𝒪𝒹𝑒 𝓉𝑜 𝓉𝒽𝑒 𝑀𝑒𝓉𝓈
("Ahora estoy perdida en el arremolinado mar de tus ojos arrepentidos.")
CAPÍTULO 9: ENTROMETIDA IV
Matsuri apretó la pajita entre sus labios mientras se aguantaba la risa al ver a su mejor amiga acorralada entre las dos mujeres quienes rivalizaban por su amor, y estaba de más decir que no se arrepentía. Ver a una Mei celosa en años valía oro. La pobre rubia se giraba para mirarla de vez en cuando, pidiendo ayuda internamente mientras estas dos empezaban a intercambiar palabras entre ellas. Fue entonces cuando una de las chicas hizo el primer movimiento.
"Mmm, Yuzu. Ven aquí", la pelirosa la tomó del brazo posesivamente mientras la apretaba contra sus pechos, lo que hizo enfurecer a Mei, quien en respuesta jaló a Yuzu del brazo derecho, y eso por poco le hace verter las bebidas que la rubia traía en la bandeja.
Yuzu sonrió torpemente mientras su novia la sostenía del brazo con una mirada furiosa hacia la chica al otro lado de ella.
"¡Eres una...!" Mei frunció el ceño intentando mantener la compostura cuando vio ese brillo desafiante a través de sus ojos dorados. "¡¿Cómo te atreves?!"
"¡Cálmate, Aihara-san! Se supone que ninguna de las dos debería ponerse celosa". La pelirosa más alta sonrió con picardía mientras se comía a Yuzu con la mirada. "De eso se trata, ¿no?"
"No me interesan las reglas de tu estúpido juego, sólo mantén tus manos lejos de mi novia", amenazó Mei con firmeza. Yuzu se estremeció ante cada una de sus palabras, pero de alguna manera, aunque no lo admitiera, verla celosa la hacía sentirse confortable.
Hannah puso los ojos en blanco mientras se cruzaba de brazos, pero no se apartó de Yuzu en ningún momento. En su lugar, prefirió seguir incomodando a la pelinegra. "Por lo menos déjala respirar un poco, Aihara-san", murmuró mientras veía a Mei adherida como una goma de mascar sobre la rubia, caminando a un paso rápido.
"No tengo por qué darte motivos sobre cómo puedo o no tratar a MI novia", Mei hizo énfasis en la palabra sin siquiera mirarla.
"Dios, eres tan celosa, ¿no puedes aguantar un simple abrazo?"
Yuzu entrecerró los ojos ante el comentario de la pelirosa a su lado.
"Eso que vi era de todo menos un abrazo".
La pelirosa soltó una risita, decidiendo dar el ultimátum. "Ahora entiendo por qué Yuzu buscaba la forma de ser libre al menos durante una noche".
Mei detuvo su paso bruscamente y volteó la cabeza para mirarla fijamente a los ojos. Yuzu las miró a ambas y tragó saliva con fuerza, sin saber qué hacer mientras las dos se fulminaban con la mirada.
Matsuri también las miró expectante mientras sorbía su bebida. Esperaba al menos una bofetada, un jalón de cabello o simplemente un insulto, pero Mei lo contuvo todo, no quería rebajarse ante ella.
"Me niego a continuar esta estúpida conversación".
"¿Q-qué?" Siseó Hannah, confundida por su repentino cambio de actitud. Demonios, se suponía que ella debía atacarme. "Entonces, ¿te das por vencida?"
Mei se negó rotundamente. "No. Sin embargo, me niego a seguir discutiendo sobre Yuzu como si ella no estuviera aquí". Aclaró mientras dejaba escapar un suave suspiro. Yuzu seguía mirándola, atónita y con la boca ligeramente abierta. "Y supéralo, Fujioka-san. Mi novia nunca volverá a fijar sus ojos en ti".
"Hmp. No te precipites en cantar victoria".
"Oh, créeme, lo digo en serio". La chica de cabello azabache sonrió con orgullo.
"No puedes estar tan segura".
"Me aseguro de ello cada noche".
"Ohhh." Matsuri siseó, no pudiendo evitar sentirse cada vez más divertida.
"¡M-Mei!" Yuzu se sonrojó mucho al escuchar a su novia. Definitivamente se está tomando esto en serio. Pensó con una pequeña gota de sudor en la frente.
XXX
No pasó mucho tiempo cuando, entre comentarios de ida y vuelta, llegaron a la sala de cine correcta. Las chicas tomaron sus respectivos asientos mientras seguían pasando los anuncios en la enorme pantalla de cine. Y como era de esperar, Yuzu se situó en medio de las chicas, para la conveniencia de cierta pelirosa en particular.
A la mitad de la película, Yuzu estaba inmersa en la historia, definitivamente las películas que Mei elegía eran siempre una buena elección. Sonrió ligeramente y miró de reojo a su novia, quien por alguna razón también la miraba sin disimulo alguno, lo que la hizo sonrojarse cuando Yuzu se dio cuenta de eso.
La rubia estaba a punto de dirigirle la palabra, pero Hannah llamó su atención.
"Yuzu, di ah~", pidió la pelirosa con una sonrisa juguetona mientras cogía las palomitas entre sus dedos.
Yuzu tragó saliva. "¿Eh? Yo... no hace falta, Hannah, puedo comer sola". Contestó nerviosa.
"¡Sólo un bocado!" insistió Hannah, haciéndole ojitos suplicantes.
"... B-bueno", murmuró Yuzu después de tanta insistencia, acercándose a los dedos de la pelirosa mientras abría levemente la boca.
Hannah sonrió con dulzura mientras le daba de comer durante unos minutos. "Sólo quiero complacerte, Yuzu". Le susurró seductoramente y le guiñó un ojo cuando se separaron, haciendo que la rubia se sonrojara ligeramente.
Sólo basta con ver lo cariñosa que es con Yuzu para estallar de celos, esa mujer es tan... Mei frunció el ceño al presenciar esa escena, por lo que decidió hacer un movimiento.
Los ojos de Yuzu se abrieron de golpe y giró la cabeza hacia donde descansaba su mano en el reposabrazos, viendo la mano de Mei sobre la suya.
"Mei", susurró sobre su hombro, mientras entrelazaba sus dedos suavemente y la miraba cariñosamente. "Oye... Mei".
"¿Sí?" contestó suavemente la mencionada, mientras fijaba toda su atención en la rubia sintiéndose tan enamorada de esos orbes esmeraldas que la miraban y sin poder evitarlo, acercó sus labios hacia Yuzu y le dio un dulce beso que fue rápidamente correspondido antes de separarse y mirarse con una sonrisa.
"¿En qué estabas pensando cuando aceptaste hacer esto?" Se lo preguntó en voz baja mientras miraba disimuladamente a la pelirosa. "Debo admitir que me encanta verte celosa y todo eso, pero no me hace gracia que te sientas incómoda por sus comentarios." Dejó escapar un suspiro con eso último mientras levantaba una mano y le acariciaba la mejilla. "Espero que sepas que eso no es cierto, te dije toda la verdad al respecto y no te mentí".
Mei se avergonzó un poco y desvió la mirada, "Lo sé... Yuzu, creo en ti y en tu versión, sin embargo...", dejó escapar un leve suspiro y negó con la cabeza. "No lo sé, sólo quería... que viera que no tiene ninguna oportunidad contigo y que no me intimida". Confesó finalmente, sintiendo la intensa mirada de la rubia sobre ella. "Lo siento."
Yuzu volvió a acercar sus labios y le sonrió antes de besarla con suavidad.
"Está bien, princesa", soltó una risa divertida al ver a su novia sonrojarse irremediablemente ante el apodo. "Te amo, Mei".
La pelinegra la miró con un brillo intenso antes de acariciar amorosamente su mejilla y sonreírle con dulzura. "Yo también te amo, Yuzu."
"Lamento que nuestra cita haya terminado así, en realidad me muero por pasar tiempo a solas contigo", le susurró con desanimo antes de sentir los labios de Mei sobre los suyos, besándola infinitas veces causando que sonriera entre el beso.
"No importa... tenemos cualquier otro día para tener esa cita que tanto deseamos, ¿verdad?"
Yuzu asintió enérgicamente y besó su mejilla en respuesta antes de susurrarle al oído. "Te lo prometo, Mei, será la mejor cita de nuestras vidas."
La respiración de Mei se volvió pesada al sentir el aliento de la rubia sobre su oreja, lo que la hizo cerrar los ojos y tratar de calmarse. Yuzu se dio cuenta del repentino cambio de su novia y sonrió para sí misma, obligándola a mirarla con sus dedos índice y pulgar debajo de su barbilla. Ante eso, Mei sintió el calor subir por su cuello hasta sus orejas mientras Yuzu se mordía ligeramente el labio, lo que la hizo perder los estribos y unir sus labios en un apasionado beso, cargado de lujuria por parte de ambas. Mei soltó un gemido bajo cuando sintió la lengua de Yuzu dentro de su boca, jugando con la de ella y succionándola un poco antes de moverlas en perfecta sincronía.
Ambas pasaron minutos perdidas en su propia burbuja, besándose como si el mundo fuera a acabarse en cuanto abrieran los ojos. Mei dejó escapar un tembloroso suspiro entre el beso y se aferró con fuerza a los hombros de Yuzu al sentir la traviesa mano de la rubia sobre su muslo y moviéndola lentamente por debajo de su vestido, excitándola con sólo sentir sus caricias.
La rubia recuperó la compostura cuando Mei abrió un poco las piernas y permitió que sus dedos rozaran su zona íntima, lo que provocó que una carga eléctrica recorriera su espina dorsal y abriera un poco los ojos antes de alejarse a regañadientes.
Mei la miró confundida, a punto de preguntar por qué, pero sus ojos no pudieron evitar desviarse hacia el bulto que sobresalía de los pantalones de Yuzu, lo que la hizo sonrojarse intensamente.
Yuzu, por su parte, se movía incómoda en su sitio intentando bajar su erección antes de que terminara la película.
"¿Estás segura de que quieres parar?" Los ojos de Yuzu se ensancharon con sorpresa y se sobresaltó al sentir la delicada mano de su novia sobre su erección, moviéndola juguetonamente por encima de sus pantalones.
"Oh, Dios..." Susurró entre dientes mientras miraba a su alrededor, sintiendo que su corazón se detenía al darse cuenta de que Hannah la observaba atentamente. "Gulp. M-Mei," giró la cabeza intentando que su novia apartara la mano, pero Mei se negó a hacerlo mientras sostenía la mirada de Hannah y la miraba victoriosa.
"¿Qué se siente al mirar algo que nunca será tuyo, Fujioka-san?"
Se atrevió a preguntar Mei con una sonrisa de suficiencia, mientras Yuzu se retorcía bajo sus caricias, cerrando los ojos y dejando escapar un suspiro para intentar no perder el control. "Mei, para...", susurró apenas la rubia, pero Mei no pensaba detenerse.
Hannah se sonrojó al ver el bulto que sobresalía a través de los pantalones de Yuzu, pero rápidamente sacudió sus pensamientos antes de inclinarse sobre la rubia y fulminar con la mirada a Mei.
"No me hagas reír Aihara-san, cuando dije que me hizo suya me refería a todo, no sabes las maravillas que hizo esa noche. Se te haría agua la boca", soltó una risita divertida mientras pasaba un dedo por el pecho de Yuzu, burlándose de ella, antes de volver a fijar su mirada en la entrepierna de la rubia y morderse el labio.
"¡Aparta tus manos de mi novia! ¡¿Quieres que te lo repita?!"
"¡Chicas, ya basta!" siseó Yuzu tratando de no llamar demasiado la atención. "Por favor, ya deja de hacer esos comentarios Hannah..."
"Hmm." La pelirosa hizo un puchero antes de soltar un leve suspiro y asentir. "Está bien, pero..." se inclinó más cerca del oído de la rubia y susurró: "Si no te quita las ganas, llámame, las dos sabemos lo mucho que te gusta sentir mi lengua a tu alrededor". Yuzu se estremeció ante sus palabras y se giró para mirarla con el ceño fruncido.
POV YUZU
Ni siquiera nos dimos cuenta cuando la película acabó y estaban dando los comerciales. Mei me tenía tan aprisionada a sus labios y por ningún motivo quería separarme de ella.
"Psst. Onee chan, deberían irse y encerrarse en los baños si tienen tantas ganas de hacerlo", el comentario de Matsuri me hizo reír, ella tenía razón. Solté un largo suspiro cuando Mei finalmente me soltó, mi visión fue directa a sus labios, hinchados, rosados y... Dios, Mei es tan besable.
Cuando nuestra respiración por fin se regularizó, tomé de la mano a Mei y la apegué a mi todo el tiempo. Ella sabía el motivo, por lo que no preguntó cuando me abracé a ella de la cintura mientras nos dirigíamos hacia la salida.
Agradecí internamente a Mei, quien no se mostró incómoda ante mi acercamiento con esa bestia sobresaliendo de mis pantalones.
"No puedo creerlo". La voz de Hannah me sobresaltó. "¿Se irán también abrazadas de camino a casa?" Ella sonaba tan molesta, sin embargo, no le debíamos ninguna explicación.
Escuché la suave risa de Mei, lo que me hizo sonreír también.
Ella parecía tan feliz molestándola.
"¿Y qué si lo hacemos? No es de tu incumbencia. Somos novias, y mi Yuzu necesita mucha atención".
Hannah frunció el ceño y se limitó a desviar la mirada, evitando todo contacto visual con Mei.
Finalmente creí que se había acabado, la victoria era de...
"Dudo que una niñita cómo tú pueda darle esa atención que necesita."
Sentí inmediatamente la tensión en el ambiente, Mei no pensaba guardarse nada.
"No necesito tener el nivel de experiencia de una escort para satisfacer a mi novia", la mirada de Mei se intensificó sobre ella, estaba a punto de decir algo cuando ella soltó maliciosamente: "Puta."
Tanto Matsuri como yo nos quedamos congeladas ante las palabras de Mei, porque...
Dios, ¡¿Mei soltando maldiciones?!
Increíble.
Eso es tan...
Ugh.
Mis ojos se movieron rápidamente de un lado a otro, pero mi cuerpo se movió por sí solo al sentir que algo iba a pasar.
Hannah sostenía una mirada de muerte sobre ella, pero rápidamente me interpuse entre ellas y cogí la mano de Mei para mantenerla a mi lado.
"Se acabó, ¿de acuerdo?" Susurré para intentar aligerar el ambiente, pero movía círculos relajantes sobre la mano de mi novia para intentar calmarla.
No estaba de más decir que cuando Mei se enojaba daba mucho miedo.
Mei soltó un profundo suspiro y cerró los ojos antes de asentir levemente.
"Se acabó." Sus ojos amatistas miraron intensamente a Hannah y sonrió de lado, "¿escuchaste bien? Aléjate de nuestras vidas, y sobre todo no vuelvas a acercarte a Yuzu".
"Ya te gustaría, querida". Hannah dejó escapar una risa burlona. "Sin embargo, Yuzu y Matsuri son amigas, y donde sea, me encontraré con ella de algún modo y, lo juro Aihara-san, por lo que más quieras, aprovecharé cada discusión entre ustedes dos para consolarla... y ya sabes cuál es mi mayor acto de consuelo".
Mei soltó una leve risa y se encogió de hombros. "Bien. Escuchen ustedes dos, Mizusawa y tú pueden irse al diablo."
"¿Yo qué?" Matsuri infló las mejillas en protesta. "Yuzu-chan, espero que-"
"Elige, Yuzu." Mei finalmente puso su mirada en mí y me soltó la mano. "Tus amiguitas o yo, TÚ novia."
Mis labios se separaron por la sorpresa, en realidad, tenía la respuesta muy clara, pero seguro que Matsuri se lo iba a tomar mal por un buen y largo tiempo.
Al diablo con eso, Mei tiene razón...
La influencia de Matsuri en mí es...
"Adiós, Matsuri."
"¡¿QUÉ?! ¡NO! Yuzu-chan, no puedes estar hablando en serio, recuerda lo que-"
"No me importa", respondí de inmediato. Mis ojos volvieron a Mei y sentí un aleteo en el corazón al ver sus hermosos ojos resplandecer de felicidad ante mis palabras. "La elijo a ella", dije refiriéndome a Mei mientras volvía a entrelazar nuestros dedos. "No está en tema de discusión, Matsuri".
El shock de Matsuri fue suficiente como para quitarle las palabras de la boca, estoy segura de que está siendo muy dramática, pero no puedo permitir que mi cercanía con ella ponga en riesgo mi relación con Mei.
Dejé de darle vueltas al asunto cuando sentí los labios de Mei sobre los míos, presionándolos con efusividad y una hermosa risita.
"Te amo, Yuzu".
"Y yo a ti, nena." Le sonreí antes de devolverle el beso. "Te amo mucho."
"Está bien, estoy bien". Matsuri agitó los brazos cuando vio que Hannah trataba de sacudirla por los hombros para que volviera en sí. "Espera, solo tengo algo que decir Yuzu-chan."
"¿Qué?"
"Mei te engaña."
"Vete a la mierda, Matsuri. Nos vamos."
"¡Lo digo en serio! Soy tu amiga, por Dios, Yuzu-chan, ¿en serio crees que diría cosas sin sentido para que termines con ella?"
La respuesta de Matsuri me tomó por sorpresa, pero no iba a caer, ya no...
Mei intervino por suerte, dándole una mirada de muerte. "¿De dónde sacas esa tontería, Mizusawa? Empiezo a creer que no eras tan amiga de Yuzu como creía".
"¿Tontería? ¿Te parece una tontería? No estás diciéndole la verdad y te haces la víctima desde que llegaste de tu estúpido viaje con ese vegetal andante."
La postura de Mei cambió, ¿o es mi imaginación?
"¡Deja a mi abuelo fuera de esto, Mizusawa!"
"¡JA! Lo sabía, sigues victimizándote cómo siempre, pero algún día Yuzu-chan se enterará. Ya verás, Mei-san."
No pude evitar preguntar.
"¿Enterarme de qué?"
Mei me miró y negó con la cabeza mientras se aferraba a mi mano. "Vámonos de aquí, por favor Yuzu."
"Mejor dile la verdad, o amenazaré a Himeko con decírselo, porque seguramente Yuzu no me creerá ni una sola palabra de lo que le diré."
"¿Himeko? Qué tiene que ver ella con... ¿Qué demonios, Matsuri?"
Matsuri me miró con lástima, pero rápidamente cambió su semblante.
"¿Recuerdas por qué pelearon antes de que Mei-san se fuera de viaje?"
"Mizusawa, no sabes absolutamente nada, cállate".
Sentí mis mejillas arder por el recuerdo, era vergonzoso de decir.
"Su abuelo nos... descubrió..." Murmuré avergonzada. "Casi lo matamos de un infarto, pero creo que al final creyó que todo era una alucinación cuando despertó en el hospital al día siguiente... Pero, ¿eso qué?"
"Yuzu", Mei volvió a insistir. "No tienes por qué darle explicaciones, a ella ni a nadie-"
"Entonces tu abuelo decidió apresurar las cosas por eso, Mei-san..."
"¿De qué hablas?"
"Tu abuelo sabe que no fue una alucinación, él siempre lo supo".
Mi cabeza empezó a doler de repente, pero intenté dejarlo pasar.
"¿Qué cosas, Mei?"
"Me hago la misma pregunta."
"¡DEJA DE MENTIR, MALDITA!"
"¡MATSURI!" Sentí mis venas arder del enojo, de repente sentí que cualquier cosa que tocase estallaría. "¡No vuelvas a gritarle a Mei, ¿entiendes?! No caeré en tus estúpidos juegos, ya me harté. No quiero volver a saber de ti a menos que vuelvas con una disculpa hacia mi novia, se la debes."
"¡No le debo nada a esa! ¡No después de robarme a mi mejor amiga, idiota ciega! Sólo espero que cuando sepas la verdad no vuelvas a mí como un perro arrepentido. A la mierda, nos vamos."
Sentí mi garganta seca y una leve punzada de culpa al ver los ojos lagrimosos de Matsuri, ¿por qué?
¿Qué me escondía Mei?
Y de ser así, por qué no me dijo nada...
"¿Yuzu?"
Salí de mis pensamientos intrusivos al ver a Mei, quien parecía tan desconcertada como yo.
No...
Matsuri, estás mintiendo.
Ella no me ocultaría nada.
"Mei, disculpa a Matsuri ella..."
"Está bien, Yuzu."
Me sentí débil por un instante ante la mirada afligida de Mei.
Mis brazos inmediatamente rodearon su figura e inhalé su dulce aroma en medio del abrazo, tratando de reconfortarme después de aquella escena que atrajo varias miradas extrañas de la gente que pasaba por allí.
¿Por qué mi mejor amiga me haría esto?
¿Nuestra cita no pudo acabar peor?
Sentí a Mei llorar sobre mis hombros mientras se aferraba a mis brazos de una manera tan desesperada.
Me sentí mal por ella.
Cerré los ojos y la acuné entre mis brazos mientras besaba su sien, todo sin dejar de abrazarla y hacerla sentir segura.
Traté de ponerme en sus zapatos, ver a la amante de tu pareja se siente terrible.
Y que sus amigos digan mentiras sobre ti sólo para alejarte se siente aún peor.
Una pequeña parte de mí se sintió insegura y quiso ir tras Matsuri para que le de una explicación a detalle.
Sin embargo...
"Yuzu..." La escuché sollozar sobre mi pecho y eso me rompió el corazón. "Prométeme que nunca me dejarás ir... Yuzu..."
"Nunca te dejaré ir, Mei. No me importa quienes o cuántos se interpongan en nuestra relación, te amo y me quedaré a tu lado hasta que mi corazón deje de latir." Dije todo eso sin titubear, porque estoy segura de lo que siento. "Te quiero a mi lado, estoy siendo totalmente honesta."
Sentí a Mei separarse suavemente del abrazo y me miró a los ojos, y conozco cuando hace eso.
Trata de encontrar alguna pizca de vacilación en ellos.
Pero mis ojos solo resplandecerán amor y devoción por ella.
Y sólo por ella.
Tomé sus manos entre las mías con suavidad y besé el dorso de una de ellas mientras la miraba a los ojos.
Esos hermosos ojos amatistas.
Daría cualquier cosa solo para que esos dulces ojos se fijen en mí, y sólo en mí.
"Te amo hasta el delirio, Mei Aihara."
Innocent eye, innocent heart
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top