𝒜𝓁𝓁𝑒𝓎𝓌𝒶𝓎𝓈

CAPÍTULO 6: ENTROMETIDA

("Solo somos tú y yo esta noche

Por qué no descifras mi corazón-?")

POV MATSURI

Exhalé un largo suspiro mientras me sentaba junto a Yuzu. Había llegado hace poco y lo único que quería hacer era beber y... llorar...

"¿Quieres que te acompañe en tu dolor?" Sugerí consiguiendo que pusiera los ojos en blanco. Me reí, era obvio que algo más había pasado con Mei y me lo iba a contar en cuanto se terminara esa botella. 

"Muy bien, entonces". Estiré los brazos con cansancio, decidiendo hacerla hablar. 

"Matsuri, yo-"

"Tardaste en responderme porque estabas con Mei-san, ¿no es así?" Yuzu se sonrojó y yo sólo opté por sonreírle. Vaya, al parecer ella no necesita mi ayuda. "¿Y qué hacías con ella?"

"Hablamos... Y..."

"¿Tuvieron sexo de reconciliación?"

"¡MATSURI!"

"¡Lo siento, lo siento!" Le di unas palmaditas en el hombro tratando de tranquilizarla. "Entonces, ¿sólo hablaron y ya?" 

"Algo así. Um... creo...", levanté una ceja ante su confusión. "Bueno, creo que... puede perdonarme". Ella susurró.

"Maldita sea, ¿así de fácil?" Bromeé.

"Vuelve a hablar y te cortaré la lengua".

Volví a coger la botella que estaba a punto de beber, mirándola seriamente a los ojos. "¿Estás segura de eso, no necesitas un plan B?"

"Qué, no, quiero decir..." Observé como sus ojos desviaban la mirada mientras un profundo rubor cubría sus mejillas. "Nos besamos y..." 

"Jojo. ¿Y por qué no empezaste por esa parte?"

"Sé cómo te pones".

"Bueno, si quieres que pase algo más que un beso puedo ayudarte".

Yuzu abrió los ojos y me miró fijamente. "¿Cómo?"

"Sígueme la corriente".

"Primero cuéntame el plan".

"Yuzu-chan". La agarré por los hombros: "La pondremos celosa, pero no te diré con quién. Es el único plan que se me ocurre, pero verás que será perfecto".

POV YUZU

"¿Ponerla celosa?" Fruncí el ceño y negué rotundamente. "No pienso disgustarla aún más, ese es un plan pésimo. Dios, ¿Cómo es que siempre te hago caso?"

"No es pésimo. Es perfecto, obviamente empezará mal pero luego Mei-san confesará que no soporta verte con otra chica y ¡WHAM! problema resuelto". Matsuri sonrió con satisfacción, haciéndome resoplar.

"No."

"Oh. Vamos Yuzu-chan ~, verás que te gustará verla así por ti, además tenemos que asegurarnos de que te perdone. El hecho de que se hayan besado no significa que vayan a empezar de nuevo. Tal vez..."

Obviamente lo sé, y eso me deprime porque es difícil saber qué está pensando Mei.

"Dame la botella".

"¡Qué, no! Tenemos que idear un plan, sabes qué, ni siquiera tenemos que pensarlo porque ya lo tengo y-"

"¡Te he dicho que es una mala idea!"

"Yo te metí en esto y tengo que sacarte, Yuzu-chan. Deja que te ayude"

"¿Y si no funciona qué vas a hacer?" Señalé mientras me cruzaba de brazos. "No pienso meter la pata dos veces, Mei no me lo perdonaría".

"Si no funciona te buscaré otra novia, con mejores gustos y más tetas que-". Le tapé la boca con una mano, enojada por lo que había dicho. Joder, ¡nunca debería escucharla!

"Me voy, y espero que recapacites con lo último que has dicho. No acepto tu estúpido plan y no acepto que digas esas palabras sobre mi novia".

"Ex-novia-"

"¡NOVIA!"

"¡Está bien, maldita sea! Parece que un beso te ha vuelto a ilusionar..."

"No, no es así... fueron las palabras de Mei..."

"¿Oh? ¿Y qué dijo ella?"

"Dame tiempo..."

"...."

"¿Qué?"

"¿Seguro que no quieres un plan?"

"Hazlo y olvídate de mí".

"Pf, está bien". 

NO POV

Pasaron cuatro días para ser exactos, y Yuzu empezaba a pensar que tal vez era mejor que se le ocurriera algo porque su relación con Mei no cambiaba (absolutamente nada). Lo único que pudo notar fue que ella estaba más dócil que antes, pero nada más.

"Mierda. No quiero sonar tan desesperada si se lo pregunto, pero la espera está acabando conmigo lentamente".

"Yuzucchi, ponte en el lugar de la presi. Si mi novio hiciera algo así yo también me haría de rogar, y mucho. Tienes que hacer algo para que te perdone".

"Pero..."

"¿Me estaban llamando?" Matsuri cruzó la entrada de la cafetería y se deslizó en el asiento junto a Harumin, sonriendo alegremente. "Sabía que te cansarías de esperar Yuzu-chan, ¡será mejor que pongamos en marcha el plan!".

"¿Plan?" susurró con curiosidad la castaña mayor.

Yuzu puso los ojos en blanco al verla. "Puede que tengas razón, pero el plan que tienes lo descartas de la lista".

"Nop". Matsuri la picoteó en la nariz, sobresaltándola. "Harás lo que te diga, y luego me lo agradecerás".

"No creo..."

"¿Cuál es el plan?" dijo Harumin con impaciencia. "¿Por qué no me lo dijiste Yuzucchi?"

"Es que-"

"Le dije que pusiera celosa a Mei-san, ella se dará cuenta de que aún ama a Yuzu-chan y al final del día terminará con una noche intensa para-"

"¡Matsuri cállate!"

Harumin se sonrojó intensamente, sabiendo a qué se refería la niña más joven. "Bueno, aunque no es el mejor plan..."

Yuzu abrió la boca sorprendida. "No me digas que..."

"Sí, quiero decir, ¿por qué no intentarlo? Pero, ¿con quién la pondríamos celosa?".

"No lo sé", susurró Yuzu mirando a Harumin, haciendo sobresaltar a Matsuri que puso las manos sobre la mesa. "¿Qué te pasa?" rió la rubia al notar los celos de su amiga.

"Ya tengo a la chica ideal, así que aparta tus ojos de mi senpai".

"Matsuri qué demonios-" Harumin le dio una palmada en el hombro mientras la obligaba a sentarse de nuevo. "Además conmigo no funcionaría, la presi sabe que Yuzucchi y yo somos amigas y nada más".

Matsuri le sonrió. "Es bueno que lo tengas claro".

"Pequeño demonio..."

"Bueno, dime el nombre de esa chica 'ideal'" dijo Yuzu haciendo comillas con los dedos. 

"Será una sorpresa", dijo Matsuri con un guiño juguetón. "Verás que saldrá perfecto, además esa chica te conoce demasiado bien, le he contado muchas cosas sobre ti y estoy segura de que sabrá cómo actuar". 

"Todavía estoy indecisa".

Matsuri agitó una mano. "Ya no es momento de echarse atrás, simplemente invita a Mei-san a salir, dime dónde y nos vemos allí con ella".

XXX

Los días pasaron demasiado rápido, después de que Yuzu invitara a Mei al cine, y una respuesta insegura de Mei, Yuzu no sabía si el plan iba a funcionar. Ni siquiera si Mei iría, ya que dijo que estaría un poco ocupada el viernes, sin embargo...

"Ugh. ¿Por qué te pones así?" Yuzu se palmeó la cara mientras se miraba en el espejo, ya estaba lista. Llevaba unos zapatos, pantalones y una playera de su banda favorita. Se arregló el flequillo y salió disparada hacia el centro comercial.

Por indicaciones de Mei, le dijo que sería mejor encontrarse allí porque su abuelo estaría en la mansión y no quería que se metiera en problemas.

Yuzu se sonrojó al recordar sus palabras. "Al menos todavía se preocupa por mí", pensó con una sonrisa, caminando apresuradamente con el móvil en las manos, intentando llamar a Matsuri.

4:30 P.M.

Yuzu resopló al recibir una llamada de Matsuri, después de unas dos rechazadas. Contestó el teléfono con prisa: "Espero que estés lista y no estropees mi cita con Mei con tu plan, sólo quiero..."

Matsuri: "Relájate Yuzu-chan ~ El plan saldrá perfecto, serás tan feliz con Mei como antes y yo ya no estaré con el arrepentimiento dentro de mi cabeza. Sólo dime el lugar exacto cuando la veas y estaremos allí en quince minutos".

La rubia se rió ante su respuesta. "De acuerdo, Matsuri".

"Por cierto".

"¿Hm?"

"¿Te gusta el azul o el morado?" Matsuri dudó un poco al preguntar, haciendo que Yuzu se intrigara.

"El morado, ¿por qué?"

"No es nada, es que... Mi compañera de travesuras sólo preguntaba, quería estar presentable para ti". Confesó con una risa, haciendo que Yuzu abriera los ojos con sorpresa. 

"No me digas, ¿de verdad?" 

"Ajá ~"

"Matsuri... Ahora que el plan se pondrá en marcha hoy, me gustaría saber quién es-"

"Espera a que llegue el momento, te llevarás una gran sorpresa".

Yuzu detuvo su paso por un momento, observando los alrededores una vez que llegó a la plaza, mirando a través de la multitud, "Sólo espero que salga bien".

"¡Ya verás que sí!" Matsuri soltó una carcajada, escuchando otra de fondo, a lo que Yuzu se paralizó. "Recuerda que si no llamas iremos de todas formas, sólo entretén a Mei-san".

Fue lo último que escuchó antes de colgar.

"Ay, no..." Yuzu comenzó a sudar frío mientras miraba la pantalla de su móvil, sin saber qué hacer.

No podía ser ella, ¿verdad? Matsuri no sería capaz de... La rubia se alarmó aún más al recibir un emoji de guiño de Matsuri, decidiendo buscar a Mei y salir de allí sin importar qué.

"¡Mierda, mierda, mierda!" 

Tras unos minutos de mirar y confundir a varias mujeres de cabello oscuro, finalmente encontró a Mei, para su disgusto y... alivio. Yuzu pensó que no vendría por lo ocupada que estaría, pero allí estaba.

Yuzu sonrió en el momento en que Mei la miró, y se apresuró a acercarse a ella. 

"¡Mei!"

"Hola, Yuzu."

"Te ves..." Yuzu jadeó, desde lejos no podía notar el hermoso vestido que llevaba, pegado a su hermosa figura tallada por los mismos ángeles. "Wow. Te ves increíblemente hermosa..."

Mei se sonrojó de la vergüenza y desvió la mirada. "Siento venir así, sé que no es apropiado para ir a un lugar como este, pero..."

"No." Dijo la rubia al instante, dándole un fuerte abrazo. "Estás perfecta, gracias por venir. Realmente pensé que no lo harías".

Mei sonrió por encima del hombro de Yuzu, devolviendo el abrazo. "Pude hacer un poco de espacio para ti".

Estaba más sonrojada que la pelinegra, su corazón se aceleraba cada vez más. "Gracias". Pero pronto su sonrisa se desvaneció al recordar las palabras de Matsuri: "Um. Mei, ¿te gustaría entrar a ver una película o quizás... No sé, pensé..."

"Estamos aquí para ver una película, ¿no?" Mei arqueó una ceja ante el nerviosismo de Yuzu. "¿Qué pasa?"

"No es nada, sólo preguntaba". Yuzu tragó saliva y activó su modo protector mientras miraba a su alrededor, deseando a todos los santos que Matsuri no las viera. "Entremos, quizá podamos encontrar algo que nos guste".

XXX

"Joder", se arrepintió la rubia de haber aceptado el plan de Matsuri. 

Mei había estado mirando los carteles y finalmente eligió uno que le llamó la atención, a lo que Yuzu se impacientó aún más.

"Je, pero... Mei, ese empieza en una hora".

"Lo sé". Fue la sencilla respuesta de Mei, "pero dijiste que estaba bien que yo eligiera, después de todo tenemos el tiempo que necesitamos, ¿no?"

"Por supuesto, sí". La rubia asintió frenéticamente mientras se apoyaba en una pared y se agarraba la cabeza, estresada.

"Tal vez podamos ir a una de esas "Salas de Videojuegos" que te gustan, mientras el tiempo avanza".

"¿Eh?" Se sorprendió por la sugerencia de la azabache, sintiéndose como una idiota al mismo tiempo. Mei estaba tratando de hacer esto bien y ella estaba actuando como una tonta. "Claro, ¿por qué no? Tal vez te enseñe a jugar uno de esos juegos, ¿Quién sabe? Tal vez tengas mucho potencial dentro de ti". Dijo con un guiño, haciendo que Mei sonriera ligeramente y negara con la cabeza.

"Nunca lo entenderé, pero si quieres podemos hacerlo".

XXX

Habían pasado diez minutos, y Yuzu podía sentir que su teléfono vibraba dentro de los bolsillos de su chaqueta, lo que la ponía más nerviosa. 

Estaba a punto de preguntar si tal vez quería ir a otro sitio, pero pronto se silenció al ver que Mei observaba con fascinación un oso de peluche dentro de una máquina de peluches. Yuzu se quedó boquiabierta durante unos minutos, contemplando la intensa mirada de Mei al oso de peluche, decidida a sacarlo para ella.

"¿Te gusta?" Yuzu sonrió mientras se ponía a su lado, haciendo que Mei se sonrojara y asintiera.

"Sí, pero no creo que podamos sacarlo. Ya han venido varias personas a intentar..."

"Tonterías", Yuzu deslizó una moneda y comenzó a manipular la máquina, "sólo eran niños, yo soy una jugadora bastante experimentada".

Mei enarcó una ceja y sonrió ante la expresión decidida de la rubia, le gustaba ese lado de ella, ya que era adorable al mismo tiempo.  "No sabía que te dedicabas a competir con niños".

"Bueno, esa no es la cuestión". Yuzu sacudió la cabeza concentrada, intentando mover el gancho a la altura del oso. "Es que..."

Yuzu pulsó el botón y sonrió cuando el gancho atrapó al oso y lo sacó de la máquina, agradecida por la suerte que tenía. (Joder, no se le daba nada bien esto, pero al parecer, meterse en la cabeza que Mei se alegraría tanto, definitivamente lo hacía funcionar).

"Es sólo cuestión de práctica". Contestó mientras le entregaba el oso de peluche, sonriendo más al ver la expresión encantada de Mei. "¿Ves?"

Mei frunció los labios conteniendo la risa, Yuzu a veces se ponía infantil. "Sí". La miró y se puso de puntillas para darle un beso cerca de la comisura de los labios, notando el rubor en sus mejillas. "Gracias, Yuzu. Definitivamente tenemos un hermanito para Kumagorou". 

Yuzu se quedó boquiabierta y asintió, olvidando por un momento el plan que Matsuri tenía para ella. "Sí... un hermanito para Kumagorou". Repitió emocionada, a lo que Mei rió.

"¿Podemos ir a ese juego de armas?", señaló la pelinegra.

"A donde quieras".

"Bien". Dijo Mei y la tomó de la mano, sosteniendo el oso de peluche contra su pecho y caminando hacia la máquina de zombis.

La rubia se sintió en el cielo, esto podría funcionar. Cuando estuvo cerca se subió a la pequeña plataforma y agarró una pistola de juguete, mientras subía a Mei con cuidado. "Ves, esta es fácil, sólo tienes que... poner las manos aquí y..."

Mei abrió los ojos sorprendida, viendo como Yuzu mataba a todos los zombis, sin dejar ni uno vivo a una velocidad tan rápida. "¿Eres adicta a esto?", dijo burlonamente.

"No tanto como Matsuri", contestó ella riendo. "Soy adicta a hacer otras cosas, con cierta persona". Eso le valió a Mei un intenso sonrojo, a lo que Yuzu se rió al verla así. "¿En qué estás pensando?" Susurró cerca de su oído, dándose la oportunidad de inhalar su dulce aroma. "Creía que Mei Aihara tenía la mente alejada de esas perversiones".

Yuzu sintió la intensa mirada de Mei sobre ella, como cada vez que la miraba antes de devorarla a besos. Estaba preparada para eso, y para algo más.

Mei la agarró de las mejillas y la acercó lenta y tortuosamente para placer de Yuzu, que cerró los ojos mientras esperaba.

Y esperó...

"¡Ay!" La rubia gimió al sentir que los dedos de su enamorada estiraban sus mejillas, haciendo que Mei se riera como una niña. "M-Mei..."

"No vuelvas a decir eso". Susurró contra sus labios, "no cuando eres tú quien me enseña todo ese tipo de cosas".

Yuzu estaba a punto de replicar pero pronto fue silenciada al sentir los labios de Mei, besándola como sólo ella sabía hacerlo. Cerró los ojos y rodeó con sus brazos la cintura de Mei mientras recorría con sus manos su esbelta figura, con cuidado por si a su chica le molestaba, pero fue todo lo contrario. Mei tomó una de sus manos y la colocó por encima de sus muslos, haciendo que Yuzu sonriera entre el beso.

"Extrañaba tanto el tacto de tus labios..." Murmuró la rubia, dándole una pequeña nalgada para sorpresa y deleite de Mei, que gimió en respuesta.

"Sólo..." Mei se apartó de Yuzu, dejando un pequeño hilo de saliva que las unía, agitada. "¿Sólo eso?"

Yuzu le sonrió y la besó una vez más. "Todo. Absolutamente todo, Mei. Me encanta estar contigo, pero me gustaría aún más que todo volviera a ser como antes". Confesó finalmente, sintiendo las manos de Mei aún sobre sus hombros. 

"Yo también".

Mei acarició la mejilla de Yuzu, suspirando de amor por ella.

"Nos extraño", dijeron las dos al unísono, logrando que ambas soltaran risas nerviosas. 

La rubia iba a ser la siguiente en hablar, hasta que...

"Ay, no ". Dijo Yuzu en voz alta, mirando detrás de Mei.

"¿Qué pasa?" Ella la miró confundida, y se giró en la dirección donde miraba Yuzu, no tan sorprendida. "Ah, eres tú. Mizusawa-san".

La niña de cabellos de chicle sonrió con picardía a ambas y las saludó. "Hola Mei-san, Yuzu-chan, ¿no piensan saludar a mi amiga?"

A Yuzu se le cortó la respiración con solo mirarla, "Dios, esto no puede estar pasando".

"Hola". La misteriosa chica (no tanto para Yuzu) les sonrió adorablemente, y sus ojos se desviaron inmediatamente hacia la rubia. "Hola de nuevo, Yuzu".

Puede que Mei estuviera alucinando, pero juraba que había visto a aquella chica relamerse los labios al ver a Yuzu, y eso la molestaba increíblemente.

"¿Las has invitado tú, Yuzu?", preguntó con el ceño fruncido, sobresaltando a la susodicha.

"No, yo..."

"En realidad, he venido yo misma. Dijo que estaría nerviosa, así que probablemente necesitaba apoyo", respondió Matsuri, sintiendo que la mirada de Yuzu le lanzaba mil dagas. "Pero bueno, ¿Qué más da?" Dijo sonriendo, dando un pequeño empujón a la chica más alta que tenía al lado. "¿Por qué no conoces a mi amiga? La encontré en el camino, así que la traje".

"Qué casualidad", le contestó Mei de forma despectiva, mirando a la chica que estaba a su lado (casi cerca de Yuzu).

"Mi nombre es Hannah", dijo sonriendo, mientras extendía una mano a Mei. "¿Cómo te llamas?"

"Mei". Respondió fríamente, sin estrechar la mano, lo que hizo que la otra chica riera con una sonrisa antes de apartarla.

"Mei, tienes un lindo nombre".

Yuzu podía sentir la tensión, y no podía creer que Matsuri estuviera actuando tan tranquila después de lo que acababa de hacer. ¿Estaba planeando resolver el problema que causó su ruptura con Mei con el mismo problema?

"Chicas, por qué mejor no..."

Hannah interrumpió sorpresivamente a Yuzu y la agarró del brazo, haciéndola jadear ante la expresión que había puesto Mei. "Por qué no me enseñas ese truco que haces con la pistola, Yuzu, te veías increíble usándola". Le felicitó guiñándole un ojo, y asustándola aún más. 

La rubia la miró y tragó saliva, Hannah llevaba un vestido corto de color lila y unos tacones que las hacían parecer casi de la misma altura. Olía muy dulce, (demasiado para su gusto).

"No creo que sea-"

"Vamos Yuzu-chan, Hannah tiene razón... parecías muy experta en ello". Dijo Matsuri moviendo las cejas.

Yuzu intentó buscar la intervención de Mei, pero ésta se limitó a apartar la mirada y a cruzar los brazos, evidentemente molesta por la intromisión.

"¿Por qué me tienes tanto miedo?", le preguntó la pelirosa más alta, haciendo un tierno mohín con los labios. "Sabes que no muerdo, ¿verdad?".

Aquella pregunta hizo reír a Matsuri con fuerza, mientras observaba divertida cómo Yuzu intentaba disuadir a Hannah, sintiendo la mirada de Mei detrás de ella. "¿Por qué siempre haces eso?", preguntó burlonamente la pelirosa, observando como Mei parecía incómoda con la presencia de la otra chica. "Si no quieres que toque tanto a Yuzu-chan deberías ir a decirle que se vaya a la mierda, ¿no?".

Mei miró a Matsuri con indiferencia. "¿Quisieras que lo hiciera?"

"Nah, por mí está bien. Parece una novia mucho mejor para mi onee-chan, después de todo".

"¿A qué viene eso?" La heredera la fulminó con la mirada, aplastando casi con fuerza el oso entre sus manos.

Matsuri simplemente se encogió de hombros y sacó un chupachups del bolsillo, centrando su atención en Yuzu y Hannah, que estaba cogiendo una pistola de juguete con las manos de Yuzu sobre las suyas.

"H-Hannah no te muevas tanto, sólo usa tus manos", susurró Yuzu.

"¿Qué dijiste?" Hannah la tomó del brazo y se lo puso en la cintura, acercándola. 

Yuzu se puso nerviosa cuando el culo de Hannah empezó a acercarse a su entrepierna, lo que le hizo soltar rápidamente la pistola y correr tras Mei, que al ver aquella escena salió corriendo de aquel lugar.

"¡Yuzu!" Hannah la llamó, pero ésta desapareció por completo de allí.

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