𝙲𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟽
Capítulo 7: On The Run
Mei estaba teniendo una mañana terrible, se levantó tarde con una resaca enorme, y se apresuró toda la mañana para arreglarse; le gusta tener una rutina y levantarse temprano para tener tiempo de bañarse adecuadamente, revisar todo su armario para encontrar la ropa adecuada, y luego preparar algún desayuno decente que para ella era básicamente un café y a veces hacía una tostada. Pero hoy... Se dio una ducha rápida y se preparó un café de mierda antes de salir corriendo al trabajo. Así que ahora mismo estaba de pie detrás de su escritorio, con las manos sobre él, cerradas en puños mientras gemía por lo bajo en voz baja, su dolor de cabeza estaba empeorando y se olvidó por completo de tomar una aspirina antes de venir.
Esto no estaría pasando ahora, si no hubiera ido a la discoteca anoche con Himeko, pero no puede culpar a su amiga porque ella fue la que le envió un mensaje de texto para ir de fiesta, sólo necesitaba una distracción lejos de la estudiante, pero, obviamente, Yuzu apareció y ella consiguió su distracción, pero fue con Yuzu, sólo se distrajo de lo que realmente sentía sobre este asunto y el estrés de su trabajo. Solo pensar que casi permitió que Yuzu la besara anoche. No, no, no iba a dejar que eso pasara, sólo estaba bailando, nada más, bailando con la hermosa Yu- ¡No! Maldijo sus propios pensamientos, odiándose por completo a sí misma por pensar cosas así.
Mei jadeó cuando otra oleada de dolor le atravesó la cabeza; dios, necesitaba una aspirina y pronto, así que rápidamente se acordó de su hermana, así que sacó el móvil del bolso y envió un mensaje rápido a Seiren pidiéndole una aspirina, se lo pediría a Himeko pero hoy es el día libre de su amiga, y eso explicaría por qué Himeko estaba tan borracha anoche, hablando de eso, también debería mandarle un mensaje para asegurarse de que ha llegado bien a casa y no está durmiendo en casa de algún desconocido.
...
Yuzu se levantó contenta esta mañana, e incluso temprano, esta vez tuvo tiempo de hacer todo lo que no solía hacer todas las mañanas, que era darse una ducha de veinte minutos, escoger con más esmero su ropa, y luego desayunar algo que no fueran unas malas tostadas o cereales, hoy se aseguró de comer huevos con tocino y un poco de zumo de naranja, y estaba riquísimo. Lo único malo de hoy era que su precioso coche estaba en el taller para arreglar las ruedas, así que hoy tenía que coger el autobús y se había traído el skate para no tener que caminar desde casa hasta la parada de autobús y desde la parada de autobús hasta el colegio.
¿Por qué estaba tan contenta hoy? Bueno, porque desde anoche Yuzu se ha sentido más segura de sí misma y un poco más segura de lo que realmente quiere con la señorita Aihara; la mujer es de hecho una diosa del sexo, pero por alguna extraña razón Yuzu quiere pasar más tiempo con ella que no sólo implique sexo, como anoche que estaban bailando, que era agradable, o cuando estaba en la biblioteca hablando de su libro con Mei, que era un buen momento. Hablando de eso, no puede olvidarse de terminar de leer el maldito libro, solo leyó el primer par de capítulos y le parece interesante pero a la vez raro.
Yuzu ahora corría escaleras arriba con el skate metido bajo el brazo mientras sostenía un café de Starbucks, cuando llegó al piso que quería, puso el skate en el suelo y comenzó a utilizarlo por los pasillos, algunos alumnos le sonreían con burla, otros se apartaban del camino, pero Yuzu tuvo la mala suerte de chocar ligeramente con una maestra y eso hizo que se cayeran unos cuantos folletos, pero Yuzu estaba demasiado concentrada en su asignatura de esta mañana como para preocuparse.
Pronto llegó al aula que quería y rápidamente paró su skate, dio una patada al extremo del mismo y lo hizo volar hacia su mano libre para poder cogerlo y meterlo bajo su brazo de nuevo. "Buenos días, señorita Aihara". Habló Yuzu con una sonrisa, mientras permanecía de pie frente a la puerta con sus habituales pantalones de mezclilla ajustados, unos tenis y una blusa verde con un par de botones desabrochados que sólo dejaban ver su escote.
Y Mei no estaba esperando a la estudiante a esta hora, ni hoy en absoluto, no tenía ninguna clase con ella hoy así que ¿Qué estaba haciendo Yuzu aquí? "Buenos días, señorita Okogi. ¿Qué hace aquí? Hoy no tengo clases con usted". Mei señaló mientras trataba de ignorar el enorme dolor de cabeza que tenía.
"Sí, ya lo sé." replicó rápidamente Yuzu mientras se acercaba a la profesora viéndola con una falda lápiz oscura y una blusa blanca. Maldita sea siempre es sexy, no importa qué... Yuzu pensó para sí misma mientras le entregaba a Mei el café del Starbucks. "Me levanté temprano esta mañana y pensé en tomar un café, supuse que a ti también te gustaría y unas aspirinas por lo de anoche, así que..." Yuzu trató de no sonar para nada tan torpe o espeluznante, al ver que Mei no tomaba el café, simplemente lo colocó sobre la mesa y sacó una aspirina de su bolsillo para colocarla junto al café. "Aquí tienes". Sonrió tímidamente.
Mei enarcó una ceja cuando Yuzu empezó a explicarle lo que hacía aquí, y parece que la estudiante le trajo café y aspirinas... Vaya salvación, Mei sí necesitaba una aspirina, pero esperaba que se la trajera su hermana y no Yuzu, además nunca pensó que Yuzu se acordaría de ella. Mei tomó el café y sólo lo miró, preguntándose qué tipo de café le traería la estudiante y qué diría a continuación.
"Es... café negro, sólo dos cucharadas pequeñas de azúcar". Yuzu explicó, esperando haber acertado, la profesora tenía toda la pinta de ser alguien a quien le gustara el café oscuro, fuerte pero no demasiado.
"Ya veo." Murmuró Mei mientras le daba un pequeño sorbo a su café y se sorprendía de cómo la rubia había acertado, pero no dejaría que se le notara. "Gracias, señorita Okogi. Ha sido muy amable, pero la próxima vez no se moleste. De todas formas, ¿cuánto costaba el café?" dijo Mei mientras dejaba el café en el suelo y buscaba su cartera para devolvérselo a la estudiante.
Yuzu sonrió cuando Mei le dio las gracias y, obviamente, se sintió un poco decepcionada de que Mei pensara que tenía que devolvérselo, ¡se estaba ofreciendo! Lo hacía porque quería. "No, no tienes que pagarlo. Yo te lo regalo. Además, no sé cuánto era, lo robé". Yuzu se encogió de hombros.
Y Mei la miró preguntándose si la rubia hablaba en serio o no.
"¡Dios mío, tendrías que haberte visto la cara! Claro que no he robado un café, señorita Aihara!". Yuzu se rió antes de sacudir la cabeza. "Pero en serio, no hace falta que me lo devuelvas, quería comprarte esto, así que disfruta".
"Bueno, yo..." Mei no sabía qué decir, pero se alegró de que alguien decidiera interrumpirla.
"¡Yuzu Okogi! No puedes usar tu skate en la escuela, y especialmente no choques contra mí con él". Seiren habló con su fuerte acento mientras se enfadaba porque los volantes se le cayeron de las manos cuando la distraída estudiante chocó contra ella.
Yuzu sintió un escalofrío en la espalda porque la persona que más miedo le daba era Seiren, su profesora de matemáticas. "Lo siento, señorita Seiren. Es que tenía prisa". Se disculpó mientras se daba la vuelta para mirar a la profesora pelirroja.
"Oh no, estoy cansada de tus disculpas y de que vuelvas a cometer el mismo error. La semana pasada ese skate escandaloso casi manda a la señorita Polly al hospital". La regañó Seiren.
"Oh, por favor, señorita Seiren. Matsuri estaba montando el skate y yo estaba allí para agarrarla".
"Estoy segura de que está muy familiarizada con agarrar a la señorita Mizusawa". Seiren espetó. "Pero o dejas ese skate en la entrada o sé una alumna amable y lleva estos expedientes al director".
Yuzu frunció ligeramente el ceño y negó con la cabeza. "Lo siento, pero no se puede". Dejó el skate en el suelo y se escabulló rápidamente de la clase antes de que Seiren la atrapara. "Que tenga un buen día, señorita Aihara", le dijo por encima del hombro mientras seguía escapando.
Seiren gimió y dejó caer las carpetas sobre el escritorio de Mei. "Increíble, esta alumna me da tantos dolores de cabeza en mi clase. Nunca presta atención ni hace lo que le digo, pero por alguna extraña razón siempre saca un diez en los malditos exámenes." Despotricó Seiren.
Mei se limitó a observar cómo se desarrollaba todo delante de ella y aprovechó para beber más café, porque lo necesitaría para continuar con su día. "Sí, de hecho es una problemática."
"Aquí tienes tu aspirina, hermanita". dijo Seiren mientras colocaba una caja de aspirinas sobre la mesa.
Mei tomó la caja y al mismo tiempo trató de esconder la aspirina que Yuzu le había dejado. "Gracias, últimamente he estado con unos dolores de cabeza terribles".
Seiren enarcó una ceja y se encogió de hombros. "Seguro". La pelirroja no era tonta, sabía que algo le pasaba a su hermana, pero se negaba a comentar mucho al respecto, cuando llegara el momento adecuado, le sacaría toda la verdad. "Bueno, nos vemos luego. ¿Almorzamos a la una?" Preguntó mientras recogía sus archivos.
Mei frunció un poco el ceño cuando Seiren hizo tal comentario, no estaba segura de si su hermana sabía algo o si era simplemente un comentario típico de ella. "Sí, a la una parece estar bien". Replicó y observó como su hermana se marchaba.
"¡Adiós, hermanita!" Dijo Seiren antes de darse la vuelta hacia el pasillo.
Y Mei se debatió entre tomar la aspirina de Yuzu o la de Seiren, pues Seiren había traído una caja entera, y aún no había sido usada, así que prefirió guardarla; Mei dejó caer la caja dentro de su bolso y tomó la aspirina que dejó Yuzu antes de colocársela en la boca y tragársela con su café. "Ah, ahora puedo empezar mi día..."
...
"Hoy estás muy contenta, Okogi". Dijo Killian mientras enarcaba una ceja y observaba a Yuzu tocando la guitarra por lo bajo ya que no estaba enchufada a las bocinas.
Yuzu tenía una sonrisa tonta en la cara mientras practicaba esta nueva canción que tenía en mente cantar. "¿Oh? ¿Te parece?"
"Mucho, ¿qué ha pasado? ¿Conseguiste disfrutar al máximo con tu amiguito?" Bromeó Jefferson mientras se recostaba en una silla.
Killian rió mientras sacaba su cajetilla de cigarros y le entregaba uno a Jefferson, estaban en la sala de música pero como estaban solo ellos y normalmente tenían este tiempo solo para ellos, les daba igual si podían fumar dentro o no. "Estoy seguro que el pequeño Okogi se divirtió".
"Chicos eso es desagradable, están hablando de mi polla. ¿Ahora son gays?" Yuzu dejó de jugar mientras enarcaba una ceja y los miraba por encima del hombro.
Jefferson movió las cejas con una sonrisa. "Siempre he tenido dudas sobre mi mismo.. tal vez probarlo.."
"Oh, mierda. Jeff!" Yuzu gimió antes de poner los ojos en blanco y sacudir la cabeza.
"Wow amigo, mantente alejado". Killian pateó ligeramente la silla de Jefferson antes de empujar contra su silla para que se alejara.
"¡¿Whoa eres homofóbico?!" Jefferson jadeó, fingiendo que estaba herido.
"¿Homofóbico? No. ¿Heterosexual? Claro que sí".
"Eso ni siquiera tiene sentido."
"Lo tiene, mi agujero del culo es sólo para cagar."
"Qué encantador". Otra voz sonó entre su conversación e hizo que los tres jóvenes levantaran la cabeza hacia donde provenía la voz y Yuzu rápidamente sintió que su corazón se oprimía cuando vio que era la señorita Aihara.
"Señorita Aihara". Killian trató de no tartamudear mientras él y Jefferson escondían rápidamente el cigarrillo a sus espaldas, pero obviamente el humo seguía saliendo por detrás y además Mei ya había visto suficiente.
"Si crees que no lo he visto, te equivocas. Asegúrate de que la próxima vez fumarás al aire libre y no dentro". Mei intentó no poner los ojos en blanco mientras hablaba.
Yuzu tenía una pequeña sonrisa en su rostro mientras miraba mejor a Mei esta vez, estaba hermosa hoy, preciosa, como siempre. "Entonces, ¿qué ocurre, señorita Aihara?" Finalmente habló.
"Quería que supieras que en primer lugar tienes que redactar un ensayo sobre el libro que estás leyendo y entregármelo antes de tu presentación oral, que es este viernes". Mei se quedó ahí parada en una pose rígida, tratando de permanecer formal, sabía que no tenía que venir aquí a decirle esto a Yuzu, podría haberla encontrado simplemente en los pasillos o que algún profesor le avisara, pero sólo usó esto como excusa para ver a la rubia, preguntándose qué estaría haciendo hoy y también preguntándose si estaría rumoreando con sus amigos sobre lo de anoche; porque eso es algo que Mei no aceptaría, ella no quería ser otro trofeo que consiguiera Yuzu Okogi, y no será ninguna tonta en esta ocasión, sabe que tiene que alejarse y lo hará, siempre y cuando su cuerpo deje de traicionarla y llevarla a la estudiante.
Yuzu arrugó la nariz sintiéndose un poco decepcionada pero en realidad no podía esperar otra cosa de Mei especialmente no frente a sus amigos o en la escuela. "Pero es miércoles".
"Y eso significa que quiero ese trabajo mañana a primera hora, señorita Okogi". Dijo Mei mientras daba un par de pasos hacia atrás.
Yuzu resopló con el ceño fruncido. "Bien, veré qué puedo hacer, señorita Aihara".
"Recuerda que si no lo haces, reprobarás". Mei soltó una última advertencia antes de darse la vuelta y salir finalmente de la habitación.
Y aunque Yuzu ahora estaba disgustada porque tenía que leer todo el libro hoy y escribir un ensayo sobre él para mañana, seguía sin poder apartar los ojos del trasero de la profesora y apreciar su cuerpo, pero no al típico estilo de pervertido espeluznante, sino que parecía estar adorando realmente lo que sus ojos estaban presenciando. "Muy bien, señorita Aihara". Yuzu sonrió.
Y tanto Jefferson como Killian intercambiaron miradas empezando a darse cuenta de lo que realmente estaba pasando entre la profesora y la alumna.
...
Mei en su hora de almuerzo decidió ir a comer su ensalada en una cómoda cafetería con un par de documentos colocados en la mesa a su lado derecho mientras el plato de ensalada estaba frente a ella y con cuidado le daba bocados mientras leía sus papeles. Por mucho que odiara admitirlo, realmente disfrutaba almorzar con alguien, y era una lástima que Himeko tuviera su día libre y no pudiera estar aquí almorzando con ella, porque le envió un mensaje a su amiga hace unos minutos y aún no había recibido respuesta, por lo que Mei estaba bastante segura de que Himeko probablemente todavía estaba tratando de conciliar el sueño de la noche anterior.
"¿Quieres un café?" Una voz familiar habló, sacando a Mei de su concentración, y como ya había terminado con su ensalada pensó que era sólo la camarera pero la voz le sonaba terriblemente familiar y ella nunca olvida voces o caras.
Así que cuando Mei levantó la vista vio a la misma mujer rubia de la noche anterior, la que le hacía compañía en el bar porque Himeko a había "abandonado". "Tú..."
"Soy Misaki, si aún no has leído el papel, o si lo acabas de tirar..". La rubia mostró una sonrisa tímida.
Mei se dio cuenta de que se trataba de la mujer de la noche anterior. "No, he leído el papel". Aseguró a la otra mujer, aún tenía el papel en su bolso pero eso es algo que nadie necesitaba saber. "¿Trabajas aquí?" Mei preguntó ahora mirando mejor a la mujer rubia, no llevaba el uniforme de camarera, de hecho llevaba unos jeans azules ajustados, tacones oscuros, blusa blanca y blazer negro, se veía casual y formal al mismo tiempo; una mujer con la que sabías que podías hacer negocios en cualquier momento y también salir de fiesta cuando quisieras.
"No. Sólo pasaba por aquí y te vi". Misaki se encogió de hombros. "¿Así que estaba pensando que tal vez podríamos tomar un café? A menos que estés ocupada o no me quieras cerca.." Dejó escapar una risita nerviosa.
Y Mei resopló porque a pesar de su edad, la mujer sonaba como una adolescente nerviosa enamorada. "Por favor, ponte cómoda, querida. Un café suena muy bien ahora mismo".
Misaki sonrió alegremente sintiéndose emocionada mientras jugaba con las asas de su pequeño bolso que sostenía frente a ella. "¡Genial! Pero, ¿quieres tomarte el café aquí? No es que me queje, pero conozco un sitio donde sirven un café estupendo".Mei se lo pensó y echó un vistazo a su reloj, aún le quedaban treinta minutos para su próxima clase. "Si puedes asegurarme que terminaremos antes de las dos, entonces sí".
"No está tan lejos, vamos". Misaki hizo un gesto con la cabeza para que Mei se levantara y empezara a caminar.
"De acuerdo". Mei colocó sus papeles dentro de una carpeta antes de empezar a buscar su cartera en el bolso.
"Ya te he pagado la comida". Misaki le dijo a Mei, y Mei enarcó una ceja, mirando sospechosamente a Misaki. "Lo siento. Me imaginé que si no aceptabas el café al menos podría engatusarte pagándote la comida...".
"Pues sí que estoy sorprendida". Mei dejó escapar una pequeña sonrisa antes de levantarse y recoger sus cosas. "Vamos a por ese café entonces".
...
"Bueno chicos, eso estuvo bien. Ahora pongamos todas estas cosas fuera y demos un buen concierto a esta gente". Yuzu dijo a sus dos compañeros mientras se quitaba la guitarra del torso.
"¿Así que realmente vamos a cantar esto?" preguntó Killian.
"Sí, si no, no los regañaría para que lo hicieran todo bien".
"Es una canción genial. Recuerdo la última vez que tocamos". Jefferson habló con una sonrisa mientras los tres compañeros recordaban su último verano loco.
"¡Oh ese fue el mejor verano de todos!" Exclamó Yuzu con una risita.
"¡Por ahora, pero este verano lo pasaremos en grande, Okogi!" le dijo Killian.
"¡Sí, si crees que el verano pasado fue una locura espera a ver lo que vamos a hacer en tu cumpleaños!". Jefferson rió.
"Oh cielos, solo espero que incluya lencería". Yuzu movió las cejas.
"Por supuesto que es en verano, tienes mucha suerte de que tu cumpleaños sea en agosto chica". Killian le dio un puñetazo en el hombro.
Y Yuzu le devolvió el manotazo. "Sí, es genial, odiaría ser un bebé Jesús". Yuzu se burló de Killian.
"¡No soy un niño Jesús!"
"Amigo tu cumpleaños es en Navidad".
"No, es cerca de Navidad, 22".
"Niño Jesús". Jefferson interrumpió sus discusiones sólo para provocar más.
"Sí, ¿qué fue eso cupido?" Killian le lanzó una mirada peligrosa.
"Para que sepas cupido puede ser la razón por la que mucha gente se acuesta en San Valentín. Así que estoy orgulloso del día en que nací". Jefferson sonrió.
Yuzu rió y sacudió la cabeza. "Chicos, terminemos con esto".
El camino a la cafetería sugerida por Misaki fue realmente agradable, a Mei le agradaba la mujer de carácter extrovertido, no era problemático entablar una conversación fluida con ella, y a pesar de su torpeza de vez en cuando, seguía siendo terriblemente adorable y agradable tenerla cerca. Hablaron sobre todo de Mei, aunque Mei pudo sacar algo de información sobre la rubia, parece que es diseñadora de moda, tenía treinta años, y vivía con sus padres de momento porque sólo está aquí por negocios; también tenía una tortuga llamada Sheldon.
"Entonces, ¿te gusta ser profesora?" Preguntó Misaki mientras le daba un sorbo a su capuchino.
"Sí, me gusta. En realidad estudiaba abogacía cuando decidí tomar las riendas de mi vida e ir a por lo que realmente me gustaba." Mei dejó escapar una pequeña sonrisa.
"¿Ah? Pues abogada también te iría bien. Tienes toda la actitud para eso". Misaki rió por lo bajo. "Pero me alegro de que te decidieras por lo que te gustaba, porque un trabajo que odias es una pérdida de tiempo. Si tengo que trabajar el resto de mi vida al menos quiero hacer algo que me guste, ¿no?".
"Así es, la vida puede ser ya de por sí superficial y espantosa a veces, al menos podemos intentar hacer algo al respecto". Mei dio un sorbo a su café negro mientras volvía a pensar en la estudiante rubia.
"Mhm". Misaki asintió mientras echaba un vistazo a su reloj y se daba cuenta de que faltaban diez minutos para las dos. "Son casi las dos, ¿quieres irte ya?".
Mei miró su reloj y asintió. "Sí, mi hora de descanso está a punto de terminar". Mei buscó su cartera en el bolso.
"Ya he pagado". le dijo Misaki con una pequeña sonrisa mientras terminaba su capuchino.
Mei enarcó una ceja e intentó no sonreír. "¿Esa es tu forma de conquistar a una mujer? ¿Pagarle las cosas cada vez que salen?".
"Bueno, te invité a tomar un café conmigo, supongo que yo debía pagar los cafés". Misaki mostró una sonrisa tímida. "Pero si no te gusta puedo dejar de hacerlo la próxima vez. Si es que habrá una próxima vez...".
Y ahora que Mei lo pensaba, ¿habría una próxima vez? ¿Debería continuar? Quizá acabe en algo interesante, quién sabe. Además, necesitaba quitarse de la cabeza a la estudiante rubia, así que tal vez fuera una buena idea. "Siempre y cuando me permitas llevarte a cenar, y seré yo quien pague".
Misaki sintió que sus mejillas se acaloraban mientras sonreía y se mordía el labio inferior. "Pues sí, me encantaría".
"Entonces está decidido. Te recogeré a las ocho, el viernes por la noche, mis clases sólo terminan a las seis". Le informó Mei mientras se levantaba y recogía sus cosas.
"De acuerdo. Espera, ¿te mando un mensaje con mi dirección? Porque no tengo tu número..."
"Yo te mandaré el mensaje primero". Mei sonrió a la mujer rubia, ahora lista para irse, pero no estaba segura si hacer algo diferente para despedirse, así que torpemente tomó la mano de la otra mujer en la suya y le dio un ligero apretón. "Nos vemos el viernes". Sonrió y luego giró sobre sus talones para alejarse y volver a terminar su día.
"Nos vemos el viernes". repitió Misaki con una gran sonrisa mientras ahora tocaba su propia mano mientras veía a Mei alejarse.
...
"Uno, dos, tres, cuatro.." Cuando Yuzu terminó la cuenta regresiva ella y su banda comenzaron a tocar mientras sonaba el background para suplantar los otros instrumentos que no tenían; estaban en medio del patio trasero de la escuela y ya había poca gente sentada en el pasto para escucharlos mientras algunos pasaban por ahí y se interesaban.
I'm taking my time like
Me estoy tomando mi tiempo
I'm making it alright
Lo estoy haciendo bien
My dreams might not make it but
Puede que mis sueños no lo logren pero
I'm gonna try
Voy a intentarlo
Yuzu empezó a cantar mientras se balanceaba lentamente delante del micrófono.
And I'm on the run
Y estoy huyendo
I don't know where I'll go out
No sé donde voy a salir
I'm gonna make it
Voy a hacerlo
Give me your chance I'll take it
Dame tu oportunidad la tomaré
I say I'm not lonely
Digo que no estoy solo
But you are my only way to go
Pero tú eres mi único camino
This time I know
Esta vez lo sé
Yuzu sonrió durante toda la canción y prestó atención a lo que tocaba en su guitarra mientras empezaba a mover las caderas lentamente mientras seguía con la canción.
On the run
En la carrera
I don't know where I'll go out
No sé dónde saldré
I'm gonna make it
Voy a hacerlo
Give me your chance I'll take it
Dame tu oportunidad la tomaré
The Moon in the night
La luna en la noche
The fire burning bright
El fuego ardiendo
Alone in the car
Solo en el coche
Surprise I got this far
Sorpresa he llegado hasta aquí
Alone in the night
Solo en la noche
I've never felt so bright
Nunca me sentí tan brillante
Shift my car into drive
Pon mi coche en marcha
I'll make it out alive
Saldré vivo
On the run
En la carrera
I don't know where I'll go out
No sé dónde saldré
I'm gonna make it
Voy a hacerlo
Give me your chance I'll take it
Dame tu oportunidad la tomaré
Yuzu gritó las últimas palabras mientras cerraba los ojos y sacudía la cabeza mientras tocaba la guitarra y dejaba que sus dos compañeros cantaran el estribillo de la canción. Yuzu tenía un objetivo con esta música, la música era básicamente su vida, así que relacionaba sus emociones con ella, cuando no podía decir algo cantaba, era lo suyo, así que esta canción básicamente decía que ella haría cualquier cosa para seguir su felicidad sin importar dónde esté o quién sea, se enfrentará a todos los retos y conseguirá lo que quiere.
Y cuando abrió los ojos para volver a cantar, se dio cuenta de que la señorita Aihara pasaba a su lado, probablemente molesta por el volumen de la música ya que tenía una expresión de disgusto, pero Mei Aihara siempre tenía esa cara de perra. Yuzu le sonrió sin saber si la profesora la había visto ya que siguió caminando hacia el edificio sin mirarlos ni un segundo más, pero Yuzu se encogió de hombros y continuó con la canción.
Mientras Mei Aihara decidía ignorar todo lo que involucrara a la estudiante rubia y sólo pasar tiempo con ella en las clases, iba a dejar atrás este tonto enamoramiento por Yuzu, y empezaría ahora mismo a disfrutar de la cena del viernes que estaba por llegar.
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