detrás de la profesora, todos estaban confundidos, no estaban seguros de por qué la rubia hizo eso ya que ni siquiera se dieron cuenta de que la profesora estaba allí con ellos en primer lugar; pero sus amigos ahora tenían algunas preguntas contestadas después de esto, ahora sabían por qué todo el esfuerzo para hacer esta canción perfecta y por qué Yuzu sonaba mejor que de costumbre.
"¡Mei, Mei...Mei!" Gritó Yuzu una última vez mientras corría tras la profesora por el aparcamiento.
Mei finalmente dejó de caminar y se dio la vuelta para mirar a la estudiante. "¿Qué quiere ahora, señorita Okogi? ¿No puede dejarme ir?".
Yuzu frunció ligeramente el ceño y tragó saliva. "Estoy lista, Mei. Te juro que cambiaré todo y cualquier cosa por ti. Dame una oportunidad, por favor".
"Señorita Okogi.." Mei dijo como si estuviera quejándose y suplicando al mismo tiempo. "Esto es muy inapropiado, nunca habrá nada entre nosotras, por favor deja de intentarlo".
"Mei, ¡te juro que cambiaré! Puedo ser madura, puedo ser una maldita adulta, sólo dame una oportunidad".
"No quiero que cambies por mí, cambia por ti, en algún momento tendrás que madurar, pero no lo hagas por alguien, hazlo por ti". Mei dio un consejo mientras agarraba el asa de su bolso. "Hay tantas cosas malas entre nosotras que pueden ser usadas como razones para que nunca estemos juntas. No sólo mi trabajo, no sólo tu personalidad, también eres mucho más joven, aún tienes más vida por delante, nunca encajarías en mi vida como yo nunca encajaría en la tuya, señorita Okogi". Dejó escapar un suspiro tembloroso. "Así que hagámonos un favor y no dejemos que esto nos haga daño". Antes de que la alumna le dijera nada, se subió a su Mercedes y se marchó.
Dejando atrás a Yuzu completamente conmocionada y sin palabras, quien eventualmente lanzaría un grito.
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